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¿Qué países reconocen a Palestina como Estado?

El reconocimiento internacional de Palestina como Estado ha experimentado un notable crecimiento desde su proclamación en 1988. La gran mayoría de países del mundo respalda la creación de un Estado palestino. Sin embargo, algunos países occidentales todavía mantienen su reticencia, lo que refleja las complejidades del conflicto israelí-palestino.

Palestina es una región histórica ubicada entre el mar Mediterráneo y el río Jordán, que comprende principalmente Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como capital reivindicada por las autoridades palestinas​. Tras el fin del Mandato Británico en 1948, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) proclamó la creación del Estado de Palestina el 15 de noviembre de 1988, acto ratificado por la Asamblea General de la ONU en calidad de observador no miembro desde 2012​.

El conflicto con Israel se enraíza en la aprobación de la Resolución 181 de la ONU en noviembre de 1947, que proponía la partición del Mandato de Palestina en un Estado judío y otro árabe, propuesta rechazada por los líderes árabes​. Sin embargo, la declaración de independencia de Israel el 14 de mayo de 1948 y la posterior guerra árabe-israelí de 1948-1949 condujeron a la ocupación israelí de gran parte del territorio asignado a los árabes y al éxodo de más de 700.000 palestinos, lo que dio origen a las disputas sobre fronteras, asentamientos, Jerusalén y el derecho de retorno de los refugiados que persisten hasta hoy​.

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Por lo tanto, el reconocimiento internacional de Palestina valida su condición de sujeto de derecho internacional, lo que le permite el acceso a organismos multilaterales y además refuerza la posición negociadora de la Autoridad Nacional Palestina en el conflicto israelí-palestino. De igual modo, le abre la puerta a existir oficialmente como Estado miembro de la ONU, lo que le daría legitimidad para participar en la toma de decisiones y acceder a programas y organismos de cooperación, apoyo, desarrollo y derechos humanos.

Apoyo casi unánime en el mundo árabe y África

La totalidad de los 22 países de la Liga Árabe reconocen al Estado palestino desde 1988, respaldando la libre determinación del pueblo palestino. En África, más de 50 naciones han dado su reconocimiento, articuladas a través de la Unión Africana, que ha defendido consistentemente la causa palestina.

De igual manera, la Liga Árabe declaró en 1974 a la OLP como representante legítimo de los palestinos y ha presionado colectivamente por el reconocimiento internacional de Palestina. De igual modo, la Unión Africana promueve la solidaridad con Palestina.

Reconocimiento en América Latina

En Sudamérica y América Latina, 19 de los 20 países han reconocido al Estado palestino, entre ellos Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

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Panamá se mantiene como la única excepción en la región y votó en contra de otorgar a Palestina el estatus de Estado observador no miembro en la ONU en 2012, alineándose con Estados Unidos y cuestionando la viabilidad de una solución unilateral sin acuerdo con Israel.

Reconocimiento en Asia

Tras la proclamación de 1988, la Unión Soviética, China e India fueron de los primeros en reconocer al Estado palestino, seguido por numerosos países de Asia Central, el sudeste asiático y Oriente Medio. Sin embargo, entre las grandes economías asiáticas, Japón y Corea del Sur todavía no han reconocido formalmente a Palestina, a pesar de las recomendaciones de algunos aliados regionales como Indonesia.

Menor reconocimiento en Europa y América del Norte

El 28 de mayo de 2024, España, Irlanda y Noruega anunciaron el reconocimiento del Estado palestino, sumándose a la lista de las pocas naciones europeas que en la actualidad apoyan la solución de dos Estados, ya que la Unión Europea (UE) se encuentra dividida ante esta cuestión.

Desde ese entonces, gigantes occidentales como Reino Unido, Francia o Australia han reconocido a Palestina. Por su parte, Estados Unidos, uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, aún no reconoce a Palestina como Estado, argumentando que el reconocimiento internacional de Palestina debe formar parte de un acuerdo negociado con Israel y contando con un gobierno palestino unificado.

EEUU frena el reconocimiento en el Consejo de Seguridad de la ONU

El Consejo de Seguridad permanente es el máximo órgano de la ONU. Dentro de él, se encuentran un grupo de cinco países (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido) que tienen un papel clave en mantener la paz y la seguridad mundial. Estos son los únicos con poder de veto, lo que significa que pueden bloquear decisiones importantes aunque el resto esté de acuerdo. Aunque a veces esto genera críticas, su función es tratar de evitar guerras y responder rápidamente a conflictos graves en el mundo.

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China reconoció al Estado palestino poco después de 1988 y apoya su ingreso como Estado observador no miembro de la ONU, mientras que Rusia, como sucesora de la Unión Soviética, mantiene ese reconocimiento. Francia y Reino Unido han reconocido el Estado Palestino en septiembre de 2025. Sin embargo, la resistencia de Estados Unidos afecta la capacidad de Palestina para avanzar hacia la membresía plena de la ONU y limita las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el conflicto israelí-palestino, ya que el gigante americano vetará cualquier intento de que se convierta en un Estado, al menos de momento.

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Las claves para crear contraseñas seguras (y evitar sustos digitales)

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Este es el manual que deberías haber leído antes de usar la misma contraseña en todas tus cuentas. Aquí tienes los consejos clave para crear contraseñas seguras, según las recomendaciones de Microsoft y Google. 

Proteger tus cuentas digitales empieza por algo tan básico como elegir bien tu contraseña. Parece algo obvio, pero todavía hay quien sigue usando «123456» o el nombre de su perro como clave de acceso.

Lo preocupante no es solo que esas contraseñas sean débiles, sino que muchos las reutilizan en varios sitios, dejando la puerta abierta a ataques en cadena.

Según datos de expertos en ciberseguridad, la mayoría de brechas en cuentas personales no se producen por fallos técnicos, sino por errores humanos: contraseñas fáciles de adivinar, credenciales filtradas en otras webs o simplemente una mala gestión de la seguridad. Y lo peor es que no hace falta ser hacker para aprovecharse de eso.

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Crear una contraseña segura no cuesta nada y puede marcar la diferencia entre mantener tu privacidad o exponer tus datos a cualquiera.

Estos son los consejos para crear una contraseña segura

Desde Microsoft ofrecen una guía bastante clara para que cualquier usuario pueda reforzar la seguridad de sus cuentas. Estos son algunos de los puntos clave:

  • Apuesta por contraseñas de al menos 12 caracteres. Si puedes llegar a 14 o más, mejor.
  • Mezcla mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
  • Evita palabras de diccionario, nombres propios, productos o lugares conocidos.
  • Nada de claves recicladas. Cada cuenta debe tener su propia contraseña.
  • Tiene que ser fácil de recordar, pero difícil de adivinar para otros. Por ejemplo: «VacacionesEnTokio2023+».

Además, tanto Microsoft como Google recomiendan evitar cualquier tipo de información personal. Nada de fechas de nacimiento, teléfonos o nombres de familiares. Son datos fáciles de encontrar o deducir.

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Otra opción útil es combinar una base fija con algo relacionado con el servicio. Si tu clave maestra es «ClaveUltra+2024», podrías usar «gmClaveUltra+2024» para Gmail o «igClaveUltra+2024» para Instagram.

Así debes proteger tus contraseñas según Microsoft y Google

Una contraseña segura pierde todo su valor si no la gestionas bien. Desde Microsoft recuerdan varios puntos esenciales:

  • No compartas tu contraseña con nadie. Ni con amigos ni familiares.
  • No la envíes por correo, WhatsApp o similares.
  • Usa una contraseña única por cada plataforma.
  • Si te resulta difícil recordarlas, utiliza un gestor de contraseñas. Microsoft Edge incluye uno, y Google también permite gestionarlas desde la cuenta de usuario.
  • Cambia tu contraseña inmediatamente si sospechas que alguien ha podido acceder sin permiso.

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Google, por su parte, insiste en la importancia de añadir una capa extra de seguridad activando la verificación en dos pasos. Esta función requiere, además de tu contraseña, un código que sólo tú puedes generar desde tu móvil. Es una forma sencilla de blindar tus cuentas frente a accesos no autorizados.

Otra recomendación útil: si apuntas tus contraseñas en papel, que no sea en un sitio obvio. Mejor aún, apunta pistas que sólo tú entiendas. Por ejemplo, si tu contraseña es «RomaPrimavera2024#», anota «viaje favorito».

Ambas compañías también alertan sobre los intentos de suplantación. Si recibes un correo o llamada pidiéndote tus credenciales, aunque parezca legítimo, desconfía. Nadie serio te pedirá nunca tu contraseña por esos medios.

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LISA Institute reúne a 240 profesionales en su Congreso 2025 sobre Seguridad, Inteligencia y Defensa

El foro, celebrado en la Asociación Pro Huérfanos de la Guardia Civil, avala el liderazgo de LISA Institute en formación y networking para profesionales de alto nivel.

El Congreso LISA 2025, celebrado el pasado 18 de septiembre en el Salón de Actos Tomás Alvira de la Asociación Pro Huérfanos de la Guardia Civil, superó todas las expectativas. Las 240 plazas disponibles se agotaron semanas antes y la jornada congregó a autoridades institucionales, directivos de empresas estratégicas, cargos públicos, académicos y profesionales de primer nivel del ámbito de la Seguridad, la Geopolítica, la Inteligencia, la Criminología y la Defensa.

Bajo el lema «El futuro del talento en Seguridad, Inteligencia y Defensa», la cita reunió seis mesas redondas temáticas con espacios de networking, un café-desayuno, un almuerzo-cóctel y la entrega de premios a los mejores expedientes, docentes y organizaciones del sector. La asistencia fue 100% gratuita, lo que favoreció la participación de una comunidad diversa y altamente cualificada.

Seis debates de máximo nivel

  • Mesa 1 | Talento y capacidades institucionales: representantes de la División de Formación y Perfeccionamiento del CNP, el Centro Universitario de la Guardia Civil y la DIGEREM analizaron cómo atraer y desarrollar talento dentro de las fuerzas y cuerpos de seguridad y las Fuerzas Armadas.
  • Mesa 2 | Inteligencia: obtención, análisis y apoyo a la decisión: expertos del CNI, FCC, IBEX-35 y la UAM mostraron casos reales de inteligencia estratégica aplicados a la toma de decisiones públicas y corporativas.
  • Mesa 3 | Ciberseguridad: la gran oportunidad: profesionales del Mando Conjunto del Ciberespacio, la Policía Nacional, Kaspersky y Titanium debatieron por qué la ciberseguridad es ya un motor de empleo tanto para perfiles técnicos como generalistas.
  • Mesa 4 | Geopolítica internacional: directivos del Ministerio de Ciencia, expertos en desarrollo multilateral y analistas geopolíticos compartieron su visión sobre el papel de las organizaciones internacionales ante los nuevos equilibrios de poder en el mundo.
  • Mesa 5 | Seguridad y criminología: la Guardia Civil, DACRIM y Cibergia profundizaron en la prevención e investigación de delitos emergentes, desde la trata de seres humanos hasta la ciberdelincuencia.
  • Mesa 6 | Estrategia y prospectiva: altos mandos de SEGENPOL, la OTAN y el CITCO explicaron cómo la prospectiva y la inteligencia estratégica permiten anticipar riesgos y asesorar a decisores gubernamentales y empresariales.

Reconocimientos y clausura

La jornada concluyó con la entrega de premios a los docentes mejor valorados, a los alumnos con los expedientes más brillantes y a organizaciones de referencia, en un acto que evidenció la apuesta de LISA Institute por la excelencia formativa y el servicio a la sociedad.

Balance del evento

  • Aforo completo: 240 asistentes entre autoridades, docentes, alumnos y profesionales.
  • Perfil internacional: representantes de Fuerzas Armadas, Policía, CNI, empresas IBEX-35 y organismos multilaterales.
  • Debate de altura: seis paneles que situaron a la capital de España, Madrid, como epicentro del debate sobre la seguridad integral, la inteligencia y la prospectiva estratégica.

Gracias a la calidad de los ponentes y a la participación activa del público, el Congreso LISA 2025 se consolida como el foro de referencia para anticipar los retos y oportunidades en Seguridad, Inteligencia y Defensa.

Peter Thiel, alguien más que un hombre de negocios

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Visionario, inversor y provocador, Peter Thiel es mucho más que un nombre influyente en Silicon Valley. Su pensamiento desafía los pilares del liberalismo moderno. En este artículo, el alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Eduardo Miranda, explica cómo Thiel concibe el futuro a través del conflicto.

Peter Thiel, conocido por su carrera como inversor en empresas de Silicon Valley, goza de gran influencia en el Partido Republicano y también en el Pentágono. Para muchos, puede ser un mesías tecnocrático y, para otros, una controvertida figura inspirada en una ficción distópica de Orwell.

Fue fundador y compañero de aventura empresarial con Elon Musk en PayPal. Ahora, su joya de la corona es Palantir Technologies, una de las empresas de big data con mayor auge en el ámbito tecnológico-militar.

A pesar de su reconocimiento en el mundo de los negocios, Peter Thiel es una figura poco conocida por la opinión pública. Más enigmática aún resulta su singularidad moral frente al occidental actual.

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Peter Thiel, de padres alemanes y nacido en Fráncfort del Meno, pasó sus primeros años de vida yendo de un sitio a otro. De costumbres devotas cristianas, los padres de Thiel llegaron a Cleveland en 1968 (un año después del nacimiento de Thiel), una ciudad sumida en los altercados sociales de la población afroamericana. Allí, su padre, Klaus Thiel, realizó unos estudios de posgrado relacionados con la ingeniería química.

En la década de los 70, creció la demanda de ingenieros químicos en la zona minera de Johannesburgo, Sudáfrica. Más tarde, ocurrió lo mismo en Swakopmund, África Sudoccidental (hoy Namibia). Esa situación posibilitó la llegada de la familia Thiel a estas tierras.

En África Sudoccidental (territorio administrado por Sudáfrica), Klaus se benefició de la actividad y explotación de uranio. Además de aumentar su nivel socioeconómico mediante el negocio de la mina de uranio, la familia Thiel pudo aprovecharse de las ventajas raciales de la época. Gracias al sistema legal y social del apartheid, Peter cursó en una escuela para blancos. En 1977, la familia volvió de nuevo a Estados Unidos para volver a Cleveland y, en poco tiempo, alojarse en Foster City (California).

¿De dónde surgen las ideas de Peter Thiel?

La infancia y adolescencia de Peter Thiel fue itinerante y tumultuosa. Posiblemente, parte de esta etapa de su vida se vea reflejada en su carácter y personalidad. Era un chico impopular y excéntrico que no encajaba con el imaginario estadounidense de la época de finales de los setenta y principios de los ochenta. Entre sus compañeros de clase fue objeto de escarnio y acoso.

Peter era un chico ávido, calculador y astuto. De hecho, fue uno de los mejores ajedrecistas y el mejor en el equipo de matemáticas de la escuela de San Mateo (California). Destacaba por su inteligencia y sus buenas notas en clase. 

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Ciertos pasajes de su vida, comentados a lo largo de este artículo, se narran en el libro The Contrarian, de Max Chafkin. Según el autor, Peter encontró entretenimiento, conocimiento y creatividad mediante la lectura, el ajedrez y el famoso juego de mesa Dragones y Mazmorras.

Una de sus mayores aficiones era y es la ciencia ficción. Su interés acerca de este género le influenció en su apuesta y convicción por lo tecnológico y digital. Desde muy joven leyó a Isaac Asimov, Robert Heinlein y Arthur C. Clarke, tres de sus referentes de la lectura futurista. Sin embargo, el mayor hallazgo literario lo encontró en J. R. R. Tolkien y en sus obras El Señor de los Anillos y El Hobbit.

Su fascinación por los mundos de Tolkien se ve reflejada en la nomenclatura de sus empresas: Palantir Technologies, Valar Venture, Mithril Capital, Lembas LLC, Rivendell LLC y Arda Capital.

Estudió y se licenció en Filosofía y, después, en Derecho, en la Universidad de Stanford en la década de los ochenta. Su interés por la filosofía plasmó lo que luego sería su visión y perspectiva empresarial, social y política.

Uno de sus mayores descubrimientos fueron las ideas libertarias y objetivistas, como el egoísmo racional y el individualismo de Ayn Rand. Rand es autora de La rebelión de Atlas y El manantial. Sus ideas ofrecieron a Thiel una cosmovisión centrada en el interés propio y el éxito individual. También promovían la imagen del emprendedor visionario como motor del crecimiento y progreso de la sociedad.

Es posible que Thiel desarrollara parte de su megalomanía a partir de los conceptos de Rand. Tal vez llegó a verse a sí mismo como la solución al sistema. De hecho, la diatriba de Peter Thiel se enfoca en lo que él considera «el estancamiento y declive del avance tecnológico» actual.

El filósofo René Girard, profesor en Stanford en su período universitario, es para él una referencia filosófica importantísima. La teoría girardiana del deseo mimético marcó mucho su razonamiento intelectual, tanto en lo político (como se verá adelante) como en los negocios. Gracias a esta teoría, el éxito empresarial e inversor de Peter Thiel viene dado por la estrategia anticompetencia y monopolio.

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Él considera que la convergencia competitiva lleva la humanidad al fracaso y a la destrucción. Es decir, si todos desean lo que otros tienen, aplicando las mismas estrategias y tácticas empresariales, acabarán luchando por las mismas ambiciones sin pensar en otras alternativas más valiosas, originales y riesgosas. Estas ideas quedan reflejadas en su libro, Zero to One: Notes on Startups, or How to Build the Future

Es en esta etapa universitaria donde construyó y cultivó su actual pensamiento político e ideológico. Probablemente, influenciado por la educación recibida de un entorno evangélico cristiano, la construcción idiosincrásica de Thiel es conservadora y heterodoxa. Su espíritu crítico comenzó a aflorar en contra de las ideas comunistas y liberales.

Sobre todo por su oposición a la corrección política de ciertos movimientos culturales asociados al progresismo o al movimiento woke en la Universidad de Stanford. Esto le llevó a fundar un periódico universitario de corte libertario-conservador junto a otros colegas de la misma corriente de pensamiento, The Stanford Review. Muchos de los columnistas de este periódico estuvieron ligados a la PayPal Mafia y a empresas de Silicon Valley. 

Las ideas de Strauss, Girard y Schmitt en el pensamiento político de Peter Thiel

Una parte de las consideraciones políticas de Thiel proceden de filósofos como Leo Strauss, René Girard y Carl Schmitt. Ciertamente, las ideas de estos tres filósofos inciden en el razonamiento filosófico-político de Thiel en su crítica a las sociedades posmodernas. Su observación sobre la decadencia de Occidente se basa en la crítica que Strauss hizo sobre la Ilustración. Strauss consideró la Ilustración como un periodo de decadencia intelectual y filosófica. 

La idea de Strauss es que la modernidad trajo consigo la frivolidad y superficialidad de cuestiones filosóficas más personales e individuales. Para Strauss, la Ilustración se fundamentaba explícitamente en el contrato social basado en el bienestar, la paz, la seguridad, los derechos y las libertades de los gobernados sobre los gobernantes.

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Además, él señalaba que la Ilustración se alejaba de los conceptos clásicos de filósofos como Platón y Aristóteles. La excelencia de la justicia y del buen gobierno ya no radicaba en la razón, la verdad y la objetividad. Más bien, esta radica en el subjetivismo moral de las ideas ilustradas y la conveniencia de gobernantes y gobernados.

Thiel capta esta idea de Strauss y la exhibe en su ensayo El Momento Straussiano. En este escrito, el centro del problema es el estancamiento y decrépito de las sociedades posmodernas tras el triunfo político de las ideas socialdemócratas, basadas en la subjetividad, el relativismo moral y, especialmente, el identitarismo cultural de los años setenta. Un síntoma que Peter Thiel asocia a la interrupción del cientificismo y desarrollo tecnológico desde un punto de vista objetivista.

Públicamente, siempre reitera esta degeneración social con el célebre festival de Woodstock de 1969 y el triunfo de los hippies en la cultura popular y su influencia en las políticas de los gobiernos occidentales. 

A partir de ese momento, el progreso tecnológico y científico empieza a quedar al margen en pro del beneficio de la paz y la seguridad. Especialmente, tras la escalada nuclear y armamentista de la Guerra Fría entre EE. UU. y la URSS. Sin duda para Thiel, este fue el comienzo del estancamiento tecnológico.

Según él, la ciencia y la tecnología abandonaron el estudio de los átomos y la energía nuclear debido a sus riesgos catastróficos. En su lugar, se enfocaron en las telecomunicaciones, la informática y el ciberespacio, es decir, en Internet y los bits.

Thiel considera que las sociedades dejaron de generar ideas creativas y evolutivas por miedo al progreso tecnológico. Al mismo tiempo, las instituciones evitaban el riesgo de una devastación nuclear o ambiental. Los traumas del siglo XX sembraron en el inconsciente colectivo la idea de construir un mundo de paz, cooperación, seguridad y orden internacional. Esto como respuesta a lo vivido en dos guerras mundiales y la amenaza de una guerra nuclear.

Así, la visión schmittiana del conflicto entre «nosotros» y «los otros», «amigos» y «enemigos», pierde fuerza en el mundo unipolar estadounidense de finales del siglo XX y comienzos del XXI. A pesar de ello, tanto Schmitt como Thiel creen que la violencia y el conflicto son inherentes a la condición humana ante amenazas, peligros o disputas de poder.

Generar control a través del caos

Desde el punto de vista de Thiel, el conflicto pone en peligro la forma de vida de un grupo o de una comunidad. En el ensayo sobre El Momento Straussiano, Thiel identifica que las democracias occidentales actuales pasan por un periodo de crisis y que estas son vulnerables a la naturaleza humana del conflicto y enfrentamiento. 

Para Thiel, la omisión del conflicto puede ir a un estadio superior. Según él, los sistemas democráticos actuales, heredados de un periodo conformado por el poderío estadounidense al final de la Segunda Guerra Mundial y su pax americana, han conformado sociedades débiles y no belicistas.

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En consecuencia, han dado forma a un mundo donde la paz y la seguridad son esenciales para la vida humana. Según Thiel, el mundo de hoy ha conseguido ocultar la naturaleza violenta del ser humano gracias a la construcción de un mundo basado en el consenso, la globalización y «el orden basado en reglas».

A pesar de ello, Thiel, usando la teoría del chivo expiatorio de Girard, considera que las comunidades postmodernas evitan y ocultan la violencia y el conflicto mediante la unión de todos contra uno. En su ensayo, pone el ejemplo de la guerra emprendida contra el terror tras el 11S.

La disyuntiva schmittiana del «nosotros o ellos» se evidenció como una cuestión esencial para «salvaguardar» un orden occidental sin alma y espíritu contra el pavor de un grupo de radicalizados islámicos. La lucha contra el terror puso en cuestión la fragilidad normativa de Occidente, a costa de abusar y controlar la privacidad y la calidad de vida de la ciudadanía occidental. 

Las acciones conjuntas de las democracias occidentales frente al terrorismo encumbraron un perjuicio en los derechos y libertades de los individuos. El ejemplo más evidente fue la Patriot Act del gobierno de George W. Bush.

Thiel argumenta que existe un pensamiento convencional sustentado en la artificialidad armónica y pacífica de las sociedades actuales que evitan el colapso y la destrucción mutua. De esta forma, Thiel entiende que las sociedades postmodernas, al ser sensibles a la inseguridad, estas se acogen en última instancia al control y a la protección para evitar el caos.

A partir de estas ideas es como Thiel entiende la naturaleza del enfrentamiento político. Por un lado, su enfoque sobre la lucha por el poder retoma la idea de Schmitt «del nosotros versus la amenaza de los otros». Por otro lado, el conflicto en liza construye mecanismos miméticos entre la rivalidad de un bando y el otro, dando lugar a la concepción girardiana del chivo expiatorio como evasión del enfrentamiento, el colapso y la destrucción mutua. Su comprensión política final concluye con la visión teológica de la llegada del «Anticristo».

Thiel acuña este término no como un concepto bíblico de índole demoníaca, sino como la creación de un nuevo sistema político. Este sistema tendría una gobernanza totalitaria necesaria para garantizar la paz y la seguridad ante diversas amenazas.

Esta conclusión podría representar el inicio de un paradigma político straussiano. Un modelo de gobierno justo basado en la razón y la verdad, que promueva el interés común bajo el paraguas de la protección.

El Anticristo, ¿la solución o el problema? 

La culminación filosófico-política de Thiel, basada metafóricamente en textos bíblicos, es en definitiva la figura del Anticristo en términos políticos. Su exposición acerca de la llegada del Anticristo supone una respuesta frente a lo que denomina el Armagedón o Apocalipsis.

Thiel comprende que el apocalipsis no tiene por qué ser solamente nuclear (como podría ser un enfrentamiento belicoso entre dos potencias), sino que este puede ser pandémico, ambiental o de una IA militarizada.

Thiel sostiene que el apocalipsis pone a la humanidad en una disyuntiva: «un mundo o ninguno». Elegir un mundo aterrador o un mundo único. Es el Anticristo, quien para él se constituye como un arquetipo o un sistema político frente a una amenaza existencial hacia la civilización.

Según la tesis de Thiel, el Anticristo es la figura de un profeta o de un mesías que alerta al público sobre los inminentes peligros del Armagedón. Esa sería la premisa central de su discurso. Si lo que está en juego es la paz y la seguridad, la única alternativa final es la aceptación del discurso del Anticristo.

Sin embargo, Thiel presupone que la figura del Anticristo no tiene por qué traer paz y seguridad, sino que incluso puede propiciar mayor control y vigilancia. Para ello, toma la referencia teológica del katechon de la Segunda Carta a los Tesalonicenses (Antiguo Testamento). En él, la tesis filosófica-política de Thiel es que existe una fuerza (katechon) que retiene la llegada del fin de los tiempos. Metafóricamente, para Thiel, el katechon es el actual orden internacional, disfrazado de multipolaridad y globalización como elemento de contención del caos y del desorden.

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Es ahí donde, para él, cobra importancia la figura del Anticristo: una fuerza capaz de establecer o evitar el apocalipsis. Se trata de una visión dualista del bien y del mal. El Anticristo actúa como guardián de la paz y la seguridad, usando herramientas totalitarias y autoritarias para imponer un mundo sin libertad ni verdad.

¿Es Peter Thiel aquello que dice denunciar?

Los planteamientos de Thiel resuenan bastante con el contexto actual. Hoy, la sociedad y la esfera política mundial se hallan divididas, como plantea Schmitt, entre el «nosotros» y «los otros». La incertidumbre política, social y económica solo hace más que agravar el conflicto social en bandos, en cuestiones maniqueas.

La guerra entre «el bien y el mal» como cuestiones de «buenos» y «malos». El mundo está dividido en bloques, Occidente versus Oriente. También existe la rivalidad tecnológica y digital. Precisamente por ver quién será el primero en controlar la cuarta revolución industrial y dominar el nuevo espacio virtual y tecnológico.

Hay que recordar que Peter Thiel es un capitalista de riesgo y un tecnófilo. Su fortuna se ha construido en su mayor parte gracias a su inversión e influencia en empresas tecnológicas de Silicon Valley. Durante años, su empresa Palantir ha sido una contratista crucial para la administración norteamericana.

Además, los gobiernos europeos (de la OTAN y la Unión Europea) se están sirviendo del software de Palantir para llevar a cabo operaciones de seguridad y defensa en favor del orden público y actuaciones militares.

Si para Thiel, el peligro de la humanidad se halla en el gobierno de la vigilancia y del control totalitario para establecer la paz y la seguridad, es preciso indicar que él entonces está contribuyendo a la creación del Anticristo como arquetipo político.

Por tanto, se deben hacer las siguientes preguntas: ¿Palantir actúa bajo los márgenes legales? ¿Es opaco el manejo de sus datos? ¿Se está beneficiando de la industria de la guerra y la muerte en áreas de conflicto? ¿Forma parte del aparato de espionaje y de vigilancia de los gobiernos? ¿Cómo es su relación con los servicios de inteligencia? ¿Qué pretende conseguir Thiel en el ámbito de la política?

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Aprobada la entrada en vigor del Tratado de Alta Mar

El Tratado de Alta Mar entrará en vigor en enero de 2026, tras alcanzar 60 ratificaciones, y busca proteger dos tercios de los océanos.

El Tratado de la Biodiversidad Más Allá de la Jurisdicción Nacional, conocido como Tratado de Alta Mar, entrará en vigor el 17 de enero de 2026 al alcanzarse el requisito de 60 ratificaciones. La activación se produjo tras el depósito en la ONU de los documentos de Sri Lanka, San Vicente y las Granadinas, Sierra Leona y Marruecos. El acuerdo busca preservar y garantizar el uso sostenible de dos tercios de los océanos y se convierte en un marco legal de referencia para la gobernanza de alta mar. La ONU explica que este pacto refuerza la Convención sobre el Derecho del Mar y aporta instrumentos legales y de cooperación internacionales.

El tratado se articula en torno a cuatro puntos esenciales: el reparto equitativo de beneficios derivados de los recursos genéticos marinos, la creación de zonas protegidas, la obligación de evaluar el impacto de actividades económicas y un marco legal sobre efectos relacionados con el cambio climático y la acidificación de los océanos. Además, establece la transferencia de tecnología marina hacia países en desarrollo, financiación de las medidas, un sistema de resolución de disputas y la creación de órganos como la Conferencia de las Partes (CoP) y un organismo científico y técnico. La primera CoP deberá celebrarse en el plazo de un año tras la entrada en vigor.

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«Este histórico momento es la culminación de años de dedicación y diplomacia global de gobiernos y partes interesadas», señaló la directora de la Alianza de Alta Mar, Rebecca Hubbard. La experta destacó que el tratado «es un potente testimonio de multilateralismo que demuestra lo que el mundo puede lograr cuando se une por el bien común de nuestros océanos, que cubren más del 70% del planeta». Este marco legal es considerado «crucial» para cumplir los compromisos de la Agenda 2030 y el Marco de Biodiversidad Global Kunming-Montreal. Paralelamente, ya existen iniciativas preparatorias para la primera conferencia.

Hubbard también advirtió que el reto no concluye con estas 60 adhesiones: «Lograr las 60 ratificaciones no es la meta, sino solo el principio de la carrera». Asimismo, aseguró que «la auténtica fuerza del Tratado está en la participación universal» y apeló a la incorporación de más países. La sesión anual de la Asamblea General de la ONU, que comienza el 22 de septiembre de 2025, podría servir de escenario para nuevos anuncios de ratificación.

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Moldavia lanza macrooperación policial para evitar disturbios prorrusos en las elecciones

El país europeo lanza un operativo ante las sospechas de injerencia rusa en las elecciones legislativas. La oposición acusa al Gobierno de intimidación electoral, y su candidato Igor Dodon denuncia una «dictadura».

Las fuerzas de seguridad de Moldavia han desplegado este lunes 22 de septiembre una macrooperación con más de 250 registros en distintas localidades del país, incluidos centros penitenciarios y domicilios particulares, ante las sospechas de intentos de desestabilización ligados a Rusia en vísperas de las elecciones legislativas del domingo 28. En el dispositivo participaron más de un centenar de efectivos. Las autoridades no han precisado el alcance de las incautaciones ni el número total de personas investigadas.

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Entre los objetivos de los registros figuran opositores políticos, lo que ha desatado las críticas de Igor Dodon, expresidente y candidato en estos comicios, quien denunció que el Gobierno busca «intimidarles» a pocos días de las votaciones. Dodon afirmó que se realizaron redadas en los domicilios de varios de sus «colegas» de partido en las regiones de Drochia y Riscani, y acusó al oficialista Partido de Acción y Solidaridad (PAS) de Maia Sandu de «atemorizar a la gente y silenciarnos».

Dodon también señaló que la presidenta Sandu quiere cancelar las elecciones ante un posible mal resultado del PAS. «Lo que presenciamos estos días es la agonía de una dictadura. Saben que su fin político está cerca», escribió en Telegram. El exmandatario aseguró que «solo nos queda una semana de resistencia», en referencia a la cita electoral del 28 de septiembre, marcada por la confrontación entre la coalición prorrusa que él lidera y el bloque europeísta encabezado por el PAS.

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Reino Unido, Portugal, Australia y Canadá reconocen el Estado de Palestina

Netanyahu rechaza el reconocimiento internacional del Estado palestino y promete responder tras la ONU, e Israel denuncia que el gesto es una «recompensa al terrorismo» y amenaza con medidas inmediatas

Los ejecutivos de Reino Unido, Portugal, Australia y Canadá anunciaron a pocas horas de la 80ª Asamblea General de la ONU el reconocimiento del Estado de Palestina. Reino Unido, Australia y Canadá lo anunciaron en torno a las 15:00 hora peninsular española del 21 de septiembre, mientras Portugal lo hizo a última hora de la jornada. Francia y otros cinco países europeos prevén sumarse el lunes, lo que incrementará la presión en favor de la solución de dos Estados en el seno de Naciones Unidas.

El anuncio portugués llegó directamente desde Nueva York. El ministro de Exteriores, Paulo Rangel, declaró: «Hoy, día 21 de septiembre de 2025, el Estado portugués reconoce oficialmente el Estado de Palestina». Explicó además que su gobierno quiso hacerlo desde la representación permanente en la ONU para subrayar que «solo bajo la égida de las Naciones Unidas y el espíritu de su carta fundacional es posible alcanzar una solución al conflicto, que se liberen los rehenes, que se inicie un alto el fuego y que las fronteras se abran a la ayuda humanitaria».

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Horas antes fue Londres quien marcó un hito político. El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró que, «para reavivar la esperanza de paz para palestinos e israelíes y de una solución de dos Estados, el Reino Unido reconoce formalmente al Estado de Palestina». Admitió que la esperanza de esa solución «se está desvaneciendo, pero no podemos dejar que esa luz se apague». Subrayó que este reconocimiento «no es una recompensa a Hamás», organización que, recalcó, no debe tener espacio en una futura administración palestina.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, comunicó casi en paralelo que Canadá ha reconocido a Palestina. Defendió que este paso otorga herramientas «a quienes desean una coexistencia pacífica y el fin de Hamás». Según matizó, no supone en ningún caso un cuestionamiento del respaldo de Ottawa a Israel: «El apoyo inquebrantable de Canadá al Estado de Israel, a su pueblo y a su seguridad» sigue intacto. Añadió que la seguridad israelí solo podrá consolidarse cuando «se alcance una solución global de dos Estados».

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También Australia se sumó mediante un pronunciamiento de su primer ministro, Anthony Albanese, acompañado por la canciller Penny Wong. Albanese explicó que el reconocimiento forma «parte de un esfuerzo por reactivar el impulso para una solución de dos Estados que comience con un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes retenidos allí». En su mensaje insistió en que Hamás «no debe tener ningún papel en Palestina» y reclamó un «plan creíble» para la reconstrucción de la Franja de Gaza que garantice, a la par, la seguridad de Israel.

Actualmente, casi 150 países reconocen a Palestina, incluidos España, Suecia o Polonia. No obstante, Reino Unido y Canadá se convirtieron en los primeros miembros del G7 en hacerlo, junto con Australia. El presidente palestino, Mahmud Abás, celebró la decisión y la calificó como «necesaria para lograr una paz justa y duradera conforme a las resoluciones de la legitimidad internacional». En España, Pedro Sánchez reivindicó en X que «fuimos los primeros» y destacó que los tres países del G7 que se sumaron «no serán los últimos».

Israel «promete luchar»

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó de lleno el reconocimiento internacional al Estado palestino anunciado por Reino Unido, Canadá, Australia y más tarde Portugal. «Eso no sucederá. No se establecerá un Estado palestino al oeste del río Jordán», afirmó en un mensaje dirigido a líderes occidentales. Además, adelantó que dará una «respuesta» a su regreso de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Recordó que durante su mandato se han duplicado los asentamientos israelíes ilegales en Cisjordania y advirtió: «Seguiremos por este camino».

Su discurso coincidió con las exigencias de miembros de su gabinete, como el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, que reclamó «la aplicación inmediata de la soberanía en Judea y Samaria (Cisjordania) y la destrucción total de la autoridad terrorista ‘palestina’». En contraposición, el grupo islamista Hamás celebró el paso dado por las potencias occidentales y lo definió como «un homenaje a la lucha, la perseverancia y los sacrificios de nuestro pueblo». En un comunicado, señaló que el reconocimiento «es un paso relevante para afirmar el derecho de nuestro pueblo palestino a su tierra y a sus lugares sagrados, así como para establecer su Estado independiente con Jerusalén como capital», aunque reclamó «medidas prácticas» para detener la guerra en Gaza y frenar los proyectos de anexión en Cisjordania.

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El gobierno israelí, por su parte, endureció su postura a través de una nota oficial del Ministerio de Exteriores. Allí aseguró que «no aceptará ningún texto distanciado e imaginario que intente obligarlo a aceptar fronteras indefendibles». Consideró que este reconocimiento «desestabiliza aún más la región» y es una «recompensa a la mayor masacre de judíos desde el Holocausto». Señaló también que «la Autoridad Palestina es parte del problema, no de la solución», recordando las sanciones impuestas por Estados Unidos a su dirigencia. Netanyahu anunció que luchará «en la Asamblea de Naciones Unidas y en cualquier otro foro contra la propaganda falsa» y confirmó que se reunirá en Nueva York con Donald Trump para defender lo que describió como «la verdad de Israel» y su visión de «una paz mediante la fuerza».

Qué es el oro, cuáles son sus características, usos y por qué es tan valioso

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¿Por qué el oro nunca pasa de moda? Conoce su definición, sus principales características y el motivo de su valor como refugio financiero y cultural.

Durante siglos, el ser humano ha buscado, atesorado y soñado con el oro. Su sola mención evoca riqueza, poder y belleza. Antes de descubrir por qué este metal amarillo despierta tanta fascinación, conviene hacer un recorrido por su esencia, sus propiedades y su influencia en la historia y la economía actuales.

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Qué es el oro

El oro es un elemento químico de la corteza terrestre presente en pequeñas cantidades y muy disperso. Su símbolo es Au y ocupa el número 79 en la tabla periódica. Desde tiempos remotos se conoce por su color amarillo intenso, su brillo característico y su gran resistencia a la corrosión. A diferencia de otros metales, puede encontrarse en la naturaleza en forma casi pura, lo que facilitó su uso por las antiguas culturas para crear monedas, joyas y objetos ceremoniales.

Características del oro

  • Maleabilidad: se considera el metal más maleable, ya que una onza puede laminarse hasta convertirse en una lámina de varios metros cuadrados de grosor microscópico.
  • Ductilidad: además de maleable, es muy dúctil. Un solo gramo puede estirarse hasta formar un hilo de varios kilómetros.
  • Durabilidad: no se oxida ni se corroe fácilmente, de ahí su aspecto intacto incluso tras cientos de años.
  • Conductividad: es un excelente conductor de electricidad y calor, lo que lo hace valioso en la electrónica de alta precisión.
  • Escasez: la cantidad extraída a lo largo de toda la historia cabría en poco más de cuatro piscinas olímpicas, lo que refuerza su percepción de rareza.

Por qué es tan valioso

El oro reúne cualidades físicas únicas con un valor simbólico muy arraigado. Su brillo constante lo convierte en sinónimo de belleza, mientras que su escasez y su resistencia alimentan la idea de que representa una reserva de valor eterna. Además, desempeña un papel importante en la economía, ya que se utiliza como activo refugio ante crisis financieras y como referencia para la fijación de precios de otras materias primas.

Historia y simbolismo

Desde las antiguas civilizaciones egipcias hasta los imperios precolombinos, el oro ha sido referencia de estatus y poder. Pirámides, templos y sepulcros reales aparecían adornados con él para destacar la divinidad de los gobernantes. En la Edad Media, se convirtió en el motor de expediciones y conquistas, y los exploradores europeos cruzaron océanos persiguiendo leyendas sobre ciudades doradas. Hoy sigue apareciendo en premios, anillos de boda y medallas olímpicas como símbolo de excelencia y compromiso.

Usos industriales y tecnológicos

Aunque las joyas acaparan la mayor visibilidad, cerca de un tercio de la demanda de oro proviene de la industria. Los circuitos integrados de smartphones y ordenadores lo utilizan por su conductividad y fiabilidad. De igual modo, la medicina lo emplea en tratamientos específicos y equipos de diagnóstico. Incluso compañías aeroespaciales lo aplican en satélites para protegerlos de la radiación solar. Estos usos prácticos aseguran una demanda estable más allá del mercado de lujo.

El oro en la economía global

Los bancos centrales mantienen reservas de oro para respaldar sus monedas y generar confianza en los mercados. En periodos de incertidumbre, muchos inversores compran lingotes o ETFs vinculados a este metal como refugio seguro. Su cotización se negocia las 24 horas en principales plazas financieras como Londres, Nueva York y Zúrich, y suele moverse en sentido opuesto a otros activos de riesgo, actuando como termómetro del sentimiento económico mundial.

Cómo se determina su precio

El precio del oro se fija principalmente en función de la oferta y la demanda. Factores como la producción minera, la actividad de reciclaje de joyería, las compras de bancos centrales y las tensiones geopolíticas influyen día a día. Además, el dólar estadounidense sirve de referencia: cuando el billete verde pierde valor, el oro suele encarecerse porque se vuelve más asequible para quienes operan con otras divisas.

Invertir en oro: opciones y riesgos

Quien desee exponerse al oro puede comprar lingotes, monedas, acciones de mineras o fondos cotizados. Cada vía ofrece distintos niveles de liquidez, custodia y volatilidad. Antes de invertir, conviene evaluar objetivos, plazo y tolerancia al riesgo, ya que el precio puede fluctuar con fuerza en el corto plazo.

Futuro del oro

La transición energética, la digitalización y la incertidumbre geopolítica seguirán sosteniendo la demanda de este metal. Aunque surjan tecnologías o activos alternativos, el oro mantiene ventajas únicas: no depende de la red eléctrica, no se degrada y es aceptado globalmente. Todo apunta a que su brillo continuará brillando como un refugio milenario en tiempos de cambio.

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El asesinato de Charlie Kirk: espectáculo, política y la grieta del imperio americano

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El asesinato de Charlie Kirk sacudió la política estadounidense y reveló grietas profundas en su democracia. La violencia ya no es anomalía, sino espectáculo político. En este análisis se expone que lo que está en juego no es solo poder, sino la legitimidad del propio imperio americano.

El 10 de septiembre de 2025, la política estadounidense vivió otro momento de inflexión traumática: el asesinato de Charlie Kirk (activista conservador, fundador de Turning Point USA y figura influyente en la movilización juvenil dentro del movimiento MAGA). Fue disparado en el cuello mientras mantenía debates ante una audiencia de la Universidad del Valle de Utah.

Su muerte fue impactante no solo por la violencia misma del hecho, sino por su simbolismo. En ese sentido, la muerte de Kirk funciona como espejo de la política actual de EE.UU. Refleja tanto la administración Trump como una cultura mediática saturada de espectáculo, mensajes hiperreales y supersticiones políticas.

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Además, pone al descubierto la máscara ya gastada del imperio americano: su pretendida estabilidad, su narrativa de grandeza civilizatoria y su autoimagen de guardián del orden.

Cuando la política se convierte en espectáculo letal

El 10 de septiembre de 2025, Estados Unidos experimentó un momento de ruptura que trasciende el mero acto criminal: el asesinato de Charlie Kirk que puso al descubierto las fisuras estructurales de una superpotencia en crisis de legitimidad simbólica. Este evento, más que una tragedia aislada, funciona como catalizador de procesos latentes que re-definen la naturaleza del poder político en el siglo XXI.

Kirk, fundador de Turning Point USA y figura central en la movilización juvenil conservadora, representaba un fenómeno político inédito. Ese fenómeno fue el poder descentralizado de la narrativa digital, la capacidad de generar legitimidad política desde plataformas mediáticas alternativas y la transformación del conservadurismo tradicional en una identidad contracultural gamificada.

Su muerte no debe analizarse únicamente como un acto de violencia política. También debe entenderse como el síntoma de una mutación profunda en las estructuras de poder del imperio americano.

Desde la perspectiva del análisis de inteligencia política, este episodio revela tres dimensiones críticas: 

  1. La fragmentación del ecosistema conservador en facciones rivales.
  2. La instrumentalización política de la violencia simbólica por parte de la administración Trump.
  3. La emergencia de un nuevo tipo de autoritarismo que opera mediante el control narrativo más que institucional. 

Estas dinámicas, entrelazadas y mutuamente reforzadoras, configuran un escenario de riesgo sistémico para la estabilidad democrática estadounidense.

Contexto: la arquitectura del nuevo conservadurismo más allá de las instituciones tradicionales 

Charlie Kirk no se definía ni era un político electo, ni tampoco un académico reconocido. A pesar de ello, había logrado construir una infraestructura de poder que rivalizaba con instituciones tradicionales.

Su modus operandi ilustra una transformación fundamental. Se trata del desplazamiento del poder político desde las estructuras formales hacia ecosistemas mediáticos descentralizados que funcionan como sistemas alternativos al Estado.

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Turning Point USA operaba como algo más que una organización conservadora, ya que constituía una plataforma integral de reclutamiento ideológico. Esta vinculaba adolescentes y jóvenes con empresarios, think tanks y actores políticos vía eventos, merchandising, becas de estudio y oportunidades profesionales. Este modelo de soft power conservador no buscaba conquistar instituciones, sino: influir en algoritmos, grupos digitales y masas juveniles.

Uno de los aspectos más innovadores del fenómeno Kirk era su capacidad de posicionar el conservadurismo como resistencia cultural. En su narrativa, ser joven, cristiano y republicano se presentaba como una forma de disidencia contra un status quo progresista dominante.

La estrategia de Kirk se basaba en reducir problemáticas complejas a dicotomías binarias morales. Estas podían viralizarse con consignas como USA against invasion o Traditional values against wokism.

Esta simplificación (optimizada para plataformas digitales), generaba cohesión identitaria y movilización política sin necesidad de programas políticos detallados. De esta forma, quien controla el relato viral y el encuadre moral, controla también la legitimación política.

Guerra interna en el espectro conservador: fragmentación y radicalización

La muerte de Charlie Kirk ha intensificado las tensiones latentes dentro del conservadurismo mediático estadounidense, exacerbando una lucha interna por el control ideológico del movimiento. Uno de los frentes más visibles de esta disputa ha sido el prolongado enfrentamiento entre Kirk y Nick Fuentes (líder del movimiento Groyper).

Este ha buscado definir los límites del conservadurismo desde una posición más abiertamente radical. Durante las llamadas «Guerras Groyper», seguidores de Fuentes interrumpían eventos organizados por TPUSA para denunciar la supuesta tibieza ideológica de Kirk.

Estas acciones no fueron meros actos de provocación. Se trató de tácticas deliberadas para forzar una redefinición del conservadurismo. Este contexto derivó en un fenómeno de radicalización competitiva. Distintas facciones dentro del espectro conservador se vieron empujadas a adoptar posiciones cada vez más extremas para diferenciarse y mantener la lealtad de sus audiencias.

Estas tensiones no se limitan al conflicto entre Kirk y Fuentes. También se proyectan en el enfrentamiento entre figuras prominentes como Ben Shapiro y Candace Owens, cuyos modelos de conservadurismo representan orientaciones divergentes.

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Shapiro representa una versión más institucionalizada y argumentativa, centrada en el constitucionalismo, el libre mercado y el respaldo sin reservas al Estado de Israel.

Owens, en cambio, ha cultivado una imagen más impredecible y disruptiva. Combina denuncias culturales con teorías conspirativas y adopta posturas cada vez más ambiguas sobre Israel y la identidad racial.

En este panorama, la cohesión ideológica cede paso a una lógica de diferenciación agresiva. La legitimidad se mide menos por la solidez del argumento que por la audacia de las posturas adoptadas.

Cabe destacar, que, en este contexto pugna por la hegemonía dentro del espectro mediático conservador, Ben Shapiro ha comenzado a mover piezas estratégicas. Tras la muerte de Kirk, se ha hecho publico que Shapiro está considerando la adquisición de Turning Point USA con el objetivo de integrarlo a su plataforma mediática, encabezada por The Daily Wire.

Más allá de su dimensión económico-operativa, la intención de Shapiro revela un esfuerzo deliberado por frenar la deriva radical del movimiento. Busca re-centrar la narrativa en torno a referentes más predecibles y moderados.

Así, la guerra interna en el espectro conservador no solo se libra en el terreno de las ideas. También se disputa en el control de las plataformas, los recursos y las audiencias.

El conservadurismo ya no se define únicamente por su oposición al progresismo. Ahora está marcado por una lucha encarnizada por su propia identidad.

Israel: nodo de identidad y conflicto

El caso de Israel dentro del conservadurismo estadounidense contemporáneo representa uno de los nodos más tensos de la identidad política del movimiento.

A lo largo de los últimos años, el apoyo a Israel se consolidó como un marcador esencial de pertenencia dentro del «pack identitario» conservador. En este marco, ser patriota, cristiano y moralmente firme implica casi automáticamente alinearse con Israel como símbolo de la civilización occidental y como baluarte contra el islamismo radical.

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Este pro-israelismo, en la mayoría de los casos de carácter performativo, funciona más allá de un gesto de convicción ideológica. También opera como pasaporte hacia circuitos de financiamiento, legitimidad mediática y alianzas estratégicas con sectores institucionales dentro y fuera de Estados Unidos.

Sin embargo, ese consenso comenzó a fracturarse desde dentro. Figuras como Nick Fuentes han instrumentalizado el tema para atacar a referentes como Charlie Kirk, acusándolo de complicidad vacía y oportunismo político. Lo critican por respaldar a Israel sin cuestionar sus implicaciones éticas o geopolíticas.

En este contexto, Israel deja de ser simplemente un aliado internacional y se convierte en un campo de batalla simbólico. Allí se disputa la autenticidad del compromiso conservador. Tras el asesinato de Kirk, este eje de tensión se ha exacerbado con la proliferación de teorías de conspiración. Algunas señalan a Israel como autor intelectual o beneficiario oculto del crimen, debido a las supuestas críticas de Kirk al gobierno israelí.

Estas narrativas encontraron eco en redes sociales y plataformas digitales, alimentando un ecosistema de desconfianza. Ya no se limitan a los márgenes extremistas, sino que empiezan a insertarse en sectores más amplios del conservadurismo mediático.

Organizaciones como la Anti-Defamation League han documentado miles de publicaciones donde la muerte de Kirk se interpreta con acusaciones hacia Israel de manipular la política estadounidense desde las sombras. Aunque carecen de evidencia empírica, estas construcciones simbólicas cumplen una función clara: dar sentido a un momento de crisis mediante la identificación de enemigos externos y reforzar una narrativa de asedio y traición interna.

El cálculo político de la tragedia, Trump e hiperrealidad

La reacción de Donald Trump al asesinato de Charlie Kirk ejemplifica una estrategia calculada que combina condolencias protocolarias con una hábil instrumentalización política del trauma.

Desde sus primeras declaraciones, Trump siguió un patrón predecible pero eficaz. Incluyó la condena formal de la violencia, la atribución directa de responsabilidad al radicalismo de izquierda y la capitalización del evento como justificación para endurecer su agenda de seguridad.

Lejos de ser un reflejo impulsivo, esta respuesta revela una comprensión sofisticada. Trump entiende el valor simbólico de la tragedia como herramienta de poder.

La figura de Kirk ofrece a la administración trumpista un capital simbólico que permite impulsar propuestas autoritarias bajo el paraguas de la seguridad nacional. La tragedia se convierte en una palanca para introducir medidas que antes habrían encontrado resistencia. Entre ellas destacan regulaciones más estrictas sobre plataformas digitales, expansión de los poderes de vigilancia interna y restricciones sobre el discurso político.

Aunque se presentan como disposiciones excepcionales, en realidad responden a una lógica de control narrativo a largo plazo. Esta estrategia de capitalización simbólica se inscribe en un modelo más amplio de autoritarismo emergente. En él, el poder no requiere rupturas institucionales drásticas, sino que avanza de forma incremental mediante el lenguaje de la emergencia.

Así, emerge un régimen donde la administración del miedo y la producción simbólica de enemigos internos se convierten en herramientas de gobierno.

En este sentido, Trump no solo busca gobernar instituciones. También pretende controlar las narrativas que las legitiman. Entiende que en la política contemporánea el relato precede a la ley y que el monopolio de la interpretación es una forma efectiva de consolidar poder.

Por ende, la figura de Charlie Kirk (tanto en vida como en muerte), encarna la fusión entre política y espectáculo que caracteriza a la sociedad del hipercapitalismo digital. Su carrera se diseñaba como una performance permanente y la política se convirtió en una narrativa épica donde él mismo era protagonista y antagonista de un drama cultural continuo. Su asesinato no rompe esa lógica, sino que la lleva a su clímax.

Convertido en mártir, Kirk trasciende su papel de actor político y pasa a convertirse en símbolo. Su muerte se transforma en un ritual mediático que intensifica las adhesiones emocionales e ideológicas.

En una sociedad donde los hechos pesan menos que las emociones que generan, la narrativa de «Kirk asesinado por fuerzas oscuras de la izquierda» se impone en el imaginario colectivo conservador. De esta manera, legitima respuestas cada vez más autoritarias, independientemente de la verdad empírica del caso.

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En este ecosistema mediático saturado de estímulos, la violencia política se ha visto gamificada. El estilo comunicativo de Kirk, optimizado para plataformas como YouTube y Twitch, contribuía a una dinámica donde la política se vive como un videojuego, con enemigos pixelados, misiones ideológicas y recompensas simbólicas. Esta lógica reduce el umbral de empatía, ya que los adversarios no son individuos reales, sino avatares ideológicos deshumanizados. Como consecuencia, la agresión se vuelve no solo tolerable, sino deseable dentro de un juego que premia la confrontación constante. La tragedia se enmarca así en una narrativa de espectáculo continuo donde la muerte real se traduce en capital simbólico.

A nivel sistémico, esto tiene implicaciones graves. Las instituciones se ven presionadas a securitizar el espacio público. Los campus universitarios se transforman en escenarios de conflicto ideológico vigilado. La participación política queda restringida a zonas controladas por lógicas de orden y miedo.

La polarización se intensifica y la deliberación democrática se estrecha. La nación avanza peligrosamente hacia una fragmentación estructural, donde ya no existen consensos básicos sobre la realidad compartida.

La muerte de Kirk, lejos de cerrar un capítulo, marca el inicio de una nueva etapa. En ella, la violencia deja de ser una anomalía para convertirse en un recurso estructurante del poder.

El Imperio en el Espejo: Geopolítica, Hipocresía y Colapso Simbólico

El asesinato de Charlie Kirk no fue simplemente un hecho trágico en el contexto doméstico estadounidense; funcionó como un reflector brutal que iluminó las grietas profundas y ya irreversibles del proyecto imperial americano. En un escenario de creciente polarización interna, erosión institucional y radicalización simbólica, la violencia política deja de ser una anomalía para convertirse en manifestación estructural.

La superpotencia que durante décadas se presentó como garante de la democracia liberal y defensora de los derechos humanos ahora enfrenta una incapacidad preocupante. Ya no logra sostener las condiciones mínimas del debate público civilizado.

La imagen cuidadosamente cultivada de Estados Unidos como faro moral del mundo occidental se ve, por tanto, profundamente comprometida. No por una crisis externa, sino por el colapso desde dentro de los consensos que le daban legitimidad tanto hacia afuera como hacia adentro.

La hipocresía estructural del régimen estadounidense queda así expuesta con crudeza. Durante décadas, Washington ha utilizado el lenguaje de la democracia como herramienta de dominación geopolítica, interviniendo en países soberanos, financiando cambios de régimen, emitiendo juicios sobre la calidad de las democracias ajenas y aplicando sanciones a naciones consideradas «autoritarias». Todo esto bajo la suposición de una superioridad moral intrínseca, que ahora se desmorona frente a los ojos del mundo.

La muerte de un líder conservador en plena gira universitaria, dentro del territorio nacional y a manos de actores aún no esclarecidos, se convierte en un símbolo demoledor. No solo muere un hombre, sino también la pretensión de que Estados Unidos puede exportar un modelo democrático que ni siquiera logra sostener en su propio suelo.

El espectáculo de la violencia política televisada, la instrumentalización del crimen por figuras como Donald Trump y la proliferación de teorías conspirativas como sustituto del análisis racional lo confirman. Todo ello demuestra que la democracia estadounidense ha entrado en una fase hipermediática, donde el poder ya no se ejerce principalmente a través de instituciones. Ahora se impone mediante el control de narrativas emocionales y espectáculos de victimización.

Los adversarios estratégicos del imperio (China, Rusia, Irán y un creciente bloque de naciones críticas del orden liberal occidental) no han tardado en aprovechar esta fractura simbólica. En sus medios oficiales, el asesinato de Kirk es presentado como síntoma de una nación decadente, atrapada en su propio caos interno, incapaz de ofrecer estabilidad ni a su pueblo ni al mundo. Estas potencias entienden perfectamente el valor estratégico de la coherencia simbólica: no se trata sólo de economía o poder militar, sino de credibilidad.

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Y hoy, Estados Unidos carece de ella. Las imágenes de confrontaciones en campus, de congresistas amenazando con violencia y de un expresidente instrumentalizando el asesinato como capital electoral, son munición propagandística para quienes buscan erosionar el orden liberal internacional. Mientras el régimen estadounidense continúa exigiendo rendición de cuentas por violaciones de derechos humanos en otras partes del mundo, el mundo observa cómo se derrumba el mito de su propia excepcionalidad. La doble moral ya no puede sostenerse. En el espejo del asesinato de Kirk, lo que aparece no es el reflejo de una víctima idealizada, sino el rostro desencajado de un imperio en descomposición.

Lo más inquietante de este escenario no es la violencia en sí, sino su rápida asimilación en el aparato simbólico del poder. La muerte de Kirk ha sido transformada en narrativa de justificación: para endurecer leyes, ampliar los aparatos de vigilancia, criminalizar la disidencia y fortalecer un modelo de autoritarismo blando que no necesita de golpes militares para consolidarse. Opera por acumulación de miedos, por la repetición constante de amenazas difusas, y por la administración paranoica del enemigo interno.

Este nuevo régimen no se declara como dictadura, pero socava sistemáticamente las condiciones que hacen posible una democracia funcional: pluralismo, deliberación, racionalidad y confianza institucional. Lo que emerge es un híbrido inquietante, donde la retórica de la libertad convive con prácticas represivas, y donde la performance democrática encubre cada vez menos el vaciamiento de su contenido.

El imperio, en este nuevo ciclo, sigue proyectando fuerza militar y poder financiero, pero ha perdido algo más difícil de recuperar: su legitimidad moral. En un mundo multipolar y tecnológicamente interconectado, esta pérdida tiene implicaciones geopolíticas devastadoras.

La historia no se detiene, pero se acelera. Y en esa aceleración, se rompen las categorías con las que antes creíamos entender el mundo. Conservadurismo y progresismo, izquierda y derecha, libertad y censura, ya no funcionan como coordenadas estables. Son invocadas en función de conveniencia y se utilizan para movilizar emociones, no para orientar el análisis.

En este nuevo terreno, el poder se disputa no en los parlamentos, sino en las plataformas digitales; no en la letra de la ley, sino en los titulares, los virales y los mártires. Por eso, comprender la muerte de Kirk requiere algo más que análisis político clásico: exige herramientas capaces de leer la política como espectáculo, la democracia como simulacro y el conflicto como estructura narrativa.

Si Estados Unidos no encuentra un modo de reconstituir su relato interno de comunidad política, su rol externo como potencia global quedará reducido a mera fuerza sin propósito. El mundo, mientras tanto, debe prepararse para convivir con una superpotencia fracturada, armada hasta los dientes, pero incapaz de gobernarse a sí misma. Esa es, quizás, la imagen más peligrosa de nuestro tiempo.

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La Inteligencia británica abre un portal en la ‘dark web’ para reclutar cooperantes

Reino Unido abre una plataforma secreta en Internet con el fin de captar informantes y reforzar su seguridad nacional.

Los servicios de inteligencia de Reino Unido han lanzado un portal en la ‘dark web’ diseñado para captar nuevos cooperantes y reforzar la seguridad nacional, con especial interés en informantes rusos. Según el Ministerio de Exteriores, la aplicación de mensajería Silent Courier (Mensajero Silencioso) facilitará el trabajo del MI6 en la captación de agentes tanto en Rusia como en otras regiones. Las instrucciones de uso y acceso al programa estarán disponibles en el canal oficial de YouTube del servicio, que recomienda a los usuarios utilizar VPN de confianza y equipos no vinculados a su identidad.

La ministra de Exteriores, Yvette Cooper, defendió públicamente la iniciativa antes del lanzamiento de la plataforma. «La seguridad nacional es el primer deber de cualquier gobierno y el pilar del Plan para el Cambio del primer ministro», afirmó en una declaración recogida por la BBC. Además, Cooper explicó que, «a medida que el mundo cambia y se multiplican las amenazas, debemos asegurarnos de que Reino Unido esté siempre un paso por delante de nuestros adversarios».

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El anuncio oficial de la plataforma se realiza el viernes 19 de septiembre de 2025 en Estambul, durante un discurso del jefe saliente del MI6, Richard Moore. «La puerta virtual está abierta», explica el responsable de la inteligencia exterior en un llamamiento dirigido a potenciales colaboradores. Moore insiste en que los interesados con información sobre «inestabilidad global, terrorismo internacional o actividades hostiles de inteligencia de otros Estados» podrán contactar con el servicio de forma segura por Internet.

El MI6 ha explicado que busca aprovechar el anonimato de la dark web para reducir los riesgos a los que se enfrentan quienes deseen cooperar. Esta estrategia emula un movimiento de la CIA en 2023, cuando la agencia estadounidense difundió vídeos en redes sociales para atraer a espías rusos. De este modo, Londres intenta modernizar sus métodos y adaptar su aparato de inteligencia a un contexto cada vez más complejo y globalizado.

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