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Vietnam: la diplomacia de bambú, un éxito de flexibilidad y firmeza

Análisis

Javier Lara Ruiz
Javier Lara Ruiz
Estudiante del Grado de Relaciones Internacionales en Francia y España. Fue seleccionado como uno de los estudiantes Top Talent Valencia 2023 por el Banco Santander y premiado en múltiples ocasiones por su labor como delegado en simulaciones de las Naciones Unidas, una de ellas en la base de la ONU en Valencia. Además, cuenta con experiencia previa como analista en otros medios. Apasionado por la geopolítica, está altamente interesado en temas sobre Asia y África.

Vietnam, ubicado en el Sudeste Asiático y con una población de más de 97 millones de habitantes, es un lugar donde la historia y la geopolítica convergen en las aguas del río Mekong. Una tierra marcada por una diplomacia tan sutil como el bambú, la planta de los cien usos. Esta estrategia ha permitido mantener su independencia y promover sus intereses mucho más allá de sus fronteras geográficas. Si quieres adentrarte en el mundo de la Diplomacia te recomendamos el Curso de Experto en Diplomacia y Multilateralismo.

¿Qué es exactamente la diplomacia de bambú? Le preguntaban, hace dos años directamente a Nguyen Phu Tron, secretario general del partido comunista vietnamita tras mencionar el término por primera vez en 2016.

«La diplomacia de Vietnam, procedente de la era Ho Chi Minh, se describe como suave y sabia, pero persistente y decidida. Se caracteriza por ser flexible y creativa ante todas las luchas y desafíos que se interponen en el camino de la independencia nacional y la felicidad del pueblo. Al mismo tiempo, sigue siendo coherente, valiente, resistente, unida y humana. La diplomacia se compromete a proteger los intereses nacionales, al tiempo que demuestra determinación y paciencia».

Es decir, una diplomacia con raíces fuertes, tronco robusto y ramas flexibles para conseguir una política exterior decidida a tener «más amigos, menos enemigos», declaraba Phu Trong. Un posicionamiento de perfil, ágil e intrépido, adaptado a una situación geopolítica polarizada y multifocal. Cuyo rostro queda adornado de valores budistas que crecen en su raíz para disimular la necesidad de equilibrar la relación entre sus socios. El objetivo: acceder a todas las ventajas posibles independientemente de quién sea el aliado. 

Vietnam entre China y Estados Unidos

Durante el siglo XX, Vietnam mantuvo grandes disputas con la mayoría de los países que ahora son sus aliados. Desde la ocupación colonial francesa hasta la guerra de Vietnam con Estados Unidos, las relaciones parecían prácticamente insalvables. Sin embargo, no fueron los únicos. También tuvieron enfrentamientos con Rusia y China, sus supuestos «aliados» de entonces. Siempre han estado en el objetivo de dos grandes potencias. 

Leyendas antiguas como la de las hermanas Tru’ng, contra la invasión china ya en el año 40 d.C., relatan como Vietnam siempre ha tenido que luchar contra la ocupación vecina. Los diferentes enfrentamientos con China por las disputas de las islas Spratly y Paracel en 1974 y 1988 no fueron los únicos. Siendo especialmente dura la guerra Chino-Vietnamita de 1979. Este conflicto se desató cuando China invadió Vietnam en respuesta a la ocupación vietnamita de Camboya, apoyada por la URSS, contra el régimen de los jemeres rojos. Sin embargo, cuando Moscú y Pekín empezaron a revitalizar sus relaciones bilaterales, tras sus enfrentamientos fronterizos, ambas potencias redujeron su apoyo a Vietnam. 

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Entonces, se podría entender que la diplomacia de bambú germina en el hartazgo vietnamita de fracasar en sus relaciones bilaterales con grandes potencias. Prueba de ello es la medida de defensa conocida como «la política de los cuatro NO». Hoy en día, una piedra inamovible en sus negociaciones. Originalmente en 1998, la política consistía en tres puntos fundamentales que el gobierno se prohibía a sí mismo: ninguna alianza militar, ninguna base extranjera en territorio vietnamita y ninguna alianza con un segundo país contra un tercero. Más tarde, en noviembre de 2019, se añadió una cuarta prohibición: No usar la fuerza en las relaciones internacionales.

A través de la diplomacia, el país asiático ha convertido lo que parecía una mala hierba en una fructuosa planta. Han apostado por desarrollar nuevas relaciones que traspasan ideologías, lo que la convierte en una política apta para todos los tiempos y países que ofrezcan nuevas oportunidades.

La Asociación Estratégica Integral 

Vietnam conserva una posición internacional excepcional al mantener relaciones de máximo nivel con algunas de las mayores potencias mundiales mediante la Asociación Estratégica Integral: un grupo selecto y exclusivo que conforman Rusia, India, Japón, China, Corea del Sur, Estados Unidos y Australia. Resultando llamativa la relevancia y capacidad para gestionar relaciones estratégicas con actores clave a nivel global.

Las fases que atraviesa cada relación bilateral en Vietnam son las siguientes: establecer relaciones diplomáticas, avanzar hacia una asociación integral bilateral, intensificar esta asociación integral, evolucionar hacia una asociación estratégica y, finalmente, alcanzar una asociación estratégica integral.

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Anteriormente, tardaban años en ascender a un país al grado de Asociación Estratégica Integral y mantenían el círculo de socios de más alto nivel a un número muy reducido de países. Después de un siglo turbulento, había que andar con pies de plomo. Ahora bien, la dinámica ha cambiado. Aunque mantengan la prioridad en sí mismos frente a cualquier otra potencia, Vietnam ha priorizado la ventaja de la conectividad.

No obstante, se podría entender que este aumento sustancial de países a la máxima categoría ha provocado una devaluación en la misma. Aparentemente, han degradado la distinción de Asociación Estratégica Integral al tratar de añadir al mismo nivel a un número de países parecido el Consejo de Seguridad. Con las recientes entradas en 2022 de Corea del Sur, en 2023 de Estados Unidos, en 2024 de Australia y con las posibles incorporaciones tanto de Indonesia como de Singapur, se multiplicaría la cifra anterior de socios (Rusia, India y China).

Siendo evidente que no todas las relaciones tienen el mismo peso, el rápido ascenso de otros países también serviría para minimizar el impacto de la relación con Washington y, de esa forma, restarle importancia al ascenso de Estados Unidos a ojos de Pekín y viceversa. Movimiento fundamental para la dinámica de la región que otorga grandes ventajas a Vietnam sin nada que objetar por parte de sus aliados. Aunque estos países vean con recelo como consiguen codearse con cualquiera, nadie sabe que mano de la baraja juega Vietnam.

Y, no es para menos. El creciente desarrollo económico, cercano al 5% anual, del país asiático atrae inversiones de China y empresas extranjeras como Nvidia y Apple. Seduciendo también a grandes empresas del sector tecnológico, provenientes de Estados Unidos, Corea del Sur y Taiwán, y aportando el 15% del total de chips importados en Estados Unidos. Sin embargo, los incentivos económicos a cambio de beneficios políticos no son la única estrategia. Pues, con cada país el juego cambia. 

Vietnam y China

A pesar de los múltiples conflictos históricos, la reclamación del 85% del Mar Meridional de China con la «línea de nueve puntos» y del expansionismo y crecimiento exponencial de China, ambos deben mantener buenas relaciones.

Primero, China no puede permitirse tener un máximo rival en sus fronteras apoyado directamente por grandes rivales. Segundo, Vietnam tiene una enorme dependencia económica de la que cuidar. China es su principal socio comercial, asumiendo más de la mitad de sus importaciones. Al igual que, por el momento, estaba siendo un socio vital en el desarrollo tecnológico. Por tanto, esta relación es crucial para la economía vietnamita. Aunque, dada la situación de China y los recientes enfrentamientos con Filipinas, animen a Vietnam a buscar alternativas para diversificar su economía, reducir su dependencia de inversión china y evitar la trampa de la deuda. Resumiendo, una cooperación necesaria, pero de alto voltaje.

Vietnam y Estados Unidos

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Sin embargo, el trabajo diplomático de ambas naciones desde la administración de Bill Clinton, constata que el esfuerzo realizado está en línea con los progresos alcanzados. Al mismo tiempo que la asociación de Vietnam, con uno de los que fueron sus mayores enemigos, demuestra la flexibilidad de la diplomacia de bambú. 

Su relación abarca múltiples áreas de cooperación que se sustentan en cuatro pilares. El más importante es el esfuerzo realizado por paliar los efectos de la guerra, aún presentes, en la salud y el medio ambiente. También destaca la variante comercial, a través de acuerdos bilaterales desde 2001, la entrada de Vietnam en la OMC en 2007 y la conversión hacia energías renovables. Con el objetivo de considerar a Vietnam otro de los «tigres asiáticos». El pilar más llamativo es el área de seguridad. Antes de la última noticia sobre la posible venta de aviones F-16, ya existían grandes avances. La inversión en el programa de financiación militar extranjero, la participación en programas navales estadounidenses como Rim of the Pacific, la visita de portaaviones y colaboración sobre A2/AD son uno de los muchos ejemplos.

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Finalmente, esta dinámica ha progresado debido a la mutua falta de rendición de cuentas. Las discrepancias en temas como los derechos humanos en Vietnam, las posturas sobre el conflicto en Ucrania o la presencia de exiliados vietnamitas en suelo estadounidense no han dictado el auge de una relación que presenta más ventajas que preocupaciones. Sin duda, esta relación marcará el futuro de la región, y desde el otro lado del Atlántico solo pueden hacer que celebrar.

Vietnam y Rusia

La colaboración entre ambos países es histórica y, pese a que abarca importantes aspectos, la relación pivota sobre la cooperación defensiva y energética. Siendo Rusia el único país extranjero con acceso al puerto de Cam Ranh. Durante la guerra de Vietnam, la URSS proporcionó un importante respaldo militar a Vietnam del Norte. Los lazos defensivos se basan en la venta de armamentos y equipos militares rusos. Convirtiéndose en el principal proveedor armamentístico de Vietnam y transformando la industria de defensa vietnamita en un importante actor internacional

La cooperación energética, por su parte, se basa en el suministro de petróleo y gas natural. Esta relación ha cobrado más importancia con la situación energética actual como consecuencia de la guerra en Ucrania. Además, empresas rusas han estado involucradas en proyectos conjuntos de exploración y desarrollo de campos petroleros y gasíferos en aguas vietnamitas. Rusia construirá una nueva planta de energía nuclear de Vietnam, como la central de Ninh Thuận.

Vietnam no rehúse su relación con Rusia, pues la considera un pilar clave en su política exterior. Como muestra de ello, es uno de los pocos países que no ha condenado en numerosas ocasiones la invasión rusa de Ucrania.

Uniendo fuerzas con Japón, India, Corea del Sur y Australia

En lugar de depender exclusivamente de relaciones con potencias mundiales, desde Hanói priorizan tener una asociación más estable y constante. Su relación con estos países forma parte de una estrategia global para fortalecer lazos con importantes actores regionales que ofrecen un apoyo sostenido

1. Vietnam y Japón mantienen una asociación estratégica integral que se ha fortalecido en áreas como la cooperación económica, la inversión y el desarrollo de infraestructuras. Japón es el tercer mayor inversor de Vietnam y ambos países tienen intereses comunes en seguridad regional y estabilidad económica. Han establecido multitud de tratados comerciales que han instituido una profunda relación de amistad y beneficio mutuo. 

2. Vietnam e India tienen una asociación estratégica especial desde hace décadas, centrada en la cooperación en defensa, energía, comercio y seguridad regional. Ambos países comparten intereses comunes en el Mar del Sur de China y han fortalecido su colaboración en respuesta a los desarrollos geopolíticos en la región. Dos economías emergentes y atractivas para grandes empresas tecnológicas que se complementan. Sus relaciones se han expandido y la India considera a Vietnam un serio engranaje para su cadena de suministros.

3. Vietnam y Corea del Sur colaboran estrechamente en áreas como comercio, inversión, urbanización inteligente y alta tecnología, lo que ha contribuido al desarrollo y la prosperidad de ambas naciones. La visita oficial a Vietnam del presidente de Corea del Sur en julio de 2023 es prueba de ello.

4. Vietnam y Australia estrenan una relación que nace de la visión compartida sobre la paz y estabilidad de la región Indo-Pacífico. Una vez establecida esa base, los dos países se comprometieron a colaborar especialmente en la reducción de la huella de carbono y en suavizar el impacto del medio marino.

Resultados de éxito 

Recientemente, en uno de los diarios más conocidos de Vietnam, se hacían eco de la cantidad de noticias positivas que recibían de expertos de todo el mundo analizando su política diplomática. El resultado no es para menos. Aunque, bien es cierto que la diplomacia vietnamita lleva años recolectando enormes logros, los Acuerdos de París de 1973 constatan este hecho. Bui Thanh Son, Ministro de Asuntos Exteriores, recapitulaba en una entrevista todos los méritos de su política, destacando el centenar de visitas exteriores recibidas y realizadas en un año.

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Asimismo, el éxito de la diplomacia vietnamita también se observa en la urgencia que tienen grandes naciones por avanzar sus relaciones con Hanói. Por ejemplo, Xi Jinping, presidente que menos visitas oficiales realiza en el exterior, agendó una reunión de urgencia en Vietnam, donde se firmaron 36 acuerdos sobre comercio y seguridad, tan solo tres meses más tarde de su asociación con Estados Unidos.

Anteriormente, Biden había rechazado personificarse en la ASEAN de Yakarta tras el G-20 de la India para reunirse en con su homólogo vietnamita. Todo este gran trabajo diplomático se traduce en roles importantes y presidencias dentro de la ASEAN y la ONU. Incluso, resulta llamativo el acuerdo con la santa sede para la restauración de una nunciatura apostólica en Hanói o el acercamiento comercial con países como Finlandia o Alemania. El prestigio y la imagen de Vietnam sale a relucir por todo el panorama internacional.

¿La Suiza de Asia? 

Poco a poco, Vietnam se está posicionado como un actor clave en el escenario internacional. Gracias a la calidad de sus socios, adopta los beneficios de una exclusiva organización internacional y aprovecha las ventajas que cada una ofrece. En caso de que la relación con uno de sus socios principales se deteriore, pueden recurrir a otras alianzas para mantener su equilibrio y seguridad. El desafío para Vietnam radica en encontrar el equilibrio entre sus intereses nacionales y las presiones de sus socios. 

La diplomacia de bambú de Vietnam, aunque pueda considerarse una versión actualizada del principio de neutralidad, se aleja de este concepto en su aplicación práctica. Más que buscar la imparcialidad, esta estrategia se centra en maximizar las oportunidades que ofrece el panorama internacional actual para obtener grandes beneficios. Sin embargo, esta multiplicidad de relaciones, al igual que la neutralidad, no garantiza la resolución de conflictos ni rebaja las rivalidades entre sus socios.

En un mundo tan complejo como el actual, mantener un equilibrio se vuelve crucial y prácticamente imposible. ¿Hasta qué punto Vietnam, se acercará a Estados Unidos para frenar a China? Muchas veces, la neutralidad puede significar una escasa capacidad de actuación

Es fundamental reconocer que la diplomacia de bambú también tiene sus límites y puede que sean imposibles de equilibrar los pesos de la balanza en un futuro. Aunque sea la teoría que mejor aprovecha la situación realista actual. A pesar de los desafíos y la incertidumbre actual, esta doctrina surge como un enfoque proactivo que anticipa los cambios y se adapta con facilidad. Pueden aprovechar estas ventajas y anticiparse mejor a los próximos cambios geopolíticos.

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