- El atentado del Estado Islámico en Omán deja un balance de nueve muertos: seis civiles y los tres terroristas.
- Además, hay casi 30 heridos de varias nacionalidades.
- Es el primer atentado de este grupo yihadista en la historia de Omán, un país caracterizado por su estabilidad en la región de Oriente Próximo.
El grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó el pasado martes 16 de julio un atentado con armas de fuego que ocasionó la muerte de seis inocentes y los tres terroristas en Omán. Los hechos ocurrieron en Mascate, al noreste del país, en lo que supone el primer ataque de este tipo reivindicado por la organización terrorista en el territorio.

«Tres miembros del Estado Islámico atacaron una concentración de chiíes que realizaban sus rituales anuales en un templo chií en la zona de Al Wadi al Kabir de la capital», confirmó la agencia de noticias Amaq, dependiente del Estado Islámico. «Abrieron fuego con ametralladora contra los chiíes y luego se enfrentaron con las fuerzas omaníes que llegaron al lugar, y los enfrentamientos continuaron hasta el martes», siguió detallando dicha agencia, donde explicaron que los asaltantes iban con el rostro sin tapar y un símbolo parecido al del grupo terrorista.
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El atentado ocasionó «más de 30 chiíes fallecidos y heridos, y cinco miembros de las fuerzas de Omán, entre ellos un agente de policía», según el Estado Islámico. Las autoridades omaníes detallaron que el «incidente provocó la muerte de cinco personas, el martirio de un miembro de la Policía, la muerte de los tres culpables y 28 heridos de varias nacionalidades».
Omán, un país pacífico y estable
Omán se caracteriza como un país pacífico y estable por varias razones. En primer lugar, es predominantemente ibadí, una rama del islam que se caracteriza por su enfoque moderado y su énfasis en la tolerancia y la convivencia pacífica. Esta interpretación del islam es menos susceptible a utilizarse como plataforma para el extremismo violento en comparación con otras corrientes más radicales como el wahabismo en Arabia Saudita. La población ibadí fomenta un entorno de tolerancia religiosa y social, disminuyendo el atractivo de las ideologías extremistas.

De igual forma, este país mantiene una política de neutralidad en los conflictos regionales. Se abstiene de involucrarse en las disputas entre países vecinos y actúa frecuentemente como mediador. Esta postura neutral reduce la probabilidad de convertirse en un objetivo para grupos extremistas que buscan atacar a países implicados en conflictos regionales.
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La estabilidad de Omán, reforzada con un empleo más accesible a la juventud, mantiene bajos niveles de desempleo juvenil. Esto está correlacionado con una menor propensión a la radicalización y al terrorismo. De igual manera, según el Índice Global de Paz, Omán es considerado uno de los países más seguros en la región de Oriente Próximo. Mantiene bajos niveles de criminalidad y violencia, lo que contribuye a un entorno más estable y seguro.

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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.