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Cartel de los Soles: ¿el epicentro de poder en Venezuela?

Análisis

Roberto Mansilla Blanco
Roberto Mansilla Blanco
Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Con experiencia profesional en medios de comunicación en Venezuela y Galicia. Entre 2003 y 2020 fue analista e investigador del Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, IGADI (www.igadi.org). Actualmente colaborador en think tanks (esglobal) y medios digitales en España y América Latina. Redactor Jefe en medio Foro A Peneira-Novas do Eixo Atlántico (Editorial Novas do Eixo Atlántico, S.L) Actualmente cursa el Máster de Analista de Inteligencia en LISA Institute.

El Cartel de los Soles, una red en la que participan altos cargos del establishment de poder de Maduro, ha convertido a Venezuela en un territorio estratégico de actuación para las redes del narcotráfico. En este análisis, el analista geopolítico y alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, Roberto Mansilla, hace una radiografía del Cartel exponiendo su capacidad operativa, líderes principales y socios y rivales, tanto internos como externos.

El nuevo período presidencial 2025-2031 que dará comienzo en Venezuela a partir del próximo 10 de enero supone un nuevo capítulo dentro de la crisis política que vive el país sudamericano desde hace dos décadas y que actualmente se observa condicionado por la volatilidad, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre que dominan el panorama internacional. 

En el plano interno este nivel de incertidumbre se define por el pulso sobre la legitimidad presidencial tras los resultados de las elecciones presidenciales realizadas el pasado 28 de julio en Venezuela. La polarización política vuelve a manifestarse ante la indefinición de un ganador que genere consensos tanto a nivel interno como internacional.

En este contexto, el actual mandatario Nicolás Maduro acelera los preparativos para asumir un nuevo período presidencial amparado en el reconocimiento oficial de su victoria por parte de 40 países (entre ellos China, Rusia, Cuba e Irán). Sin embargo, aún buena parte de la comunidad internacional desconoce o bien evita pronunciarse aduciendo falta de transparencia electoral mientras se amplían las sanciones internacionales de algunos países contra miembros de su gobierno.

Desde su exilio en Madrid, donde se le ha otorgado asilo político, el candidato opositor Edmundo González Urrutia (hasta ahora reconocido como presidente legítimo por sólo siete países, entre ellos EEUU y Argentina, así como por los Parlamentos europeo, español y dominicano) asegura que volverá a Venezuela para hacer valer su victoria en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. 

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Más allá de la polarización política y la situación socioeconómica, de acuerdo a diversas ONGs y organismos nacionales e internacionales, la realidad del poder en Venezuela se observa igualmente determinada por la proliferación de mafias, organizaciones y bandas criminales, muchas de ellas aparentemente involucradas dentro de las principales estructuras de poder tanto a nivel militar como burocrático y empresarial o que, en su defecto, cuentan con el beneplácito operativo de las altas esferas del poder.

Toda vez el régimen de Maduro ha negado persistentemente su existencia, el más conocido de estos grupos es el denominado Cartel de los Soles, una red que involucraría principalmente a generales del Alto Mando Militar dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), los organismos de seguridad del Estado así como jueces y altos cargos del establishment de poder de Maduro. 

Diversas fuentes estiman que este cartel se lucra del narcotráfico, tráfico de armas, sobornos, blanqueo de capitales y contrabando, haciendo de Venezuela un territorio estratégico de actuación para las redes del narcotráfico. Más allá del contraste de informaciones sobre su existencia parece existir cierto consenso entre los expertos y analistas de la realidad venezolana sobre la influencia que este tipo de grupos de poder tendrá en el devenir del país y de sus permanentes crisis políticas.

El presente análisis se divide en dos apartados:

  • Exponer una radiografía del Cartel de los Soles, su capacidad operativa e identificar quiénes serían sus principales representantes y sus redes de conexión internas y externas, en clave de posibles socios y rivales.
  • Discernir hasta qué punto Venezuela se ha convertido en una especie de “narco-Estado” y cuáles serían las implicaciones para la seguridad hemisférica.

Una aproximación al Cartel de los Soles

La existencia del Cartel de los Soles genera todo tipo de especulaciones y contrastes de información sobre sus orígenes y capacidad operativa. 

El gobierno de Maduro siempre ha negado su existencia pero otras fuentes, de carácter independiente tanto internas como externas, afirman que la falta de transparencia informativa por parte del oficialismo y la discrecionalidad del Alto Mando de la FANB dentro de las estructura del “chavismo-madurismo” contribuyen a fomentar ese prisma de opacidad sobre su existencia y operatividad.

Algunas fuentes apuntan sus orígenes al año 1993, precediendo por tanto su existencia a la llegada a la presidencia de Hugo Chávez (1999). Sus componentes serían altos y bajos mandos dentro de las Fuerzas Armadas aparentemente inmersos en actividades criminales vinculados a redes internacionales, especialmente el tráfico de drogas

De acuerdo al portal InSight Crime, el término Cartel de los Soles se usó cuando dos generales de la entonces Guardia Nacional (hoy Guardia Nacional Bolivariana, GNB), siendo estos el jefe de la unidad antinarcóticos, Ramón Guillén Dávila y su sucesor Orlando Hernández Villegas, fueron investigados por narcotráfico y otros delitos conexos en su calidad de comandantes de brigada. Siguiendo con esta fuente, en un principio, los mandos militares participaban en actividades de soborno y de facilitación de las rutas del narcotráfico para los traficantes por el territorio nacional sin tener contacto directo con los productores, proveedores y el entramado logístico. 

El Cartel de los Soles no tiene una estructura de mando definida. No obstante, InSight Crime posee una lista de 123 altos funcionarios, activos y en retiro, que han participado en tráfico de cocaína. Las autoridades estadounidenses también tienen en sus manos una lista de altos mandos militares venezolanos involucrados en esas actividades, así como sus eventuales socios extranjeros.

Por otro lado, se identifica que el Cartel de los Soles es denominado de esta forma por la insignia que llevan colgada en sus trajes los generales venezolanos. El distintivo que los caracterizaba son dos soles como insignia en sus charreteras, especialmente en el caso de los Generales de División.

Se estima que el poder del Cartel de los Soles creció exponencialmente con la llegada de Chávez a la presidencia, particularmente tomando en cuenta el aumento de cuotas de poder político y económico para la recién creada FANB, amparada constitucionalmente en el marco de la concepción “cívico-militar” de la naciente Revolución Bolivariana, posteriormente “Socialismo del Siglo XXI”. La FANB y el entramado de seguridad estatal (PNB; SEBIN; GNB entre otros) han atado firmemente su operatividad e incluso supervivencia política a la continuidad en el poder del régimen “chavista-madurista”.

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Las actividades delictivas del Cartel de los Soles llegaron hasta la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, que confirmó en 2019 la existencia de este grupo. La acusación formal contra el Cartel de los Soles se produjo en 2020 en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Con el tiempo se fue ampliando la red de informaciones sobre la veracidad de existencia de este Cartel y de sus conexiones exteriores. Con todo, el Ministerio Público venezolano mantiene un notorio silencio sobre el inicio de una investigación en la ONU sobre este grupo delictivo.

¿Quién es quién dentro del Cartel de los Soles?

Vladimir Padrino López

Se le identifica como el cerebro director del Cartel de los Soles y su principal emisor de decisiones. Nombrado por Maduro como ministro de Defensa desde octubre de 2014 tras haber sido ascendido (julio de 2012) como segundo comandante del Ejército y jefe del Estado Mayor por parte del ex presidente Chávez y como General en Jefe (2013). Su longevidad en el cargo (diez años) le convierte en uno de los ministros de Defensa que más tiempo ha estado en funciones en toda la historia de Venezuela. 

El peso de Padrino dentro del estamento militar ha sido decisivo para garantizar la fidelidad de los mandos militares a Maduro así como para unificar los diversos grupos de poder existentes en el sector castrense.

La creación en 2016 de la empresa CAMIMPEG y su dirección en manos militares para explotar y distribuir petróleo así como el control del estratégico Arco Minero (estados Bolívar y Amazonas al sur de Venezuela) le otorgó tanto a Padrino como a la FANB un mayor poder político y económico. 

Cilia Flores

La oficialmente denominada como “Primera Dama Combatiente” y esposa del presidente Nicolás Maduro es una de las figuras más conocidas pero, a su vez, más discretas y misteriosas dentro del “chavismo-madurismo”. Con anterioridad ha ocupado altos cargos en el entramado de poder como presidenta de la Asamblea Nacional (2006-2011) y Procuradora General de la República (2012-2013) 

No se conoce con exactitud cuál sería su eventual rol dentro del Cartel de los Soles, pero su nombre ha estado vinculado con el escándalo de los “narcosobrinosEfraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, detenidos por la DEA en Haití (2015) por tráfico de drogas. Tras ser sentenciados por la justicia estadounidense, fueron liberados en 2022 tras un intercambio de prisioneros entre Washington y Caracas. Por otro lado, Cilia Flores es una de las figuras más visibles de un grupo de poder denominado “La Cúpula” que se nutre de actividades tanto lícitas como ilícitas.

Diosdado Cabello Rondón

Actualmente presidente del oficialista Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), Cabello es un ex militar que participó en la intentona de golpe de Estado liderada por Chávez en 1992. Ha ocupado altos cargos en las administraciones de Chávez y Maduro. Es una pieza de poder clave en el entramado de la FANB, la estructura burocrática del “chavismo-madurismo” y las nuevas elites económicas. En 2020Washington ofreció una recompensa por US$10 millones por información que lleve al arresto de Cabello, al que señalan de pertenecer al Cartel de los Soles.

Hugo Armando Carvajal Barrios, “Pollo Carvajal”

Mayor General del Ejército y director de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en dos períodos (2004-2011 y 2013-2014) Hugo Armando Carvajal Barrios, mejor conocido como “El Pollo” Carvajal, huyó de Venezuela en 2014 y fue extraditado en julio de 2023 desde España hacia EEUU para enfrentar cargos por narcotráfico. 

En 2021 la DEA aseguró la presencia del “Pollo” Carvajal en la génesis del Cartel de los Soles cuando, en 2005, el entonces presidente Chávez se reunió con sus principales lugartenientes y les ordenó que ayudarán a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a exportar cocaína.

Cliver Alcalá Cordones

Mayor General de la FANB en la que fue general de guarnición de plazas importantes (Maracay; Valencia) y comandante general de la Región de Defensa Integral en Guayana (REDI-Guayana). En 2011 la justicia estadounidense le acusó de presuntamente pertenecer al Cartel de los Soles. En 2019, Alcalá reconoció la legitimidad presidencial del entonces líder opositor Juan Guaidó, rompiendo su lealtad a Maduro

En 2020, Alcalá se entregó a las autoridades estadounidenses luego de que ofrecieran una recompensa de USD$ 10 millones por su captura. En 2023 le fueron retirados los cargos por narcotráfico toda vez se declaró culpable de delitos menores. En abril de 2024 fue sentenciado en EEUU a más de 21 años de prisión por suministrar armas a las FARC. Alcalá admitió que cuando era comandante militar, durante el gobierno de Chávez, evitó el arresto en Venezuela de miembros de la guerrilla de las FARC, entregándoles incluso material militar. 

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)

En este entramado del Cartel de los Soles, tanto el “Pollo” Carvajal como Alcalá Cordones han señalado a otro actor: la guerrilla colombiana de las FARC. Según la acusación estadounidense contra Carvajal, militares venezolanos de alto rango y civiles con importantes cargos dentro del poder Ejecutivo pertenecientes al Cartel de los Soles operan en conjunto con las FARC, para mover hacia EEUU hasta 250 toneladas de cocaína por año.

Destaca aquí los nombres de Seuxis Paucis Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”(dado por muerto en 2021), y Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, considerado durante muchos años como el “canciller”, una especie de ministro de Exteriores de las FARC con directas conexiones con los gobiernos de Chávez y Maduro.

Ejército de Liberación Nacional (ELN)

Un informe del Departamento de Estado de los EEUU (marzo de 2022), citando al Comando Sur establecido en el estado de Florida, describe a Venezuela “como una ruta de preferencia para el tráfico de drogas, amparada por la actuación de funcionarios del gobierno de Maduro que colaboraron con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para transportar cocaína a través de Venezuela”. Las revelaciones del “Pollo” Carvajal y de Alcalá Cordones también coinciden en señalar al ELN como un aliado del Cartel de los Solespara actividades de narcotráfico.

Otros actores

Independientemente de su presunta participación en este esquema operativo del Cartel de los Soles, salen a la luz otros altos cargos del “chavismo-madurismo”. Uno de ellos sería el ex ministro de Petróleo Tareck El Aissami, caído en desgracia en 2023 tras un escándalo de corrupción y considerado el eje vertebrador de la denominada Corporación siria, un entramado de corrupción, narcotráfico y manipulación judicial. También se considera destacables los narcotraficantes mexicanos Hermágoras González Polanco, mejor conocido como “Gordito González”, Daniel Barrera Barrera, alias “el Loco Barrera”, integrantes del cártel mexicano Los Zetas, y el contratista venezolano Samark López Bello, testaferro de El Aissami.

Redes del Cartel de los Soles dentro y fuera de Venezuela

De acuerdo al portal informativo Armando.infoel gobierno colombiano considera al Cartel de los Soles como una “amenaza activa” para su seguridad. El motivo principal serían sus alianzas con los grupos guerrilleros colombianos (FARC y ELN) y los cárteles de la droga mexicanos, en especial el Cártel de Sinaloa, el de Jalisco Nueva Generación así como el brasileño Primer Comando Capital (PCC).

En el caso de las guerrillas colombianas los contactos del Cartel de los Soles se identificaban con el Frente Acacio Medina (disidencia de las FARC), y con los frentes o divisiones del ELN Compañía Maisanta, José Daniel Pérez Carrero, Luis Enrique León Guerra y el 33, además del grupo delictivo Los Rastrojos.

Según señala la anterior fuente, la región colombiana de Catatumbo (al noroeste de este país en el departamento del Norte de Santander y fronterizo con el estado Zulia de Venezuela) se erige como uno de los tres ejes clave para la producción y distribución de drogas, moviendo “entre 250 y 350 toneladas de droga al año” y “generando ganancias de hasta US$ 5.900 millones al año”. 

Otros estados venezolanos como Bolívar (al sur del país) y Sucre (oriente) sirven también como plataformas logísticas de actividades delictivas hacia América del Sur y el Caribe. Otros departamentos colombianos fronterizos con Venezuela en las que opera el Cartel de los Soles en combinación con grupos guerrilleros son el Vichada, Guainía y Arauca.

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En el plano interno en Venezuela debe señalarse como una clave operativa estratégica la creación, a partir de 2008, de las Regiones de Defensa Integral (REDI) herramientas geográficas de poder bajo control estrictamente de la FANB. Esta especie de geopolítica de poder interna le ha permitido al Alto Mando militar establecer un control absoluto dentro del territorio nacional en lo referente no sólo a las operaciones militares de seguridad nacional sino también a aquellas vinculadas a actividades delictivas.

Volviendo a la fuente de Armando.info, existe un “consenso en que el ministro de Defensa, el subsecretario de Defensa, el jefe de las cuatro ramas de las fuerzas armadas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Guardia Nacional) y los comandantes de las ocho REDI estratégicas son pilares clave de la estructura del cártel». 

Si bien ha existido un pacto de operatividad con las guerrillas colombianas y algunos grupos delictivos tanto colombianos como venezolanos existen informaciones sobre ciertos grados de rivalidad por la disputa del control de redes de distribución de drogas y otras actividades delictivas entre el Cartel de los Soles y organizaciones criminales venezolanas de carácter transnacional, como es el caso del Tren de Aragua.

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¿Es Venezuela un “narco-Estado”?

La proliferación de evidencias tanto informativas como de acusaciones judiciales, principalmente desde el exterior, sobre el poder del Cartel de los Soles dejan en el tapete una interrogante ineludible a la hora de arrojar claves sobre el futuro del país. Esta interrogante tiene que ver con la perspectiva de analizar si Venezuela se ha convertido en un “narco-Estado” y cómo este hecho influye no sólo en el devenir del país sino de cara la seguridad hemisférica.

El portal InSight Crime enumera siete razones para considerar a Venezuela como un “narco-Estado”:

  • Penetración del crimen organizado en altos niveles de las instituciones del Estado;
  • Evidencias de cleptocracia;
  • Delegación de poderes estatales a actores irregulares e ilegales;
  • Crecimiento exponencial del crimen organizado en Venezuela;
  • Altos índices de violencia por parte de actores estatales y no estatales;
  • Exportación de la criminalidad;
  • Acusaciones internacionales generalizadas de conducta criminal.

De acuerdo al informe de la ONG Transparencia Venezuela, “el seguimiento a las economías ilícitas y de las organizaciones criminales en Venezuela, el análisis del entorno político y social en el que se desarrollan, la estimación del poder que detentan, así como la investigación sobre su capacidad de adaptación permiten corroborar la relación simbiótica que existe entre agentes delictivos e instituciones del Estado venezolano, una fase a la que se llega cuando la interdependencia del crimen organizado con el sistema político y económico es tal que las fronteras son tenues y los actores participan como una corporación política-burocrática-económica-criminal”.

Las informaciones que señalan al Cartel de los Soles como una red delictiva de narcotráfico dentro de las altas esferas del poder militar y burocrático del gobierno de Maduro (actuando prácticamente como un agente regulador de estas actividades). En este sentido, Venezuela comienza a emerger como un problema de seguridad a nivel hemisférico al eventualmente convertirse en el epicentro del tráfico de drogas, nutriendo redes de distribución hacia EEUU, el Caribe, América del Sur y central vía socios del narcotráfico en Colombia, Honduras, México y el Caribe. 

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Esta presunción ha dado a entender que Venezuela podría convertirse en una especie de “narco-Estado” similar a ejemplos a nivel internacional como es el caso de Guinea Bissau en África Occidental. De acuerdo a las cantidades incautadas y los precios finales de cada producto, el valor total de drogas que transita en Venezuela anualmente es de USD 4.919 millones. 

Por otro lado existe la perspectiva de que el narcotráfico y otras actividades delictivas, como el contrabando y la extracción ilegal de recursos naturales (Arco Minero), podrían establecer una especie de nuevo motor económico en Venezuela que amortice los efectos de la crisis económica, las sanciones internacionales y el declive de su otrora boyante industria petrolera, a pesar de ser el país con las mayores reservas de hidrocarburos en el hemisferio occidental.

Neutralizando o aminorando el efecto de las expropiaciones estatales frecuentes durante los últimos años del gobierno de Chávez (2007-2013), Maduro ha apostado por un estilo autoritario combinado con una mayor flexibilización económica, una especie de “perestroika” de liberalización de la economía de la que también se han beneficiado grupos ilícitos enraizados en las estructuras del poder además de la creación de una nueva casta oligarca (la denominada “boliburguesía”) beneficiada por estas políticas.

La adopción de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) a partir de 2014, siguiendo de alguna forma el modelo chino instaurado a partir de 1979 con las zonas económicas especiales, y la creación de las denominadas “Zonas de Paz” bajo control de la FANB han contribuido a fortalecer este nuevo esquema económico.

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Entre los años 2021 y 2023 las máximas autoridades de los cuerpos de seguridad y defensa de Venezuela han promocionado decenas de operativos contra organizaciones criminales que estarían detrás de varios, entre ellos, las economías ilícitas como el tráfico de drogas, combustible, armas y municiones, además de la explotación y el comercio ilegal del oro. El tráfico de drogas, especialmente de cocaína, ha cobrado mayor relevancia en Venezuela durante la última década.

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