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Así es el programa Starshield de SpaceX y el Pentágono que rastreará todo el planeta en tiempo real

Análisis

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

El acuerdo de asociación Starshield entre SpaceX y el Pentágono permitirá que Estados Unidos pueda rastrear amenazas y vigilar cualquier acción en la Tierra de forma constante, actualizada y en alta definición. Utilizará satélites de órbita terrestre baja para dar nuevas capacidades militares como seguimiento de objetivos, reconocimiento óptico y de radio, o alerta temprana de amenaza de misiles. Si quieres aprender sobre IMINT, apúntate al Curso-Certificado de Analista IMINT (Inteligencia de Imágenes) de LISA Institute.

La Fuerza Espacial de Estados Unidos ha firmado un contrato con SpaceX para desarrollar una constelación de satélites llamada Starshield, similar a Starlink pero de uso exclusivamente militar. Este proyecto forma parte del Programa de Proliferación en Órbita Baja (PLEOP) del Pentágono, que invertirá 900 millones de dólares hasta 2028 para crear una arquitectura espacial de comunicaciones militares. SpaceX recibirá 70 millones de dólares para desarrollar esta versión militar de Starlink, que podrá rastrear las comunicaciones y territorios en cualquier zona del mundo. Su baja latencia permitirá enviar datos y señales de forma instantánea y constante en segundos, y no en minutos y horas, como ocurría antaño.

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Starshield se centrará en tres áreas principales. Observación de la Tierra para detección y entrega de datos procesados. Comunicaciones globales garantizadas solo para usuarios gubernamentales. Y, por último, cargas útiles alojadas para diversas misiones del Pentágono. El sistema ofrecerá mayores niveles de ciberseguridad que Starlink, incluyendo capacidad criptográfica adicional para manejar cargas útiles clasificadas y procesar datos de forma segura. El dueño de Starshield será el Gobierno de Estados Unidos y SpaceX el suministrador, ya que según Elon Musk, «Starlink debe ser una red civil y no un participante en combate». Por el momento, se desconoce si la empresa del magnate utilizará nuevos satélites o los que ya tiene en el espacio para este programa, aunque la propia compañía baraja una ampliación de los 4.500 a los 42 mil para llegar a los requerimientos.

Espionaje constante de Estados Unidos

La red de satélites espía Starshield serán capaces de detectar y seguir misiles enemigos y vigilar cualquier actividad en la Tierra de manera continua y en alta definición en favor de Washington. La Fuerza Espacial de Estados Unidos también busca usar los satélites SpaceX para aprovechar la conectividad a internet, pero con sistemas antiblindaje de carácter militar. Esta constelación de cientos de satélites en órbita baja se dirigirá por la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y está construyéndose por SpaceX.

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A diferencia de los Starlink, que se utilizan para proporcionar internet en el mundo, Starshield se centrará en vigilar activos militares extranjeros y otros objetivos estratégicos del Pentágono para los intereses de Estados Unidos. Según Chris Scolese, director del NRO, «no podrás esconderte, porque estaremos constantemente mirando». SpaceX trabaja en estos momentos en incrementar la velocidad de producción de satélites para llegar al objetivo del NRO, que busca un despliegue masivo.

El contrato para la construcción de Starshield se asignó a SpaceX en 2021 con un valor de 1.800 millones de dólares. Esta red utiliza un enfoque de «enjambre» con muchos satélites de bajo costo y fabricación masiva, en lugar de pocos satélites caros y grandes. Hasta ahora, SpaceX ha lanzado más de 80 de estos satélites a bordo de cuatro cohetes Falcon 9, con lanzamientos planificados hasta 2028. Este sistema permitirá una flexibilidad y capacidad de seguimiento mucho mayor que los satélites espías tradicionales, lo que fortalecerá en gran parte las capacidades de vigilancia y reconocimiento del gobierno estadounidense.

Se abre una nueva forma de espiar

Chris Scolese, un exingeniero de la NASA, destaca que los nuevos satélites del NRO ofrecen «imágenes de alta resolución de la Tierra a gran velocidad», lo que marca un cambio significativo respecto a los satélites tradicionales, que eran pocos y enormes. El NRO planea «cuadruplicar el número de estos satélites en órbita en la próxima década», según Eric Zarybnisky, director de la oficina de lanzamientos espaciales del NRO. Esta estrategia de saturar la órbita con muchos satélites pequeños permite una vigilancia continua y detallada en cualquier parte del mundo. Además, también hace que sea más difícil para Rusia o China neutralizarla con armas espaciales.

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Scolese afirma que esto les da «un grado de resiliencia que antes no tenían». Esto se debe a que los antiguos satélites grandes eran objetivos fáciles para los enemigos por su gran tamaño. Por ello, confirma que una constelación separada y numerosa hace que la capacidad de vigilancia no se pierda completamente en caso de un ataque. Sin embargo, esta estrategia también plantea riesgos, como el síndrome de Kessler, que podría desencadenar una reacción en cadena que destruya no solo esta constelación, sino también miles de otros satélites en la misma altitud. Para evitar esto, Scolese confirma que deberán controlar todos los satélites con programas IA que aprendan automáticamente.

Usos de Starlink en conflictos armados

Pese a que Elon Musk asegura que Starlink debe ser una «red civil», las Fuerzas Aéreas estadounidenses ya probaron Starlink en 2020 en un ejercicio de fuego real. Estas maniobras demostraron la capacidad del servicio para proporcionar comunicaciones de baja latencia y gran ancho de banda entre diferentes sistemas militares. Esto permitió derribar un dron y un misil de crucero con gran precisión durante unos entrenamientos.

Además, Ucrania ya utiliza Starlink en su guerra contra Rusia. Sin embargo, el control de la red está en manos de Elon Musk, lo que ha llevado a situaciones controvertidas. Por ejemplo, Musk ordenó desactivar el acceso a la red en Crimea, saboteando un ataque naval ucraniano. Starshield, en cambio, estará bajo control militar directo, eliminando este tipo de limitaciones.

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El desarrollo de Starshield representa un gran avance en las capacidades militares de Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, otros países como China también están trabajando en sus propias redes de satélites militares. El ejército chino anunció planes para construir una megaconstelación de 13 mil satélites en órbita baja, similar a Starshield, lo que augura un gran aumento de la competencia entre superpotencias mundiales en el ámbito espacial militar.

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Artículo escrito por:

Rubén Asenjo MorillasPeriodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.

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