Las autoridades de ambos países expresan la sencillez del acuerdo, aunque Rusia ve necesario acabar con el conflicto en Sudán. Esta base naval serviría como solución a Moscú tras la pérdida de Tartús en Siria después de la caída de su aliado al-Assad.
Las autoridades de Sudán han anunciado un principio de acuerdo con Rusia para la construcción de una base naval en el país africano. «Estamos de acuerdo en todo», afirmó desde Moscú el ministro de Asuntos Exteriores sudanés, Alí Yusef Ahmed al Sharif, durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavrov. Según Al Sharif, las negociaciones han sido «muy sencillas». Por su parte, Lavrov destacó el interés de Rusia en la estabilización de Sudán y reiteró la necesidad de poner fin a las acciones militares en el país, promoviendo un diálogo nacional donde participen «las fuerzas políticas, étnicas y religiosas».
➡️ Te puede interesar: Conflicto en Sudán: ¿es posible la paz?
El proyecto para la base naval ya se anunció en diciembre de 2020 como un punto logístico para la Armada rusa, con capacidad para albergar a 300 personas y cuatro buques simultáneamente. Sin embargo, este acuerdo se produce en un contexto de inestabilidad en Sudán, que desde abril de 2023 enfrenta una guerra civil provocada por las tensiones entre las Fuerzas Armadas y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ahora declaradas terroristas. El conflicto ha frenado la transición política iniciada tras la caída del expresidente Omar Hasán al Bashir en 2019.
Una solución a la pérdida de Tartús
Este acuerdo entre Sudán y Rusia para la construcción de una base naval en el país africano representa una solución estratégica para Moscú tras la pérdida de su base en Tartús, Siria. Esta nueva instalación en el Mar Rojo permitiría a Rusia mantener su presencia naval en una región clave, compensando así la ausencia de un punto de apoyo en el Mediterráneo. Además, la base sudanesa ofrecería a la Armada rusa la capacidad de proyectar su poder más allá de sus fronteras tradicionales, algo que se vio comprometido con la caída del régimen de al-Assad. Por ejemplo, el acuerdo contempla la posibilidad de albergar varios buques de guerra, incluyendo aquellos de propulsión nuclear, lo que ampliaría considerablemente el alcance operativo de Rusia en el Océano Índico y el Golfo de Adén.
➡️ Te puede interesar: Tartús y Khmeimim, los enclaves de Rusia en Siria
Asimismo, la base naval en Sudán serviría como un centro logístico vital para las operaciones rusas en África y Oriente Medio. Esta instalación no solo facilitaría el reabastecimiento y las reparaciones de los buques rusos. También podría funcionar como un punto de distribución para el suministro de armas y equipos a otros países. De igual modo, la presencia militar rusa en Sudán fortalecería los lazos diplomáticos y económicos entre ambos países, ofreciendo a Rusia un nuevo aliado estratégico en una zona geopolíticamente sensible. No obstante, el acuerdo aún enfrenta la inestabilidad política en Sudán y las posibles presiones internacionales. A pesar de ello, la materialización de esta base naval garantizaría a Rusia su influencia en una región donde su presencia se vio amenazada tras los recientes acontecimientos en Siria.
➡️ Si quieres aprender sobre Inteligencia, Análisis Internacional, Ciberseguridad, Criminología, Prospectiva y más campos, te recomendamos visitar la web de LISA Institute.