Una serie de choques han elevado las tensiones entre Rusia y Azerbaiyán hasta un punto crítico.
Durante la mayor parte de la era postsoviética, Moscú y Bakú se definieron como «socios estratégicos». Por una parte, Rusia era el principal proveedor de armas de Azerbaiyán y un actor clave en sus exportaciones de petróleo y gas hacia Europa. Aun así, el vínculo siempre fue frágil, pues Bakú buscaba diversificar sus alianzas (especialmente con Turquía) para reducir su dependencia económica y de seguridad de Moscú.
Más adelante, tras la guerra de 2020, el Kremlin desplegó fuerzas de paz en Nagorno Karabaj con el objetivo declarado de garantizar la tregua entre Azerbaiyán y Armenia. Sin embargo, la pasividad rusa durante las escaramuzas de 2023 y 2024 minó la confianza de Bakú y, paradójicamente, también la de Ereván, alimentando la percepción de que Moscú ya no es un «garante de seguridad» fiable en el Cáucaso.
Antecedente: incidente del avión azerbaiyano derribado
El 25 de diciembre de 2024, el vuelo J2-8243 de Azerbaijan Airlines se estrelló tras intentar aterrizar varias veces en Grozni, Chechenia. Cuatro fuentes de la investigación afirman que fue alcanzado por un sistema ruso Pantsir-S1 que respondía a un ataque de drones ucranianos. Debido al accidente, el presidente Ilham Alíyev acusó a Moscú de encubrir la causa real y exigió responsabilidades.
➡️ Te puede interesar: Certificado de Analista Internacional
Aunque Vladímir Putin pidió «disculpas por el trágico incidente», el Kremlin no aceptó la culpa directa y prometió una pesquisa interna. Asimismo, Bakú denunció que las primeras explicaciones contradecían la evidencia forense y reclamó indemnizaciones para las familias de las 38 víctimas. Desde entonces, las tensiones entre Rusia y Azerbaiyán comenzaron a agudizarse cada vez más.
Redadas y muertes de ciudadanos azeríes en Ekaterimburgo
El 27 de junio de 2025, el FSB irrumpió en varios domicilios de la diáspora azerí en Ekaterimburgo con el argumento de reabrir crímenes cometidos entre 2001 y 2011. Más de 50 personas fueron detenidas y dos hermanos, Huseyn y Ziyaddin Safarov, murieron bajo custodia. Varias autopsias solicitadas por Bakú revelaron traumatismos por objeto contundente, no heridas de bala.
Esto llevó a la cancillería azerbaiyana a convocar al embajador ruso. Además, exigió una investigación independiente y calificó la operación de «brutal e injustificada». En paralelo, se cancelaron todos los actos culturales ligados a instituciones rusas en Azerbaiyán, tensando aún más las relaciones.
Detención de periodistas de Sputnik en Bakú
El 30 de junio de 2025, la policía azerí allanó la oficina de la agencia de noticias rusa Sputnik Azerbaiyán y arrestó al jefe de redacción Ígor Kartávij y al editor Yevgueni Belúsov bajo cargos de fraude, blanqueo y operaciones empresariales ilegales. Medios locales plantean que los dos serían «agentes del FSB» encubiertos, argumento que las autoridades usan para justificar la medida.
Tras esas detenciones, Moscú citó al embajador azerí y exigió la «liberación inmediata» de los periodistas, denunciando «acciones hostiles» y calificando el registro como un intento deliberado de desmantelar los lazos bilaterales. El incidente agravó aún más las tensiones entre ambos, ya agudizadas por las muertes en Ekaterimburgo.
Reacciones diplomáticas y culturales
Además de la nota de protesta por Ekaterimburgo, Bakú cerró la «Casa Rusa» (principal centro cultural del Kremlin en la capital) y suspendió actos conjuntos como respuesta a lo que describe como «rusofobia selectiva» ejercida desde Moscú contra sus ciudadanos.
➡️ Te puede interesar: Curso de Prevención y Seguridad para Zonas Hostiles o de Guerra
El portavoz Dmitri Peskov afirmó que el Kremlin «espera la pronta liberación» de los periodistas y advirtió de un «colapso diplomático» si Bakú no modera sus acciones. Por su parte, el ministro Serguéi Lavrov denunció que Azerbaiyán intenta «mediante represalias judiciales» interferir en asuntos internos rusos.
Causas subyacentes
- Búsqueda de mayor autonomía estratégica por parte de Azerbaiyán. El Gobierno de Aliyev ha fortalecido su alianza con Turquía y diversificado la venta de gas a Europa, aprovechando la caída del suministro ruso tras la guerra de Ucrania. Esto reduce el apalancamiento económico de Moscú y alimenta las tensiones entre Rusia y Azerbaiyán.
- Frustración por parte de Moscú ante su pérdida de influencia tras las crisis regionales. El accidente aéreo y la pasividad rusa en Karabaj evidencian la erosión del «poder blando» del Kremlin en sus países vecinos, obligándolo a emplear gestos de fuerza (como las redadas étnicas) para reafirmar su autoridad.
- Reconfiguración de alianzas regionales: acercamiento a Turquía y Occidente. La emergente «alianza Turquía-Azerbaiyán-Pakistán» en materia de defensa y transporte refuerza la posición de Bakú y complica la estrategia rusa de retener influencia en el mar Caspio. Este triángulo, apoyado además por la Unión Europea interesada en nuevas rutas energéticas, reescribe el mapa de poder en el Cáucaso.
➡️ Si quieres adquirir más conocimientos, te recomendamos los siguientes cursos formativos de LISA Institute: