Según un informe provisional de la CIA es “poco probable” que la mayoría de casos relacionados con el “Síndrome de La Habana” hayan sido causados por algún agente extranjero, pero continúan investigando una docena de casos a los que no se encuentra explicación.
Un informe de la CIA ha concluido que es “poco probable” que la mayoría de los casos de dolencias conocidas como el “Síndrome de La Habana” hayan sido causadas por Rusia o por cualquier otro agente extranjero.
De los alrededor de 1.000 casos denunciados en todo el mundo, según el informe, la mayoría se pueden explicar por causas ambientales, afecciones médicas o estrés, según los hallazgos provisionales del estudio. Una conclusión que, según The New York Times, “enfureció a las víctimas”.
Son hallazgos “provisionales “puesto que la CIA continúa la investigación al no encontrar explicación a una docena de casos. Estos, según un funcionario estadounidense, “ofrecen la mayor oportunidad de dar pistas sobre si es una potencia extranjera la que está detrás de estos incidentes de salud inexplicables”.
Según el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, Adam Schiff, el Comité de Inteligencia ha dado la “máxima prioridad” a supervisar la respuesta a los informes de incidentes de salud anómalos. “Nos debemos a aquellos que sirven a nuestra nación la atención de la más alta calidad y el reconocimiento de que son escuchados y creídos”, dijo. Insistió también en que aquellos que presenten informes y que continúan sufriendo síntomas médicos “sean respetados y reciban toda la atención necesaria”.
El pasado noviembre el FBI reconoció, por primera vez, que algunos agentes sufrían el “Síndrome de La Habana” y anunció que estaban investigando los casos. En ese momento el director de la CIA, William J. Burns, advirtió a los principales servicios de inteligencia rusos que se enfrentarán a “consecuencias” si se descubría que están detrás de los misteriosos incidentes, según informaron fuentes diplomáticas a The Washington Post.
Fue entre 2016 y 2017 cuando, por primera vez, funcionarios estadounidenses denunciaron que sufrían una serie de problemas de salud mientras se encontraban en Cuba. Desde entonces, cientos de diplomáticos, personal militar y altos cargos estadounidenses han dicho verse afectados por este síndrome que provoca mareos, nauseas, vértigos, migrañas, entre otros. Rusia ha negado en múltiples ocasiones tener relación con estos incidentes.