La reciente escalada de tensiones en Puntlandia, con la participación de Estados Unidos en la «Operación Hillac», ha puesto en primer plano la creciente influencia del ISIS en Somalia. Mientras el foco está en la lucha contra el terrorismo, surgen diversas teorías sobre los intereses estratégicos de la administración Trump en la región. En este artículo, el alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Andrés Fuentealba, explica las posibles motivaciones geopolíticas detrás de estos eventos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el 1 de febrero una serie de ataques aéreos en la región semiautónoma de Puntlandia, en Somalia. Los ataques fueron ejecutados por el Comando de Estados Unidos para África (AFRICOM) con el objetivo de eliminar a líderes de alto rango del Estado Islámico (ISIS) en la zona.
Este ataque se enmarca dentro de la insurgencia que el ISIS ha venido llevando a cabo contra las Fuerzas de Seguridad de Puntlandia desde finales de 2024. En respuesta, el estado semiautónomo ha intensificado sus esfuerzos desde el 21 de diciembre mediante la «Operación Hillac».
A pesar de la preocupación constante de Donald Trump sobre la amenaza global que representa el Estado Islámico, surge una pregunta: ¿desde cuándo Puntlandia se ha convertido en una prioridad para el mandatario estadounidense y qué intereses tiene en esta región semiautónoma?
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La duda crece al considerar que la operación se llevó a cabo de manera repentina y con una limitada coordinación con el Gobierno Federal de Somalia, optando por trabajar directamente con las Fuerzas de Puntlandia desde el inicio de la «Operación Hillac». Este enfoque es relevante, dado la compleja dinámica interna que caracteriza a Somalia.
Antes de abordar estas cuestiones, es necesario contextualizar la amenaza que el ISIS representa en Somalia y su impacto a nivel global, para así comprender la decisión de Trump de ordenar su primer ataque durante su administración.
El Estado Islámico en Somalia
El ISIS en Somalia, o más conocido como ISIL, fue creado en 2015 como una facción que desertó de Al Shabaab, bajo la dirección de Abdul Qadir Mumin. Este señor fue designado como terrorista por el Departamento de Estado, según la Orden Ejecutiva 13224, el 31 de agosto de 2016. Actualmente es considerado unos de los hombres más buscados de África.
EE. UU. ha intentado matarlo en numerosas ocasiones, incluso, se pensó que lo habían asesinado en un ataque realizado por la AFRICOM en mayo de 2024. Actualmente, hay discusión entre los especialistas sobre la importancia de Mumin dentro de la red global del Estado Islámico. Algunos señalan que sólo es el cabecilla del ISIS en Somalia, mientras que otros analistas, como Tore Hamming, del Centro Internacional del Estudio de la Radicalización, señala: «Es la persona más importante, el más poderoso, el que controla la red mundial del Estado Islámico».
A pesar de esto, no hay mayor evidencia al respecto. Su último cargo confirmado es el de jefe de la dirección general responsable de las provincias, lo que lo sitúa en una posición de liderazgo sobre las filiales africanas del ISIS.
Lo cierto es que Somalia ha ganado bastante relevancia para los intereses globales de esta organización. Diversos informes señalan que la oficina de Al-Karrar del Estado Islámico, un organismo crucial en la infraestructura financiera del grupo, opera dentro de Somalia.
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Desde 2015, Mumim y sus hombres han organizado su red de operaciones en la región de Bari, Puntlandia. Específicamente en las montañas de Cal Miskaad, en las que el grupo tiene contacto con redes de subclanes. ISIL siempre ha sido una facción pequeña. Según el Informe del consejo de la ONU de 2024, se estima que para 2019, contaba con 340 combatientes, mientras que en la actualidad, la organización cuenta con aproximadamente entre 600 y 700 combatientes.
A pesar de que ISIL se había debilitado considerablemente tras la muerte, en enero de 2023, de Bilal al-Sudani, cabecilla del grupo en ese entonces. El documento señalado por la ONU, sugiere que al momento de redactar el informe, el grupo estaba en las mejores condiciones desde su creación.
A pesar de esto, ISIL no controla actualmente ningún núcleo grande de población en la región de Bari, sino que ha establecido bases y red de operaciones en cuatro pequeños distritos: Balidhidin, Hunbays, Iskushuban y Candala. Es en esta zona, en la que las Fuerzas de Seguridad de Puntlandia (PSF), buscan desmantelar al grupo mediante la «Operación Hillac».
Operación Hillac en Somalia
La amenaza que supone la presencia del ISIL en Puntlandia, viene acentuada por las constantes tensiones que esta región semiautónoma tiene con el Gobierno Federal de Somalia (GFS). El pasado 31 de marzo de 2024. Puntlandia dejó de reconocer al Gobierno Federal de Somalia en respuesta a las enmiendas constitucionales aprobadas por el Parlamento somalí.
Estas reformas ampliaron significativamente los poderes del presidente. Las autoridades de Puntlandia percibieron estas medidas como un intento centralizador que amenazaba con dañar las competencias regionales y comprometer la estructura federal del país.
Estas tensiones han causado que Puntlandia ya no cuente con la ayuda y cooperación militar del Gobierno Federal de Somalia, lo que abre una oportunidad importante para el ISIL de imponerse sobre el terreno. Debido a distintos informes de la ONU y de inteligencia, así como a una serie de arrestos a militantes extranjeros en las regiones montañosas de Cal Miskad.
El presidente de Puntlandia, Said Abdullahi Deni, anunció el 21 de diciembre una ofensiva militar sin precedentes contra los bastiones de ISIS en las montañas de Galgala. La ofensiva, denominada«Operación Hillac», se llevó a cabo en la región nororiental de Bari.
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Entre los distintos combates que se han producido, destaca el del 31 de diciembre de 2024. En este enfrentamiento, ISIL realizó un ataque contra una base militar en Dharjaalle, región de Bari.
Las Fuerzas de Seguridad de Puntlandia (PSF) lograron repeler el ataque y capturaron a 12 combatientes procedentes de siete países diferentes, lo que subraya el reclutamiento internacional que posee la organización.
El 5 de enero se produjo una de las batallas claves en lo que va de la ofensiva. Las Fuerzas de Seguridad de Puntlandia (PSF) lograron capturar la ciudad estratégica de Timirshe, bastión clave para el ISIL, privando así al grupo de un importante centro logístico y cortando sus redes de suministro.
Primer ataque aéreo en Somalia de la administración Trump
Llegamos al hecho que acaparó todas las miradas de la prensa internacional y puso a Puntlandia en el mapa. Y es que, de forma totalmente inesperada, el 1 de febrero de este año, Donald Trump anunció a través de sus redes sociales una serie de ataques aéreos en la región de Bari, Somalia.
El objetivo de estos ataques era eliminar a un planificador importante de ataques del Estado Islámico en Somalia, aunque no se mencionó su nombre. En el anuncio, el mandatario estadounidense también incluyó entre los objetivos a terroristas de alto rango de la organización. Además, Trump culpó al expresidente Joe Biden de no haber tomado medidas contra este grupo en el pasado.
Cabe destacar que desde el inicio de la «Operación Hillac», EE.UU. y EAU han colaborado estrechamente a través de inteligencia y vigilancia aérea, lo que subraya el interés de los emiratíes en Puntlandia.
Influencia de Emiratos Árabes Unidos en la región
No es sorpresa que la administración Trump mantenga relaciones estrechas con los Emiratos Árabes Unidos (EAU), desde el bloqueo a Qatar en 2017 hasta los Acuerdos de Abraham en 2020. Los EAU y Washington han compartido objetivos importantes en la zona.
Trump puede sacar provecho a la influencia e intereses que los emiratíes tienen en el Cuerno de África, como sus inversiones en el Puerto de Berbera, en Somalilandia. Y la gestión que la empresa dubaití DP World realiza en el puerto de Bosaso, capital comercial de Puntlandia. Además, EAU viene apoyando militarmente a la región de Puntlandia desde hace bastante tiempo.
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En 2010, asesores emiratíes se encargaron de coordinar y supervisar la creación de la Fuerza de Policía Marítima de Puntlandia (PMPF). Esta fuerza fue fundada con el objetivo de combatir la creciente piratería, y actualmente, los Emiratos Árabes Unidos la siguen apoyando económicamente.
La PMPF ha desempeñado un papel crucial en la represión de la insurgencia yihadista en las montañas de Galgala. De hecho, también ayudaron a liberar Qandala, que había caído en manos de la filial recién formada del Estado Islámico en 2016.
Desde el inicio de la «Operación Hillac», los Emiratos Árabes Unidos han colaborado estrechamente con las Fuerzas de Seguridad de Puntlandia (PSF). Esta colaboración ha sido en áreas de inteligencia y vigilancia.
Esta colaboración ha sido reconocida por el presidente Said Abdullahi Deni, quien, además, ha acusado en varias ocasiones al Gobierno Federal de Somalia de dejar «sola» a Puntlandia en este conflicto.
¿Por qué Trump realizó estos ataques en Somalia?
Esta es la pregunta más importante y la que se planteó al inicio de este artículo. Pues lo cierto es que se pueden desprender distintas teorías al respecto. Solo el tiempo dirá qué es lo que realmente quiere Trump en esta región.
Lo primero que hay que destacar es que diversos analistas señalan la poca credibilidad del Gobierno Federal de Somalia como un actor confiable en materia de seguridad. Esto se debe a las constantes derrotas que ha sufrido en combates contra las Fuerzas de Jubalandia. Además, no ha logrado ejecutar con éxito lo que el presidente Hassan Sheikh Mohamud denominó «guerra total contra Al Shabaab». Esta organización terrorista sigue siendo una amenaza importante en la región.
Además, el Gobierno de Somalia ocupa el puesto número 2 como el país más corrupto del mundo, según la percepción de sus habitantes. Esto no contribuye a generar confianza entre actores extranjeros. Trump está tratando directamente con el Estado de Puntlandia. Lo hace en su participación en la «Operación Hillac», sin tener en cuenta al Gobierno Federal de Somalia.
Las teorías que sugieren la implicación de EE. UU. en esta operación se basan principalmente en dos enfoques. El primero es que Trump ve con mucha preocupación la presencia del ISIS en Somalia. También destaca la importancia que Abdul Qadir Mumin tiene en la red global del grupo. Además, Puntlandia está bastante aislada en esta ofensiva.
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La segunda teoría, que es la que se está comentando en la prensa internacional, sugiere que el mandatario estadounidense busca estabilizar Puntlandia para así desplazar a los palestinos de Gaza. Además, tiene en mente a Somalilandia y Marruecos. En este contexto, la relevancia de los Emiratos Árabes Unidos para coordinar y gestionar los acuerdos políticos es crucial. Esto se debe a la influencia que los emiratíes tienen en la región.
La idea de reconocer Somalilandia o Puntlandia y trasladar a los gazatíes a esa zona viene acompañada de un interés por un intercambio de reconocimiento con Israel. También incluiría el establecimiento de presencia militar en esta región del Cuerno de África. La iniciativa tiene como objetivo contrarrestar la influencia de China en Djibouti. Además, busca establecer una presencia más cercana a lo que se considera la amenaza de los hutíes en Yemen.
Una decisión como esta traería consecuencias impredecibles tanto en el Cuerno de África como en Oriente Medio. Además, impactaría significativamente la estructura política interna de Somalia, que ya enfrenta múltiples problemas.
Sea cual sea el interés de Donald Trump, Puntlandia ha ganado un peso estratégico de suma importancia en la región. Habrá que seguir con atención lo que ocurra con la «Operación Hillac» y la implicación de EE. UU. en ella.
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