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Las claves para crear contraseñas seguras (y evitar sustos digitales)

Este es el manual que deberías haber leído antes de usar la misma contraseña en todas tus cuentas. Aquí tienes los consejos clave para crear contraseñas seguras, según las recomendaciones de Microsoft y Google. 

Proteger tus cuentas digitales empieza por algo tan básico como elegir bien tu contraseña. Parece algo obvio, pero todavía hay quien sigue usando «123456» o el nombre de su perro como clave de acceso.

Lo preocupante no es solo que esas contraseñas sean débiles, sino que muchos las reutilizan en varios sitios, dejando la puerta abierta a ataques en cadena.

Según datos de expertos en ciberseguridad, la mayoría de brechas en cuentas personales no se producen por fallos técnicos, sino por errores humanos: contraseñas fáciles de adivinar, credenciales filtradas en otras webs o simplemente una mala gestión de la seguridad. Y lo peor es que no hace falta ser hacker para aprovecharse de eso.

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Crear una contraseña segura no cuesta nada y puede marcar la diferencia entre mantener tu privacidad o exponer tus datos a cualquiera.

Estos son los consejos para crear una contraseña segura

Desde Microsoft ofrecen una guía bastante clara para que cualquier usuario pueda reforzar la seguridad de sus cuentas. Estos son algunos de los puntos clave:

  • Apuesta por contraseñas de al menos 12 caracteres. Si puedes llegar a 14 o más, mejor.
  • Mezcla mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
  • Evita palabras de diccionario, nombres propios, productos o lugares conocidos.
  • Nada de claves recicladas. Cada cuenta debe tener su propia contraseña.
  • Tiene que ser fácil de recordar, pero difícil de adivinar para otros. Por ejemplo: «VacacionesEnTokio2023+».

Además, tanto Microsoft como Google recomiendan evitar cualquier tipo de información personal. Nada de fechas de nacimiento, teléfonos o nombres de familiares. Son datos fáciles de encontrar o deducir.

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Otra opción útil es combinar una base fija con algo relacionado con el servicio. Si tu clave maestra es «ClaveUltra+2024», podrías usar «gmClaveUltra+2024» para Gmail o «igClaveUltra+2024» para Instagram.

Así debes proteger tus contraseñas según Microsoft y Google

Una contraseña segura pierde todo su valor si no la gestionas bien. Desde Microsoft recuerdan varios puntos esenciales:

  • No compartas tu contraseña con nadie. Ni con amigos ni familiares.
  • No la envíes por correo, WhatsApp o similares.
  • Usa una contraseña única por cada plataforma.
  • Si te resulta difícil recordarlas, utiliza un gestor de contraseñas. Microsoft Edge incluye uno, y Google también permite gestionarlas desde la cuenta de usuario.
  • Cambia tu contraseña inmediatamente si sospechas que alguien ha podido acceder sin permiso.

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Google, por su parte, insiste en la importancia de añadir una capa extra de seguridad activando la verificación en dos pasos. Esta función requiere, además de tu contraseña, un código que sólo tú puedes generar desde tu móvil. Es una forma sencilla de blindar tus cuentas frente a accesos no autorizados.

Otra recomendación útil: si apuntas tus contraseñas en papel, que no sea en un sitio obvio. Mejor aún, apunta pistas que sólo tú entiendas. Por ejemplo, si tu contraseña es «RomaPrimavera2024#», anota «viaje favorito».

Ambas compañías también alertan sobre los intentos de suplantación. Si recibes un correo o llamada pidiéndote tus credenciales, aunque parezca legítimo, desconfía. Nadie serio te pedirá nunca tu contraseña por esos medios.

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¿Qué es un antivirus y por qué lo necesitas?

Guía clara para entender qué hace un antivirus, cómo te protege y por qué sigue siendo esencial en la actualidad. Si quieres aprender más, te recomendamos el Curso de Concienciación en Ciberseguridad de LISA Institute.

Un antivirus es una pieza clave de la seguridad digital. Actúa como un guardián que previene, detecta y elimina software malicioso antes de que cause daños, robe datos o interrumpa la actividad de un dispositivo. Aunque nació para combatir virus informáticos, hoy protege frente a una amplia variedad de amenazas como troyanos, spyware, ransomware y más.

Qué es un antivirus

Un antivirus es un programa diseñado para prevenir, detectar y eliminar código malicioso en ordenadores, móviles y redes antes de que cause daños. Funciona como un servicio en segundo plano que analiza archivos, procesos y tráfico entrante para identificar comportamientos o firmas propias de código malicioso y neutralizarlos en tiempo real. Con el tiempo, su función se ha ampliado para bloquear enlaces maliciosos, phishing y sitios peligrosos, además de limpiar infecciones cuando aparecen.

¿Qué protege un antivirus?

  • Malware es el término paraguas que engloba virus, gusanos, troyanos, spyware, adware, ransomware, rootkits y más.
  • Virus: se autorreplican insertando su código en otros programas, pudiendo dañar datos y el funcionamiento del sistema.
  • Troyanos: se disfrazan de software legítimo para lograr acceso y, desde ahí, robar información, registrar teclas o abrir puertas traseras.
  • Spyware: espía la actividad del usuario para extraer datos sin permiso, a menudo afectando la experiencia y privacidad.
  • Ransomware: cifra archivos o bloquea el dispositivo y exige un pago para devolver el acceso, con modelos criminales como “RaaS” que han disparado su alcance.

Cómo funciona un antivirus en la práctica

Un buen antivirus monitoriza en tiempo real, analiza descargas, archivos, adjuntos y páginas web, y detiene la ejecución de elementos maliciosos antes de que se propaguen. Cuando detecta una amenaza, suele aislarla en cuarentena para impedir que afecte al resto del sistema y permite su eliminación segura. Además, muchos programas incluyen escaneos bajo demanda y al acceder, filtros anti‑phishing en el navegador y módulos para bloquear enlaces o sitios peligrosos.

Por qué necesitas un antivirus

  • Ningún sistema operativo es invulnerable y las protecciones integradas no cubren todos los vectores, especialmente si se usan navegadores o servicios de terceros fuera del ecosistema del fabricante.
  • Las amenazas no desaparecen: cada día surgen nuevas variantes de malware que buscan vulnerar dispositivos y datos.
  • El volumen y la variedad de amenazas nuevas es constante, por lo que contar con capas adicionales de detección y respuesta reduce el riesgo de infección y pérdida de datos.
  • Las amenazas actuales no solo buscan dañar el equipo: persiguen robar credenciales, secuestrar archivos, vigilar actividad y monetizar el acceso a tus sistemas, lo que exige controles proactivos.
  • Protección más allá del sentido común: incluso webs conocidas pueden servir anuncios maliciosos, por lo que un antivirus añade una capa crítica si algo se cuela.

¿Y si ya tienes protección integrada?

Windows, macOS y otros sistemas cuentan con mecanismos, pero depender exclusivamente de estas capas puede dejar huecos. Por ello, una solución de terceros suele ampliar la cobertura y añadir funciones de endurecimiento. La prudencia reduce riesgos, por eso se recomienda mantener un antivirus activo como barrera de contención. Además, los actores maliciosos usan tácticas automatizadas y de ingeniería social que evolucionan constantemente, lo que hace valiosa una protección en tiempo real con actualizaciones frecuentes.

Qué buscar en un antivirus

  • Detección combinada (firmas+heurística+comportamiento) con actualizaciones automáticas.
  • Protección web y anti‑phishing, además de cortafuegos o endurecimiento del navegador si es posible.
  • Módulos anti‑ransomware, y funciones de cuarentena y recuperación fiables.
  • Consumo ligero de recursos y compatibilidad con tus dispositivos y sistema operativo.

Consejos para elegir y usar un antivirus

  • Prioriza la protección en tiempo real, la detección por comportamiento, el filtrado web anti‑phishing y las actualizaciones frecuentes.
  • Evalúa los que integren firewall, gestor de contraseñas o protección de identidad si se busca una solución todo en uno.
  • Mantén el software siempre actualizado: bases de firmas y motores son clave para detectar amenazas emergentes.
  • Complementa con hábitos seguros: copias de seguridad regulares, desconfianza ante adjuntos/enlaces, y descarga solo desde fuentes oficiales.

Buenas prácticas junto al antivirus

  • Mantener sistema y apps actualizados para cerrar vulnerabilidades que explotan virus, gusanos y troyanos.
  • Activar análisis en tiempo real y programar escaneos regulares para detectar amenazas latentes.
  • Ser cauto con adjuntos, descargas y enlaces. El antivirus ayuda, pero la higiene digital sigue siendo esencial.
  • Hacer copias de seguridad periódicas para mitigar el impacto de ataques ransomware o corrupción de datos.

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Ciberseguridad: qué es, tipos y amenazas actuales

Este artículo explica qué es la ciberseguridad, los tipos de protección más importantes y las amenazas que siguen creciendo en el entorno digital.

Cada clic, cada acceso a la nube o dato que compartimos deja una huella que puede quedar expuesta si no se protege bien, y ahí es donde entra en juego la ciberseguridad.

Podría decirse que esta actúa como una capa invisible de protección. Una barrera que detecta y frena peligros que muchas veces ni se ven. Filtra amenazas, bloquea intrusos y mantiene a salvo lo esencial.

¿Qué es la ciberseguridad?

La ciberseguridad puede definirse como el conjunto de prácticas, tecnologías y decisiones que protegen los sistemas informáticos, los datos y las redes frente a ataques digitales. Es una estrategia completa que busca prevenir robos, sabotajes, fraudes y accesos no autorizados.

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El campo de la ciberseguridad está en constante evolución. Los atacantes no descansan y sus métodos son cada vez más creativos. Desde el ransomware que bloquea sistemas enteros hasta el phishing que intenta engañarte por correo para robar tus credenciales, las amenazas cambian, se adaptan y se camuflan. Por eso, una buena defensa no se basa en una única herramienta, sino en una combinación de políticas, hábitos, formación y tecnología.

Tipos de seguridad digital que necesitas conocer

No toda protección digital es igual. Dependiendo de qué se quiera salvaguardar, existen distintas áreas:

  • Seguridad de red: Protege la infraestructura de comunicaciones frente a accesos no autorizados. Supervisa el tráfico, detecta actividades sospechosas y establece controles para mantener la integridad de la red.
  • Seguridad de dispositivos (endpoint): Asegura ordenadores, móviles, tablets y otros dispositivos conectados frente a amenazas como malware, accesos remotos no autorizados o ataques dirigidos.
  • Seguridad en la nube: Garantiza la protección de los datos, aplicaciones y servicios alojados en entornos cloud. Incluye cifrado, control de accesos y monitorización continua.
  • Seguridad de aplicaciones: Previene vulnerabilidades en el software, tanto durante el desarrollo como en su uso. Refuerza las aplicaciones frente a ataques como inyecciones de código o accesos indebidos.
  • Gestión de identidades y accesos (IAM): Regula quién accede a qué recursos dentro de una organización. Incluye autenticación multifactor, control de privilegios y auditoría de actividad.

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Estas capas actúan de forma complementaria para reducir riesgos, contener incidentes y garantizar la continuidad de las operaciones en un entorno cada vez más digitalizado.

Principales amenazas de ciberseguridad que siguen creciendo

El mayor problema de las amenazas actuales no es solo su volumen, sino su capacidad para camuflarse. Estas son algunas de las técnicas más frecuentes hoy:

  • Phishing: Correos o mensajes que imitan a empresas conocidas para engañar al usuario. Suelen pedir que verifiques tu cuenta o accedas a un enlace falso. Su objetivo es robar contraseñas, datos bancarios o identidades.
  • Ransomware: Bloquea el acceso a sistemas o archivos y exige un rescate económico para liberarlos. Afecta tanto a usuarios individuales como a grandes empresas. La recuperación suele ser lenta y costosa.
  • Malware: Programas maliciosos que se instalan sin permiso y que permiten espiar, dañar o extraer información confidencial. Puede llegar por un archivo adjunto, un USB infectado o una descarga insegura.
  • Robo de credenciales: Obtener tu usuario y contraseña es, para los atacantes, una puerta abierta. Una vez dentro, pueden moverse sin restricciones y comprometer todo el sistema.
  • Amenazas internas: No todos los riesgos vienen del exterior. Empleados descontentos, errores humanos o malas prácticas también pueden provocar brechas de seguridad graves.

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Estas amenazas no sólo evolucionan, también se combinan entre sí para resultar más efectivas. Por eso, una estrategia de ciberseguridad sólida debe estar preparada para detectarlas, contenerlas y responder sin perder tiempo.


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Altman afirma que ChatGPT permitirá el erotismo para usuarios adultos

OpenAI prepara una versión más permisiva de ChatGPT, con erotismo limitado a usuarios adultos verificados y nuevas medidas de seguridad, según Altman.

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, anunció el martes 14 de octubre en X que la empresa reducirá algunas de las restricciones de seguridad de ChatGPT, permitiendo respuestas más «humanas» y conversaciones eróticas entre adultos verificados. «Hicimos que ChatGPT fuera bastante restrictivo para asegurarnos de que estábamos teniendo cuidado con los problemas de salud mental», declaró Altman. Sin embargo, explicó que en diciembre, con la implementación más completa de las restricciones por edad, se permitirá «el erotismo para adultos verificados» como parte del principio de la compañía de «tratar a los usuarios adultos como adultos».

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El anuncio marca un giro en la estrategia de OpenAI tras meses de intentar corregir comportamientos problemáticos entre usuarios inestables. Altman aseguró que la empresa ha «podido mitigar los graves problemas de salud mental» asociados a ChatGPT. Sin embargo, OpenAI no presentó evidencias que respalden esa afirmación, mientras avanza con sus planes para incorporar interacciones sexuales controladas en la plataforma. Este cambio ocurre poco después de que la compañía enfrentara demandas y críticas por supuestos efectos psicológicos negativos vinculados al uso intensivo de sus modelos de lenguaje.

Escándalos relacionados con ChatGPT

Durante el verano, casos como el de un usuario convencido de poseer habilidades matemáticas extraordinarias o la denuncia de padres que culparon a ChatGPT del suicidio de su hijo elevaron la presión mediática. En respuesta, OpenAI lanzó herramientas de seguridad contra la «adulación de la IA», fenómeno en que el chatbot refuerza ideas perjudiciales de los usuarios. Posteriormente, introdujo GPT-5, modelo con menor tendencia a ese comportamiento y con mecanismos para detectar señales de riesgo.

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En agosto y septiembre de 2025, la empresa amplió sus medidas preventivas. Incorporó la predicción de edad, el control parental y un consejo asesor de salud mental. Ahora, Altman considera que los incidentes graves están contenidos, aunque persisten dudas sobre los efectos del nuevo modelo GPT-5. Mientras GPT-4o continúa disponible, los analistas advierten que las interacciones entre usuarios vulnerables y la IA podrían seguir siendo problemáticas bajo un entorno más permisivo.

Un terreno inexplorado

La apertura al contenido erótico posiciona a OpenAI en un terreno inexplorado. Altman insistió en que la empresa no busca «maximizar el uso» ni fomentar el engagement, pero diversos observadores subrayan que esta estrategia podría aumentar la atracción hacia ChatGPT. Compañías rivales, como Character.AI, han probado fórmulas similares con notable éxito comercial, aunque enfrentan demandas por los riesgos hacia usuarios jóvenes. Según un estudio reciente, cerca de un 20% de los estudiantes de secundaria reconocen haber tenido o conocer a alguien con vínculo romántico con un chatbot.

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OpenAI justifica el erotismo como una funcionalidad exclusiva para adultos verificados, apoyándose en su sistema de predicción de edad. Si este fallara, los usuarios deberán subir una identificación oficial, práctica que Altman califica como una «compensación digna». No obstante, no se ha confirmado si el erotismo se extenderá a los generadores de voz o video. Mientras tanto, la empresa mantiene su política de moderación más flexible, que también ha permitido contenidos antes prohibidos como símbolos de odio, en un intento por equilibrar el crecimiento global de ChatGPT con la protección de usuarios emocionalmente frágiles.

Una propuesta de Ley en Ohio busca prohibir el matrimonio entre humanos y la IA

El Proyecto de Ley 469 presentado en Ohio busca declarar a la IA como entidad no sensible y prevenir su capacidad de actuar legalmente como un ser humano, como tomar decisiones o ejercer funciones reservadas.

El legislador estatal Thaddeus Claggett ha presentado en Ohio un proyecto de ley que busca prohibir los matrimonios entre seres humanos y sistemas de Inteligencia Artificial. El texto, identificado como Proyecto de Ley 469, pretende declarar a las IA como «entidades no sensibles» e impedir que adquieran personalidad jurídica. Con ello, se evitaría que estos sistemas pudieran tomar decisiones legalmente válidas o tener derechos reservados a las personas, como contraer matrimonio o administrar bienes.

Según Claggett, la medida responde al rápido avance tecnológico que ha permitido que los sistemas de IA actúen y se expresen de forma similar a los humanos. «Queremos estar seguros de tener prohibiciones en nuestra ley que impidan que esos sistemas actúen como humanos», declaró el representante y presidente del Comité de Tecnología e Innovación estatal en una entrevista con NBC4. La iniciativa, presentada a finales de septiembre, busca anticiparse al impacto social y legal del creciente vínculo entre individuos y sistemas automatizados.

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El texto legislativo prohíbe expresamente que las IA ejerzan roles de cónyuges o tomen decisiones en nombre de personas. Claggett explicó que el objetivo es evitar que, mediante una relación legal, la IA obtenga facultades para ejercer poderes notariales, decisiones financieras o incluso médicas. En este punto, apuntó: «El público debe comprender el riesgo extremo», recordando que el propósito del proyecto es mantener a los humanos siempre al control de la tecnología.

Asimismo, la propuesta establece que los sistemas de IA no podrán poseer bienes inmuebles ni controlar propiedades intelectuales o cuentas financieras. Tampoco podrán ocupar puestos de dirección o gestión en empresas, impidiendo que tengan injerencia administrativa o patrimonial. Además, cualquier daño producido por la IA recaerá en sus propietarios o desarrolladores humanos, tal y como especifica el documento citado por NBC4.

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Claggett insistió en que la propuesta no busca censurar el uso de la IA, sino mantener los límites entre lo humano y lo artificial. «La gente debe entender que no estamos hablando de marchar al altar al son de una melodía y celebrar una ceremonia con el robot que estará en nuestras calles dentro de un año o dos», aclaró, al advertir que los sistemas avanzados son «mucho más inteligentes que un ser humano y mejores en ciertas tareas». A su juicio, eso podría derivar en que «acaben asumiendo funciones reservadas para las personas con consecuencias desconocidas».

La iniciativa surge en un contexto donde crecen los casos de usuarios que afirman mantener vínculos emocionales o incluso matrimoniales con sus chatbots. NBC4 cita un estudio de la empresa Fractl realizado en Florida a mil usuarios de IA, en el que el 22% reconoció haber generado una conexión emocional con un chatbot y el 3% lo considera su pareja romántica. El proyecto de Claggett, aún pendiente de debate en la Cámara de Representantes de Ohio, busca legislar antes de que el fenómeno evolucione hacia escenarios legales difíciles de revertir.

Marruecos y la rebelión de la Generación Z: entre la indignación social y el riesgo de inestabilidad

La Generación Z en Marruecos alza la voz frente al desempleo, la desigualdad y la represión. Su descontento resuena en redes y calles, con una fuerza inédita. En este artículo, la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Rosalía Fernández presenta un análisis prospectivo. Examina las causas, actores, escenarios y riesgos de un movimiento que podría redefinir el futuro del reino

Una juventud conectada y precarizada irrumpe en las calles para cuestionar un modelo de modernización que invierte en grandes eventos internacionales mientras deja desatendidos los servicios básicos.

Lo que comenzó como un drama hospitalario en Agadir se convirtió rápidamente en un terremoto político y social. La muerte de ocho mujeres embarazadas por falta de anestésicos encendió la chispa de un descontento acumulado durante años.

Las calles de Rabat, Casablanca, Marrakech o Tánger se llenaron no solo de indignación, sino de un clamor estructural: Marruecos invierte miles de millones en megaproyectos como el Mundial 2030, mientras sus hospitales y escuelas carecen de recursos básicos. El lema viralizado —«No queremos Mundial, queremos hospitales»— resume la paradoja de un país que proyecta modernidad internacional mientras descuida lo esencial.

La Generación Z como actor disruptivo en Marruecos

Esta protesta no es episódica; es la irrupción de una generación que ya no acepta la pasividad. La Generación Z marroquí representa casi la mitad de la población, está formada, pero sin empleo, y vive atrapada entre la precariedad y la exposición constante a estándares de vida globales.

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Lo que da fuerza a este movimiento es su dominancia digital. TikTok, Telegrama o X se han transformado en plazas públicas virtuales, donde la indignación se convierte en narrativa colectiva y los vídeos virales reemplazan los discursos oficiales. No hay líderes visibles que puedan ser cooptados; hay redes descentralizadas que multiplican la presión y amplifican la voz de la juventud.

Pero no se trata solo de hospitales o empleo: se trata de dignidad, justicia social y un contrato generacional renovado que rompa con la lógica de promesas incumplidas.

Continuidades y rupturas con el pasado

El eco del Hirak del Rif (2016–2017) resuena, pero esta vez la protesta trasciende regiones y sectores. Lo que emerge es un movimiento nacional, generacional y transversal, que desafía un modelo percibido como desconectado de las necesidades reales.

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Además, Marruecos ya no puede ocultar estas tensiones: la visibilidad internacional por el Mundial 2030 y su rol estratégico frente a Europa hace que cada manifestación tenga repercusiones inmediatas en la percepción global. Si el Hirak fue un desafío regional, lo de ahora es un choque directo con la narrativa oficial de modernización, donde la discrepancia entre proyección exterior y realidad interior se vuelve insostenible.

Escenarios prospectivos

El futuro de estas movilizaciones sigue abierto, con varios caminos posibles:

  1. Cooptación parcial y represión selectiva (escenario más probable): Rabat combina arrestos con concesiones puntuales para desgastar el movimiento sin alterar el equilibrio de poder.
  2. Reformas controladas: si la presión interna e internacional se intensifica, el régimen podría invertir de verdad en sanidad, educación y empleo, ofreciendo una salida institucional al conflicto.
  3. Escalada de inestabilidad: la represión masiva y la falta de horizontes podrían radicalizar la protesta, atrayendo a sindicatos, clases medias urbanas e incluso actores islamistas.
  4. Impacto regional y geopolítico: un Marruecos debilitado perdería capacidad de influencia en el Magreb y el Sahel, y su papel en la gestión migratoria hacia Europa se vería comprometido.

5 claves para entender la revuelta de la Generación Z en Marruecos

  1. Un detonante simbólico: la tragedia de Agadir catalizó años de frustración acumulada en sanidad y servicios públicos.
  2. Una juventud precarizada: con un desempleo juvenil del 35,8%,que incluye un 19% de desempleados que son graduados universitarios.  La Generación Z vive en un presente sin futuro concreto.
  3. El poder de lo digital: las redes sociales se han convertido en plazas públicas y motores de organización y visibilidad.
  4. La paradoja del modelo marroquí: el país brilla hacia afuera, pero descuida las necesidades esenciales de su ciudadanía.
  5. Un desafío estratégico: la protesta no solo cuestiona la paz social interna, sino también la posición internacional de Marruecos.

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Riesgos estratégicos y lecciones

El movimiento revela fracturas estructurales:

  • Fractura generacional: la desconexión entre un Estado centrado en la proyección internacional y una juventud excluida erosiona la legitimidad política.
  • Erosión reputacional: la imagen de estabilidad y modernización se debilita ante la evidencia de desigualdad y protesta.
  • Riesgo de contagio regional: en un Magreb tensionado por desempleo, crisis climática y migraciones, el ejemplo marroquí podría reavivar memorias de las primaveras árabes.

Lo que emerge en Marruecos no es una protesta episódica, sino un choque estructural entre un modelo de modernización vertical y una juventud crítica y conectada.

El régimen enfrenta una elección estratégica: convertir esta crisis en oportunidad, reforzando el capital humano y renovando el contrato social, u optar por la contención represiva, arriesgándose a un desgaste prolongado.

La Generación Z marroquí ha dejado claro que ya no aceptará esperar pasivamente. El desafío para Marruecos no es solo apagar las protestas, sino escuchar el mensaje que su juventud está enviando sobre el futuro del país.

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Injerencia extranjera en Libia y sus implicaciones para la estabilidad regional

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La injerencia extranjera en Libia ha profundizado la fragmentación del país. Actores globales y regionales compiten por recursos, poder e influencia. En este artículo, Inés Calzada Espuny explica cómo esta pugna afecta la seguridad del Mediterráneo y el Sahel.

Libia, un conflicto estancado que, lejos de resolverse, sigue proyectando inestabilidad en el Mediterráneo y en el Sahel. A más de una década de la caída de Muamar el Gadafi, el país continúa dividido entre facciones rivales. Está atrapado en un ciclo de violencia, intervención extranjera y disputas por el control de los recursos energéticos. Esta crisis rara vez ocupa titulares hoy, ya que la atención se centra en la guerra de Ucrania, el conflicto de Gaza, Sudán y el colapso del régimen sirio. Por eso, Libia ha quedado relegada a un segundo plano.

Sin embargo, representa uno de los principales desafíos para la seguridad regional. Tiene repercusiones directas en el terrorismo, el crimen organizado y los flujos migratorios hacia Europa. La guerra de Ucrania ha agravado aún más el problema: encareció la vida de los libios, aumentó la dependencia del petróleo y reforzó la injerencia de Rusia y Turquía. Ambos países instrumentalizan a Libia como pieza clave en la competencia energética y geopolítica.

Libia: epicentro de un conflicto estancado

La geografía convierte a Libia en un enclave estratégico. Situado entre África y Europa, funciona como corredor clave de migración irregular y mercado negro de armas. También es un nodo energético que conecta el Sahel con el Mediterráneo. En 2020, Amnistía Internacional informó que circulaban más de 20 millones de armas incontroladas en su territorio. Esto lo convierte en uno de los mercados ilícitos más grandes del mundo.

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El tráfico de armas que parte de Libia abastece conflictos en Mali, Níger, Chad y Sudán, y viceversa. Por eso, Naciones Unidas considera al país una amenaza de alcance transnacional. Entre las facciones chadianas destacadas en el conflicto libio están la «Unión de Fuerzas para la Democracia y el Desarrollo» (UFDD), que colaboró con las fuerzas de Haftar como mercenarios, y el «Frente para el Cambio y la Concordia» (FACT), vinculado indirectamente al Grupo Wagner ruso.

La riqueza petrolera, cuyo corazón está en la «Media Luna Petrolera», lejos de generar estabilidad, se ha convertido en una fuente constante de disputa. Libia concentra el 41 % de las reservas africanas de crudo. Aunque produce alrededor de 1,3 millones de barriles diarios, el control de puertos y campos petrolíferos es usado por facciones armadas como herramienta de presión.

El 16 de enero de 2025, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 2769. Prorrogó el mandato de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) y renovó las sanciones vigentes: embargo de armas, congelación de activos y prohibición de exportaciones ilegales de petróleo. También autorizó a los Estados a inspeccionar buques sospechosos de traficar con crudo libio. El embargo prohíbe transferencias de armas sin autorización expresa del Comité de Sanciones, aunque esta norma se incumple sistemáticamente. En este contexto, la Unión Europea mantiene la Operación IRINI en el Mediterráneo central.

Su mandato incluye vigilar el embargo de armas de la ONU y el tráfico ilícito de petróleo. Por ejemplo, el 31 de agosto fue interceptado en Ceuta el buque Lila Mumbai, procedente de Emiratos Árabes Unidos. Estaba bajo sospecha de transportar material con posible uso militar hacia Bengasi, lo que violaría el embargo decretado en 2011 y renovado anualmente. El barco fue retenido en Algeciras y partió hacia Libia el 21 de septiembre con un expediente sancionador abierto por Aduanas.

En el plano político, la división mantiene a Libia fragmentada entre dos polos. Por un lado, el Gobierno de Unidad Nacional (GNU) en Trípoli, reconocido por la ONU. Por otro, el Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal Jalifa Haftar, que controla gran parte del este y del sur del país.

En paralelo, milicias locales como el Aparato de Apoyo a la Estabilidad (SSA) ejercen un poder de facto sobre barrios y distritos. Se han convertido en auténticos «señores de la guerra», financiados mediante extorsión, contrabando y control de instituciones estatales. El SSA fue creado en 2021 por el GNU para combatir terrorismo, crimen e inmigración irregular. Sin embargo, en la práctica está controlado por milicias de Trípoli. Actúa como un grupo paramilitar con poder propio, acusado de abusos y de manejar centros de detención ilegales.

El intento de Gadafi de frenar la proliferación de milicias mediante salarios para jóvenes terminó consolidando el modelo. El Estado perdió el monopolio de la violencia y las milicias pasaron a formar parte de la arquitectura política.

Actualmente, cada grupo armado se enfoca en dominar los recursos vitales, ya sea de forma directa o controlando instituciones que administran los ingresos, como el Banco Central o la Corporación Nacional del Petróleo. Estas milicias reivindican su legitimidad y utilizan el aparato estatal como botín, bloqueando cualquier proceso hacia un Estado centralizado y fuerte.

Tras el alto el fuego de 2020 (de la segunda guerra civil iniciada en 2014), la transición política en Libia sigue estancada. Naciones Unidas intentó abrir un proceso mediante el Foro de Diálogo Político Libio, pero sin éxito.

Las elecciones generales previstas para 2021 nunca se celebraron. Aunque en noviembre de 2024 se desarrolló con éxito la primera fase de elecciones municipales en 58 localidades, la segunda vuelta fue aplazada sin fecha oficial. En 2025, el Consejo de Seguridad de la ONU respaldó una nueva hoja de ruta para avanzar hacia presidenciales y legislativas en 18 meses. Sin embargo, la rivalidad entre facciones y la falta de instituciones unificadas siguen siendo obstáculos críticos.

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El episodio del 12 de mayo en Trípoli, tras el asesinato de Abdelghani «Ghneiwa» al-Kikli, comandante del SSA, reflejó la fuerza de estos grupos. Durante dos días de combates, seis personas murieron y se pactó una tregua el 14 de mayo. Sin embargo, desde entonces las milicias han utilizado fuego real para reprimir protestas ciudadanas contra el gobierno.

En un intento de mostrar control, el primer ministro Abdelhamid Dabeiba decretó la disolución o reestructuración de varios organismos armados. Sin embargo, la resistencia de las facciones llevó al presidente del Consejo Presidencial, Mohamed al-Menfi, a congelar las medidas al día siguiente.

La crisis provocó la dimisión del viceprimer ministro y de varios ministros clave. Esto reflejó la incapacidad del gobierno para imponerse sobre las milicias. También evidenció el incumplimiento reiterado del derecho internacional humanitario, que prohíbe ataques deliberados contra civiles y obliga a facilitar ayuda y evacuaciones.

En el plano económico, Libia produce alrededor de un millón de barriles diarios, aunque los bloqueos de pozos redujeron en 2024 la producción nacional en un 63 %. Asimismo, el país sufre un déficit eléctrico crónico, colas en gasolineras y apagones que superan el 50 % del suministro en varias zonas. El saqueo de depósitos y el contrabando de combustibles han generado una economía paralela de más de 5.000 millones de dólares.

No obstante, en diciembre de 2024, los gobiernos del este y el oeste consensuaron una propuesta para eliminar los subsidios a los combustibles. El objetivo es frenar el contrabando.

Además, la Corporación Nacional de Petróleo anunció que Arabian Gulf Oil Co. desarrollará nuevos yacimientos de gas en el bloque NC-7, en el oeste del país. La empresa podría aliarse con socios internacionales como Eni, TotalEnergies, ADNOC y Turkish Petroleum.

La propuesta, aún pendiente de concretarse, abre expectativas de mejora social y económica, así como de otorgar a Libia mayor relevancia en la comunidad internacional. Sin embargo, también plantea el riesgo de incrementar la dependencia estructural del país respecto a potencias extranjeras.

El impacto humanitario es severo: más de 125.000 desplazados internos a finales de 2023, denuncias de desapariciones, violaciones de derechos humanos y deterioro en el acceso a servicios esenciales. Además, existe una creciente presión migratoria.

Libia no solo es origen de solicitantes de asilo, sino también destino de refugiados provenientes de Sudán y otros países del Sahel. Sus conflictos se entrelazan con la inestabilidad libia. Este flujo desborda la débil infraestructura humanitaria del país y refuerza la percepción de Libia como epicentro de inseguridad en el Mediterráneo y el norte de África.

La injerencia externa: un tablero geopolítico

La ausencia de un poder central sólido ha convertido a Libia en un laboratorio de rivalidad global. Actores externos compiten por influencia política, económica y militar.

Turquía respalda militarmente al Gobierno de Unidad Nacional (GNU) en Trípoli, proporcionando drones, asesores y mercenarios sirios. A cambio, Ankara obtiene acuerdos energéticos, contratos de reconstrucción y el polémico acuerdo de delimitación marítima de 2019. Este pacto refuerza sus reclamaciones en el Mediterráneo oriental, de modo que ningún gobierno puede consolidarse en la capital sin su beneplácito.

Sin embargo, el acuerdo ha generado fricciones con Grecia y Chipre, que lo consideran una violación de sus derechos soberanos sobre zonas económicas exclusivas. Esta postura se basa en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). Turquía traza líneas marítimas que atraviesan áreas que Atenas y Nicosia reclaman como propias.

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Esto pone en riesgo su acceso a recursos energéticos y futuros proyectos de gas natural. Italia, aunque menos afectada directamente, percibe que la influencia turca en Libia puede alterar la estabilidad regional, la seguridad marítima y la gestión migratoria. En respuesta, estos países han presionado al Consejo Europeo para incluir la migración en la agenda, alertando sobre las posibles consecuencias para la seguridad regional.

En paralelo, Rusia apoya a Khalifa Haftar a través de la organización Africa Korps, heredera del Grupo Wagner. Busca afianzar bases aéreas y navales, y garantizar acceso a hidrocarburos. Libia se ha convertido además en un destino clave de las exportaciones de diésel ruso, esenciales tras las sanciones europeas por la guerra en Ucrania. Egipto y Emiratos Árabes Unidos respaldan igualmente a Haftar, interpretándolo como un garante frente a la expansión del islamismo político.

Egipto busca seguridad en su frontera occidental y oportunidades para sus empresas. Emiratos Árabes Unidos pretende contener a Qatar y Turquía, y frenar el avance de los Hermanos Musulmanes. Además, asegura su acceso a proyectos energéticos y logísticos.

Qatar, por su parte, apoya al oeste libio en sintonía con Ankara. Marruecos y Argelia compiten en la esfera diplomática. Rabat actúa como mediador de Naciones Unidas en el marco del Acuerdo de Skhirat (2015). Argel, como miembro del Consejo de Seguridad hasta 2025, proyecta su influencia sobre la crisis libia.

A nivel extra-regional, Estados Unidos observa con inquietud la presencia rusa y turca, que interpreta como un desafío directo a la zona sur de la OTAN. En respuesta, ha intensificado su diplomacia. Prueba de ello fue la visita de Massad Boulos, asesor especial para asuntos árabes y Oriente Medio, a Trípoli y Bengasi los días 23 y 24 de julio.

China, en cambio, mantiene un enfoque discreto centrado en la economía. A través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), muestra interés en proyectos de infraestructura. Tras el recorte de la ayuda estadounidense (USAID) y siendo uno de los principales socios comerciales de Libia, Pekín ha manifestado su interés en reconstruir carreteras, puertos y desarrollar proyectos energéticos de petróleo y gas. Busca asegurar suministro y presencia en el Mediterráneo. Para ello, mantiene canales de comunicación con el GNU y con Haftar, aunque evita implicarse directamente en el plano militar o político.

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La Unión Europea, dividida, ha visto debilitada su capacidad de maniobra. Italia prioriza la contención migratoria y el suministro energético. Refuerza acuerdos bilaterales con el GNU y mantiene relaciones con el LNA. Prueba de ello son las recientes visitas a Italia de Saddam Haftar, probable sucesor de su padre.

Francia y el Reino Unido, por su parte, tienden a aproximarse al LNA, también mediante el heredero de Haftar. Ambos países priorizan la lucha antiterrorista y su influencia en el Sahel. Esta fragmentación europea facilita la intervención de potencias externas en el país.

Ecos en el Sahel: el caso de Mali

La inestabilidad en Libia ha tenido repercusiones significativas en el Sahel, y viceversa. En especial, en Mali, donde la violencia y el vacío de poder han facilitado la proliferación de armas y el fortalecimiento de grupos armados.

Tras la intervención de la OTAN en 2011 y la caída de Gadafi, Libia se convirtió en un punto de tránsito de armas. Estas han alimentado conflictos en varios países vecinos.

En Mali, la situación se agravó con los golpes de Estado de 2020 y 2021, que dejaron el país bajo control de una junta militar. Esta junta rompió relaciones con Francia y buscó apoyo en Rusia. Las fronteras porosas y la falta de control estatal facilitaron el contrabando de armas, drogas y personas.

Al igual que en Libia, en Mali las milicias y grupos armados han suplantado a las instituciones. Esto ha deteriorado la calidad de vida y reducido las libertades. La retirada de misiones internacionales, como la MINUSMA en 2023, y el avance de grupos yihadistas vinculados a Al Qaeda y Estado Islámico han reforzado la percepción de un arco de inestabilidad que conecta el Sahel con el Magreb.

Además, es importante destacar que las identidades tribales en el Sahel y el Magreb a menudo trascienden las fronteras nacionales. Las relaciones entre tribus y linajes pueden influir en las dinámicas de poder y conflicto, complicando aún más los esfuerzos por estabilizar la región.

Ambos escenarios comparten dinámicas: Estados frágiles, injerencia externa, economía ilícita y sufrimiento civil. Y ambos proyectan sus efectos hacia Europa, donde el control de los flujos migratorios se ha convertido en una prioridad estratégica.

Impacto de la crisis en Libia sobre Europa

Libia representa para Europa tanto una amenaza como una oportunidad estratégica. La migración irregular que parte de sus costas ha tensionado a países como Italia y Malta, con episodios críticos como la crisis en Lampedusa.

Roma ha firmado acuerdos con Trípoli para reforzar la guardia costera libia y limitar las salidas, aunque las organizaciones humanitarias advierten que estas medidas pueden exponer a los migrantes a detenciones arbitrarias y abusos en centros de internamiento. Este modelo, polémico, podría influir en la política migratoria europea en el corto plazo.

Más allá de la migración, Libia tiene un papel central en la seguridad energética de Europa. El país es un posible proveedor alternativo de petróleo y gas, especialmente en un contexto marcado por la incertidumbre en Ucrania y Oriente Medio. Empresas europeas, incluyendo la española Repsol, mantienen intereses significativos en el país y se postulan para las nuevas licitaciones de prospección lanzadas desde Trípoli.

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En el ámbito de la seguridad y el control marítimo, la Unión Europea ha desplegado operaciones como Sophia (2015-2020) y la actual IRINI. Ambas están orientadas a vigilar el embargo de armas y el tráfico ilícito en el Mediterráneo central.

En conjunto, la estabilidad de Libia sigue siendo frágil. Para Europa, los principales desafíos giran en torno a la gestión de los flujos migratorios, la protección de los suministros energéticos y la salvaguarda de los intereses económicos y estratégicos de los Estados miembros y sus empresas.

Perspectivas regionales: injerencia y futuro de Libia

Libia permanece atrapada en un círculo vicioso de estancamiento político, fragmentación militar e injerencia externa. Los acuerdos anteriores -desde el de Skhirat en 2015, que estableció el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) como autoridad legítima con el objetivo de unificar las instituciones, hasta la Conferencia de Berlín en 2020– no lograron resultados sostenibles, limitándose a pactos entre élites. El alto el fuego de 2020 sigue siendo frágil, y las elecciones presidenciales previstas continúan postergadas.

El 20 de junio de 2025 se celebró la reunión del International Follow-up Committee on Libya (IFC-L), tras cuatro años sin convocarse. Este comité deriva de los acuerdos de Berlín y contó, por primera vez, con la participación de España.

Sin embargo, ninguno de los actores más poderosos parece dispuesto a alterar el statu quo. Tampoco muestran voluntad de seguir la hoja de ruta del comité, que busca crear un gobierno de reunificación democrática del país.

Romper este ciclo exige un enfoque nuevo y realista. Las experiencias pasadas han demostrado la ineficacia de los pactos de reparto de poder entre élites. Es necesario un marco alternativo que fortalezca las instituciones, aborde la corrupción y siente las bases de un proceso electoral justo y vinculante. Entre las medidas clave se incluyen:

  • Modernización del sistema judicial y consolidación del Estado de derecho.
  • Diversificación económica más allá del petróleo, reduciendo la dependencia de un recurso vulnerable a crisis externas.
  • Racionalización de la administración pública, limitada a organismos eficaces para evitar el despilfarro (en 2011 había 250 instituciones públicas y hoy más de 940).
  • Cooperación regional e internacional coordinada, con posturas unificadas para abordar las raíces de la inestabilidad.

Algunas experiencias extranjeras pueden servir como referencia. La Constitución de 2014 en Túnez y el Acuerdo de Taif en Líbano lograron avances en construcción institucional y conciliación política tras conflictos prolongados.

El patrón actual de intervenciones unilaterales perpetúa el caos y reduce las perspectivas de estabilidad. No obstante, se observa un reconocimiento internacional creciente del LNA del mariscal Khalifa Haftar, de 81 años, cuyo probable sucesor es su hijo, de facto jefe del Ejército. Esta transición será un momento crítico para el futuro político y militar del país.

En este contexto, el petróleo y la migración se han convertido en monedas de cambio utilizadas por potencias externas para negociar desde posiciones de fuerza, mientras la población civil enfrenta apagones, inflación, represión y desplazamientos forzados. El «Estado fallido» libio no es solo un problema local, sino un epicentro de inestabilidad regional con impacto directo en Europa.

La evolución de Libia en los próximos años dependerá de la coordinación internacional, la consolidación institucional y la capacidad de las élites políticas para superar bloqueos históricos. El país podría convertirse en un socio estable o seguir siendo un foco de tensión regional.

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El MI5 avisa que los políticos británicos son objetivo de espionaje e injerencia

La agencia de Inteligencia de Reino Unido actualiza sus directrices de protección tras detectar riesgos de espionaje por parte de estados como Rusia, China e Irán.

El MI5 advirtió el domingo 12 de octubre a todos los representantes políticos de Reino Unido de que son «un objetivo potencial» de operaciones de espionaje e injerencia extranjera. La agencia de Inteligencia británica ha emitido nuevas directrices destinadas a proteger a los funcionarios y sus equipos. Según el comunicado del Gobierno, la amenaza proviene de actores respaldados por estados como Rusia, China e Irán. Las recomendaciones buscan reforzar la seguridad en todos los niveles de las instituciones.

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El director general del MI5, Ken McCallum, pidió a los políticos británicos «proteger la democracia de Reino Unido» y «protegerse a sí mismos». Además, explicó que «cuando estados extranjeros roban información vital o manipulan procesos democráticos, erosionan los cimientos de la soberanía». Estas advertencias acompañan un plan de medidas prácticas elaborado por la Autoridad Nacional de Seguridad Protectora (NPSA), organismo del propio MI5 responsable de la elaboración de las directrices.

El documento advierte también que tanto diputados, pares y concejales, como candidatos y personal parlamentario, deben entender la magnitud del riesgo y aplicar contramedidas simples. «Como político electo, candidato o miembro del personal, usted es un objetivo potencial. Protéjase y proteja a su equipo», indica el texto oficial. De igual modo, se incluye a representantes de los parlamentos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, así como a alcaldes y comisarios de policía. El objetivo es salvaguardar la integridad de las instituciones británicas ante intentos de manipulación o infiltración extranjera.

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El ministro del Interior, Dan Jarvis, ha pedido a los cargos electos y funcionarios «estar alerta y confiar en sus instintos si algo no les parece correcto». De igual manera, añadió que «los agentes de inteligencia extranjeros explotan las redes sociales profesionales y las vulnerabilidades personales para generar influencia». Jarvis explicó también que la nueva guía complementa el trabajo previo del Gobierno frente a la injerencia exterior. Asimismo, recordó que «quienes ejerzan influencia política en nombre de potencias extranjeras deben registrarse en el Registro de Influencia Extranjera» para garantizar la transparencia en la vida pública.

California frena propuesta para restringir chatbots de IA a menores

El gobernador de California, Gavin Newsom, veta la ley que restringía el uso de chatbots de IA a menores.

El gobernador de California, Gavin Newsom, vetó una legislación que habría limitado severamente el acceso de menores de edad a los chatbots de inteligencia artificial. La medida prohibía a las empresas ofrecer estos sistemas a menores de 18 años, salvo que garantizaran que no fomentarían conversaciones sexuales ni de autolesión. «Si bien apoyo firmemente el objetivo de establecer salvaguardias necesarias para el uso seguro de la IA por parte de menores, el proyecto impone restricciones tan amplias que puede conducir a una prohibición total», advirtió Newsom al justificar su decisión.

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El veto coincidió con la firma de otra ley que obliga a las plataformas a advertir cada tres horas que el usuario habla con un chatbot y no con un humano. Además, las empresas deberán aplicar protocolos para frenar contenidos de riesgo y derivar a servicios de crisis a usuarios con pensamientos suicidas. Newsom, padre de cuatro hijos menores, explicó que California tiene una responsabilidad especial en proteger a los jóvenes que recurren a la IA para apoyo escolar y emocional.

California forma parte de varios estados que intentan enfrentar los riesgos de los chatbots dirigidos a niños, tras denuncias de que sistemas de Meta y OpenAI mantuvieron conversaciones sexualizadas o incluso alentaron el suicidio. Ambas normas vetadas formaban parte de un paquete más amplio de proyectos para controlar la industria de la IA, que opera con escasa supervisión. Según Tech Oversight California, las tecnológicas gastaron más de 2,5 millones de dólares para frenar estas propuestas, al mismo tiempo que impulsaban Comités de Acción Política en defensa del sector.

La ley rechazada habría permitido al fiscal general imponer multas de hasta 25.000 dólares por infracción a empresas que mantuvieran chatbots con simulaciones de «relaciones humanas». El director de Common Sense Media, James Steyer, calificó el veto como «profundamente decepcionante», y sostuvo que la norma era «urgente para proteger a los niños de chatbots peligrosos y mortales». Sin embargo, el sector tecnológico replicó que la ley podía frenar la innovación y privar a los menores de herramientas educativas como tutores de IA o sistemas de detección de dislexia precoz.

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Steyer también criticó la ley de notificación, argumentando que «proporciona protecciones mínimas» tras una “gran presión de la industria”. OpenAI, en cambio, celebró la decisión adoptada por Newsom. «Al establecer barandillas claras, California está ayudando a dar forma a un comportamiento más responsable», afirmó su portavoz Jamie Radice. Paralelamente, el fiscal Rob Bonta y la Comisión Federal de Comercio investigan los riesgos de estos chatbots. Meta y OpenAI introdujeron cambios. Por ejemplo, ahora bloquean conversaciones sobre suicidio o autolesión con adolescentes y redirigen a recursos especializados, con nuevos controles parentales y cuentas vinculadas para supervisión familiar.

Aprobado el acuerdo de Sharm el Sheij que formaliza el plan de paz de Trump

El documento establece la defensa de los Derechos Humanos de israelíes y palestinos, pero evita reconocer un Estado soberano para estos últimos.

El presidente estadounidense Donald Trump firmó este lunes en Sharm el Sheij, Egipto, el plan de paz para la Franja de Gaza que facilitó la liberación de los últimos rehenes israelíes en el enclave desde octubre de 2023. «Han hecho falta 3.000 años para llegar a este punto», afirmó Trump, quien reconoció la colaboración del presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi; el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; y el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani.

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El mandatario estadounidense destacó: «Quiero dar las gracias al Estado de Qatar por sus esfuerzos y a su emir, un líder increíble». Además, señaló sobre Erdogan: «Es un hombre increíble y tiene uno de los mejores ejércitos del mundo… le doy las gracias por su maravillosa amistad». También elogió a Al Sisi, «líder de un país con una civilización de 6.000 años».

No obstante, más de 20 líderes internacionales respaldaron el acuerdo con su presencia en la ceremonia. Trump les agradeció su apoyo y recalcó: «Nunca ha habido una reunión como la que tenemos hoy». Sin embargo, advirtió que la entrega de los cuerpos de rehenes aún retenidos por milicias gazatíes permanece pendiente y reveló que existen «operaciones en marcha para localizar los cuerpos».

No contempla un Estado para Palestina

El documento establece la defensa de los Derechos Humanos de israelíes y palestinos, pero evita reconocer un Estado soberano para estos últimos. «Juntos implementaremos este acuerdo de manera que se garantice la paz, la seguridad, la estabilidad y las oportunidades para todos los pueblos de la región», afirmaron los firmantes. Además, aseguraron que una paz duradera solo será posible si se protege la dignidad y la seguridad de ambas partes.

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El texto, denominado por Washington «Declaración de Trump para la paz y la prosperidad duraderas», fue presentado como un «compromiso verdaderamente histórico». Los dirigentes participantes destacaron los «sinceros esfuerzos» del presidente estadounidense por poner fin al conflicto. «El Acuerdo de Paz de Trump pone fin a más de dos años de sufrimiento y abre un nuevo capítulo definido por la esperanza, la seguridad y una visión compartida de paz», señala el documento.

Los líderes subrayaron los «avances» logrados con los llamados acuerdos de «paz integrales» en Gaza, centrados en una relación «amistosa y mutuamente beneficiosa» entre Israel y sus vecinos. A la vez, omitieron cualquier referencia a la formación de un Estado palestino independiente. «Nos comprometemos a trabajar colectivamente para mantener este legado, construyendo bases institucionales que permitan prosperar a las futuras generaciones», indicaron. También afirmaron que la protección de los lugares sagrados será una prioridad «en su compromiso por la coexistencia pacífica».

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Por último, remarcaron la importancia de «la tolerancia, la dignidad y la igualdad de oportunidades» para todas las personas, sin distinción de religión o raza. También rechazaron el extremismo «en todas sus formas» y advirtieron que «ninguna sociedad puede prosperar cuando la violencia y el racismo se normalizan». Del mismo modo, se comprometieron a impulsar la educación, el respeto mutuo y la diplomacia como vías de resolución de conflictos. «Oriente Próximo no puede soportar un ciclo persistente de guerras prolongadas», afirmaron, recordando que las más de 67.800 muertes en Gaza deben servir «como un recordatorio urgente de que las generaciones futuras merecen algo mejor».