El organismo destaca la bajada de la pobreza general e infantil pese al gran ajuste fiscal del mandatario libertario. La mejora del empleo y el aumento de los salarios han contribuido a la mayor caída de la pobreza en décadas en el país latinoamericano.
En un contexto de ajuste fiscal sin precedentes y reformas económicas profundas, Argentina ha experimentado una reducción drástica y rápida de la pobreza, desafiando las previsiones iniciales. Tanto la pobreza general como la infantil han caído de forma notable, lo que ha llamado la atención de organismos internacionales. Rafael Ramírez Mesec, representante Unicef en el país, asegura que cerca de 1,7 millones de niños han salido de la pobreza en el último año, fenómeno que calificó como «muy llamativo y digno de destacar» pese a los recortes en el gasto público.
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Este logro se produce en medio de una reducción del gasto público equivalente a cinco puntos del PIB, la mayor en las últimas décadas. Sin embargo, la mejora en los indicadores sociales más sensibles se explica en parte por una mejor redistribución del gasto, especialmente a través del aumento de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la ampliación de la Tarjeta Alimentar. Mesec señaló que, aunque existe debate sobre si el efecto es coyuntural o estructural, el impacto ha sido real y positivo. Además, economistas coinciden en que la bajada de la pobreza infantil se habría dado igualmente, aunque en menor medida, incluso sin el incremento de estas partidas.
Desinflación y aumento de poder adquisitivo
La recuperación de los salarios reales y la mejora del mercado laboral también han sido factores clave. La fuerte desinflación (con el IPC mensual bajando del 25% al 2,8% en poco más de un año) ha permitido que los salarios superen a los precios, incrementando el poder adquisitivo de la población. El empleo ha alcanzado máximos históricos, con más de 13 millones de ocupados, según el Indec, lo que ha contribuido también a que cientos de miles de niños salgan de la pobreza. Por lo tanto, el aumento de las partidas sociales, en combinación con la mejora del empleo y los salarios, ha resultado determinante para la magnitud y rapidez del descenso de la pobreza infantil.
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En términos generales, la pobreza en Argentina se desplomó en la segunda mitad de 2024 hasta el 38,1%, una caída de casi 15 puntos porcentuales respecto al semestre anterior. De igual modo, el empleo se ubicó en máximos históricos y los salarios reales superan en más de un 3% los niveles previos a la llegada de Javier Milei a la presidencia. Esta combinación de crecimiento económico, creación de empleo y aumento de salarios reales ha impulsado este descenso de la pobreza, mientras la indigencia también cayó al 8,2% en el segundo semestre de 2024.
Asimismo, el informe del Indec mostró que la pobreza infantil, aunque sigue siendo elevada, se redujo de manera significativa. Entre los niños de hasta 14 años, la tasa de pobreza es del 51,9% y la de indigencia, del 11,5%. La pobreza también bajó entre los mayores de 65 años, favorecida por la menor inflación. El contexto de recuperación económica es respaldado por las previsiones del FMI, que estima un crecimiento del PIB argentino del 5,5% para 2025, lo que supondría una gran recuperación tras la contracción de 2024 y consolidaría la tendencia positiva en los indicadores sociales.
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