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Cómo entender Bitcoin

Análisis

LISA Institute
LISA Institute
Contenido creado de la mano del equipo docente de LISA Institute.

Bitcoin es la primera criptomoneda que apareció. Se trata de una moneda digital descentralizada que permite un nuevo sistema de pago y activo digital. Aunque cada vez es más utilizada, aún hay muchos usuarios que desconocen para qué sirve y cuáles son sus ventajas y riesgos.

Bitcoin es una moneda digital (no física) que sólo existe en la cadena de bloques o blockchain que la soporta. Como moneda, puede servir para todo lo que se utiliza cualquier otra moneda respaldada por un Estado como lo puede ser el euro o el dólar.

Sin embargo, no depende de ningún ente gubernamental que lo emita ni que lo respalde, sino que los propios usuarios son los que gestionan y mantienen en funcionamiento y seguridad de Bitcoin. Por ello, es posible realizar compras, ventas y transacciones con esta moneda desde cualquier lugar rápidamente, sin condicionantes, ni limitaciones de ningún tipo.

Más allá de ser una moneda, Bitcoin es un sistema digital, ya que, como se ha dicho, es la primera blockchain existente. Esta tecnología es una base de datos encriptada donde puede almacenarse cualquier información. Su importancia reside en que cada dato registrado se marca con una huella digital única que lo hace irrepetible e inmutable.

Para diferenciar estos dos conceptos de Bitcoin, normalmente, cuando se refiere al dinero como tal, a la criptomoneda se la suele denominar “bitcoin”, en minúscula; en cambio, cuando se habla del protocolo o sistema que la respalda, se suele escribir en mayúscula “Bitcoin”. Desde el punto de vista del usuario, Bitcoin es una aplicación que provee un monedero Bitcoin personal y permite al usuario realizar operaciones con esta divisa o activo digital.

Sin embargo, desde un nivel más técnico, la red Bitcoin consiste en un libro de contabilidad pública digital “blockchain“, que registra todos los movimientos y legitima la autenticidad de cada transacción, haciéndolas públicas para que sean los propios usuarios, sin intermediarios, los que lleven el control del movimiento y valor de los activos, evitando que haya manipulaciones.

Además, existe un alto nivel de anonimato, lo cual varía en función de cómo se haya creado el usuario su propia billetera o “wallet” y cómo y desde dónde reciba las criptomonedas.

¿Cómo surgió Bitcoin?

Bitcoin nace en noviembre de 2008, cuando una persona (o grupo de personas) bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, envió un mensaje a un correo sobre criptografía, describiendo un proyecto para crear una moneda digital que sirviera para contabilizar y transferir valor. 

Según afirmó el propio Nakamoto cuando surgió esta criptomoneda, “Bitcoin nace con ambiciones elevadas: proporcionar a los ciudadanos un medio de pago que posibilite la ejecución de transferencias de valor rápidas, a bajo costo y que, además, no puede ser controlado ni manipulado por gobiernos, bancos centrales o entidades financieras”.

En enero de 2009 entró en funcionamiento la primera red basada en el protocolo Bitcoin, lo cual supuso el origen de las criptomonedas. Pero fue a partir de 2011, algunas organizaciones empezaron a aceptar donaciones en bitcoins y los comerciantes que operaban en Internet empezaron a aceptar estas divisas como medio de pago.

Desde este momento, su crecimiento fue imparable. Sin embargo, a lo largo de estos años, han ido surgiendo más criptomonedas nuevas, que compiten con Bitcoin y hacen que su valor fluctúe de manera constante.

¿Qué usos tiene Bitcoin?

Para poder usar bitcoins lo primero que debe poseerse es el dispositivo en el que instalar un monedero electrónico y, por supuesto, poseer estas criptomonedas. Este puede ser custodiado por un exchange o página de intercambio de criptomonedas, donde puedes comprar, almacenar y vender tus criptomonedas. Lo cual sería muy similar a una cuenta bancaria donde almacenas tu dinero.

Lo interesante de las criptomonedas es que también puedes crear un monedero electrónico por tu cuenta, ya sea digital o físico, o comprarlo a una empresa que lo ofrezca. La más famosa en monederos físicos es Ledger. A pesar de que su uso todavía no está muy extendido y muchas personas no conocen el funcionamiento real de este sistema, lo cierto es que cada vez existen más lugares que admiten las transacciones de dinero en bitcoins.

Muchas tiendas online, como Microsoft, Dell, Expedia y G2A permiten y facilitan el uso de bitcoins. Otras tiendas como Amazon, iTunes, Starbucks o eBay permiten obtener tarjetas regalo comprándolas con bitcoins. Además, en algunos juegos online y otros servicios en la red es posible hacer pagos o recibir dinero en bitcoins. Sin embargo, a pesar de que sea más frecuente el uso de estas divisas en el mundo digital, también existen (y cada vez más) numerosas tiendas físicas que permiten realizar transacciones con bitcoins.

De hecho, existen aplicaciones que funcionan como mapas para encontrar estos comercios físicos en todo el mundo. Por ejemplo, la aplicación CoinMap tiene registrados más de 9.356 negocios de todo tipo a nivel global donde se acepta el pago con bitcoins (restaurantes, talleres mecánicos, galerías de arte, tiendas de informática, agencias de viajes, tiendas de ropa, clínicas, etc.).

Por otra parte, cada vez son más los países que aceptan y abogan por el uso de bitcoins. El caso más conocido es El Salvador, ya que promovió una ley para hacer que el bitcoin fuera moneda de curso legal junto con el dólar estadounidense, obligando a todos los empresarios y comerciantes a aceptarlo y regalando bitcoins a toda su población. 

Además, aunque es legal el uso de criptomonedas en la inmensa mayoría de países, muchos de ellos están empezando a regular su uso y posesión, con el objetivo de proteger a los usuarios, empresarios e inversores.

En definitiva, entre los usos más destacados de Bitcoin, cabe mencionar los siguientes tipos:

  • Pagar utilizando las criptomonedas bitcoins.
  • Obtener intereses por los bitcoins que poseas: Algo similar al concepto de depósito bancario.
  • Obtener un préstamo utilizando como garantía tus bitcoins.
  • Cubrir tu exposición financiera con derivados en mercados regulados.
  • Obtener réditos de inversión mediante la compraventa de bitcoins al ser un activo que teóricamente tiende a revalorizarse en un escenario de demanda constante. 

Ventajas de Bitcoin

Mayor liquidez en relación con otras monedas y criptomonedas. Al tratarse de la criptomoneda más popular, Bitcoin tiene una liquidez mucho mayor. Además, es la criptomoneda más parecida a los activos reales. Esto permite a sus usuarios comprar y vender de forma online e inmediata a la hora de convertirlo en divisas “físicas”, como el euro o el dólar.

Aceptación cada vez más amplia como método de pago. Esto se da sobre todo por el auge del comercio online y la transformación digital.

Transacciones internacionales más sencillas que con las monedas normales. Las transacciones internacionales en Bitcoins son iguales que las que se pueden realizar dentro de un mismo país. Por lo tanto, no hay límites ni comisiones por transferencias internacionales. Además, aunque la mayoría de las criptomonedas carecen de límites en cuanto a este tipo de movimientos, las transacciones internacionales usando Bitcoin son más sencillas porque esta criptomoneda es la más popular a nivel mundial.

Comisiones por transacciones normalmente más bajas. Bitcoin tiene unas comisiones más bajas en comparación con otros métodos de pago digitales.

Anonimato y privacidad en relación con las divisas tradicionales. Los monederos de Bitcoin, a pesar de que todos los movimientos de divisas se registran de manera pública en el libro de contabilidad “blockchain”, no están asociados a una identidad del usuario, por lo que no es posible obtener datos de ellos, al contrario de lo que ocurre con una tarjeta bancaria, por ejemplo. Aunque es posible rastrear flujos de bitcoins entre usuarios, resulta muy difícil averiguar quiénes son realmente esos usuarios y poder monitorizarlos, a no ser que previamente hayan facilitado su identidad a un Exchange o plataforma de intercambio de criptomonedas.

Independencia de creadores y agentes políticos. Al no estar Bitcoin creado ni controlado por ninguna entidad estatal (como un banco central), no está sujeto a la influencia política. Esto dificulta a los gobiernos bloquear el uso y almacenamiento de Bitcoins. Además, debido a su naturaleza completamente descentralizada, a su popularidad y a su liquidez, Bitcoin tampoco se ve influenciado por sus creadores, como ocurre con otras criptomonedas, cuyos valores pueden ser manipulados por sus creadores al comprar o vender grandes cantidades de criptomoneda influyendo así en su valor de mercado.

Escasez inherente. La escasez inherente de Bitcoin (sólo llegarán a existir 21 millones de bitcoins) mantiene el valor de esta criptomoneda a largo plazo, cosa que no ocurre con las divisas tradicionales y con otras criptomonedas que no presentan esta escasez. En cierto modo, la escasez de Bitcoin le aporta un valor intrínseco, de forma similar al oro y otros metales preciosos.

Riesgos de Bitcoin

Sin embargo, Bitcoin también presenta algunas desventajas que deben tenerse en cuenta:

Exposición a fraudes y timos específicos de Bitcoin: Al ser la criptomoneda más popular del mundo y que puede usarse de forma relativamente anónima, Bitcoin ha sido la moneda utilizada para llevar a cabo timos, fraudes y ataques en mayor proporción que otras divisas.

La actividad del mercado negro podría perjudicar a su reputación y utilidad:Bitcoin atrae a los cribercriminales involucrados en la Dark Web y otros delitos en la red, debido al anonimato que otorgan y la facilidad para realizar transacciones. Además, como ocurre con el dinero en efectivo, el sistema legal internacional no está preparado para prevenir o solucionar este problema, incluyendo el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo. La CIA así como muchos expertos en inteligencia e investigación apuntan que interesa que los cibercriminales utilicen las criptomonedas ya que facilita su trazabilidad e investigación, a diferencia del dinero en efectivo que no deja ningún rastro.

Susceptible a una alta volatilidad en los precios: Aunque Bitcoin es una de las criptomonedas más líquidas y más fáciles de cambiar, sigue siendo susceptible a grandes oscilaciones en su valor a lo largo de cortos periodos de tiempo. Por tanto, si bien Bitcoin puede ser una buena opción para invertir, no es muy adecuada para inversores conservadores por su falta de regulación y alta volatilidad. Asimismo, como el valor de Bitcoin varía tanto de un día para otro, resulta complicado para los usuarios emplearlo como un método de intercambio.

No se pueden realizar devoluciones ni reembolsos: Una de las mayores desventajas de Bitcoin es la ausencia de una política estándar para las devoluciones o los reembolsos. De esta forma, los usuarios afectados por un fraude (como el de phishing bancario) no pueden solicitar un reembolso mediante Bitcoin. De hecho, la estructura descentralizada de Bitcoin imposibilita que alguien pueda mediar en las disputas entre usuarios.

Posibilidad de ser sustituido por una criptomoneda superior: Algunas de las criptomonedas más nuevas hacen que sea todavía más difícil rastrear los flujos de dinero o identificar a los usuarios. Otras incluso disponen de sistemas que permiten a los usuarios intercambiar unidades de criptomoneda directamente por divisas físicas, disminuyendo así los riesgos de fraude asociados. Por ello, con el tiempo, algunas de estas alternativas como Ethereum podrían superar a Bitcoin, lo que podría tener un impacto negativo en su valor.

Daños medioambientales del minado de Bitcoin: El minado de Bitcoins consume cantidades enormes de electricidad, lo cual es necesario para su funcionamiento y seguridad. Dependiendo del origen de la electricidad que usen los mineros de Bitcoin, por ejemplo, centrales de carbón, podría ser muy perjudicial para el medio ambiente. Por contra, la actividad de minería cada vez está más profesionalizada, por lo que los mineros (o empresas de minería) prefieren el uso de energías renovables o limpias con el objetivo de no asumir los gastos de electricidad asociados. Ello ha provocado que se extienda el uso de placas solares u otros sistemas de energía renovable en muchos países, haciendo el sistema más sostenible y reduciendo su impacto en el medio ambiente.  

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