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Los BRICS y la cumbre de Sudáfrica

Análisis

Selena Vázquez Rodríguez
Selena Vázquez Rodríguez
Analista Internacional en prácticas en LISA News. Estudiante de 4° de carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Le apasionan los asuntos sociales y la seguridad internacional. También los medios de comunicación por su vocación y responsabilidad de informar de manera objetiva a toda la población.

Sudáfrica ha confirmado que acogerá la XV Cumbre de los BRICS de forma presencial en agosto de 2023. Esto podría suponer un problema para el presidente ruso, Vladimir Putin, ya que Pretoria, teóricamente, debería detenerle en base a la orden de arresto contra él de la Corte Penal Internacional. Además, se prevé que se trate también la creación de una nueva moneda que desafíe la hegemonía del dólar estadounidense y la posibilidad de incorporar a nuevos miembros al actual club de los cinco. En este artículo te ofrecemos el contexto para entender qué son los BRICS, su importancia geopolítica y qué podemos esperar de la cumbre en Sudáfrica.

¿Qué son los BRICS y cómo se formaron?

Las siglas BRICS se utilizan para referirse a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estos países considerados emergentes se caracterizan por tener grandes territorios y grandes cantidades de población, siendo China e India las más pobladas, y, juntos, constituyen una asociación económica y comercial creada en 2006.

Fue en 2001 cuando el término BRIC —Sudáfrica se incorporó en 2011— fue acuñado por Jim O’Neill, un economista británico que decidió agrupar a distintos países que compartieran economías emergentes de gran potencial. Pese a que tales afirmaciones no se han hecho realidad, sí ha habido un desarrollo en las economías de estos países, sobre todo de China. Según decía O’Neill en un documento titulado «¿Está el mundo emergente aun emergiendo?», el crecimiento potencial de los BRIC se basaba en su enorme población, la mano de obra y el incremento de la productividad.

El concepto de Jim no fue integrado oficialmente hasta 2008, cuando los países que daban el nombre al acrónimo decidieron cooperar económicamente. El 20 de septiembre de 2006 los ministros de los en aquel entonces BRIC se reunieron por primera vez en Nueva York para establecer una cooperación económica con el objetivo de modificar el marco económico internacional. Desde entonces, la asociación ha celebrado distintas cumbres para discutir sus intereses, sobre todo, económicos.

La primera cumbre de los BRIC se celebró en junio de 2009, y en ella se trataron cuestiones como los problemas financieros globales, la seguridad energética, el cambio climático o el terrorismo. Desde entonces, los BRIC han celebrado cumbres anuales para lanzar proyectos coordinados, como el mecanismo de cooperación interbancaria lanzado en 2010 que permitía a los bancos de los países miembro otorgar créditos entre sí con sus monedas locales, además de reducir la dependencia del dólar norteamericano. Ese mismo año, los BRIC iniciaron las negociaciones para incluir a Sudáfrica en la asociación, puesto que tenía las mismas características que el resto de los miembros tras ser el país con mejores resultados económicos del Sur Global y finalmente, su adhesión se realizó en 2011.

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Ya con las siglas BRICS, en 2014, la asociación puso en marcha el Nuevo Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC), que permite crear un fondo común para financiar proyectos de infraestructura en países emergentes y desarrollar sus mercados. Los BRICS anunciaron la creación del Nuevo Banco de Desarrollo como una alternativa al Banco Mundial y el ARC como la alternativa del Fondo Monetario Internacional. La gobernanza de ambas instituciones es compartida entre los miembros de los BRICS. Además, la asociación representa un 22% de la superficie terrestre en el mundo, el 42% de la población global y el 24% del PIB del planeta, lo que llena de importancia a estas instituciones en su labor de incentivar el desarrollo sostenible del Sur Global.

La próxima y decimoquinta cumbre de los BRICS está prevista que se celebre entre los días 22 al 24 de agosto en un centro de convenciones de Johannesburgo. Esta será una de las más importantes de los BRICS, ya que se desarrollará además bajo el contexto de la guerra entre Rusia, uno de los miembros de la asociación, y Ucrania. 

¿Qué esperar de la Cumbre de los BRICS en Sudáfrica?

A mediados de julio Sudáfrica confirmó que acogerá la cumbre de los BRICS de forma presencial, la primera en esta modalidad desde hace tres años. Esta cuestión era un tema complicado para Pretoria, ya que, como miembro de la Corte Penal Internacional, debe teóricamente detener al presidente ruso, en caso de que entre en su territorio. Una posición delicada para Pretoria, que pretende adoptar una postura neutral. 

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Fue el pasado 17 de marzo cuando la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el presidente ruso por presuntos crímenes de guerra relacionados con el transporte ilegal y la deportación de niños. Eso significa que todos los países que hayan ratificado el Estatuto de Roma de 1998 —como es el caso de Sudáfrica— deben cooperar y facilitar el trabajo de la CPI, en este caso, arrestar a Putin si este pisa su territorio, ya que la CPI no cuenta con una «policía» propia para ejecutar el arresto. A pesar de ello, el país africano ha invitado a Putin a la cumbre de los BRICS y le ha otorgado inmunidad diplomática. Todavía no se ha confirmado quién representará a la delegación rusa en la cumbre de los BRICS.

Más allá de esta cuestión el contexto de la celebración de esta cumbre también pone a prueba las alianzas entre miembros y, sobre todo, entre Rusia y Sudáfrica. Como potencia africana, Pretoria, quiere adoptar una postura neutral para desempeñar un papel en la resolución del conflicto; sin embargo, no ha condenado la invasión y mira cada vez más hacia Moscú. El pasado febrero el país acogió maniobras navales con Rusia y China lo que inquietó a los países occidentes.

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Además, durante la cumbre se prevé que se traten otras cuestiones clave para el futuro de los BRICS como la posibilidad de crear una nueva moneda que pueda desafiar la hegemonía del dólar estadounidense y convertirse en una unión monetaria en la que se unifiquen todo tipo de transacciones y aplacar los desafíos de los pagos transfronterizos. También se podría tratar la incorporación de nuevos miembros al club de los cinco que hoy cuenta con al menos 20 solicitudes de países tanto formales como informales entre los que se encuentran ellos Argentina, Egipto, Nigeria, México, Irán, Indonesia, Turquía, Etiopía, Argelia o Bielorrusia.

¿Qué podemos esperar de los BRICS en el futuro?

Los BRICS nacieron como una alternativa al orden mundial del momento y siguen desafiándolo hoy en día. En un mundo cada vez más multipolar la hegemonía que antes podía liderar Estados Unidos ahora se ve contrarrestada por la presencia de otras potencias como China. En este contexto los BRICS tienen un papel fundamental en la escena internacional también en la guerra de Ucrania, actuando como un apoyo fundamental para Putin, y con China como miembro.

Los expertos coinciden en que los BRICS cada vez cobrarán más importancia y estarán más presentes que nunca en la economía y el orden mundial. Actualmente, China es la segunda potencia mundial, India la quinta, Rusia la onceava, Brasil la doceava y Sudáfrica la trigesimosegunda; estos datos indican el gran potencial económico de los BRICS dentro de la escena mundial.

En este sentido es necesario tener en cuenta que su éxito depende, en gran medida, del desarrollo de la economía China que, desde finales de los años setenta, no ha dejado de crecer. Según algunos analistas, China ya no necesita a los BRICS tanto como los BRICS necesitan a China y, mientras que la relación entre China y Rusia se ha fortalecido, entre China e India se ha deteriorado.

Además, como te explicamos en este artículo de LISA News, desde que el conflicto en Ucrania comenzó, las potencias emergentes han mantenido una posición ambigua respecto al mismo, llegando incluso a evitar la condena pública de la invasión. Pese a que estos países han defendido el diálogo y la paz, también han sido cautelosos al juzgar la actuación de Rusia. Así, podemos afirmar que dicha ambigüedad está respaldada por los intereses económicos, políticos y estratégicos que las potencias emergentes aún mantienen en Rusia. 

La guerra de Ucrania ha supuesto un desafío para las Relaciones Internacionales en un mundo dónde China aspira a liderar al Sur Global y en el que los BRICS se han mostrado más unidos que nunca. Ninguno de los cuatro países ha apoyado las sanciones económicas interpuestas a Rusia, lo que deja entrever la armonía y cohesión que hay dentro de la organización. Para Putin los BRICS son una oportunidad para ganar la guerra, tanto económica como diplomáticamente. El Nuevo Banco de Desarrollo tendrá que soportar la situación de guerra en Rusia y, mientras tanto, Putin intenta buscar la cooperación de sus socios. En los próximos meses y especialmente el próximo agosto en la XV cumbre de los BRICS habrá que estar muy pendiente de cómo se desarrollan las alianzas entre actuales y posibles futuros miembros.

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