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Ucrania, el aliado singular de Polonia

Análisis

Paula Jiménez
Paula Jiménez
Estudiante de quinto año de Relaciones Internacionales y Comunicación Global, con mención en seguridad internacional y política exterior. Enfocada en el análisis y la estrategia, me centro en estudiar cuestiones del contexto histórico y geopolítico europeo que afectan a las relaciones institucionales y sociopolíticas de los diferentes Estados y la Unión Europea.

El conflicto en Ucrania ha sacudido los cimientos de las relaciones internacionales, poniendo a prueba alianzas históricas y reconfigurando el mapa político de Europa. En este contexto, Polonia emerge como un actor clave, con un papel ambiguo que oscila entre el apoyo incondicional y las tensiones diplomáticas. ¿Qué hay detrás de esta compleja relación con Ucrania y qué futuro les depara en un escenario internacional cada vez más incierto?

«Estamos con Ucrania y trataremos de hacer todo lo posible para asegurarnos de que Ucrania pueda ser defendida».  Así declaraba el presidente polaco Andrzej Duda su apoyo al país vecino en marzo de 2022, durante la visita de Kamala Harris como vicepresidenta de Estados Unidos al Palacio Belvedere.

Mientras que otras naciones europeas tardaban más en reaccionar a la invasión de febrero de 2022, como podría ser el caso de Hungría o el de Francia, el amparo de Polonia al pueblo ucraniano fue claro y contundente desde un inicio. Tanto la presidencia como el gobierno polaco, entonces liderados por el partido conservador Prawo i Sprawiedliwość (PIS), expusieron su apoyo a las instituciones y fuerzas armadas ucranianas, así como a su población civil.

Desde el comienzo de la Invasión, Polonia se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea que mayor número de ciudadanos ucranianos ha acogido en su territorio, llegando este a sobrepasar los cinco millones de personas. 

Asimismo, por su compromiso y disposición geográfica, Polonia se ha convertido en «país facilitador» de la ayuda internacional, en el ámbito humanitario y militar. Entre 2022 y 2023, Varsovia donó más de 3 billones de euros en asistencia armamentística, incluyendo en este tanque T-72, característicos de la época soviética, tanques PT-91 Twardy, sistemas de artillería y de defensa área como es el caso del Porun MANPADS, o los famosos tanques Leopard-2.

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Gran parte de este armamento proporcionado a Ucrania fue producido por la industria armamentística polaca PGZ. Polska Grupa Zbrejionowa es la principal industria militar de Polonia, con una perspectiva de expansión significativamente notoria, y un actor clave para la defensa de Ucrania. No obstante, el abastecimiento a Ucrania por la principal industria de defensa polaca se ha visto interrumpida intencionadamente por cuestiones político-económicas que hicieron resonar posibles inestabilidades en las inicialmente firmes relaciones entre la República de Polonia y Ucrania, reavivando así diferencias políticas e históricas.

Divergencias políticas y económicas 

En septiembre de 2023, el gobierno polaco, liderado por Mateusz Morawiecki, anunció la suspensión de nuevas donaciones de armamento a Ucrania. Aunque seguía en pie la concesión de equipo militar previamente apalabrado, el jefe del Gobierno Polaco declaró que no se harían nuevas concesiones hasta solucionar el problema del Grano.

El 5 de mayo de 2023, la Unión Europea había decidido prolongar la medida de suspensión de aranceles en las exportaciones agrícolas ucranianas en la UE, intentando así paliar los efectos de los bloqueos rusos en su actividad comercial. No obstante, se permitió que países como Polonia, que afirmaban un posible impacto negativo en su economía, se opusieran a la decisión de manera temporal.

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Finalmente, en el segundo trimestre del año, la Unión Europea notificó al ejecutivo polaco la imposibilidad de mantener su postura ante la ausencia de una justificación razonable. Sin embargo, el gobierno conservador se opuso a someterse al acuerdo, reclamando que la medida tenía un impacto directo sobre los agricultores del país.

El rechazo de Polonia a la iniciativa, llegó en la recta final de la campaña electoral de las elecciones al Parlamento y al Senado, en un contexto de desafección con la Causa Ucraniana y de creciente preocupación por la defensa nacional, y en un momento el que los sondeos mostraban el posible remplazo de PIS, partido tradicionalmente apoyado por el sector agrícola. En el último año del conflicto, las opiniones contrarias a la ayuda militar a Ucrania se han visto acrecentadas entre el pueblo polaco, entre el que existe un gran sector de la población que considera insostenible un apoyo a largo plazo a Ucrania.

Del mismo modo, la decisión de continuar al margen de la medida extraordinaria de Bruselas, vino acompañada de un mensaje claro por parte del Jefe del Ejecutivo «Ya no estamos transfiriendo armas a Ucrania, porque ahora estamos armando a Polonia con armas más modernas», mostrando así la incompatibilidad de armar a Ucrania y modernizar los sistemas de defensa polacos a la vez.  De esta manera, se podría entender que la oposición de Polonia en la prolongación de las medidas temporales recogidas en el Acuerdo de Asociación de la Unión Europea y Ucrania, fue una decisión principalmente política, con la que se buscaba aumentar el número de votantes del sector primario y de ciudadanos preocupados por la defensa nacional y descontentos con el apoyo a Ucrania. 

Esta situación llevó a tensiones diplomáticas entre ambos países, claramente discernibles en las acusaciones de Zelenski en las Naciones Unidas, donde afirmó que algunos países apoyaban al enemigo ruso de manera indirecta a través de iniciativas  solidarias fingidas, lo que avivó el número de disidentes entre la población polaca. La llegada del nuevo gobierno de coalición liderado por Donald Tusk, quien a su vez fue líder del Consejo Europeo, parecía que podía ser la manera de aliviar tensiones, y fortalecer vínculos.

Sin embargo, pese a acuerdos militares sin precedentes, Polonia sigue sin aceptar el libre movimiento de productos ucranianos en su territorio, por lo que parece no haber resuelto al completo las diferencias y permite el reavivamiento de cuestiones históricas. 

Diferencias históricas entre Polonia y Ucrania

Las tensiones entre Polonia y Ucrania han reabierto sucesos históricos que parecían estar silenciados. Entre estos acontecimientos destaca la Segunda Guerra Mundial y masacres como la de Volinia en 1943. A pesar de la declaración oficial de la alianza entre Polonia y Ucrania a partir de 1992 con el Tratado de Buena Vecindad, y el apoyo de Varsovia a Kiev en la Revolución Naranja, el Euromaidán o la Invasión de Crimea, Polonia ha mostrado que su apoyo no se trata de una cuestión permanente e inamovible.

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En las últimas tres décadas, Polonia se ha mostrado dispuesta a cooperar con Ucrania en su apertura al orden liberal característico de Occidente, pudiendo así frenar una posible expansión rusa por el frente este europeo a través de figuras como la de Kuchma o Yanukóvich. No obstante, durante el último año de guerra, las tensiones diplomáticas entre ambos países y la mayor implicación de la comunidad internacional en la entrada de Ucrania en el orden liberal occidental, ha hecho visible que Polonia es favorable a Ucrania, pero con condiciones, sobre todo en lo que a la historia se refiere.

El vicepresidente polaco afirmó que la entrada de la Ucrania a la Unión Europea estaría condicionada a la resolución del caso de Volinia. Władysław Kosiniak-Kamysz, miembro de la coalición al frente del Gobierno, mostró que anhelan el desarrollo de Ucrania, siempre y cuando se resuelvan las cuestiones relativas al genocidio. 

Kosiniak-Kamysz hace referencia a una de las mayores masacres de la historia polaca que se estima que dejó alrededor de 100.000 víctimas. Ante la invasión rusa y alemana, Polonia fue sujeto de una gran masacre por parte del Ejército Insurgente Ucraniano, quien entendía que Volinia era históricamente ucraniana. Pese a ser un evento de gran relevancia para la ciudadanía polaca, quien todos los años conmemora las víctimas de la Masacre, por parte de Ucrania es un evento notablemente controvertido.

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La Organización de Nacionalistas Ucranianos, a la que pertenecía el Ejército Insurgente Ucraniano, es percibida como un elemento clave en la independencia de Ucrania. Al margen de la criticada cooperación de la Organización con Alemania o Italia durante la Segunda Guerra Mundial, la Organización de Nacionalistas Ucranianos se ha percibido en numerosas ocasiones como el promotor para la formación del actual estado soberano e independiente de Ucrania.

La Masacre de Volinia ha sido condenada por diferentes líderes ucranianos como Yúshchenko o Zelenski, por lo que se pensaba que era un capítulo cerrado. Sin embargo, ante las tensiones entre ambas potencias, la historia parece haber resurgido cuestiones inicialmente enterradas.

Alianzas entre Polonia y Ucrania

A pesar de las diferencias políticas e históricas, la unión entre Polonia y Ucrania continúa siendo de especial relevancia para la seguridad de ambos países, sin embargo, parece que el país a las orillas del Mar Negro ha apostado por nuevos aliados dentro de la UE. Ucrania es consciente de la importancia de Polonia para dar visibilidad a la amenaza rusa entre los países de la Unión, sobre todo entre aquellos del frente occidental. Las instituciones ucranianas son conscientes de que uno de los objetivos principales de Polonia, en cuestiones de política exterior y seguridad, es un creciente foco de la UE en el este de Europa.  

Por otro lado, Polonia entiende que el apoyo a Ucrania es necesario para su seguridad nacional, evitando una posible expansión del conflicto sobre su territorio fronterizo con Kaliningrado, y asegurando su papel como potencia clave para la OTAN. La República de Polonia se ha convertido en uno de los principales aliados de Estados Unidos en el continente europeo de la mano de Gran Bretaña. Por ende, y teniendo en cuenta la amenaza que supone el conflicto de Ucrania para los valores y la hegemonía de Washington, se puede entender que Polonia percibe que su alianza con Ucrania es fundamental para mantener el apoyo económico, político y militar de Estados Unidos. 

Más allá de la importancia de las relaciones bilaterales entre los dos países vecinos, Ucrania ha apostado por nuevas coaliciones, con países como Alemania, con quien Polonia ha tenido una historia turbulenta. A pesar de sus relaciones económicas con Rusia, que le llevaron a ser más cautelosa al inicio del conflicto por su dependencia energética, Alemania ha sido la potencia de la Unión Europea que mayores donaciones armamentísticas ha efectuado a Ucrania.

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Ante la situación de emergencia y el distanciamiento con Polonia, Ucrania ha buscado aliados de importancia especial en la Unión. Asimismo, teniendo en cuenta las complejas relaciones entre Alemania y Ucrania por cuestiones históricas, los crecientes vínculos entre Ucrania y la República Federal de Alemania, pueden ser comprendidos como un cambio de estrategia en Ucrania y como un mensaje a la República de Polonia. Sin embargo, conscientes de la relevancia de apoyar a Ucrania en el contexto geopolítico actual, Polonia continúa apostando por colaborar con Ucrania, incluso concediéndole la posibilidad de usar su armamento en territorio ruso. 

Las relaciones entre Polonia y Ucrania han dado un vuelco desde el inicio de la Invasión Rusa. Pese al firme apoyo de la República de Polonia al inicio del conflicto, las diferencias político-económicas entre ambas naciones parecen haber abierto una brecha en sus relaciones bilaterales y han reavivado cuestiones históricas que parecían estar postergadas, como la Masacre de Volinia.

Asimismo, las nuevas alianzas de Ucrania en el continente europeo, en su búsqueda de un aliado sólido y tradicionalmente determinante, ha acrecentado la distancia entre los países vecinos enfrentados por la Crisis del Grano. No obstante, al margen de las diferencias, y conscientes de la relevancia que suponen el uno para el otro, los estados polaco y ucraniano continúan manteniendo vínculos esencialmente positivos, aunque mayormente limitados. 

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