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¿Qué es un gestor de contraseñas y por qué deberías tener uno?

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Aprende qué es un gestor de contraseñas, cómo funciona y por qué es una herramienta clave para proteger la seguridad digital.

En un mundo donde cada aplicación, red social o servicio exige una clave distinta, recordar todas las contraseñas se ha convertido en un desafío cotidiano. Muchos usuarios optan por reutilizar contraseñas o anotarlas en lugares poco seguros, sin ser conscientes del riesgo que corren. Frente a este problema, ha surgido una solución práctica que cada vez más personas adoptan: el gestor de contraseñas.

¿Qué es un gestor de contraseñas?

Un gestor de contraseñas es una aplicación o servicio que guarda y organiza de forma segura todas tus contraseñas en un solo lugar. En lugar de recordar decenas de claves, solo necesitas memorizar una contraseña maestra que te da acceso al resto.

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Estos programas cifran la información para que nadie pueda acceder a tus datos sin autorización. Algunos incluso generan contraseñas seguras y únicas, ayudándote a mantener cada cuenta protegida sin complicaciones. Los gestores de contraseñas se integran fácilmente con navegadores y dispositivos móviles, ofreciendo comodidad y seguridad en un solo paso.

¿Por qué es importante el gestor de contraseñas?

En la era digital actual, la seguridad de la información es esencial. Cada año se producen millones de ataques informáticos por robo de credenciales. Utilizar un gestor de contraseñas reduce significativamente esa exposición porque evita prácticas inseguras como reutilizar contraseñas o compartirlas por correo electrónico.

Además, te permite ahorrar tiempo. En lugar de escribir o restablecer contraseñas una y otra vez, el sistema las completa automáticamente en tus formularios. Esto no solo mejora la experiencia de usuario, sino que también disminuye el riesgo de caer en estafas de tipo phishing.

Beneficios del gestor de contraseñas

Usar un gestor de contraseñas no solo aporta seguridad, sino también orden y tranquilidad. Permite mantener tus claves actualizadas, crear contraseñas complejas sin esfuerzo y acceder a ellas desde cualquier dispositivo con sincronización segura en la nube.

AspectoSin gestor de contraseñasCon gestor de contraseñas
Almacenamiento de contraseñasNotas, papeles o memoria personalCifrado en una base de datos segura
Riesgo de olvido o pérdidaAltoMuy bajo
Generación de contraseñas segurasManual, limitadaAutomática y aleatoria
Ingreso a sitios webManual, lentoAutomático, rápido
Seguridad frente a ataquesVulnerableAlta protección y alerta ante brechas
Sincronización entre dispositivosNo disponibleDisponible en todos los dispositivos

¿Qué gestor de contraseñas elegir?

Existen muchas opciones en el mercado, tanto gratuitas como de pago. La elección depende de tus necesidades, del número de dispositivos que uses y del nivel de protección que quieras alcanzar.

Algunos gestores conocidos son Proton Pass, Bitwarden, 1Password, LastPass, Dashlane y KeePass. Todos cumplen con las funciones básicas, pero difieren en diseño, soporte multiplataforma y características adicionales. Por ejemplo, algunos ofrecen almacenamiento seguro de notas, autenticación biométrica o auditorías de contraseñas débiles.

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Antes de decidir, asegúrate de verificar que el servicio emplee cifrado de extremo a extremo, que tenga buena reputación y que ofrezca opciones de recuperación en caso de olvidar tu contraseña maestra.

Cómo funciona en la práctica

El uso de un gestor de contraseñas es más simple de lo que parece. Una vez instalado, el sistema te pedirá crear una contraseña maestra. Luego, podrás añadir las credenciales de tus cuentas o dejar que la aplicación las guarde automáticamente al iniciar sesión en los sitios web.

A partir de ese momento, el gestor completará los formularios de manera automática y te sugerirá contraseñas nuevas cuando crees cuentas. Todo se guarda cifrado, y solo tú puedes acceder con tu clave maestra.

Consejos para usarlo correctamente

  • Crea una contraseña maestra, larga y compleja, pero fácil de recordar.
  • Activa la autenticación en dos pasos si el gestor la ofrece.
  • Evita instalar aplicaciones no oficiales o versiones piratas.
  • Mantén el software siempre actualizado para recibir mejoras de seguridad.
  • No compartas tu acceso con otras personas, ni siquiera de confianza.

Aplicando estas prácticas, el gestor de contraseñas se convierte en una herramienta muy poderosa para proteger tu seguridad digital.

Gestor de contraseñas y privacidad online

El gestor de contraseñas no solo te ayuda a recordar tus claves, sino que es una pieza clave en tu estrategia de privacidad digital. Al no depender de notas o documentos, reduces el riesgo de que tus datos queden expuestos. Además, al generar contraseñas únicas para cada servicio, la posible filtración de una cuenta no compromete a las demás.

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Estas soluciones se han convertido en aliados esenciales tanto para usuarios particulares como para empresas que buscan proteger la información de sus empleados y clientes. Por ello, adoptar un gestor de contraseñas es un paso fundamental para mantener tus datos seguros y tu vida digital más ordenada. Te libera del estrés de recordar contraseñas, previene riesgos de robo de identidad y mejora tu seguridad en línea sin complicaciones. Más que una comodidad, es una inversión en seguridad.

Política de defensa y geopolítica: España frente a las tensiones atlánticas y europeas en la OTAN

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España, miembro de la OTAN, ha pasado de aliado periférico a actor clave en el flanco sur de la Alianza. Su papel geoestratégico gana peso, pero enfrenta tensiones por el gasto militar exigido por EE. UU. En este artículo, Gladys Castaño, alumni del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, analiza cómo Madrid defiende una contribución cualitativa. El equilibrio entre compromiso atlántico y autonomía europea marcará su política de defensa.

El 30 de mayo de 1982, España se convirtió en el miembro número 16 de la OTAN. Este acto marcó no solo la consolidación de la transición democrática, sino también la apertura de un nuevo capítulo geoestratégico, situando al país en el epicentro del Mediterráneo occidental y del Atlántico sur. 

Aquel ingreso generó un debate político interno intenso, reflejado en el referéndum de 1986, donde un 56,85% de los votantes aprobó la permanencia con limitaciones militares. Desde entonces, España ha transitado de ser un aliado periférico a un miembro estratégico del flanco sur, desempeñando un rol operativo y logístico de gran valor para la Alianza, en paralelo a su apuesta por la autonomía europea en defensa y seguridad. 

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Sin embargo, durante el otoño de 2025, Trump sugirió que la NATO debería plantearse expulsar a España de la Alianza por no alcanzar los nuevos objetivos de gasto en defensa. España, que había decidido no comprometerse al 5% del PIB planteado por la Alianza, fue señalada como «rezagada» por el presidente estadounidense, lo cual reflejó una tensión sin precedentes entre el compromiso atlántico y las prioridades nacionales españolas.

De aliado periférico a pieza clave en la OTAN

Históricamente, España ha combinado su contribución militar con la proyección de estabilidad en su entorno geográfico inmediato. Su incorporación plena a la estructura militar de la OTAN en 1999 supuso un cambio cualitativo, que le permitió participar en diferentes misiones. Desde su primera misión en 1992, unos 125.000 militares españoles han sido desplegados en 22 operaciones en lugares como Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Libia, el Golfo de Adén, el Cuerno de África, Afganistán y el Mediterráneo. 

Desde entonces, España ha transitado de ser un aliado periférico a un miembro estratégico del flanco sur, desempeñando un rol operativo y logístico de gran valor para la Alianza. Su contribución se ha consolidado especialmente a través de la Base Naval de Rota y la Base Aérea de Morón de la Frontera, infraestructuras esenciales para las operaciones de la OTAN y de EE. UU. en el Mediterráneo, África y el Sahel.

En 2016, España asumió la función de nación marco de la Very High Readiness Joint Task Force (VJTF) terrestre, demostrando su capacidad operativa y disposición a liderar esfuerzos multinacionales.

Este posicionamiento permitió a Madrid equilibrar su doble rol: ser un socio fiable para EE. UU. y abogar al mismo tiempo por la autonomía estratégica europea, con especial atención al Flanco Sur (terrorismo, migración irregular e inestabilidad en el Sahel), áreas que históricamente habían recibido menor atención en la planificación atlántica.

El efecto Trump y la presión sobre el gasto en defensa

En 2024, España destinaba aproximadamente un 1,28% de su PIB a defensa, una cifra inferior al 2% acordado en la Cumbre de Gales de 2014. Desde su primera administración en 2017, Donald Trump había criticado duramente a los aliados europeos que no cumplían con ese compromiso, advirtiendo incluso sobre la posibilidad de que Estados Unidos «repensara» su defensa colectiva.

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En 2025, durante su segunda presidencia, Trump reavivó la polémica proponiendo un objetivo del 5% del PIB para gasto en defensa (una medida que Madrid calificó de «irrealista y contraproducente») y llegó a sugerir la expulsión de España de la Alianza Atlántica por su bajo nivel de gasto, pese a que el Tratado del Atlántico Norte de 1949 no contempla tal posibilidad. Las amenazas incluyeron además la imposición de aranceles del 15% sobre exportaciones españolas, lo que intensificó las tensiones bilaterales.

En respuesta, el Gobierno español defendió una «fórmula flexible» basada en el cumplimiento de los Objetivos de Capacidad Militar (OCM), la interoperabilidad y la calidad de sus contribuciones en operaciones multinacionales, más que en el simple porcentaje del PIB asignado.

Esta posición reflejó una diferencia estructural: mientras EE. UU. enfatiza la cuantía del gasto, España subraya la eficacia operativa y su papel en misiones como la VJTF o la presencia avanzada en el Este europeo.

Aportes estratégicos de España a la OTAN

España ha mantenido un nivel de compromiso operativo elevado. En 2022 lideró la fase de preparación de la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN en la cumbre de Madrid, reforzando su papel diplomático y político.

Entre 2022 y 2025, desplegó fuerzas en Letonia, Rumanía y Eslovaquia, participó en misiones marítimas como Sea Guardian y apoyó a Turquía con baterías Patriot.

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Más allá de la cantidad de gasto, estas contribuciones cualitativas (interoperabilidad, liderazgo en tareas multinacionales, formación y proyección de estabilidad) han sido valoradas por la OTAN como un aporte estratégico relevante, especialmente en el Flanco Sur y en zonas de conflicto secundarias pero críticas para la seguridad euroatlántica.

Conclusión: retos internos y presiones geopolíticas

El principal desafío para España radica en equilibrar su credibilidad atlántica con la realidad política interna. Incrementos abruptos en el gasto militar pueden generar tensiones con la ciudadanía y afectar la financiación de políticas sociales, un debate muy presente en la sociedad española.

Otro desafío es alinear la política nacional con los objetivos estratégicos de la OTAN en el Flanco Este, especialmente tras la guerra de Ucrania. España busca mantener su protagonismo en el Flanco Sur, donde tiene ventajas geográficas y experiencia en estabilización, pero sin descuidar compromisos con la seguridad colectiva del Atlántico norte.

Finalmente, la relación con EE. UU. presenta una doble arista: cooperación estrecha mediante bases y despliegues, y simultánea apuesta por la autonomía europea en defensa. La polarización política estadounidense introduce incertidumbre sobre la constancia de los compromisos bilaterales, incentivando a España a fortalecer sus capacidades europeas dentro de la OTAN. 

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Colombia suspende la difusión de Inteligencia con Estados Unidos

Bogotá corta tratos de Inteligencia con Estados Unidos mientras persisten los ataques a lanchas caribeñas, al denunciar que «debe subordinarse a los Derechos Humanos».

El presidente Gustavo Petro ha ordenado paralizar temporalmente las comunicaciones y otros tratos con las agencias de seguridad de Estados Unidos, alegando ataques de Washington contra embarcaciones en el Caribe. La medida «da orden a todos los niveles de la Inteligencia de la fuerza pública para suspender dichos intercambios». Petro explicó que la suspensión permanecerá mientras persistan los ataques con misiles a lanchas.

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En el mensaje, se establece que la acción se toma ante los bombardeos iniciados en septiembre por el Ejército estadounidense, los cuales, según la Casa Blanca, buscan combatir el narcotráfico. Sin embargo, Naciones Unidas y otros organismos condenan estas operaciones como ejecuciones extrajudiciales, mientras el mandatario resalta que «la lucha contra las drogas debe subordinarse a los Derechos Humanos del pueblo caribeño».

No obstante, el anuncio llega después de difundirse que Reino Unido podría haber actuado de forma similar, según han informado CNN, seguido por The Times y The Guardian. Sin embargo, un portavoz británico afirmó que, aunque Estados Unidos es «nuestro socio más cercano en materia de defensa, seguridad e inteligencia», no comentarán sobre asuntos de inteligencia.

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Por último, al responder preguntas sobre los ataques contra buques en el Caribe y el Pacífico, un portavoz británico señaló que estas «decisiones son asunto» de Estados Unidos y que «las cuestiones relativas a si algo contraviene o no el Derecho Internacional son competencia de un tribunal internacional competente, no de los gobiernos». En este contexto, Petro explica que la medida es una respuesta a la violencia y a la violación de derechos humanos, y que el objetivo está en proteger al Caribe.

Kazajistán firma un acuerdo estratégico para promover la educación con IA

El Gobierno de Kazajistán, OpenAI y Freedom Holding anuncian la implementación de ChatGPT Edu para capacitar a 165.000 docentes y fortalecer la educación digital con mayor privacidad y herramientas de IA.

El Gobierno de la República de Kazajistán, OpenAI y Freedom Holding Corp. han firmado un acuerdo estratégico para promover el acceso a ChatGPT Edu. Con ello, se busca fomentar la educación digital y la alfabetización en inteligencia artificial (IA).

Se desplegará ChatGPT Edu a escala nacional, capacitando a 165.000 docentes de primaria, secundaria, superior y universitaria para usar herramientas de IA avanzadas y mejorar la calidad y eficacia de la enseñanza y el aprendizaje. De hecho, según la compañía, esta versión está diseñada con mayores controles de privacidad y protección de datos.

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Además, la versión educativa ofrece funcionalidades avanzadas, como cargas y búsquedas ilimitadas. Esto permite a los profesores analizar documentos, conjuntos de datos y materiales en línea. Del mismo modo, da acceso a los GPT, asistentes de IA personalizados configurables por asignaturas, tareas y criterios de evaluación. También se integra con sistemas de gestión del aprendizaje y herramientas institucionales y, por último, crea espacios de trabajo para organizar tareas, comentarios y calificaciones.

Asimismo, este acuerdo permitirá que todos los docentes tengan acceso a través de la plataforma BilimClass. Freedom Holding Corp. financiará la iniciativa, OpenAI proporcionará la plataforma y soporte en kazajo y ruso, y el Gobierno coordinará la implementación entre organismos y centros educativos, asegurando su integración con las estructuras nacionales y los programas de desarrollo profesional.

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Del Grupo Wagner a Africa Corps: la evolución de la presencia paramilitar rusa en el Sahel

Descubre la evolución de la presencia paramilitar rusa en el Sahel, desde el Grupo Wagner hasta el Africa Corps y su financiamiento con recursos naturales.

La presencia rusa en el Sahel ha atravesado una transformación en su estrategia paramilitar. Tradicionalmente vinculada al Grupo Wagner, una empresa militar privada que operaba con cierto grado de autonomía, la influencia rusa en la región ha pasado a gestionarse a través del Africa Corps, una estructura vinculada directamente al Ministerio de Defensa ruso. Este cambio supone una nueva fase en la proyección de poder rusa en África, con implicaciones importantes en el ámbito militar, político y económico, especialmente en el contexto del vacío dejado por la retirada occidental.

¿Qué es el Africa Corps?

El Africa Corps (también conocido como el Cuerpo Expedicionario Ruso y con nombre similar al Afrika Korps de la Alemania nazi en el norte de África) es una organización paramilitar rusa que ha surgido como sucesora y heredera de la red mercenaria del Grupo Wagner en África. A diferencia de Wagner, que funcionaba como una empresa privada con un liderazgo independiente, Africa Corps depende del Ministerio de Defensa ruso y responde directamente a la política militar estatal.

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Este cuerpo se presenta como una estructura más institucionalizada y regulada, con comandos de alto rango del ejército ruso involucrados en sus operaciones. Además, este cambio se ha acompañado de una estrategia de reclutamiento que ha absorbido mercenarios y combatientes que anteriormente operaban bajo la etiqueta de Wagner, ofreciendo una opción de integración a la nueva entidad. Así, Moscú busca consolidar y asegurar un control más directo sobre sus fuerzas paramilitares desplegadas en la región.

Transición del Grupo Wagner al Africa Corps

El Grupo Wagner fue durante años el principal instrumento ruso en la intervención paramilitar en el Sahel y otros territorios africanos. Fundado y liderado por Yevgueni Prigozhin, Wagner operó con un margen significativo de independencia, involucrándose en conflictos en países como Mali, Burkina Faso, Níger, República Centroafricana, Sudán, República Democrática del Congo o Libia. Sin embargo, tras acontecimientos que incluyeron una rebelión contra el Kremlin y la muerte de Prigozhin en circunstancias controvertidas, la operación paramilitar rusa en África requirió una reestructuración.

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Esta reestructuración dio lugar al Africa Corps, cuya principal característica es la subordinación clara y oficial al Ministerio de Defensa ruso, representando así una transición de las operaciones de carácter privado a un marco estatal. Esto implica que la estrategia y las acciones en África ya no están bajo la responsabilidad de un empresario mercenario, sino que forman parte de la política militar rusa con todos los mecanismos de coordinación y control que eso conlleva.

Operaciones del Africa Corps

Las operaciones del Africa Corps en el Sahel se orientan a fortalecer la seguridad y cooperación militar en varios países africanos aliados o cercanos a la esfera rusa, incluyendo Mali, Burkina Faso, Níger y la República Centroafricana. En comparación con las tácticas más flexibles y descentralizadas de Wagner, el Africa Corps ejecuta campañas más coordinadas y alineadas con objetivos geopolíticos del Kremlin, abarcando:

  • Apoyo directo a los ejércitos nacionales en la lucha contra insurgencias y grupos yihadistas.
  • Entrenamiento militar y asesoría a fuerzas locales para mejorar su capacidad operativa.
  • Aseguramiento de áreas estratégicas y ejes de comunicación vitales para los gobiernos locales.
  • Operaciones conjuntas que incluyen cobertura aérea y apoyo de fuego coordinado.

Estos esfuerzos se enmarcan en una doctrina militar más tradicional, con estructuras y cadenas de mando claras que buscan consolidar la influencia rusa y prevenir el avance o retorno de potencias occidentales en la región.

Financiamiento mediante recursos naturales

Una dimensión vital del Africa Corps, heredada del Grupo Wagner, es su modelo de financiación basado en la explotación de recursos naturales. La presencia rusa se ha consolidado en territorios ricos en oro, diamantes y otros recursos minerales esenciales. A cambio de su apoyo militar, los gobiernos africanos conceden concesiones y control sobre estas materias primas a entidades vinculadas a la estructura rusa.

Esta estrategia permite financiar las operaciones paramilitares y mantener la presencia rusa en la región, reproduciendo un modelo donde la seguridad y el respaldo político van atados a la extracción de riqueza natural. Esta situación ha generado tensiones en los países involucrados, incluyendo conflictos por minas artesanales, desplazamientos de comunidades y problemas relacionados con la soberanía sobre los recursos.

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El Africa Corps actúa así dentro de una lógica de influencia hegemónica, proporcionado por un Estado que utiliza su fuerza militar y económica para afianzar su influencia a nivel global, aprovechando las debilidades institucionales y los vacíos de poder en zonas estratégicas africanas.

Malí ante la yihad económica: el bloqueo del combustible como arma de poder 

El colapso institucional en Malí refleja una crisis multidimensional alimentada por la violencia yihadista, el autoritarismo militar y la descomposición estatal. La retirada internacional y la entrada de actores como el Grupo Wagner agravan la situación. Mientras tanto, y como explica el alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Luis Alberto Modrego, la población queda atrapada en una espiral de violencia sin fin.

La semana pasada, el gobierno de Malí tomó una decisión que causó perplejidad y desconcierto en la comunidad internacional. Cerró todas las escuelas y universidades, al no poder hacer frente al suministro de combustible. Esta situación fue provocada por actos de bloqueo y sabotaje de la filial de Al Qaeda en Malí: el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (Jama’at Nusrat al-Islam wal-Muslimin, abreviado JNIM).

Es de lamentar que la noticia no haya recibido la atención mediática ni la trascendencia política y analítica que su magnitud requiere. Esto refleja la falta de interés internacional por comprender la profundidad y complejidad de la crisis maliense. También evidencia la desconexión entre la realidad del Sahel y su percepción desde el exterior.

Mientras el Sahel se descompone en un proceso continuo de deterioro estructural, muestra un cuadro crónico de fragilidad institucional. Las estructuras administrativas y de gobernanza son incapaces de garantizar servicios básicos, seguridad o cohesión territorial. Sin embargo, la atención internacional sigue centrada en Ucrania y Oriente Medio.

Los analistas más prestigiosos, en un ejercicio de autocrítica profesional, han reconocido una importante omisión. Pese a la abundancia de estudios, proyecciones y evaluaciones estratégicas elaboradas por organismos oficiales y laboratorios de pensamiento geoestratégico (Think tanks), pocos anticiparon un hecho clave.

Los grupos yihadistas han logrado transformar el control del comercio energético en un instrumento de guerra híbrida. Con ello, pueden inmovilizar por completo a un Estado sin recurrir a la fuerza militar directa, sin disparar un solo tiro.

Nadie supo prever la situación actual. 

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Resulta sorprendente que ningún centro de análisis estratégico ni el propio Gobierno maliense anticiparan el colapso del suministro de combustible. Esto ocurrió pese a los numerosos indicios de vulnerabilidad logística que se venían observando, y cuando las señales de bloqueo yihadista eran más que evidentes en la región de Kayes, al oeste del país.

Estos mismos organismos procederán de inmediato al estudio y análisis de la nueva estrategia: la «yihad económica» lanzada por el grupo JNIM. Desde septiembre, este grupo bloquea la entrada de carburante procedente de Senegal, Mauritania, Guinea y Costa de Marfil.

Esta crisis revela que la guerra en el Sahel ha entrado en una nueva fase. En ella, la infraestructura civil (carburante, alimentos, educación) se ha convertido en objetivo estratégico. Su impacto amenaza con extender la inestabilidad hacia las fronteras occidentales del continente.

Debemos preguntarnos por las razones del fracaso de las estrategias internacionales de estabilización. Pese a su despliegue prolongado, estas no han logrado abordar las causas estructurales de la inestabilidad. Tampoco han conseguido consolidar instituciones locales capaces de sostener la gobernanza y la seguridad.

Estas estrategias han privilegiado el control militar, el fortalecimiento del sector seguridad y su capacitación. También la gestión del riesgo, por encima del fortalecimiento del Estado, sin atender las raíces políticas, sociales y económicas del conflicto.

Hay que destacar que la cooperación internacional con un gobierno militar nacido de un golpe de Estado plantea profundas contradicciones éticas y estratégicas. Este gobierno ha consolidado su poder bajo el silencio internacional.

Resulta pertinente recordar que el gobierno maliense forzó la retirada de las misiones de la ONU y de la EUTM. Luego, sustituyó su presencia por una alianza político-militar y económica con Rusia, articulada principalmente a través del Grupo Wagner.

Esta decisión significó un profundo cambio en el equilibrio de alianzas en el Sahel. Además, desplazó la cooperación occidental y consolidó una dependencia creciente de Moscú en materia de defensa y recursos estratégicos.

No olvidemos que el gobierno maliense promovió la salida de las misiones de la ONU y la EUTM del país. Lo hizo en beneficio de la colaboración política, militar y económica con Rusia. También apoyó a la junta militar del Grupo Wagner, que brinda asistencia a las Fuerzas Armadas malienses disfrazada de asesoría en seguridad.

En 2020, un informe de la División de Derechos Humanos de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) denunciaba a las fuerzas y cuerpos de seguridad malienses. Los señalaba como responsables de más de un centenar de ejecuciones extrajudiciales, especialmente en el centro del país, epicentro de la violencia yihadista y de los enfrentamientos interétnicos.

A estas violaciones se sumaban denuncias por desapariciones forzadas, torturas, tratos inhumanos o degradantes y detenciones arbitrarias. Todo esto ocurría en un contexto de creciente deterioro de los derechos humanos.

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La colaboración del Grupo Wagner con las Fuerzas Armadas malienses (FAMa) ha intensificado esta dinámica de represión.

Bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo yihadista, las fuerzas de seguridad del Estado han realizado operaciones indiscriminadas. Estas acciones se han dirigido contra comunidades sospechosas de colaborar con los insurgentes.

Paradójicamente, esta violencia estatal ha terminado alimentando el ciclo de radicalización. Muchas comunidades rurales, perseguidas por el ejército, han buscado refugio y protección en las filiales locales del Estado Islámico y de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).

La comunidad peul, tradicionalmente dedicada al pastoreo nómada, ha sido particularmente estigmatizada por las autoridades, que la acusan de connivencia con los grupos yihadistas.

A su vez, la comunidad dogón, de tradición agrícola y sedentaria, ha respondido organizando milicias de autodefensa. Estas han sido responsables de ataques contra poblaciones peul, generando así un ciclo de venganza étnica y violencia recíproca.

Con el paso del tiempo, la milicia dogón dejó de ser un simple grupo de autodefensa. Tal como señalan especialistas en la región (entre ellos Javier Nievas), esta organización ha evolucionado hacia una estructura criminal con fines económicos. Además, ha llegado a suplantar la autoridad del Estado en zonas rurales.

La milicia impone su control sobre las poblaciones locales, incluso dentro de su misma etnia. Exige lealtad y «protección» a cambio de tributos, en un esquema que reproduce mecanismos típicos del crimen organizado.

El resultado de estas dinámicas cruzadas (represión estatal, violencia étnica, expansión yihadista y criminalización de las milicias) es una espiral de violencia incesante. Esta ha convertido al centro de Malí en uno de los escenarios más complejos y desestructurados del Sahel. Allí, las fronteras entre insurgencia, defensa y criminalidad han quedado prácticamente borradas.

En resumen, al legitimar de facto a una junta militar que ha disuelto las garantías constitucionales y prohibido la actividad de partidos políticos y de la oposición, la comunidad internacional incurre en una forma de ceguera pragmática. Esta actitud socava sus propios principios de gobernanza democrática.

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Esa complacencia ha contribuido a consolidar un modelo autoritario. Lejos de estabilizar al país, ha debilitado aún más las instituciones, restringido las libertades civiles y deteriorado la confianza social.

En última instancia, colaborar con un régimen nacido de la ruptura del orden constitucional equivale a priorizar una estabilidad superficial sobre la legitimidad política. Esto perpetúa las mismas dinámicas que alimentan la crisis maliense.


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¿Qué es el servicio militar?

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En este artículo se explica qué es el servicio militar y cómo funciona actualmente en distintos países.

Durante años, el servicio militar fue una etapa obligatoria en España. Formaba parte del calendario vital de muchos jóvenes: llegaba la carta y tocaba cumplir. Sin embargo, en 2001 se suspendió y desde entonces solo accede quien quiere.

Eso no significa que haya desaparecido del todo. En muchos países sigue vigente, y en algunos empieza incluso a fortalecerse. La guerra en Ucrania, la tensión con Rusia y la aparición de nuevos bloques geopolíticos han reactivado un discurso que, hasta hace poco, sonaba anticuado. De pronto, formar a la población para la defensa nacional ya no parece una idea del pasado, sino una posibilidad real.

Por ejemplo, Bélgica se prepara para reintroducir un modelo de mili voluntaria: a partir de 2026, el Ministerio de Defensa enviará una carta a todos los jóvenes de 17 años (hombres y mujeres) para invitarles a realizar un año de servicio con una retribución mensual de 2.000 euros. El objetivo no es solo formar soldados, sino captar talento joven para reforzar las Fuerzas Armadas.

Entonces, ¿qué es exactamente el servicio militar y qué papel juega en la actualidad?

En qué consiste el servicio militar

El servicio militar es una etapa de formación dentro de las Fuerzas Armadas. Puede ser voluntario o no, según el país. La idea principal es preparar a los ciudadanos para actuar ante amenazas o emergencias. Eso implica entrenamiento físico, manejo de armamento, aprendizaje de primeros auxilios, y formación en disciplina, trabajo en equipo y responsabilidad.

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Asimismo, en muchos casos se imparten conocimientos técnicos. Hay quienes aprenden mecánica, logística, electricidad o tareas de mantenimiento. No se trata solo de estar listos para el combate, sino también de adquirir herramientas útiles fuera del entorno militar. Además, durante ese periodo, se participa en maniobras, simulacros, ejercicios de supervivencia y en algunos contextos, tareas de apoyo civil o ayuda humanitaria.

En ciertos países, el servicio militar funciona también como una puerta de entrada a una carrera profesional dentro del ejército. Otras veces es simplemente una etapa, una experiencia intensa que deja huella.

Dónde sigue siendo obligatorio el servicio militar

En Europa, el servicio militar obligatorio sigue en vigor para los hombres en países como Finlandia, Grecia, Austria, Estonia, Lituania o Chipre. En Suiza también es obligatorio, aunque con posibilidad de alternativa civil. Noruega y Suecia lo aplican de forma mixta: hombres y mujeres deben pasar por esa instrucción. Dinamarca también se ha sumado a ese modelo.

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En América Latina, Cuba lo mantiene. En otros como Brasil, Bolivia o Chile, está legislado pero no se aplica de forma estricta. En Asia, Corea del Sur lo considera esencial. Corea del Norte incluye hasta 13 años para ciertos perfiles

Por otro lado, hay países que se han mantenido firmes en el modelo voluntario. Es el caso de Japón, Estados Unidos, India, Reino Unido y, claro, España.

En este nuevo escenario, el servicio militar empieza a presentarse como una opción posible, incluso necesaria.

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Magdeburgo cancela su mercado navideño por riesgos de seguridad

El ayuntamiento asegura que la propuesta de seguridad presentada no garantiza el 100% de la protección de trabajadores ni visitantes, después de que el 20 de diciembre de 2024, Taleb Al-Abdulmohsen arrollara a una multitud.

El mercado navideño de Magdeburgo, uno de los más emblemáticos de Alemania, no abrirá este año. La alcaldesa Simone Borris confirmó la cancelación, argumentando que no se puede garantizar «la protección del 100% de los ciudadanos y profesionales». Esta decisión se tomó tras la negativa de la administración estatal a autorizar el evento por considerar insuficientes los planes de seguridad.

Inicialmente, la noticia se recibió con escepticismo. Una ola de desinformación en redes sociales había afirmado que todos los mercados de Adviento serían cancelados, lo que generó dudas sobre la veracidad del anuncio. Sin embargo, la confirmación oficial llegó el martes 11 de noviembre. En unas declaraciones, Borris explicó que «el concepto de seguridad presentado no ofrece garantías suficientes», tras las críticas de la administración estatal sobre el control de acceso y el número de agentes previstos.

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La empresa organizadora, Weihnachtsmarkt GmbH, rechazó las exigencias estatales. Considera que los costes adicionales de las nuevas medidas son «poco prácticos» y que las autoridades buscan «protegerse de la responsabilidad en caso de incidente». Un representante de la compañía señaló: «Hoy en día, cualquier posición pública está en riesgo. Si algo sucede, serán responsables y tratarán de evitarlo. Pero es imposible garantizar una seguridad total, nunca, ni siquiera cuando se camina por la calle». La empresa está dispuesta a reforzar el plan, pero rechaza algunas demandas por considerarlas «imposibles de lograr».

La cancelación coincide con el inicio del juicio de Taleb al Abdulmohsen, el refugiado saudí que el 20 de diciembre de 2024 atropelló a decenas de personas en Magdeburgo, dejando seis muertos y cientos de heridos. El tribunal regional construyó una sala especial con capacidad para 700 personas y medidas de seguridad excepcionales. Abdulmohsen fue trasladado en helicóptero, esposado y colocado en una vitrina a prueba de balas, protegido por oficiales armados y enmascarados.

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Durante la lectura de los cargos, Abdulmohsen mostró una sonrisa provocativa y exhibió un hashtag con las palabras «#MagdeburgGate» y «septiembre de 2026», en referencia a las elecciones regionales en Sajonia-Anhalt. Entre las pruebas presentadas, una carta enviada en marzo revela que el acusado se jactaba de querer «matar a todos los alemanes» excepto a su abogado y algunos conocidos. Dijo estar «orgulloso» del ataque y aseguró estar «listo para masacrar a más alemanes con sus propias manos».

El ambiente en Magdeburgo es de consternación. Muchos residentes sienten que la cancelación del mercado simboliza una victoria para el miedo y el terrorismo. Berenice, una maestra jubilada, lamentó: «Estos son ataques que son imposibles de evitar. Cualquiera puede alquilar un automóvil y arrojarlo a los peatones, o tomar un cuchillo y atacar en el metro. Las fuerzas de seguridad no pueden predecir esto. Simplemente, perdimos contra ellos». Kurt, un visitante, añadió: «Incluso si el mercado finalmente abre, no será lo mismo. Nunca volveremos a beber vino caliente con la despreocupación de antes. En ese sentido, sí, perdimos una batalla».

¿Quién es Hemedti? El señor de la guerra que aterroriza Darfur

Lo que se vive hoy en Sudán es el resultado de años de alianzas oscuras, economía de guerra y ausencia de Estado. En ese escenario, Hemedti emerge como una figura clave del caos. En este artículo, Francisco Javier Cabello explica cómo construyó su imperio de poder desde Darfur.

Tras un asedio de cerca de un año y medio caía en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) la localidad de Al-Fasher, la única que permanecía leal al gobierno sudanés en toda la región de Darfur, consolidando el control de las RSF sobre toda esta región sudanesa.

Comenzaron entonces a llegar a nuestros hogares noticias de horribles masacres cometidas por las RSF, llevando el foco de la atención internacional situado en Oriente Medio, Ucrania o el mar Caribe a África. 

Las imágenes de Sudán nos indignaron. También nos indignó el ver al líder de las RSF usando como vehículo de mando un supuesto VAMTAC Uro (no era un VAMTAC español sino un Namr emiratí). 

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Pero, ¿quién es el hombre que lidera las RSF? ¿Quiénes financian su ejército? ¿Quiénes arman, entrenan y en definitiva patrocinan la guerra de «Hemedti» y sus hombres contra el gobierno de Jartum?

Un mosaico de etnias y confesiones

Sudán es uno de los países más complejos de gobernar. Como muchos países africanos, el reparto colonial unió bajo una misma frontera a un variopinto mosaico de pueblos con distintas maneras de entender la vida e incluso, distintas confesiones. 

En términos religiosos, el país quedaría dividido en el momento de su independencia, grosso modo, entre un norte musulmán y árabe y un sur subsahariano de carácter cristiano y animista. 

En términos económicos, la industria petrolera se concentraría al sur, así como la agricultura mientras en el norte quedaría la ganadería y la industria minera, especialmente el oro. 

Las diferencias religiosas quedaron «subsanadas» con la independencia de Sudán del Sur en 2011 después de dos largas guerras civiles. 

En una de estas guerras civiles nacieron las RSF, inicialmente conocidos como Janjaweed, eran el brazo armado del gobierno y de la élite árabe sudanesa para hacer una limpieza étnica en la región de Darfur. Para ello se valieron de pastores nómadas árabes que comenzaron a hostigar a pueblos subsaharianos como los fur, zaghawa o masalit. 

En este contexto no tardó en destacar la familia Dagalo, liderada por Hemedti. Los Dagalo no tardaron en hacerse con el control de la milicia y en estar en buenas relaciones con Jartum gracias al control de varias minas de oro.

La conexión de Hemedti con Emiratos Árabes y Wagner

La mediación de Qatar acabó con el conflicto en torno a 2012. Esa zona de África, por su ubicación geográfica acabó convirtiéndose en un interesante tablero de juego para toda clase de actores, tanto estatales como no estatales. 

En el contexto de la paz, los Janjaweed se integraron en las Fuerzas Armadas sudanesas como las RSF, pero esa fusión quedó a medias, llegando a conservar Hemedti una amplia autonomía. 

Esta autonomía en el mando, permitió al paramilitar sudanés entrar en contacto con los Emiratos Árabes, con quien hizo importantes negocios. Dubai es una de las grandes plazas donde se vende oro en el mundo y Dagallo amasó una gran fortuna vendiendo ahí su oro.

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Las intervenciones militares de Emiratos Árabes Unidos en Libia y Yemen permitieron a «Hemedti» estrechar lazos con sus socios emiratíes, ofreciendo a las RSF para luchar estas guerras. 

«Hemedti» también tuvo tiempo de estrechar lazos con el Grupo Wagner operando de la misma manera, vendiendo su oro en Moscú, consiguiendo entrenamiento y armas. 

De esta manera, «Hemedti» conseguiría convertir su desharrapada milicia en una fuerza de combate competente con experiencia de combate

Hemedti: de señor de la guerra a aliado clave en el tablero geopolítico africano

En 2018, estallan en Sudán una serie de revueltas tras eliminar el presidente Omar al-Bashir los subsidios al trigo y el combustible. Las revueltas recuerdan a la Primavera Árabe y se saldan como en el vecino Egipto: el ejército muestra la puerta de salida al dictador y asumir el poder de manera interina. 

El antiguo ministro de Defensa, Ahmad Awad ibn Auf, asumiría la presidencia y el civil Abdullah Hamdok asumiría el puesto de primer ministro. En 2021, un nuevo golpe de Estado colocaría al frente del estado sudanés al general Abdel Fattah al-Burham como presidente y a Mohamed Hamdan Dagallo como vicepresidente. 

En 2023, los dos hombres fuertes de Sudán decidieron acabar el uno con el otro. Hemedti lanzó a sus hombres sobre Jartum, pero acabó fracasando y sería expulsado de sus últimos bastiones en la capital, lo que le hizo retirarse a Darfur. 

Es en ese intento de reforzar su control sobre Darfur donde debemos de encuadrar la reciente ofensiva sobre Al-Fasher y es en violento pasado de «Hemedti» contra los pueblos subsaharianos de la región donde podemos encuadrar la violencia desatada por las RSF sobre la población civil de Al-Fasher. 

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Y es con sus contactos con los Emiratos Árabes que le suministra armas y mercenarios colombianos, señores de la guerra como el general libio Haftar, con los mercenarios de Wagner (aunque parece que Rusia ha decidido apostarlo todo a Burham) y al tráfico de oro como podemos explicar que dos años después de su intento fallido de tomar Jartum, Dagallo sea capaz de poner en jaque al estado sudanés. 

¿Qué planea «Hemedti»?

Para concluir, está claro que «Hemedti» puede desear en un corto plazo una congelación del conflicto, convirtiendo a Darfur en un estado bajo su mando, lo cual es una noticia peligrosa pues eso puede implicar que Dagallo lleve a cabo una verdadera limpieza étnica o genocidio sobre la población subsahariana para dar más cohesión a ese estado. 

Quizás su idea sea reconstruir sus milicias, fortalecerse y comenzar una cuarta guerra civil sudanesa o quizás forzar un acuerdo donde salve la autonomía de sus fuerzas (uno de los pilares de su influencia política junto con su control de las minas de oro) toda vez que el gobierno constate que no puede solucionar este asunto de manera militar y negociar un reparto del poder más conveniente a sus intereses. 

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¿Qué es el Sahel y dónde se ubica?

Conoce el Sahel, su ubicación territorial y la importancia geográfica de esta región que conecta el norte y el sur de África.

El Sahel es un territorio que ha estado en el centro de la atención internacional por sus desafíos humanitarios, su situación política y su relevancia geográfica. A lo largo de los años, esta región ha sido escenario de importantes transformaciones, tanto naturales como sociales, que han marcado su historia y su presente. Sin embargo, antes de adentrarse en sus características y problemas, es fundamental entender qué es el Sahel y dónde se encuentra exactamente.

¿Qué es el Sahel?

Es una amplia franja de tierra que actúa como una zona de transición entre el desierto del Sahara, al norte, y las sabanas tropicales del África subsahariana, al sur. El término «Sahel» proviene del árabe y significa «costa» o «borde», lo que refleja su papel como límite entre dos grandes ecosistemas africanos. Esta región se caracteriza por un clima semiárido, con largas estaciones secas y lluvias breves y concentradas, lo que la convierte en un entorno frágil y vulnerable a la desertificación y al cambio climático.

Mapa del Sahel / Créditos: Terpsícoras

Esta región, además, no es solo una definición geográfica, sino también un espacio político y social que agrupa a varios países y enfrenta desafíos comunes como la pobreza, la inseguridad y la inestabilidad política. La región es crucial para entender las dinámicas de África occidental y central, y su importancia va más allá de sus fronteras naturales.

¿Dónde se ubica el Sahel?

El Sahel se extiende a lo largo de unos 6.000 kilómetros, desde la costa atlántica de África hasta el mar Rojo, cruzando el continente de oeste a este. Esta franja abarca una superficie de más de tres millones de kilómetros cuadrados y comprende territorios de varios países africanos. La lista oficial de países que tienen territorio en el Sahel, según la Estrategia Integrada de las Naciones Unidas para el Sahel (UNISS), incluye:​

  • Senegal
  • Gambia
  • Mauritania
  • Guinea
  • Malí
  • Burkina Faso
  • Níger
  • Chad
  • Camerún
  • Nigeria

Algunas definiciones también incluyen partes de Sudán, Eritrea y la República Centroafricana, aunque la lista principal suele centrarse en los diez países mencionados. La región política del Sahel es especialmente relevante para la cooperación internacional y la gestión de crisis humanitarias y de seguridad.

Historia y contexto del Sahel

El Sahel ha sido históricamente una zona de paso y comercio, donde se han desarrollado importantes rutas entre el norte de África y el África subsahariana. Desde la antigüedad, ciudades como Tombuctú, Gao y Djenné fueron centros de intercambio cultural y económico. Sin embargo, la región también ha sufrido conflictos, hambrunas y cambios políticos que han marcado su desarrollo moderno.

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En los últimos años, el Sahel ha ganado protagonismo internacional por la aparición de conflictos armados, la inestabilidad política y la expansión de grupos extremistas y terroristas. Estos factores han agravado la situación humanitaria y han provocado el desplazamiento y muerte de millones de personas.

Desafíos actuales del Sahel

El Sahel enfrenta una combinación de desafíos que afectan a su población y a su estabilidad. Entre los principales problemas destacan:

  • Cambio climático y desertificación: la región sufre sequías recurrentes y el avance del desierto, lo que afecta la agricultura y la ganadería.
  • Inseguridad y violencia: la presencia de grupos yihadistas y la inestabilidad política han provocado miles de muertes, guerras y desplazamientos.
  • Pobreza y desigualdad: el Sahel es una de las regiones más pobres del mundo, con altos índices de malnutrición y falta de acceso a servicios básicos.
  • Desplazamientos forzados: millones de personas han tenido que abandonar sus hogares por conflictos, hambrunas y el cambio climático, entre otros problemas.

Importancia geopolítica del Sahel

La región del Sahel es clave para la seguridad y el desarrollo de África. Su ubicación estratégica la convierte en un punto de encuentro entre el norte y el sur del continente, y su estabilidad afecta a países vecinos y a la comunidad internacional. Asimismo, es una región rica en recursos naturales, lo que también ha provocado el auge de conflictos y desigualdades.

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No obstante, la intervención de organismos internacionales y ONG buscan abordar los desafíos de la región mediante programas de cooperación, ayuda humanitaria y estrategias de seguridad. Sin embargo, no siempre se puede hacer frente a esos problemas, lo que agrava la situación.