Según Ricardo Gómez Laorga, analista geopolítico y profesor del Curso de Analista en Conflictos Geopolíticos de LISA Institute, la geopolítica está viviendo una nueva “edad de oro” debido a la alta conflictividad que existe en la actualidad, la atención por parte de los medios de comunicación y la creciente visión de los Estados en términos de rivalidad y competencia. En esta entrevista hablamos sobre las claves para analizar conflictos geopolíticos y la profesión de analista geopolítico.
¿Qué es para ti la Geopolítica?
Para mí la geopolítica es, en primer lugar, mi profesión y mi ilusión. Cuando estudié Historia y me especialicé en Edad Contemporánea me llamó mucho la atención la asignatura que tuve en cuarto curso sobre la Historia de las Relaciones Internacionales. Desde ahí decidí ampliar mis estudios en esta temática. Primero lo haré mediante el estudio del Grado en Relaciones Internacionales. Posteriormente, lo complementé con un Máster en Seguridad y Defensa donde la geopolítica ya tuvo un papel preponderante en mi especialización.
¿Cuáles consideras que son los conflictos geopolíticos más relevantes en la actualidad y por qué?
Siempre me gusta enfatizar en el hecho de que la importancia de los conflictos tiende a acrecentarse según el grado de atención que presten los medios de comunicación, por el número de Estados involucrados y el nivel de intensidad del mismo. Es decir, conflictos latentes o más localizados como pudiera ser la rivalidad entre India y Pakistán tienden a tener un menor nivel de atención o de preocupación para la sociedad internacional pero, cuando estudias los pormenores de este enfrentamiento y reparas en el hecho de que ambas son potencias nucleares, aprecias cómo no todos los conflictos tienen el grado de relevancia merecida.
No obstante, es indudable que la actual guerra ruso-ucraniana o el conflicto en el entorno de Gaza podrían ser dos grandes eventos bélicos a tener en cuenta. En el primer caso, por ser un intento ruso de reparar en supuestos agravios territoriales del pasado y, sobre todo, por la participación indirecta de potencias como EE.UU. o la UE, así como por ser un caso flagrante de violación de criterios básicos relacionados con el multilateralismo y el derecho internacional.
En el caso gazatí, se une una similar violación de los preceptos del derecho internacional, así como por ser un enfrentamiento que ya ha escalado directa o indirectamente a otros países de la región y por suponer un posible cambio en la estructura de poder en la región.
¿Cómo ha evolucionado el análisis de conflictos geopolíticos en los últimos años?
Desde mi punto de vista, la geopolítica goza de un nuevo vigor en la psique general de la ciudadanía. Como explico en mis clases en LISA Institute, se trata de una disciplina que, habiendo surgido en la transición entre el siglo XIX y XX, tendrá un gran auge en sus primeros años de vigencia. No obstante, su uso fraudulento y pseudocientífico por parte de regímenes totalitarios como el III Reich alemán para legitimar su expansionismo territorial, hizo que tras la Guerra Fría viviera un proceso de reconversión y sirviera para apuntalar las tesis de las superpotencias soviética y estadounidense.
En las últimas décadas, la geopolítica está viviendo una nueva “edad de oro” debido, precisamente, a la alta conflictividad que existe, por la mencionada atención por parte de los medios de comunicación, así como por una creciente visión de los Estados en términos de rivalidad y competencia.
Como analista geopolítico y profesor del Curso de Analista de Conflictos Geopolíticos, ¿qué indicadores se pueden utilizar para saber si una situación puede escalar a un conflicto geopolítico?
Considero que la escalada de un conflicto transita por varias fases. En casos como la invasión rusa de Ucrania se puede ver a la perfección. Pese a que dicho evento se produce a comienzos de 2022, el conflicto se había iniciado varios años atrás. Con la caída de la Unión Soviética, Ucrania será un país independiente que, pese a todo, contará con una importante influencia rusa en su política doméstica. Precisamente, el intento de la sociedad ucraniana por acercarse a la UE en 2014 iniciará la primera fase del conflicto. Una primera parte localizada sobre todo en el entorno de Crimea y del Donbás, y donde Rusia no intervendrá de forma directa y explícita y en el que potencias foráneas como la UE y EE.UU no tendrán una vinculación directa. Sin embargo, desde 2022 la guerra cuenta con tintes convencionales y una dimensión mucho mayor y profunda.
Ser analista internacional te permite esclarecer el contexto de un mundo en continuo cambio.
Por ello, tomando este caso como ejemplo, los indicadores principales que permiten conocer una hipotética escalada de un conflicto son el grado de cooperación entre las partes implicadas (en una situación de guerra declarada esta cooperación se reduce a su mínima esencia), el grado de internacionalización que pueda tener el conflicto, o los costes económicos que pudiera tener.
¿Qué herramientas tienen los analistas prever la evolución de un conflicto?
Como cualquier ciencia social, las relaciones internacionales y, por ende, la geopolítica, carecen de exactitud matemática. Por ello, la primera premisa que debe tener un analista es ser consciente de la incertidumbre que guía sus análisis. Además de ello, es crucial que maneje herramientas de metodología para saber prever un evento y analizarlo de forma rigurosa. Por último, otra herramienta crucial es ser consciente de la realidad internacional y saber leer la actualidad en términos objetivos y sabiendo elegir las fuentes que tomamos como referencia.
¿Qué papel juegan la desinformación y la guerra cognitiva en los conflictos actuales?
Sin lugar a duda, son dos de los factores que más influyen en el sesgo del analista internacional. Antes de analistas, somos ciudadanos y tratamos de informarnos de la mejor manera posible. Por ello, el analista requiere de una habilidad especial para poder filtrar la información válida de la que no nos sirve. Además de ello, ambos factores ya forman parte de los conflictos actuales al igual que la potencia militar o la estrategia. Por ello, los gobiernos deben ser conscientes de estas novedosas problemáticas (la desinformación ha existido siempre, pero ahora con más intensidad por la amplitud de la información a disposición de la ciudadanía), y actuar en consecuencia.
¿Qué es lo más satisfactorio de trabajar como analista geopolítico o analista de conflictos geopolíticos y qué es lo que más retos plantea?
Quizás podría enfatizar en el hecho de que ser analista internacional te permite esclarecer el contexto de un mundo en continuo cambio. Pese a que cada vez más la ciudadanía tiende a aumentar sus conocimientos sobre las relaciones internacionales y la geopolítica, es labor del analista la de ver dichas cuestiones desde un punto de vista empírico y científico. El resto es, como he comentado previamente, el saber tener unas fuentes de análisis fiables y no caer bajo la amplitud de la desinformación.
¿En qué sectores o industrias tiene mayor demanda la figura del analista geopolítico o de conflictos geopolíticos?
Por supuesto en los sectores tradicionales del análisis académico y relacionado con los think tanks, o en el ámbito de la política exterior. No obstante, se aprecia cómo en los últimos años, la figura del analista internacional es cada vez más reputada en empresas privadas que requieren de sus conocimientos para decidir sobre cuestiones como inversiones en el extranjero o clima institucional en terceros países con los que pretenden tener vínculos.
¿A quién recomiendas y cuál es el valor diferencial de tu Curso de Analista de Conflictos Geopolíticos?
Lo recomendaría a toda persona que tenga o pretenda tener una vinculación y un gusto por todo lo que rodea el ámbito internacional. Se trata de un curso que pone las bases necesarias para saber leer los conflictos en términos de conocimiento y no solamente de opinión.
Además de ser profesor del Curso de Analista de Conflictos Geopolíticos también eres profesor del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute. ¿Qué destacarías como valor diferencial del Máster?
Sin duda, para mí, el valor diferencial de este Máster es el hecho de contar con una metodología cercana, asequible y 100% online. Ello permite una formación autónoma y según los criterios del alumno. A ello se une la existencia de un profesorado que, actualmente, ejerce sus labores profesionales y que pueden nutrir su aprendizaje. Por último añadiría el hecho de contar con una importante bolsa de trabajo para poder poner en práctica los conocimientos adquiridos.
En los últimos años, la figura del analista internacional es cada vez más reputada en empresas privadas
Más allá de recomendar formarse con tu Curso de Analista de Conflictos Geopolíticos y el Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, ¿qué consejos y/o recomendaciones darías a aquellas personas que quieran convertirse en analistas geopolíticos?
Retorno a ideas expuestas previamente. relevancia, referencia y fiable. Ello permitirá al analista diferenciarse del resto y marcar un perfil objetivo. La segunda, el saber ver todos los acontecimientos en términos panorámicos y no exclusivamente locales o nacionales.
Por terminar mirando al futuro… ¿Cuáles crees que serán los principales conflictos geopolíticos en los próximos 50 años?
Como ya mencionaba en anteriores preguntas, considero que el conflicto entre India y Pakistán puede recrudecerse en las próximas décadas, sobre todo y en la medida de que India asiente su rol creciente de potencia mundial. Asimismo, creo que el conflicto entre China y EE.UU. tenderá a recrudecerse, teniendo a Taiwán como un escenario idóneo.