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Migración venezolana: rutas y destinos de los desplazados

Análisis

Daniela Fernández Aguilar
Daniela Fernández Aguilar
Estudiante de Relaciones Internacionales y Comunicación Global, con mención en Economía y Negocios. Enfocada en la política latinoamericana y en el desarrollo de energías renovables. He participado en proyectos que abordan la integración regional y la sostenibilidad energética, adquiriendo una visión práctica de los desafíos y oportunidades en estos campos. Mi pasión por los idiomas y por la literatura, me permite poder entender y comunicar eficazmente, habilidades cruciales para abordar retos globales.

Durante la última década, alrededor de 8 millones de venezolanos han tenido que dejar su hogar debido a la crisis humanitaria que sufre Venezuela. Después de Siria, Venezuela es el segundo país del mundo con el mayor número de desplazados. Esta migración venezolana ha sido impulsada por el colapso económico. Según el Fondo Monetario Internacional, entre 2013 y 2021, el PIB nacional se desplomó más de un 75%, lo que ha resultado en la escasez de alimentos, oportunidades laborales, seguridad y estabilidad. 

Históricamente, Venezuela es un país construido a base de migrantes. En los años 50, era un faro de esperanza que recibió a vecinos latinoamericanos que huían de dictaduras militares. Es el caso de República Dominicana, Argentina, Brasil o Chile, y europeos que huían de la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, las dinámicas migratorias han cambiado, y son ahora los venezolanos los que se encuentran en busca de un refugio. La gran mayoría, alrededor de 6,7 millones de migrantes, se desplazan a otros países de América Latina y el Caribe. Dentro de la región, el principal destino es Colombia, con casi 3 millones de venezolanos a principios del 2024.

Las principales rutas y destinos desde Venezuela

De Venezuela a Colombia

Tradicionalmente, Colombia ha sido un país que genera migrantes al exterior, especialmente hacia su vecino venezolano. Por lo tanto, ahora es una situación atípica al tener que hacer frente a la afluencia de personas desde la nación adyacente. El sistema sanitario, la educación y los servicios sociales se han visto presionados ante la emergencia humanitaria, lo que produjo tensiones entre la población colombiana.  

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Sin embargo, el migrante venezolano tiene ciertas cualidades que facilitan la integración. La gran mayoría se encuentra en edad laboral y son capaces de aportar mano de obra y conocimientos en el mercado local.

Además, alrededor del 20% ha alcanzado el nivel universitario o posee algún tipo de formación profesional o técnica, según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones sobre la actividad fiscal de los venezolanos en Colombia. Destaca que los ingresos que aportaron la migración venezolana rondaron el 2% del total del PIB colombiano. Lo que cubre los gastos generados en el sector público e incluso contribuye a la economía nacional.

De Venezuela a Perú

En el caso de Perú, que alberga a más de un millón y medio de migrantes, se observa una dinámica diferente. En este caso, dos tercios de los desplazados considera su estancia en el país transitoria y no de permanencia. Numerosos venezolanos se sintieron atraídos a este destino por las posibilidades laborales que les ofrecían en el mercado informal. Esto les permitía enviar remesas a sus familias sin haber obtenido aún la regularización migratoria. Debido a la enorme afluencia de migrantes, Perú adoptó en julio de 2024 medidas para controlar el flujo de migrantes. Desde entonces, comenzó a requerir un visado para entrar al país.

Así como con Colombia, la llegada de los venezolanos ha supuesto un crecimiento en el PIB de un 2%, según estimaciones de FMI. En los países vecinos que han acogido a un elevado número de migrantes, como Ecuador y Chile, vemos también una aportación significativa que se encuentra entre el 1,5% y el 2,5% del PIB.

De Venezuela a México

Al norte, en México, desde 2021 se exige a los migrantes venezolanos un visado, dado que a su llegada al país solicitaban asilo en Estados Unidos. A pesar de esta medida, los migrantes no han desistido en su intención de llegar al norte, aunque a través de la vía terrestre, concretamente por el paso del Darién entre Colombia y Panamá.

Cada año, casi 500 mil personas, de las cuales 320 mil son venezolanos, atraviesan alrededor de 100 km de selva tupida. Normalmente, los migrantes deben caminar entre 4 y 10 días con un guía que conoce el camino. Las organizaciones criminales protagonizan este movimiento de personas, exigiendo cifras desorbitantes. Pagar no significa un paso seguro, ya que durante el trayecto algunos migrantes sufren estafas, violaciones, e incluso pueden morir. Se estima que un 10% de los que cruzan son menores de cinco años.

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En México se aglomeran cada vez más venezolanos, que esperan durante meses una cita para poder entrar legalmente a Estados Unidos. Presionado por su vecino estadounidense, México intenta mantener a los migrantes más cerca de su frontera con Guatemala, lo que produce que el tráfico de personas se empecine con alejar a los migrantes de la frontera estadounidense.

De Venezuela a Estados Unidos

Fuera de Latinoamérica, el tercer núcleo más importante, con más de medio millón de migrantes venezolanos, está en Estados Unidos. En ciudades como Nueva York y Chicago ha generado un problema, ya que, la alta afluencia creó una saturación en los albergues y provocó que muchas personas tuvieran que dormir en las calles. Durante estos últimos meses, con motivo de las elecciones presidenciales del próximo noviembre en Estados Unidos, la presión migratoria se ha situado en el centro del debate político.

El presidente estadounidense Joe Biden, ha tomado medidas que han generado críticas desde su partido. Algunas de ellas son la ampliación de vallas en la frontera o la repatriación de migrantes venezolanos indocumentados a Caracas. Ante la desaprobación de la opinión pública, se anunció el Estatus de Protección Temporal, que ha permitido la regularización de 400 mil venezolanos para poder trabajar en el país.  

De Venezuela a España

Fuera del continente americano, España es el país que recibe la mayor cantidad de migrantes venezolanos. Tanto es así que, desde hace siete años, los venezolanos encabezan la lista de solicitudes de asilo. De las casi 500 mil personas que han llegado a España, el 60% posee doble nacionalidad con algún país europeo, debido a los lazos históricos.

El ejemplo más común es el de Canarias. A mediados del siglo anterior, alrededor de 12.000 canarios embarcaron rumbo a Venezuela y hoy sus descendientes emprenden el camino de vuelta. Aun así, el acceso al mercado laboral no es sencillo, y es que menos del 30% de las personas en posesión de un título universitario son capaces de homologar sus estudios y trabajar de ello en España

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Por otro lado, se debe destacar la presencia de los venezolanos en el mercado inmobiliario español. Grandes inversores venezolanos, entre quienes destaca la figura de Axel Capriles, adquirieron viviendas durante la crisis del 2013 que luego fueron rehabilitadas y convertidas en propiedades de lujo. Actualmente, los principales compradores de estas viviendas son de origen latinoamericano, de los cuales la mitad son de Venezuela.

El mercado inmobiliario se ha visto completamente revolucionado en ciudades como Madrid o Barcelona, donde la demanda ha contribuido al aumento de los precios. La presencia venezolana va más allá del sector inmobiliario, ya que hasta 2021, abrieron más de 7.000 negocios en España, algunas tan prósperas como la hamburguesería Goiko Grill, que emplea a más de 300 personas. 

¿Cómo es la identidad venezolana en el exilio?

Cuando comenzó la migración en el año 2014, los venezolanos en América Latina se distinguían llevando banderas o camisetas. Con el tiempo, al ver que las posibilidades de retorno se desvanecen, intentan integrarse en las sociedades que los acogen. La migración interamericana nos plantea interrogantes sobre situaciones similares, como Nicaragua y la presión migratoria que produce en su vecino costarricense. Ante la migración forzada, es necesario establecer planes de acogida, protección e integración en las sociedades receptoras.

En países como Panamá, este crecimiento migratorio ha dado paso a discursos populistas que se prestan a la xenofobia, pero los venezolanos demuestran resiliencia a través de su contribución económica y cultural.

El camino es de todo menos fácil, según el informe de R4V:

  • La comida escasea y la desnutrición en los niños aumenta. El 75% de los venezolanos en Perú dice haberse visto en la necesidad de mendigar por comida.
  • La burocracia dificulta las posibilidades de empleo y la escolarización de los niños, con hasta el 63% sin escolarizar en Colombia.
  • La trata de personas está al asecho y el 72% de los migrantes indica haber recurrido a un traficante.

A pesar de todo ello, la historia de los migrantes venezolanos es una historia de resiliencia, adaptación y contribución, enriqueciendo a las sociedades que los acogen.

Nadie ha capturado mejor esta realidad como García Márquez, que ya hace más de medio siglo escribió sobre los migrantes que llegaban y partían de Venezuela: «… Los migrantes lloran. Lloran todos: los que se van y los que se quedan. Ese es el último capítulo de un drama social que ha vivido Venezuela en los últimos 10 años y del cual solamente ahora se puede hablar libremente.»

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