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¿Qué es la Unión Africana?

Análisis

Lucia Albarsanz Cordero
Lucia Albarsanz Cordero
Estudiante de último curso del Grado de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos, con gran interés por la geopolítica en las regiones de Asia meridional y África. He participado en distintos modelos de Naciones Unidas y de la Unión Europea tanto a nivel nacional como internacional, permitiéndome adquirir más conocimientos sobre la materia, siendo mi objetivo poder participar y colaborar en estas instituciones en un futuro con mis análisis geopolíticos.

En un mundo donde África enfrenta desafíos multifacéticos, la Unión Africana (UA) se erige como un pilar fundamental en la región. Surgida como sucesora de la Organización para la Unidad Africana (OUA), la UA busca abordar una amplia gama de problemáticas, desde la promoción de la unidad y la solidaridad entre los países del continente hasta la defensa de la soberanía y la integridad territorial. Pero, ¿ha tenido un impacto real en la realidad africana? Exploramos a fondo qué es la UA, cómo surgió, qué busca y si ha logrado efectivamente cumplir con sus objetivos en este profundo análisis.

La Unión Africana es un organismo internacional con sede en Addis Abeba (Etiopía), formado por los 55 Estados miembros del continente africano. Fundada en 2002 como sucesora de la Organización para la Unidad Africana (OUA), esta organización tiene como objetivo promover la unidad y solidaridad entre los países de la región, defender la soberanía e integridad territorial de sus miembros y fomentar el desarrollo económico y social del continente.

Antecedentes de la Unión Africana

La idea de una organización panafricana surgió a finales del siglo XX, tras la Segunda Guerra Mundial, en respuesta al colonialismo europeo y la fragmentación de África, siendo la heredera de muchos intentos previos de unir la región políticamente.

En mayo de 1963, tras la independencia y entrada en las Naciones Unidas de numerosos estados africanos, se creó, en Adís Abeba, la primera institución continental de la región, la Organización para la Unidad Africana, formada por 32 Estados. Esta organización, era la manifestación del deseo de crear una África unida, libre y dueña de su propio destino, liberando al continente de los vestigios de la colonización y el apartheid, cooperando para salvaguardar la soberanía, integridad territorial y promover el desarrollo de la región.

De este modo, a medida que la OUA se posiciona como grupo unificador, buscó la colaboración con organismos internacionales, convirtiéndose, en 1965, en la tercera misión de observadores más antigua ante las Naciones Unidas, permitiendo que cada vez más Estados africanos se incorporaran a esta institución universal de carácter global. No obstante, la OUA nació en un contexto de Guerra Fría, con numerosos obstáculos al pie de la puerta que hicieron dudar de la efectividad de la organización. 

El primero de ellos es la demarcación de las fronteras ya construidas. A pesar de la firma de la Carta Constitucional de la OEA, en la que todos los Estados se comprometían a conservar las fronteras heredadas, había países como Marruecos, Argelia y Somalia que estaban en contra de esta aceptación, al ser contrario de sus proyectos nacionales, como en el caso de Somalia, cuyo objetivo era construir la “Gran Somalia” aglutinando a poblaciones de Yibuti, Etiopía y Kenia. Estas disputas generaron una brecha que se vio ampliada, con las guerras dadas meses más tarde de su fundación, debilitando la estabilidad regional y la idea de unidad africana, como la Guerra de Shifta, una guerra civil en Kenia que contó con una amplia participación de las fuerzas somalíes; o la terrible Guerra de Biafra en Nigeria.

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De este modo, aunque se pidiese ayuda externa, la intervención extranjera solo logró empeorar la situación. A medida que los Estados se independizaron, tanto Estados Unidos como la URSS, se iban introduciendo en el continente, aumentando su influencia y obligando a los Estados a alinearse con uno u otro bando.

Estas divisiones hicieron que la OUA se viera superada en su capacidad para abordar los principales desafíos de África, debido a la falta de unidad, cooperación y recursos entre sus estados miembros. De este modo, los líderes africanos Olusegun Obasanjo (Nigeria), Abdoulaye Wade (Senegal), Muammar Gaddafi (Libia) y Thabo Mbeki (Sudáfrica), entre otros, se unieron ante los nuevos desafíos del s. XXI, para construir una África realmente integrada, originando así la Unión Africana.

Creación de la Unión Africana (UA)

La idea de crear la UA fue relanzada en la Declaración de Sirte (Libia), el 9 de septiembre de 1999. A dicha declaración, le siguieron una serie de cumbres en Lomé (Togo, año 2000), donde se redactó el acta constitutiva de la organización, donde se hacía un llamamiento a la diáspora africana a implicarse activamente en su desarrollo, aprobándose un año más tarde en Lusaka, Zambia, el plan para su instauración.

La raíz del documento, se centra en acelerar el proceso de integración continental, para que las naciones africanas pudieran jugar un papel más eficaz en el orden mundial, y así, resolver los problemas sociales, políticos y económicos del agobiado continente. De este modo, tras la ratificación de Nigeria como trigésimo sexto Estado, se cumplió el requisito de dos tercios, entrando el Acta en vigor el 26 de mayo de 2001, inaugurándose formalmente en Durban (Sudáfrica) en 2002, teniendo como primer presidente al sudafricano Thabo Mbeki.

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No obstante, destaca la ausencia de Marruecos debido al reconocimiento dado a la antigua colonia española del Sahara Occidental, la República Árabe Saharaui Democrática, por parte del bloque, contraponiéndose con las reivindicaciones territoriales de este país árabe. Asimismo, países como Eritrea, Guinea, Madagascar y Nigeria se encuentran actualmente suspendidos, al no tener gobiernos democráticos, no cumpliendo con la prohibición de constituir un gobierno a través de las armas y de apoyar esta vía. Otros países como Francia, España o Reino Unido, que cuentan con territorios en África, tampoco forman parte de esta organización, pero están presentes junto con otros 9 países como Estados observadores.

Asimismo, mientras la OUA se centraba en la descolonización y la unidad política, la Unión Africana tiene un enfoque más amplio que incluye la integración económica, la paz y seguridad, el desarrollo sostenible y la democracia como metas y objetivos.

Organigrama

La Unión Africana posee una estructura más compleja que la OUA. La máxima autoridad de esta organización es la Asamblea General, compuesta por los Jefes de Estado de los países miembros. Se reúne una vez al año, y toma las decisiones fundamentales para el funcionamiento de la organización, además se encarga de nombrar a un Jefe de Estado encargado de dirigir la institución durante un año, siendo actualmente el Presidente de Senegal, Macky Sall. También, destaca que el Consejo Ejecutivo, un cuerpo parlamentario compuesto por los ministros de Asuntos Exteriores, es el responsable de aconsejar a los miembros de la Asamblea acerca de las políticas a seguir.

Además, consta de diez Comisiones, integradas por personal encargado de ejecutar los proyectos de la Asamblea, como el Parlamento Panafricano, el cual tiene un papel consultivo; el Consejo de paz y Seguridad, destinado a la prevención, gestión y resolución de conflictos en el continente; o el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos, un órgano judicial que vela por el respeto de los derechos humanos en África.

Financiación

La Unión Africana tiene varias vías de financiación; la principal fuente de ingresos de la organización son las contribuciones obligatorias de sus Estados miembros. Estas contribuciones se basan en una escala de cuotas que se calcula en función del tamaño de la población y el Producto Interior Bruto (PIB) de cada país.

Asimismo, la UA recibe financiación de fondos de desarrollo regionales e internacionales, como el Banco Africano de Desarrollo (BAD), el Banco Mundial y la Unión Europea. Estos fondos se destinan a financiar proyectos específicos de desarrollo en el continente africano. No obstante, en un bajo porcentaje, pero igual de importante, el 15% de la financiación de la organización se basa en donaciones de gobiernos, ONG o de asociaciones público-privadas como empresas que ayudan a financiar proyectos de infraestructura, energía y desarrollo económico. 

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La financiación de la UA es un tema complejo y desafiante, ya que necesita asegurar que sea suficiente y predecible para poder desarrollar sus programas y actividades, al mismo tiempo que debe trabajar en la transparencia y la rendición de cuentas de sus recursos financieros. No obstante, posee un sistema de financiación más sólido que la OUA, al poseer más diversificación de fuentes de ingresos, siendo menos vulnerable a las fluctuaciones económicas, además, las aportaciones de los Estados miembros se hacen de manera más equitativa, poseyendo un mayor apoyo político e internacional.

Principales proyectos de la Unión Africana

Pese a su condición emergente, la Unión Africana lleva a cabo grandes proyectos como la Agenda 2063, un plan de desarrollo a largo plazo que busca transformar el continente africano en una potencia económica próspera, unida e integrada, basada en siete aspiraciones clave, basados en erradicar la pobreza y el hambre, promover el desarrollo económico y sostenible, crear empleos decentes, silenciar las armas, resolver los conflictos de manera pacífica, promover la unidad y cohesión entre los africanos y fortalecer la democracia, el buen gobierno y los derechos humanos en el continente.

También, destaca la creación de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (ZCLCA), un proyecto joven que entró en vigor en 2021, destinado a crear un mercado único en África, con el objetivo de aumentar el comercio intraafricano y promover el desarrollo económico, esperando que impulse el PIB de la región en un 30% para 2030. 

Asimismo, la Unión Africana colabora estrechamente con la ACNUR para abordar los principales problemas políticos, sociales y económicos, centrado en la prevención y solución de conflictos y los desplazamientos forzados, aprobando y supervisando la aprobación de tratados históricos sobre personas refugiadas y los desplazamientos internos que han ayudado a millones de personas, tanto dentro como fuera de África, como la Declaración de Kampala sobre los Desplazados Internos de 2009, siendo el primer instrumento jurídico vinculante a nivel continental que aborda los derechos de las personas desplazadas, al ser su principal objetivo protegerlas y asistirlas.

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La Unión Africana ha logrado posicionarse como institución internacional mediadora ante otros órganos internacionales de países desarrollados, como la Unión Europea, para la asistencia económica y social del continente, asegurándose de que dicha contribución vaya a proyectos específicos de los Comités Técnicos Especializados de la institución, abogando la Unión Africana por la cooperación al desarrollo del continente.

Por último, desde la instalación de la organización, se realizan conferencias periódicas, con el fin de debatir acerca de las problemáticas que atañen al continente, generando una mayor concienciación y movilización de la opinión pública y política, con el objetivo de poner fin a dichos problemas generalizados, como los niños soldado.

Críticas hacia la Unión Africana

A pesar de todos los esfuerzos y logros obtenidos en el continente africano, encontramos posturas bastante críticas con la organización, cuestionando su verdadera efectividad, al no deshacerse de graves problemáticas como las hambrunas, la pobreza, los conflictos armados o la corrupción existente. De esta manera, se señala la lentitud en la implementación de sus decisiones y la falta de recursos para llevarlos a cabo.

Asimismo, la Unión Africana ha sido criticada por no ser consistente en su enfoque de la injerencia en los asuntos internos de sus Estados miembros, desaprobando su comportamiento pasivo ante la crisis de Sudán del Sur en 2013, al no tomar medidas contra el gobierno de Sudán del Sur por las violaciones de derechos humanos.

No obstante, la Unión Africana, bajo su lema “Un África próspera, pacífica e integrada”, refleja el compromiso de la organización con el desarrollo y transformación de África. A pesar de los logros obtenidos, aún le quedan muchos desafíos a los que hacer frente, por lo que deberá aprovechar las oportunidades presentes, mientras establece una presencia más afianzada en la sociedad internacional, alejándose de la dependencia externa, creando un cuerpo propio.

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