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La respuesta de la Unión Europea ante la invasión de Putin de Ucrania

Análisis

Paula Gómez Moñiz
Paula Gómez Moñiz
Estudiante de Relaciones Internacionales interesada en Geopolítica y Derechos Humanos.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha hecho oficiales las primeras medidas de respuesta de la Unión Europea. Mientras, el presidente ucraniano ha pedido ingresar en el bloque comunitario y Putin ha respondido a las sanciones poniendo en alerta sus fuerzas nucleares.

“La Unión Europea intensifica una vez más su apoyo a Ucrania a través de las sanciones contra la Rusia de Putin”, aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen antes de la presentación de las medidas sancionadoras.

Por su parte, el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declaró antes de presentar la medidas de respuesta, que “Putin y su gobierno iniciaron una guerra” contra un país vecino “soberano” e “independiente” y que el comportamiento de los “líderes rusos” constituye una “gran amenaza para la Paz y seguridad internacional”.

“Hoy, estamos respondiendo con las medidas restrictivas más enérgicas posibles. La Unión Europea está unida en su determinación, junto con socios y aliados internacionales, de defender el orden de paz, el derecho internacional y el sistema basado en normas”, dijo.

Entre las medidas activadas por la Unión Europea se destaca que, por primera vez, la UE proveerá financiación, armas y equipo de apoyo a un tercer país, dado que Ucrania no pertenece a la Unión. Las medidas involucran tanto al Kremlin como a su colaborador más estrecho, el gobierno de Lukashenko.

Para empezar, se ha prohibido el paso ruso por el espacio aéreo europeo. La Unión Europea ha sido muy clara en el comunicado: está cerrado el paso a cualquier avión de procedencia rusa. Esto abarca toda compañía que esté en manos del gobierno de la federación, aquellas aeronaves registradas en Rusia o propiedad del país. Esta decisión prohibirá el aterrizaje, despegue o el sobrevuelo sobre el territorio de la Unión Europea, involucrando cualquier avión propiedad de personas de nacionalidad rusa y jets privados de la oligarquía.

La segunda medida que se ha adoptado es que se restringe el uso de los medios de comunicación oficiales del gobierno de Putin. Esta decisión se toma a causa de las declaraciones que el presidente realiza para justificar la guerra en la que se ha involucrado. De esta manera, a “Russia Today” y “Sputnik” no les será posible emitir, según como ha tratado la Comisión Europea, las mentiras que tratan de legitimar la invasión e intentar dividir la organización europea. Lo que se pretende con esta medida también es reducir la difusión de desinformación en territorio europeo.

El otro objetivo de estas medidas son las sanciones también dirigidas contra el gobierno de Lukashenko, identificado como el “otro agresor”. Para la Unión Europea, el régimen del país vecino ha sido cómplice del ataque hacia Ucrania, por lo que se ha aprobado el establecer un nuevo paquete de sanciones contra los sectores más importantes de Bielorrusia.

Lo primero que se restringe es la exportación, desde combustibles minerales hasta tabaco, madera, cemento, acero… El otro objetivo de estas sanciones es que el gobierno de Putin no pueda evitar las sanciones impuestas a su país, utilizando a Bielorrusia como “hilo conector” con el resto de la comunidad internacional y así evitar las consecuencias de las sanciones.

También se han cortado las transacciones del Banco Central de Rusia, y se han congelado sus activos para parar la financiación de la guerra de Putin. Esta medida también ha afectado a las cuentas de los oligarcas rusos. Lo primero que se hizo para llevar a cabo esta decisión fue retirar a los bancos rusos del sistema de comunicación oficial SWIFT, para desconectarlos del sistema de financiación internacional y dañar su habilidad de operación global.

Dentro de esta decisión, se procede a limitar la obtención de la ciudadanía europea a aquellos poderosos rusos con “pasaportes de oro” conectados al gobierno y que puedan tener acceso a los sistemas de financiación occidentales.

Respecto al sector energético, la Unión Europea prohibirá la venta, suministro, transferencia o exportación a Rusia de bienes y tecnologías para la refinación de petróleo. Con estas restricciones en el campo, Europa pretende que el sector petrolero ruso no mejore sus refinerías

De manera individual, tanto Vladimir Putin como Sergey Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, han sido objeto de las sanciones que se han sacado desde el Consejo de la Unión Europea. Para empezar, se han congelado sus activos, y estos no serán las únicas víctimas de las sanciones individuales.

También se impondrán a los miembros del Consejo de Seguridad de Rusia que apoyaron el reconocimiento de Donetsk y Lugansk como independientes, así como los miembros de la Duma Estatal Rusa que ratificaron el “Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua” entre la Federación y los dos territorios. Para Bielorrusia, aquellos que facilitaron el ataque militar desde su territorio tampoco quedarán impunes.

En el comunicado también se ha declarado el apoyo a los miembros del este de Europa en la acogida de refugiados ucranianos que huyen de la guerra. La Unión ha asumido la responsabilidad de acogida y cuidado de los refugiados que consiguen llegar a su territorio. “Damos la bienvenida con los brazos abiertos a los ucranianos que tienen que huir de las bombas de Putin”, ha asegurado Von der Leyen.


Mientras tanto, Zelenski ha tenido una conversación telefónica con von der Leyen para hablar sobre la posible adhesión de Ucrania en la Unión Europea, las capacidades de defensa y asistencia financiera. El 26 de febrero, el presidente ya lanzó la petición de cerrar el debate sobre la entrada de Ucrania en la organización, algo que, según el presidente ucraniano, facilitaría el recibimiento de asistencia en el conflicto por parte de occidente.

Como reacción a las sanciones, Putin ha puesto en alerta sus fuerzas nucleares, considerándolas un acto agresivo hacia la federación. En varios discursos ha hecho alusión a al poder nuclear que la Rusia moderna posee, y finalmente ha declarado que el ministro de defensa y el jefe del estado mayor han sido ordenados a pasar de la política disuasoria a alerta máxima.

La advertencia va hacia cualquier país u organización que intente obstaculizar o amenazar a Rusia, con una respuesta inmediata que acarreará según el presidente a “las consecuencias más grandes de su historia”.  

La doctrina nuclear rusa sobre cuando, como y porqué se utilizará, aumentó su transparencia en junio de 2020. En la situación en la que nos encontramos, el artículo 4, el más polémico del documento oficial, entra en juego. Este apartado declara el arsenal nuclear ruso como medida de prevención o fin de hostilidades militares contra Rusia y sus aliados.

Según SIPRI en este, El Kremlin estableció la disuasión nuclear solo con estados individuales y coaliciones militares que consideren a Rusia como un adversario potencial y que esté en posesión de armas nucleares o de destrucción masiva. Considerando las actuales medidas de occidente, Putin amenaza con el uso de la fuerza nuclear, pudiendo hacer uso de este artículo para evitar que se siga castigando sus acciones, lo que llevaría a un escenario insostenible si finalmente hace uso de estas armas que posee.

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