En un mundo en constante transformación, anticiparse a los desafíos y oportunidades del futuro es más importante que nunca. Por ello, LISA Analysis Unit, la Unidad especializada en Inteligencia y análisis de LISA Institute, presenta en abierto una exclusiva serie de análisis estratégicos prospectivos. En ellos se abordarán las principales temáticas que impactarán a nivel global y transversal en 2025 y que cualquier líder, directivo, gestor o analista debe anticipar, monitorizar y tener en cuenta a la hora de tomar decisiones.
- Resumen prospectivo de las 7 principales tendencias de 2025
- Las fuentes de energía como amenaza y oportunidad geopolítica en 2025
- La administración Trump como disruptor político y económico a nivel global en 2025
- EEUU vs China: sorpaso o contención del gigante asiático en 2025
- Cómo la IA transformará las capacidades humanas, de las empresas y de las instituciones en 2025
- Cómo el aumento de la cibercriminalidad y la desinformación ponen en riesgo las bases de la democracia y la seguridad nacional en 2025
- Procesos electorales de mayor impacto regional y global en 2025
El objetivo principal de esta iniciativa es ofrecer a profesionales, empresas, instituciones y organismos internacionales una visión estratégica de los temas clave que definirán el panorama global en el próximo año. Desde la geopolítica energética hasta las amenazas de la cibercriminalidad y la desinformación, esta serie de análisis profundizan en las tendencias emergentes, los actores relevantes y sus implicaciones para la política, la economía, la seguridad y la sociedad.
Con esta serie, LISA Analysis Unit refuerza su compromiso de democratizar el acceso a análisis de calidad, apoyando la toma de decisiones informadas y contribuyendo a un debate público más sólido, informado y fundamentado.
Las fuentes de energía como amenaza y oportunidad geopolítica en 2025
Orígenes y contexto: ¿De dónde venimos?
El sector energético ha sido uno de los mercados estratégicos más relevantes de las últimas décadas. Supone una parte fundamental para el bienestar de cualquier Estado, por lo que aquellos países que tengan mejores capacidades de producción y exportación se beneficiarán de una ventaja competitiva clave en la geopolítica actual.
El origen del panorama energético del siglo XXI se puede ubicar tras la Segunda Revolución Industrial (1850-1914). Este proceso histórico se caracterizó, entre otros aspectos, por la producción en serie como modelo de trabajo, mejoras tecnológicas, el aumento del comercio internacional, el uso de nuevos elementos, como el acero, el petróleo o la electricidad, y el aumento de las rivalidades entre las principales potencias mundiales por la obtención de estos nuevos recursos, competencia que escaló considerablemente tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y el inicio de la Guerra Fría (1945-1991).
Esta rivalidad motivó la búsqueda de formas más económicas y eficientes de producción de energía, destacando durante gran parte de este marco temporal los combustibles fósiles y la energía nuclear para la obtención de electricidad. Debido a motivos ambientales y sociales, en las últimas décadas se han impulsado importantes políticas para el desarrollo y la transición a las energías renovables.
- El petróleo es el principal combustible fósil y se ha convertido en el recurso energético más importante a nivel mundial. El motor de combustión interna fue la motivación inicial para el aumento del uso de este material, aunque ya se había trabajado con otros fines en la Edad Antigua y en la Edad Media.
Las fuentes naturales de petróleo más relevantes se encuentran en Oriente Medio y América, aunque existen otras ubicaciones de las que se pueden extraer grandes cantidades de petróleo, como son Rusia, China y algunas zonas de África y del norte de Europa. Como aspecto negativo cuenta con su alta contribución al calentamiento global, lo que ha derivado en la investigación de las energías renovables como sustituto.
- El gas natural es otro combustible fósil clave en la economía mundial que, además, cuenta con la ventaja de generar menos gases de efecto invernadero que el carbón o el petróleo. Es un recurso interesante que se plantea como elemento de transición entre los combustibles fósiles y las energías limpias.
- El carbón, por su parte, fue el principal recurso utilizado durante la Primera Revolución Industrial (1760-1850). Sin embargo, sus altos niveles de contaminación y su menor eficiencia frente a otros recursos naturales como el gas y el petróleo han llevado a su desuso. La descarbonización se plantea como el principal objetivo energético de los próximos años.
- El uso de la energía nuclear tiene origen en el descubrimiento de la fisión nuclear en 1938 por los químicos alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann. Este hallazgo fue aprovechado en el Proyecto Manhattan (1942-1946), dirigido por J. Robert Oppenheimer, con el que el ejército estadounidense consiguió desarrollar las bombas atómicas que fueron utilizadas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Posteriormente, en 1954 la Unión Soviética inauguraba en Obninsk la primera central nuclear comercial, dando así paso al uso de la energía nuclear como fuente de electricidad. A pesar del buen rendimiento ofrecido por las centrales nucleares en el plano energético y los avances en tecnología y seguridad de éstas, socialmente permanecen presentes los desastres de Chernóbil (1986) y Fukushima I (2011). Estos accidentes, unidos al debate sobre el tratamiento de los residuos nucleares y su relación con el sector militar, han creado la demanda por una parte de la sociedad del abandono de la energía nuclear.
- Las energías renovables han sido uno de los principales objetivos energéticos de las últimas décadas. La contaminación derivada del uso masivo de los combustibles fósiles y los riesgos percibidos social y políticamente por el empleo de la energía nuclear han impulsado la inversión en el desarrollo de tecnologías más limpias, destacando las fuentes eólicas, geotérmicas, hidráulicas y solar.
- Uno de los avances más importantes de los últimos años es el uso del hidrógeno como combustible. Cuenta con las ventajas de ser un combustible limpio y fácil de almacenar y distribuir en diferentes estados. Sin embargo, aún presenta dificultades en su producción y un alto coste.
Actores relevantes: ¿Quién importa?
En términos generales, podrían agruparse a los actores implicados en tres grupos diferenciados: los Estados, las empresas del sector energético y las organizaciones de control, regulación y estudio de los recursos energéticos.
1. La OPEP (y la OPEP +)
La OPEP, creada en el año 1962 y con sede en Viena, Austria, tiene la labor de coordinar las políticas petroleras de sus miembros y asegurar un suministro eficiente y económico a los consumidores de petróleo. Esta organización, formada por Venezuela, Qatar, Argelia, Irán, Iraq, Arabia Saudí y Kuwait, entre otros, provee de más del 40% de la producción mundial de petróleo y sus miembros controlan casi el 80% de las reservas mundiales conocidas de este recurso.
Aumentando el rango de producción se encuentra la OPEP+, a la que se incorporan países como Kazajistán, Rusia, México, Sudán y Azerbaiyán, abarcando en torno al 60% de la producción global de petróleo. Dentro de esta organización, se puede destacar la presencia de Arabia Saudí y Venezuela:
- El país árabe encontró su primera reserva de petróleo en 1938, poco después de su proclamación como reino independiente (1932). Actualmente cuenta con el yacimiento de petróleo más grande del mundo, el campo de Ghawar, y el sector petrolero supone en torno al 40% de su PIB. La compañía nacional, Saudi Aramco, se posiciona como la mayor productora de petróleo, obteniendo unas ganancias en el año 2022 de 161.100 millones de dólares.
- En el caso de Venezuela, la falta de inversión extranjera y el deterioro de la infraestructura local ha llevado a que el país no logre aprovechar las grandes posibilidades con las que cuenta gracias a sus enormes reservas naturales de petróleo y gas, las mayores reservas demostradas a nivel global. El Estado venezolano, que llegó a ser el tercer mayor productor del mundo, acusa las gestiones los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro que han perjudicado considerablemente las relaciones diplomáticas con muchos potenciales compradores y deteriorado sus capacidades de extracción de petróleo y gas.
2. Estados Unidos (Exxon Mobil, Chevron, NextEra Energy y Tesla)
Estados Unidos destaca por su capacidad de producción y exportación energética, sobre todo a los países de la Unión Europea. Cuenta con importantes reservas naturales de petróleo y, con motivo de la guerra de Ucrania, ha tomado medidas para aumentar considerablemente sus reservas de gas natural. Además, apuesta considerablemente por las energías renovables, especialmente en la energía solar y eólica.
A nivel empresarial, Estados Unidos cuenta con grandes corporaciones como Exxon Mobil y Chevron, centradas en el gas y el petróleo, y NextEra Energy, como principal entidad inversora en el sector de las energías renovables. Otra conocida compañía interesada en las energías limpias en Tesla. La empresa cofundada por Elon Musk está especialmente involucrada en la instalación de plantas fotovoltaicas y en la investigación para alcanzar una mayor autonomía de sus coches eléctricos.
3. China (Asociación de Energía Nuclear de China)
Por su parte, China ha desarrollado, sobre todo en los últimos 30 años, un enorme crecimiento económico que la ha posicionado como el principal rival económico de Estados Unidos. Con una población superior a los 1.400 millones de habitantes, el país asiático tiene el objetivo principal de la descarbonización y busca potenciar sus capacidades eólicas y solares. Asimismo, ha apostado por la construcción de un gran número de centrales nucleares con las que se estima que en el 2030 superará a países como Francia y Estados Unidos.
En este mismo ámbito, es importante señalar su proyecto de desarrollo de reactores modulares pequeños (SMR), trabajo impulsado por la Asociación de Energía Nuclear de China y el único de estas características aprobado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el principal foro mundial intergubernamental de cooperación científica y técnica en la esfera nuclear.
4. Rusia (Gazprom)
La guerra de Ucrania no ha impedido que Rusia se mantenga como el principal exportador de gas natural del mundo. Además de contar con la sexta mayor reserva natural de petróleo, también produce y exporta otros materiales importantes como el carbón, el platino, el oro y el hierro. A pesar de las rivalidades con los países de la OTAN, cuenta con sólidas relaciones con otros países como son los miembros de los BRICS, Irán o Venezuela, fuertes aliados estratégicos que incluso han ayudado a Moscú a sobrevenir las sanciones occidentales.
Gazprom se posiciona como la mayor empresa energética rusa, aunque en el 2023 presentó sus primeros datos financieros negativos desde el año 1999, pérdidas esencialmente relacionadas con la devaluación del rublo por las repercusiones de la invasión de Ucrania y con la bajada de en torno al 50% de las exportaciones de gas ruso a Europa.
5. Unión Europea
La Unión Europea cuenta con serias debilidades en el sector energético. Las reservas naturales de gas y petróleo son escasas en comparación con sus necesidades, por lo que dependen inevitablemente de las importaciones. En cuanto a sus capacidades de producción de electricidad, existe una amplia diversificación de métodos de obtención, tratando de potenciar las energías renovables.
Por otra parte, desde hace años se están tomando políticas para el abandono de la energía nuclear europea, iniciativa liderada por países como España, Alemania, Italia o Lituania, que puede aumentar la vulnerabilidad de la UE en materia energética si no se consigue compensar la producción y seguridad que ofrece la energía nuclear.
Tendencias emergentes: ¿En qué fijarnos?
La predicción de los resultados de las tendencias y la adaptación a los cambios son algunas de las habilidades más requeridas por las empresas y los gobiernos. En el sector energético se presentan una serie de cambios que podrían modificar los equilibrios de poder existentes hoy en día:
1. Transición energética
Más de 100 países se comprometieron a en la Cumbre del clima del año 2023 (COP28) realizada en Dubái a duplicar la eficiencia energética para el año 2030. El compromiso, que contó con las ausencias de Rusia, China e India, es un paso más para la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero, así como para alcanzar el objetivo del abandono de los combustibles fósiles en el 2050.
La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), insiste en la necesidad de una mayor inversión en los países en vías de desarrollo. Existe una alta desigualdad en materia de desarrollo energético, mayoritariamente en países del hemisferio sur, lo que genera una mayor dependencia de estos países sobre aquellos que tienen las capacidades de producción y exportación energética, además de suponer un obstáculo para los objetivos medioambientales establecidos.
2. Conflictos geopolíticos
La geopolítica actual se encuentra en un momento de tensión. Existen múltiples conflictos abiertos, como la invasión de Ucrania o los múltiples frentes abiertos en Oriente Medio, así como otros que podrían escalar en el corto o medio plazo, como son las tensiones entre China y Taiwán, el apoyo militar de Corea del Norte a Rusia, los ataques entre Armenia y Azerbaiyán, o la inestabilidad de Georgia.
Estos eventos, unidos a la volatilidad de los gobiernos de algunas de las principales potencias, como son los casos de Estados Unidos, Alemania o Corea del Sur, crean un ambiente de inestabilidad e incertidumbre que obliga a crear alianzas y proteger los intereses propios o conjuntos de maneras más agresivas. Los conflictos geopolíticos influyen directamente en el mercado energético. Teniendo en cuenta además la contaminación derivada del uso del material militar y de la destrucción de la infraestructura energética de las zonas en las que se producen estos eventos.
Existe una carrera a contrarreloj entre las principales potencias por hacerse con la producción de otros materiales clave como el litio, el cobalto o el coltán, recursos muy importantes en la industria tecnológica.
China lleva años ampliando sus capacidades energéticas y ganando influencia tanto en Asia, como en África y América del Sur. Es en países estratégicos, como Bolivia, donde el principal Estado asiático ha dedicado grandes esfuerzos diplomáticos para asegurarse el control de recursos tan valiosos como el litio, material clave para la explotación de las baterías de los coches eléctricos.
En el continente africano también ha creado fuertes relaciones estratégicas, invirtiendo en países como Angola, República Democrática del Congo o Sudán, y desarrollando proyectos centrados las energías renovables provenientes de fuentes eólicas, fotovoltaicas e hidráulicas, así como la obtención de otros recursos importantes como el cobalto y el coltán.
Rusia también ha mantenido una importante presencia en África y Oriente Medio. Desde hace aproximadamente diez años, el país presidido por Vladimir Putin ha utilizado a la PMC Wagner, conocida tras la muerte de Yevgueni Prigozhin como Africa Corps, para influir en la política de países como Mali, Nigeria, Libia o República Centroafricana. A cambio de dar servicios de protección, Moscú se ha hecho con el acceso a las minas de estos países y ha cerrado múltiples contratos de construcción de infraestructuras.
En el plano de Oriente Medio, Rusia está trabajando con Irán en la construcción de un corredor energético que sirva como enlace directo entre las dos potencias, proyecto liderado por la empresa Gazprom y en el que se estima un presupuesto de 40.000 millones de dólares. Este corredor energético cuenta con el apoyo de otros actores relevantes como China y Qatar, y se perfila como un fuerte desafío para la influencia de Estados Unidos en la región.
Los eventos catastróficos, como los conflictos armados a gran escala, las crisis económicas o los desastres naturales y epidemiológicos, pueden suponer un alto riesgo para el sector energético, pues los daños en este mercado afectarían directamente y de forma inmediata al resto de la economía global, por lo que es muy importante su regulación y el establecimiento de protocolos eficientes ante los desafíos que se plantean cada año.
3. Dependencias entre potencias
Como se ha comentado, la Unión Europea es uno de los actores más vulnerables en relación con el sector energético. No cuenta con la capacidad de producción suficiente y, por tanto, depende considerablemente de la compra a los países de la OPEP, a Estados Unidos y, anteriormente, a Rusia. De hecho, la dependencia energética de la UE ha aumentado en casi un 60% en los últimos 30 años.
En consecuencia a las sanciones impuestas a Moscú tras la invasión de Ucrania del año 2022, los países europeos tuvieron que buscar otros proveedores de gas natural y petróleo, teniendo que asumir un encarecimiento considerable de los precios.
Las constantes rivalidades entre China y Estados Unidos, las dos principales potencias económicas mundiales, también afectan al sector energético. Constantemente se imponen nuevos aranceles entre ambos países y se dificulta las actividades con recursos clave en la industria. Especialmente relevante es la dominancia china sobre las tierras raras, de las cuales se extraen materiales esenciales para la industria electrónica y de las energías renovables, y de las que controla el 90% de su procesamiento.
4. La carrera por el Ártico
Un nuevo punto de fricción es la competencia por los recursos del Ártico. Gracias al calentamiento global, Rusia, China, Estados Unidos, Canadá y los países nórdicos están desarrollando nuevas rutas a los materiales que alberga esta región, pues se estima que allí se encuentra el 25% del petróleo y gas natural no descubiertos, además de diamantes y grandes cantidades de diferentes metales como oro, plata, níquel, manganeso, estaño y platino.
En el año 1996 se creó el Consejo Ártico (CA) con el objetivo de promover la cooperación entre los Estados árticos. Como explica el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España, el CA coordina los programas de desarrollo sostenible y disemina la información sobre sostenibilidad, investigación, educación, y otros aspectos relacionados con el Ártico en colaboración con las poblaciones indígenas y residentes que habitan en el Ártico.
Las recientes actividades militares rusas han supuesto una situación de tensión en las dinámicas de poder del Ártico y supone un nuevo reto para las intenciones de colaboración pacífica del resto de miembros del CA. Las ambiciones estratégicas de Moscú, que asumió la presidencia rotatoria del CA en 2021, crean momentos de inestabilidad en una zona que también cuenta con presencia militar de la OTAN.
Impacto y consecuencias: ¿Qué puede pasar?
La concienciación sobre los posibles efectos del cambio climático también está influyendo en las políticas de muchos países, que buscan disminuir notablemente las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, así como limitar los efectos dañinos sobre las zonas geográficas explotadas para la extracción o producción de recursos.
Sin embargo, el mercado energético no deja de ser un sector estratégico altamente rentable, por lo que aquellos actores que cuenten con las mayores reservas buscarán mantener sus beneficios y difícilmente renunciarán a los métodos de producción de energía actuales sin que existan garantías de, al menos, conservar su posición dominante con el desarrollo de nuevas tecnologías.
A nivel económico, el desarrollo de las energías renovables puede suponer grandes beneficios. En primer lugar, la creación de nuevos empleos, sobre todo en las zonas en vías de desarrollo, influirá directamente en el aumento de la riqueza de las regiones que apuesten por estas tecnologías. Por otra parte, la reducción de las consecuencias del cambio climático, ocasionado parcialmente por la emisión de los gases de efecto invernadero, dará la oportunidad de invertir los recursos que en un principio estaban destinados a mitigar estos efectos en otros objetivos estratégicos.
La diversificación de los modelos energéticos también es una estrategia clave. Los países buscan disminuir el riesgo y la dependencia de un solo recurso dividiendo sus inversiones y reservas en varios de ellos, afrontando así de una manera mucho más eficiente las posibles problemáticas que puedan surgir en el futuro como consecuencia de eventos geopolíticos o de la escasez de un material en concreto.
En el plano corporativo, la seguridad es un aspecto de especial relevancia. Se están aumentando los esfuerzos en garantizar no solo la seguridad física de sus instalaciones de almacenaje energético, sino también toda la infraestructura digital. Las grandes empresas son un blanco recurrente a la hora de realizar ataques no militares entre potencias. Los miembros de la Unión Europea estudian como garantizar la seguridad de sus recursos, pues existen casos recientes de saboteos, como el de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en septiembre del año 2022 o el más reciente corte de cables submarinos de fibra óptica en el mar Báltico.
Además, es importante mantener y fortalecer las relaciones diplomáticas con los países proveedores de recursos clave y así evitar situaciones de tensión. En este sentido, un ejemplo claro fue la confrontación diplomática ocasionada entre España y Argelia, su principal proveedor de gas natural, por las intenciones de Marruecos de anexionarse el Sáhara Occidental.
Conclusiones y oportunidades: ¿Qué podemos aprender o hacer?
En conclusión, la situación de inestabilidad global crea diversos retos en el plano energético que se deben tratar con cuidado por todos los actores implicados. El sector energético es clave para cualquier gobierno, pues es uno de los pilares para el correcto funcionamiento del Estado, por lo que deben emplearse todos los esfuerzos posibles en garantizar su seguridad en el tiempo, tanto a nivel gubernamental como en las empresas implicadas en el sector y en el desarrollo tecnológico de formas más eficientes de obtención de energía.
Las relaciones diplomáticas entre los países dominantes de este sector y los dependientes deben ser fluidas por el interés de ambos lados. Los conflictos armados suponen un alto riesgo y la búsqueda de soluciones a los mismos influirá de manera positiva en este mercado. Sin embargo, teniendo en cuenta la posibilidad de escalada de futuros conflictos, en los que además podrían participar varios de los principales actores del sector energético, es necesaria la creación de protocolos de actuación ante los diversos escenarios posibles, sobre todo para los países dependientes de la importación de recursos.
El sector energético se mantendrá como un factor relevante en la política internacional, centrándose el foco en la reducción del cambio climático y el desarrollo de nuevas tecnologías, lo que hace que las empresas deben estudiar cómo invertir en las energías renovables. En muchos países ya se ofrecen ventajas fiscales para las organizaciones que trabajen en este ámbito y se está aumentando la concienciación social de sus beneficios.
Por último, aunque la presencia de grandes potencias en países con una menor capacidad de actuación pueda suponer el desarrollo parcial de los últimos, no dejan de ser, en muchos casos, situaciones en las que el país más fuerte se aprovecha de un contexto de vulnerabilidad para hacerse con los recursos. Un ejemplo claro son las extracciones de cobalto y coltán de las minas centroafricanas. Estas acciones pueden fomentar la desigualdad en países con mayores niveles de pobreza y la actuación de grupos paramilitares organizados que busquen sacar un beneficio haciéndose con las reservas naturales de estos recursos. El trabajo de la comunidad internacional será clave para la regulación de estos procesos de extracción y la seguridad de sus poblaciones.
Este artículo ha sido desarrollado por LISA Analysis Unit, la Unidad de Análisis de LISA Institute. Si tu organización necesita anticiparse a riesgos o amenazas, así como identificar oportunidades o tomar decisiones más informadas, solicita una reunión aquí.
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