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Inteligencia Artificial: tipos y legislación

Análisis

María José Cárdenas
María José Cárdenas
Abogada y consultora jurídica. Licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas en UCO. Máster en Asuntos Internacionales: Derecho, Economía y Política en ICADE. Actualmente Grado en Criminología y Máster en Ciberdelincuencia en UNIR.

La Unión Europea trata de adaptarse al crecimiento tecnológico que existe hoy en día. A principios de diciembre de 2023 la Eurocámara y los Estados miembros aprobaron un acuerdo sobre el texto de la primera normativa para regular la inteligencia artificial. Hablamos sobre la historia de la Inteligencia Artificial, sus tipos y su estatus legal.

En enero de 2021, el Parlamento Europeo dictó una resolución sobre inteligencia artificial en lo relativo a las cuestiones de interpretación y de aplicación del Derecho Internacional, donde la UE se viera afectada en los ámbitos de los usos civil y militar, así como de la autoridad del Estado fuera del ámbito de la justicia penal, teniendo en cuenta las guerras que se producen a nivel cibernético.

Desde entonces, el Parlamento, junto con la Comisión, trabajan en una propuesta para que Europa sea el centro mundial de una Inteligencia Artificial de confianza, enfocado en un marco ético-jurídico, en la responsabilidad por los daños que pueda causar la IA y en los derechos de propiedad intelectual.

¿Por qué es importante la Inteligencia Artificial? Pues bien, porque es la habilidad que tiene una máquina de presentar las mismas capacidades que un ser humano, así como adaptar su comportamiento, analizar los efectos que surjan de sus acciones y, así, poder trabajar de manera autónoma.

Breve historia de la Inteligencia Artificial

Alan Turing publicó en 1950 un artículo llamado “Computing machinery and intelligenceen la revista Mind, donde se preguntaba si las máquinas eran capaces de pensar por sí mismas, teorizando sobre el método para determinar si era así, tomando dicho método el Test de Turing.

Más adelante, en 1956, John McCarty, Marvin Misky y Claude Shannon fueron quienes nombraron dieron el término de Inteligencia Artificial y lo definieron como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.

Ya en 1997 se consiguió programar un supercomputador llamado Deep Blue de la empresa IBM, para que pudiera ganar al ajedrez al campeón mundial Gari Kasparov. La misma empresa, IBM, consigue en 2011 (ya han pasado muchos años de investigación) que otro supercomputador, esta vez llamado Watson, responda a distintas preguntas de todo tipo, cuya principal función es aprender a medida que va trabajando, acumulando información e interactuando con el lenguaje humano.

El siguiente hecho se produce con una IA al alcance de todo el mundo, y hablamos de Siri, la asistente virtual de Apple.

Desde entonces y hasta el día de hoy han surgido muchos asistentes virtuales y se ha investigado sobre ello, pero el incremento en el uso del IoT, sobre todo de los dispositivos controlados por voz, se estima que en 2024 la Inteligencia Artificial sea clave tanto en la economía como en nuestra vida.

Fuente: Parlamento Europeo

El Parlamento Europeo define los sistemas de Inteligencia Artificial como “todo sistema basado en programas informáticos o incorporado en dispositivos físicos que muestra un comportamiento que simula la inteligencia, entre otras cosas, mediante la recopilación y el tratamiento de datos, el análisis y la interpretación de su entorno y la adopción de medidas, con cierto grado de autonomía, para lograr objetivos específicos”.

Y Autónomo como “todo sistema de IA que funciona interpretando determinados datos de entrada y utilizando un conjunto de instrucciones predeterminadas, sin limitarse a ellas, a pesar de que el comportamiento del sistema esté limitado y orientado a cumplir el objetivo que se le haya asignado y otras decisiones pertinentes de diseño tomadas por su desarrollador”.

Tipos de IA

Según la Comisión Europea:

  • Software: asistentes virtuales, software de análisis de imágenes, motores de búsqueda, sistemas de reconocimiento de voz y rostro.
  • Inteligencia artificial integrada: robots, drones, vehículos autónomos, Internet de las Cosas.

Según el nivel de inteligencia incrustado (más aceptada)[1]:

  • Inteligencia Artificial Estrecha o Débil: Aquella que sólo se enfoca en una única tarea, es la que existe hoy en día, como son los asistentes virtuales, y utilizan el Procesamiento de Lenguaje Natural o PNL. También se usan para diagnosticar cánceres y otras enfermedades con mucha precisión.
  • Inteligencia Artificial General o Fuerte: Aquella que tiene las mismas capacidades que un humano, y a día de hoy todavía no se ha conseguido, ya que las funciones del cerebro humano son muy amplias y algunas desconocidas.
  • Superinteligencia Artificial: Es aquella más capaz que un ser humano, donde podrá desarrollarse en cualquier situación mejor que un humano medio, desde capacidades, como toma de decisiones o incluso en emociones.
Fuente: Fast2Ai

Actualidad de la IA

En el día de hoy, la IA se utiliza para realizar compras por internet, para realizar publicidad, búsquedas en webs, asistentes virtuales, traducciones automáticas, hay casas y ciudades inteligentes, incluso vehículos, y en el campo de la ciberseguridad es muy importante su uso, ya que pueden ayudar a reconocer y luchar contra los ciberataques y otras amenazas en línea basándose en los datos que reciben continuamente, reconociendo patrones e impidiendo los ataques.

Por ejemplo, durante la pandemia del COVID 19 se utilizó la IA para medir la temperatura de las personas en los aeropuertos a través de cámaras termográficas. También, en medicina, ha ayudado para reconocer infecciones en los pulmones mediante pruebas tomográficas computarizadas, así como rastrear la propagación de la enfermedad.

El pasado 21 de abril de 2022, Ibán García del Blanco, diputado del Parlamento Europeo, presentó un informe sobre Inteligencia Artificial para que sea usado como base en la futura normativa que tome la Unión Europea.

En este informe se declara que el desarrollo, despliegue y uso de la IA deben respetar la supervisión humana, así como permitir el control humano en cualquier momento. Considera la evaluación imparcial, regulada y externa de la IA cuando haya alto riesgo en el cumplimiento de los principios éticos. También sostiene que la IA debe desarrollarse de manera segura, rigurosa y de buena fe, que deben respetar la dignidad humana y garantizar la igualdad de trato.

Por otro lado, y muy importante, se solicita que toda la producción y uso de los datos personales y biométricos que resulten del desarrollo, despliegue y uso de la IA deben respetar los derechos de los ciudadanos a su privacidad y a la protección de sus datos personales.

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