Haití ha declarado un estado de emergencia de tres días y un toque de queda nocturno después de que bandas armadas irrumpieran en las dos cárceles más grandes del país, permitiendo que más de 3.000 criminales escaparan.
Las bandas criminales de Haití asaltaron el pasado 2 de marzo la Penitenciaría Nacional y la prisión civil de Croix des Bouquets. Al menos 12 personas murieron y alrededor de 3.597 presos (un 97% del total de los internos) han logrado escapar de la cárcel.
No se ha confirmado el número exacto de reclusos que han escapado. Sin embargo, Arnel Remy, un abogado de derechos humanos cuya organización trabaja dentro de la Penitenciaría Nacional de Puerto Príncipe, comunicó en X (anteriormente Twitter) que menos de 100 de los casi 4.000 reclusos permanecían en la prisión. Entre los que optaron por quedarse se encontraban 18 exsoldados colombianos acusados de trabajar como mercenarios en el asesinato en julio de 2021 del entonces presidente haitiano, Jovenel Moïse.
La Penitenciaría Nacional de la capital haitiana, construida para albergar a 700 presos, albergaba a 3.687 en febrero de 2023, según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH). La prisión de Croix des Bouquets albergaba a unos 1.400 reclusos.
El pasado 29 de febrero las pandillas intensificaron los ataques coordinados contra instituciones estatales en la capital de Haití, atacando el aeropuerto internacional del país y el estadio nacional de fútbol.
Jimmy Chérizier, un ex policía de élite conocido como Barbecue que ahora dirige una federación de pandillas, se atribuyó la responsabilidad del aumento de los ataques. El líder criminal anunció que el objetivo era capturar al jefe de policía y a los ministros del gobierno de Haití e impedir el regreso del primer ministro interino haitiano, Ariel Henry.
Unos días más tarde, el Gobierno de Haití ha prorrogado el estado de emergencia un mes más en la capital, Puerto Príncipe. Mientras que Chérizier ha amenazado con sumir al país en una «guerra civil» si el primer ministro interino no presenta su dimisión. «Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional continúa apoyándolo, nos encaminaremos directamente hacia una guerra civil que conducirá al genocidio», afirmó Barbecue.
Diego Da Rin, del International Crisis Group, señaló que Barbecue en su discurso se refirió a una coalición llamada Viv Ansanm, que significa «vivir juntos» en criollo haitiano. La coalición fue creada en 2023 como parte de un pacto de paz entre la federación de Barbecue y otra poderosa banda llamada «G-Pep» y tenía como objetivo principal derribar la administración de Henry. Sin embargo, la coalición se desmoronó pocos días después de su anuncio, y Da Rin dijo que queda por ver si Barbecue realmente cuenta con el apoyo de otros líderes de pandillas.
El ministro de Finanzas, Patrick Boisvert, quien está a cargo del país durante la ausencia del primer ministro Ariel Henry, dijo que la policía usaría «todos los medios legales a su disposición» para recuperar a los prisioneros y hacer cumplir el toque de queda. Henry viajó al extranjero para tratar de ultimar los detalles para traer una fuerza de seguridad respaldada por las Naciones Unidas para ayudar a estabilizar el país. En enero, el tribunal superior de Kenia dictaminó que el despliegue era inconstitucional. No obstante, el pasado 1 de marzo, Nairobi y Puerto Príncipe firmaron acuerdos para el despliegue de 1.000 policías en la nación caribeña.
La oficina del primer ministro de Haití ha señalado que ha tomado la medida «debido al deterioro de la seguridad, particularmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe, caracterizada por actos criminales cada vez más violentos perpetrados por bandas armadas, provocando movimientos masivos de población, y consistentes en secuestros y asesinatos de ciudadanos pacíficos, violencia contra mujeres y niños, saqueos y robos de bienes públicos y privados».
Artículo escrito por:
Laura Ruiz Sancho. Periodista. Apasionada de la geopolítica y siempre con un ojo puesto en la actualidad internacional. Experta profesional en terrorismo yihadista por la UNED y Máster en Verificación Digital y Periodismo de datos (CEU).
