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El futuro de los líderes “autoritarios” es más oscuro de lo que parece, según HRW

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

Por qué a pesar de los giros autocráticos en diferentes países del mundo la democracia no está intrínsecamente en declive, según el director ejecutivo de Human Rights Watch.

Esta semana Human Rights Watch ha publicado su Informe Mundial de 2022. En esta 32ª edición describe la situación de los derechos humanos en los casi 100 países en los que trabaja la organización.

La mayor persecución a la disidencia en China, Rusia, Venezuela o Nicaragua, la caída de frágiles democracias en Birmania o Sudán, y los giros autocráticos en gobiernos de Brasil, Hungría o El Salvador son algunas de las tendencias denunciadas en el nuevo informe anual de HRW.

El documento de 700 páginas, que repasa la situación de la mayoría de los países del planeta en 2021, también destaca el deterioro de las libertades en países como Turquía, Tailandia o Egipto, las transferencias “no democráticas” de poder en Túnez o Chad, o preocupantes abusos en Filipinas o la India.

Sin embargo, en el ensayo introductorio del informe, Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, ha querido desafiar la “extendida opinión” de que la autocracia es ascendente y la democracia está en declive. aunque aseguraba que la pandemia de Covid-19 expuso las debilidades de los líderes democráticos y que hay que seguir trabajando para defender la democracia y “elevar el discurso público”.

Así expuso cómo, este año, desde Cuba a Hong Kong, ciudadanos de todo el mundo salieron a la calle “exigiendo democracia” cuando los gobernantes “irresponsables priorizaron sus intereses sobre los de sus ciudadanos”.

Así Roth también mencionó cómo algunos partidos políticos de la oposición dejaron sus diferencias políticas a un lado para crear alianzas y conseguir que los políticos corruptos o los líderes represivos sean expulsados de sus cargos.

Entre los ejemplos de este 2021 señaló a la República Checa, donde una “insólita” coalición derrotó al Primer Ministro Andrej Babiš, a Israel donde una coalición “aún más improbable” acabó con el largo mandato del Primer Ministro Benjamin Netanyahu y a las alianzas generales similares de partidos de la oposición para las próximas elecciones contra Viktor Orban en Hungría y Recep Tayyip Erdoğan en Turquía.

Además, aseguró que “los autócratas ya no pueden confiar en elecciones sutilmente manipuladas para preservar el poder” y que cada vez más países, desde Nicaragua hasta Rusia, está recurriendo a farsas electorales que les garantizan el resultado deseado, pero que no confieren ninguna de las legitimidades que se buscan.

“En país tras país, un gran número de personas han salido a las calles, incluso a riesgo de ser arrestadas o fusiladas, lo que demuestra que el atractivo de la democracia sigue siendo fuerte”, dijo Roth. “Pero los líderes electos necesitan hacer un mejor trabajo abordando los principales desafíos para mostrar que el gobierno democrático cumple con sus dividendos prometidos”.

También lamentó cómo muchos líderes democráticos han estado demasiado sumidos en “preocupaciones a corto plazo y puntos políticos como para abordar problemas graves como el cambio climático, la pandemia de Covid-19, la pobreza y la desigualdad, la injusticia racial o las amenazas de la tecnología moderna” durante este 2021.

Por ejemplo, el gobierno de la ex canciller alemana Angela Merkel ayudó a orquestar la condena mundial de los crímenes contra la humanidad del gobierno chino en Xinjiang. Sin embargo, mientras ocupaba la presidencia de la Unión Europea, Alemania ayudó a promover un acuerdo de inversión de la UE con China a pesar de que Beijing utilizaba mano de obra forzosa de etnia uigur.

También el gobierno del presidente francés Emmanuel Macron ayudó a coordinar una amplia condena de la conducta de Pekín en Xinjiang, pero hizo la vista gorda ante la grave situación en Egipto.

Más allá de la pandemia, también lamentó la falta de resolución de los líderes democráticos sobre las amenazas que plantea la tecnología incluyendo laesinformación y el discurso de odio por parte de las plataformas de redes sociales, la invasión a gran escala de la privacidad como modelo económico, la intrusión de nuevas herramientas de vigilancia y los prejuicios de la inteligencia artificial.

Roth expuso cómo la pandemia expuso a muchos líderes “autocráticos” que minimizaron la pandemia, dando la espalda a la evidencia científica, difundiendo información falsa y no tomando medidas básicas para proteger la salud y la vida del público, así como expuso las “debilidades de los líderes democráticos”.

“Promover la democracia significa defender instituciones democráticas como tribunales independientes, medios de comunicación libres, parlamentos robustos y sociedades civiles vibrantes, incluso cuando eso trae un escrutinio no deseado o desafíos a las políticas ejecutivas”, dijo Roth. “Y exige elevar el discurso público en lugar de avivar nuestros peores sentimientos, actuar sobre los principios democráticos en lugar de simplemente expresarlos”, aseguró.

Si quieres saber cómo es la situación de los Derechos Humanos en 2021 de algún país concreto del mundo según HRW puedes utilizar este buscador o leer el informe completo aquí.

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