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La vital importancia del planeamiento en el esfuerzo de búsqueda de Inteligencia

Análisis

Capitán de Navío Ricardo Enrique Sánchez Piedrahita
Capitán de Navío Ricardo Enrique Sánchez Piedrahita
Oficial de la Armada de Colombia, especialista en Inteligencia Naval, con 26 años de trayectoria profesional en operaciones especiales, inteligencia naval-militar y liderazgo de equipos elite de alto rendimiento. Durante sus primeros seis años de carrera integró unidades élite de fuerzas especiales, siendo condecorado en múltiples ocasiones por actos de valor y resultados sobresalientes en operaciones. Su desempeño excepcional lo llevó a formar parte del equipo de seguridad presidencial y, posteriormente, durante más de 16 años consecutivos, ejerció el mando en diversas unidades de inteligencia de creciente complejidad, desde redes de búsqueda y centros de fusión de inteligencia, hasta equipos de integración y análisis estratégico, así como la comandancia de una regional de inteligencia de nivel operacional. En el ámbito académico, es Especialista en Política y Estrategia Marítima, Magíster en Logística con énfasis en cadena de suministro marítimo y Magíster en Seguridad y Defensa Nacional, ambas maestrías cursadas con distinción académica. Su expertise se complementa con formación especializada en análisis estratégico y entrenamientos con prestigiosas agencias y organismos de Estados Unidos, Francia, España e Israel, consolidando conocimientos técnicos especializados, y una perspectiva multidimensional sobre los desafíos de la gestión de las operaciones de inteligencia en todos los niveles de decisión. Actualmente se desempeña como Director de la Academia Naval de Estudios Estratégicos de la Armada de Colombia, donde aplica su vasta experiencia operacional y conocimiento estratégico al desarrollo de la cultura estratégica naval y la formación de los futuros estrategas de la institución.

El planeamiento en inteligencia militar marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Sin él, se desperdician recursos en esfuerzos inútiles, lo que en la jerga naval se conoce como «moler agua». En este artículo, Ricardo E. Sánchez Piedrahita explica cómo una planificación rigurosa optimiza la búsqueda de información y garantiza operaciones efectivas.

En el ámbito de la inteligencia naval militar, existe una expresión marinera que resume magistralmente el desperdicio de recursos y esfuerzos: «moler agua». Esta metáfora describe la inútil acción de recolectar y procesar una información que no puede ser accionada u operacionalizada, resultando en un gasto energético y económico sin resultados tangibles.

En el contexto de las operaciones de inteligencia, moler agua equivale a realizar actividades de búsqueda descoordinadas, sin propósito claro o duplicando esfuerzos, lo que inevitablemente conduce al fracaso operacional y al desperdicio de recursos críticos y limitados.

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El Planeamiento del Esfuerzo de Búsqueda de Inteligencia es la herramienta fundamental para evitar este fenómeno, constituyéndose en el puente estratégico entre las necesidades de información del comandante y las actividades concretas de recolección y producción. Su importancia trasciende la organización de tareas; representa la diferencia entre el éxito y el fracaso en operaciones donde cada minuto y cada recurso pueden determinar el destino de una misión.

La esencia del planeamiento de Inteligencia

Definición y propósito fundamental

El planeamiento del esfuerzo de búsqueda de inteligencia constituye la fase crítica del ciclo de producción de inteligencia donde se organiza, coordina y orienta la obtención de información necesaria para responder a los Elementos Esenciales de Información (EEI) y a los Otros Requerimientos de Información (ORI). Este proceso sistemático y racional determina qué se quiere lograr y cómo se pretende alcanzarlo, estableciendo una conexión directa entre la intención del comandante y las actividades de búsqueda y recolección.

La importancia de este planeamiento radica en su capacidad para transformar necesidades abstractas de información en tareas concretas y ejecutables. Sin esta traducción metodológica, las agencias de búsqueda operarían en compartimientos estancos, duplicando esfuerzos, persiguiendo objetivos contradictorios y, en última instancia, MOLIENDO AGUA.

Los pilares del planeamiento efectivo

Para que el planeamiento sea coherente y realista, debe fundamentarse en cuatro pilares esenciales. Primero, el conocimiento profundo de la intención del cliente o comandante, que marca la dirección estratégica y define las prioridades operacionales y tácticas. Segundo, la precisión en la definición de objetivos, estableciendo esfuerzos concretos, medibles y alcanzables.

Tercero, la visualización clara del estado final deseado, que representa la condición ideal del entorno una vez cumplida la misión. Finalmente, el establecimiento de efectos deseados específicos que deben generarse en el adversario, la población o el ambiente operacional.

La arquitectura de la información: EEI y ORI

Elementos Esenciales de Información (EEI)

Los EEI representan los vacíos de información vitales que se vinculan directamente con el cumplimiento de la misión. Constituyen los datos críticos que necesita el comandante operativo para tomar decisiones acertadas en el momento oportuno. Su importancia es fundamental e indispensable, formulándose como preguntas claras y directas orientadas al medio de búsqueda de información.

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Consideremos el ejemplo de una plataforma de comunicaciones enemiga en una costa. Los EEI críticos incluirían: ¿La plataforma está actualmente operativa y transmitiendo información crítica? ¿Qué unidades de defensa protegen la instalación? Estas preguntas definen exactamente qué información es vital para el éxito de la operación.

Otros Requerimientos de Información (ORI)

Los ORI, por su parte, representan informaciones importantes, pero no vitales para el cumplimiento inmediato de la misión. Tienen una prioridad secundaria frente a los EEI y su propósito es complementar la inteligencia sin ser críticos para la decisión inmediata.

Siguiendo el ejemplo anterior, los ORI incluirían tareas específicas como obtener imágenes satelitales actualizadas para confirmar la ubicación y estado físico de la antena principal, o interceptar comunicaciones o captar emisiones electrónicas para determinar la conectividad de la estación con el sistema de mando enemigo.

El costo de moler agua en Inteligencia

Consecuencias del planeamiento deficiente

La ausencia de un planeamiento adecuado genera múltiples consecuencias negativas que van más allá del simple desperdicio de recursos. Primero, produce una asignación ineficiente de medios de obtención, donde los medios o disciplinas (SIGINT, OSINT, HUMINT..etc) se emplean sin criterio prioritario. Segundo, genera duplicidad de esfuerzos, donde múltiples agencias buscan la misma información sin coordinación. Tercero, crea desincronización temporal, donde la información llega demasiado tarde para influir en las decisiones críticas o accionables.

Además, sin planeamiento, se produce una desconexión entre la inteligencia y la misión, resultando en esfuerzos genéricos que no responden a las necesidades específicas del comandante. Esta situación equivale literalmente a MOLER AGUA: generar movimiento y actividad sin producir resultados útiles y tangibles.

La optimización de recursos escasos

Los medios de inteligencia son inherentemente limitados. Los sensores técnicos tienen capacidades finitas, los equipos humanos requieren tiempo para establecer redes, infiltrase o penetrar organizaciones, y las fuentes abiertas necesitan procesamiento especializado. 

El Planeamiento del Esfuerzo de Búsqueda optimiza estos recursos escasos mediante la priorización clara de objetivos, la asignación eficiente de medios y la eliminación de duplicidades.

Líneas de esfuerzo y coordinación multidisciplinar

Integración de disciplinas de Inteligencia

Una vez establecidos los objetivos y el estado final deseado, el planeamiento debe trazar líneas de esfuerzo por disciplina: HUMINT, ELINT, SIGINT, COMINT, IMINT, entre otras. Cada línea de esfuerzo representa una secuencia lógica de acciones relacionadas que vincula tareas tácticas con objetivos operacionales y estratégicos.

Esta integración multidisciplinar asegura que cada fuente de información contribuya de manera coherente al logro de los EEI, evitando que las diferentes disciplinas trabajen descoordinadamente. El resultado es una sinfonía de esfuerzos coordinados en lugar de un cacofónico y discordante desperdicio de recursos.

Targeting y selección de objetivos: 

Planeamiento de búsqueda de información en el proceso de adquisición de objetivos (targeting).

El éxito de las operaciones de targeting depende fundamentalmente de la calidad del planeamiento de búsqueda de información que las precede. A diferencia de las operaciones de acción encubierta donde la información se desarrolla gradualmente a través de redes humanas, el targeting requiere un enfoque sistemático y disciplinado para la obtención de inteligencia precisa, donde cada elemento de información debe ser validado, correlacionado y actualizado continuamente.

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Consideremos un escenario donde el estado final deseado es la degradación de las capacidades de comando y control de un adversario mediante targeting selectivo de nodos críticos de comunicación. Sin un planeamiento riguroso de búsqueda de información, los comandantes pueden encontrarse ejecutando ataques contra objetivos de valor marginal, mientras los nodos verdaderamente críticos permanecen operativos y protegidos.

Elementos esenciales de información para targeting 

La formulación precisa de EEI constituye la piedra angular del planeamiento efectivo de targeting. Como lo mencione anteriormente, los EEI mal formulados generan esfuerzos de colección dispersos que consumen recursos sin producir la inteligencia accionable necesaria para decisiones de targeting efectivas.

Para el targeting de sistemas de defensa aérea integrados, los EEI críticos deben estructurarse jerárquicamente: ¿Cuáles son las ubicaciones exactas y capacidades específicas de cada radar de adquisición? ¿Qué patrones de emisión permiten la identificación y clasificación de cada sistema? ¿Cuáles son las ventanas temporales de vulnerabilidad en el ciclo operacional de cada objetivo? ¿Qué redundancias existen que pueden compensar la pérdida de nodos específicos? ¿Qué efectos se pueden generar?

Sin esta formulación precisa, los esfuerzos de ELINT pueden generar volúmenes masivos de datos sobre emisiones electromagnéticas sin identificar las zonas o clusters específicos que permitan un targeting efectivo. El resultado son bases de datos extensas, pero inteligencia accionable limitada para el planeamiento de penetración del espacio aéreo o para las acciones terrestres.

Órdenes de requerimiento de información: coordinación de disciplinas

Los ORI para operaciones de targeting deben coordinar múltiples disciplinas de inteligencia de manera sincronizada, evitando esfuerzos redundantes mientras aseguran cobertura completa de los requerimientos críticos de información. La falta de coordinación entre disciplinas genera gaps de inteligencia que pueden resultar en targeting inefectivo o efectos colaterales no deseados.

Para el targeting de infraestructura crítica de transporte, los ORI deben integrar: IMINT para la ubicación y caracterización física de concentraciones y capacidades militares, nodos y puntos críticos, poblaciones, obstáculos, puentes, túneles, pistas etc; GEOINT para análisis de rutas principales, alternas, suplementarias, accidentes geográficos etc; COMINT para el monitoreo de comunicaciones; y SIGINT para la ubicación de emisión de señales etc.

Un ejemplo del targeting de redes logísticas se da cuando IMINT identifica posibles depósitos de suministros aparentemente críticos, pero solo la integración con COMINT revela que estos depósitos son señuelos, mientras los suministros reales se mueven a través de redes de distribución descentralizadas identificables únicamente mediante análisis prolongado de patrones de comunicación y de señales, e integrado con HUMINT.

IMINT y GEOINT: más allá de la caracterización estática

El planeamiento efectivo de búsqueda de información reconoce que IMINT y GEOINT no proporcionan simplemente «fotografías» de objetivos, sino datos dinámicos que requieren colección sistemática y análisis multi-temporal. Los EEI deben especificar no solo qué características físicas son relevantes, sino cuándo y con qué frecuencia deben ser actualizadas.

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Para el targeting de instalaciones de producción de armamento, los EEI específicos incluyen: ¿Cuáles son los indicadores visuales de niveles de producción activa? ¿Qué patrones de actividad vehicular indican operaciones críticas versus actividades de engaño? ¿Cómo varían estos indicadores según factores estacionales o ciclos operacionales?

Sin este nivel de especificidad en los EEI, las colecciones IMINT pueden documentar extensivamente instalaciones que operan a capacidad mínima, mientras objetivos de alta prioridad permanecen sin ser identificados y analizados adecuadamente. Los ORI correspondientes deben especificar ventanas temporales para IMINT, condiciones atmosféricas requeridas, y ángulos de colección necesarios para análisis de actividad versus el análisis estructural.

SIGINT y COMINT: la dimensión temporal del targeting

La naturaleza dinámica de las comunicaciones y emisiones electromagnéticas demanda un planeamiento particularmente riguroso de búsqueda de información. Los EEI para disciplinas de SIGINT deben balancear la especificidad técnica con la flexibilidad operacional, reconociendo que las oportunidades de colección pueden ser temporalmente limitadas, dinámicas y dispersas.

Para el targeting de sistemas de comando móviles, los EEI deben abordar: ¿Cuáles son las radio frecuencias características de diferentes tipos de sistemas de comando? ¿Qué patrones de comunicación indican la presencia de comandantes de nivel operacional versus táctico? ¿Cuáles son las ventanas temporales cuando estos sistemas son más vulnerables al targeting?…

El planeamiento deficiente puede resultar en colecciones COMINT que capturan volúmenes extensos y dispersos de tráfico administrativo, mientras las comunicaciones operacionalmente críticas ocurren en ventanas temporales no cubiertas. Los ORI deben especificar prioridades de colección dinámicas que se adapten a los ritmos operacionales adversarios identificados mediante análisis previo.

ISRTAR: integración de ciclos de targeting

La coordinación ISRTAR representa el nivel más sofisticado de planeamiento de búsqueda de información, donde la colección, análisis y targeting deben operar como un sistema integrado. Los EEI para operaciones ISRTAR deben abordar no solo la caracterización de objetivos individuales, sino la comprensión de sistemas adversarios completos.

Para operaciones contra redes de comunicación distribuidas, los EEI críticos incluyen: ¿Cuáles son los nodos que proporcionan redundancia crítica al sistema? ¿Qué secuencia de targeting maximiza la degradación sistémica? ¿Cómo puede sincronizarse el targeting con otras operaciones para prevenir reconstitución de capacidades?

Validación y actualización continua de Inteligencia

El planeamiento efectivo de búsqueda de información para targeting reconoce que la inteligencia tiene fecha de vencimiento. Los EEI deben especificar no solo qué información es necesaria, sino con qué frecuencia debe ser validada y actualizada. Los ORI correspondientes deben establecer ciclos de colección que aseguren que las decisiones de targeting se basen en inteligencia actual.

Para el targeting de instalaciones de defensa aérea, la inteligencia sobre ubicaciones de sistemas puede volverse obsoleta en horas si el adversario emplea tácticas de «shoot-and-scoot». Los EEI deben abordar: ¿Cuáles son los indicadores de reubicación inminente de sistemas? ¿Qué señales permiten el tracking de sistemas móviles? ¿Cuáles son las ubicaciones alternativas probables basadas en análisis del terreno y patrones históricos?

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Esta aproximación sistemática al planeamiento de búsqueda de información asegura que las operaciones de targeting no se conviertan en ejercicios de destrucción de objetivos sin valor estratégico, sino en campañas coordinadas donde cada ataque contribuye mensurablemente a la degradación sistemática de las capacidades críticas adversarias.

Planeamiento de acciones encubiertas y guerra no convencional

El contexto de las operaciones proxy

En el ámbito de la guerra no convencional, el planeamiento de inteligencia adquiere dimensiones particulularmente complejas. Las acciones encubiertas, especialmente para organizar y conducir operaciones proxy, requieren un planeamiento meticuloso que coordine la obtención de inteligencia con el desarrollo y ejecución de operaciones indirectas.

Consideremos un escenario donde el estado final deseado es la desestabilización política y social de un Estado adversario sin invasión directa. El objetivo específico sería reducir la cohesión interna y la legitimidad del gobierno adversario, generando un entorno de caos político y social donde el adversario pierda capacidad de control sobre su población y territorio.

Planeamiento de Inteligencia para operaciones proxy

En este contexto, los objetivos y efectos deseados incluirían la formación de un movimiento insurgente activo, la interrupción de servicios e infraestructura crítica, y la erosión de la confianza poblacional en las instituciones. Para alcanzar estos efectos mediante acciones proxy, el planeamiento de inteligencia debe coordinar múltiples líneas de esfuerzo.

Los EEI críticos incluirían: ¿Qué grupos poblacionales pueden ser reclutados y entrenados? ¿Cuáles son las vulnerabilidades específicas de la infraestructura crítica del adversario? ¿Qué narrativas propagandísticas resonarán con la población local? Los ORI correspondientes involucrarían el reconocimiento de líderes potenciales, el mapeo detallado de infraestructura vulnerable, y el análisis sociológico de la población objetivo.

Coordinación de fuerzas interpuestas

Las acciones proxy, donde un Estado utiliza fuerzas interpuestas como milicias, grupos insurgentes o mercenarios, requieren inteligencia precisa sobre múltiples variables. El planeamiento debe coordinar la obtención de información sobre las capacidades y lealtades de las fuerzas proxy, las reacciones probables del adversario, y el ambiente operacional donde se desarrollarán las acciones encubiertas.

Este tipo de planeamiento evita que las operaciones encubiertas se conviertan en ejercicios de MOLER AGUA, asegurando que cada acción de subversión, decepción, sabotaje, cada actividad de agitación social y cada operación de propaganda contribuya de manera medible al logro del estado final deseado.

Conclusiones

El planeamiento del esfuerzo de búsqueda de inteligencia representa mucho más que una metodología organizacional; constituye la disciplina fundamental que separa las operaciones exitosas de los fracasos costosos. En un mundo donde los recursos de inteligencia son escasos y las amenazas evolucionan constantemente, la capacidad de evitar MOLER AGUA se convierte en una ventaja estratégica decisiva.

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La diferenciación clara entre EEI y ORI, la coordinación de líneas de esfuerzo multidisciplinarias, y la sincronización temporal de actividades de búsqueda no son lujos metodológicos, sino necesidades operacionales críticas. Particularmente en el contexto de operaciones de adquisición de blancos, o acciones encubiertas y guerra no convencional (Proxy) donde la detección prematura puede comprometer años de preparación, el planeamiento detallado de búsqueda de inteligencia se convierte en la diferencia entre el éxito o fracaso estratégico.

En última instancia, el arte de NO moler agua en inteligencia naval militar representa la expresión más refinada de la eficiencia operacional: lograr el máximo impacto estratégico con el mínimo gasto de recursos, tiempo y exposición al riesgo. El planeamiento de búsqueda de inteligencia, cuando se ejecuta correctamente, transforma la inteligencia de una actividad reactiva en una capacidad (táctica, operacional y estratégica) proactiva que anticipa, orienta y facilita el éxito de las operaciones militares en todos los niveles de la guerra.

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