El child grooming es una forma de acoso sexual en la que un adulto contacta a un menor a través de Internet, generalmente mediante redes sociales, con el objetivo de ganarse su confianza y establecer una conexión emocional. En este artículo de LISA News, exploraremos en detalle el perfil de un groomer, los distintos tipos, y las tácticas y estrategias que emplean, así como las señales de alerta para identificar a una víctima potencial.
¿Cómo es el perfil de un groomer?
El perfil psicológico de un groomer puede variar, pero hay algunas características comunes que suelen presentarse como manipuladores y persuasivos. Además son pacientes y persistentes, pasan tiempo construyendo su relación con el adolescente antes de intentar cualquier tipo de abuso.
Los groomers dominan la tecnología, lo que les facilita acercarse a los menores. Utilizan técnicas de ingeniería social para obtener información, usan plataformas populares, redes sociales, chats, y juegos.
Muestran una empatía falsa para conseguir su objetivo de conectar emocionalmente con la víctima. Asimismo, utilizan el anonimato y el engaño, por lo que a menudo se hacen pasar por alguien de una edad o género diferente.
Tipos de groomers
Stephen Webster establece tres tipos de online groomers, según el repertorio de conductas que vayan desplegando durante este proceso: los que buscan relaciones románticas, íntimas y a largo plazo (intimacy-seeking), los que buscan satisfacer sus impulsos sexuales de forma inmediata (hyper-sexualised) y otro grupo intermedio, que adaptará su identidad a las características del menor y sus reacciones al primer acercamiento (adaptable).
Hay otra clasificación de groomers:
- Cyber-sex. Este tipo de groomer se caracteriza por realizar actividades de masturbación sin necesidad de reunirse físicamente con la víctima. Hablan en diferentes redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea durante meses con especial interés en el físico. Suele solicitar fotos sexuales.
- Schedulers. En este caso, el groomer intenta organizar reuniones físicas sin tener actividades cibersexuales previas. Busca una conexión sexual rápida y, para conseguirlo, no se expone ni pide fotos sexuales explícitas.
- Buyers. Los buyers utilizan a terceras personas con fin del tráfico y explotación sexual Infantil. No se exponen y sus interacciones son cortas, lo que buscan es negociar los términos del encuentro sexual, como el precio, el lugar o los actos sexuales que podrá realizar.
- Cyber-sex Schedulers. En este caso, los depredadores buscan tener encuentros sexuales tanto virtuales como físicos, por ello intentan fomentar una relación online en la que hablan con la víctima durante meses. Solicitan material sexual explícito.
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Tácticas y estrategias de los groomers
Los groomers utilizan diversas tácticas para ganarse la confianza de sus víctimas. Estas estrategias buscan aprovechar la vulnerabilidad de los menores para establecer un control sobre ellos
- Creación de perfiles falsos. Crean perfiles que aparentan ser de personas más cercanas en edad y afinidad a la víctima para ganar su confianza.
- Uso de halagos y regalos. Utilizan elogios y obsequios para ganarse el afecto y la confianza del menor.
- Engaño. Los groomers mienten y crean historias falsas para manipular al menor y ganarse su confianza.
- Corrupción. Ofrecen dinero o regalos a cambio de interacciones sexuales con el menor.
- Implicación emocional. Intentan establecer un vínculo emocional fuerte con el menor para facilitar su manipulación.
- Agresión. Pueden recurrir a amenazas o coerción para lograr sus objetivos.
- Selección de víctimas vulnerables. Buscan menores que estén en situaciones problemáticas o que busquen consejos, aprovechándose de su vulnerabilidad.
- Presencia en chats y foros. Frecuentan espacios donde los menores suelen estar solos, como chats y foros, para acercarse a ellos.
- Ganarse la confianza sin prisa. Aunque comienzan mintiendo sobre su identidad, los groomers adoptan una actitud de amigo interesado para conocer gradualmente la personalidad del menor.
- Comunicación continua y fluida. Mantienen una comunicación constante con el menor para crear una sensación de privacidad compartida y un vínculo afectivo.
- Hacer que el menor se sienta especial. Logran que el menor se perciba como especial y único, reforzando así su control sobre él.
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Etapas del grooming
Este procedimiento puede ser prolongado y, por lo general, implica una serie de estrategias manipulativas destinadas a forjar un vínculo emocional con el menor. En primer lugar, el depredador identifica a su posible víctima a través de diversas plataformas digitales, como redes sociales, aplicaciones de mensajería y videojuegos en línea.
Posteriormente, el groomer inicia un proceso de construcción de la relación, interactuando con la víctima de manera amigable y empática, con el objetivo de establecer una conexión emocional sólida, lo que puede incluir la identificación de intereses compartidos o la oferta de apoyo emocional.
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A medida que la relación avanza, el groomer puede comenzar a desensibilizar a la víctima, introduciendo gradualmente contenido sexual o conversaciones inapropiadas para que esta se sienta más a gusto con el tema, lo que puede abarcar el intercambio de imágenes o videos de naturaleza sexual.
Además, el groomer recurre a tácticas de manipulación, utilizando coerción, amenazas o chantaje emocional para mantener el control sobre la víctima y asegurarse de que no revele la relación a terceros. Finalmente, una vez que ha logrado ganarse la confianza de la víctima, el groomer puede intentar llevar la relación a un plano físico o solicitar que la víctima envíe material explícito.
Perfil de las víctimas de grooming
El perfil de las víctimas de grooming presenta características comunes:
- Chicas con conflicto familiar. Jóvenes con un alto grado de conflictividad con sus padres.
- Adolescentes sexualmente activas. Chicas que inician su actividad sexual en la adolescencia temprana, especialmente con personas mayores.
- Chicos con poca supervisión parental. Jóvenes que carecen de una adecuada vigilancia por parte de sus padres.
- Edad vulnerable. Chicos y chicas entre 14 y 17 años.
- Problemas de depresión y soledad. Jóvenes solitarios, tímidos, con dificultades para establecer relaciones de amistad fuera de Internet.
- Conducta antisocial. Jóvenes con problemas de comportamiento antisocial.
- Historial de abuso. Jóvenes con antecedentes de abuso físico o sexual, que buscan afecto y atención en la Red.
- Identidad sexual en duda. Jóvenes homosexuales o aquellos que cuestionan su identidad sexual y buscan respuestas en línea.
- Sumisión y complacencia. Jóvenes sumisos, conocidos como “Statutory victims”, que cooperan activamente con sus abusadores, creando vínculos emocionales y sexuales fuertes.
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Un estudio europeo muestra que existen dos tipos de víctimas de online grooming basándose en las características personales de cada una y de las que podrían aprovecharse los ciber agresores:
• Víctimas arriesgadas. Les caracteriza su conducta desinhibida y arriesgada online, pues suelen ser extrovertidas y con gran seguridad en sí mismas. Suelen sentirse con el control de la situación, por eso mantienen el abuso en secreto, aunque si llega a darse el encuentro offline, se muestran más introvertidas e inmaduras de lo que aparentan online.
• Víctimas vulnerables. Son aquellas con alta necesidad de atención y afecto por sus sentimientos de soledad y baja autoestima. Van en busca del amor en Internet y creen establecer una relación real con el online groomer, por eso mantienen la situación de abuso, por miedo a perder la relación. Pueden haber sido víctimas de maltrato o abuso sexual.
Señales de alerta para identificar a una víctima de grooming
Identificar a una víctima de grooming puede ser crucial para intervenir a tiempo. Algunas señales de alerta incluyen:
- Cambios en el comportamiento. El menor puede volverse más reservado, ansioso o deprimido. También puede mostrar cambios en sus hábitos de sueño o alimentación.
- Secretismo sobre actividades en línea. Si el menor se muestra reacio a hablar sobre sus actividades en internet o se vuelve muy protector con sus dispositivos electrónicos, podría ser una señal de alerta.
- Nuevas amistades en línea. Si el menor menciona tener nuevos amigos en línea, especialmente si son adultos o personas que no ha conocido en persona, es importante investigar más.
- Regalos inesperados. Los groomers a menudo envían regalos, dinero o recargas de saldo a sus víctimas para ganarse su confianza.
- Aislamiento social. El menor puede empezar a distanciarse de sus amigos y familiares, pasando más tiempo en línea y menos tiempo en actividades sociales.
- Conversaciones inapropiadas. Si encuentras mensajes o conversaciones que son sexualmente explícitas o inapropiadas para la edad del menor, es una señal clara de peligro.
- Cambios en el uso de internet. Un aumento repentino en el tiempo que pasa en línea, especialmente durante la noche, puede ser una señal de que algo no está bien.
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Factores de riesgo
Los niños y adolescentes cada vez son más precoces en el uso de nuevas tecnologías para acceder a Internet, redes sociales y videojuegos en línea, y pasan cada vez más tiempo en estas plataformas, a menudo entre 4 y 12 horas al día. Este uso intensivo aumenta su exposición a posibles interacciones con agresores. Otros factores a considerar incluyen:
- Edad y género. Las víctimas suelen estar en la adolescencia, con una edad promedio de alrededor de 14 años. Tanto varones como mujeres pueden ser objetivo de estos ataques.
- Perfil de los agresores. Generalmente, los agresores son hombres jóvenes que no tienen antecedentes penales y son desconocidos para las víctimas, lo que complica su identificación y prevención.
- Discapacidad. La presencia de alguna discapacidad en las víctimas puede incrementar significativamente el riesgo de ser atacadas.
- Estrategias de persuasión. Los agresores emplean diversas tácticas, como el engaño, la coacción y la corrupción, para manipular a sus víctimas y llevar a cabo sus actos delictivos.
- Uso excesivo de Internet. El uso prolongado de Internet, especialmente en redes sociales y salas de chat, convierte a los menores en individuos más vulnerables a estos peligros.
- Falta de supervisión. La carencia de supervisión por parte de padres o tutores contribuye a que los menores sean más susceptibles al contacto de groomers, quienes buscan aprovecharse de su inocencia.
- Baja autoestima y problemas emocionales. Los adolescentes con baja autoestima o problemas emocionales son más propensos a caer en las tácticas manipuladoras de los agresores, quienes explotan su vulnerabilidad.
- Búsqueda de aceptación. Aquellos que buscan aceptación o validación en el entorno digital tienden a interactuar con desconocidos, aumentando su riesgo de ser víctimas.
- Compartición imprudente de información. Los menores que comparten información personal o fotografías en línea sin la debida precaución se convierten en objetivos más accesibles para los agresores, quienes pueden usar esta información en su contra.
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Medidas de protección contra groomers
Protegerse de los ciberdepredadores es esencial para mantener la seguridad en línea. Aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Mantén los perfiles privados. Configura tus redes sociales para que solo tus amigos y familiares puedan ver tu información personal.
- Utiliza contraseñas seguras. Crea contraseñas con una combinación de letras, números y símbolos, y cámbialas regularmente.
- No compartas información personal. Evita proporcionar detalles como tu dirección, número de teléfono o ubicación en línea.
- Sé prudente con las solicitudes de amistad. No aceptes solicitudes de amistad ni mensajes de desconocidos sin verificar su identidad.
- Habla con tus hijos. Enséñales sobre los peligros en línea y cómo deben actuar si se sienten incómodos o amenazados.
- Utiliza software de seguridad. Instala y mantiene actualizado un buen antivirus y cortafuegos en tus dispositivos.
- Reporta y bloquea: Si recibes mensajes inapropiados, denúncialos y bloquea al usuario de inmediato.
Además de estas medidas, puedes complementar la protección con herramientas de control parental, que permiten filtrar o bloquear contenidos inadecuados tanto en el hogar como en entornos educativos. Es fundamental fomentar el uso responsable de Internet estableciendo reglas claras, como limitaciones de tiempo en línea y pautas de comportamiento.
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