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La hibridación del crimen organizado: tendencias y desafíos actuales

Análisis

Carmen Revilla
Carmen Revilla
Estudiante de último curso de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Embajadora de la Plataforma Junior Female Leaders donde, además, dirige el área de derechos humanos. Entusiasta de la geopolítica, el análisis de conflictos, el derecho internacional, y los movimientos sociales.

El crimen organizado o delincuencia organizada, según la Oficina de Droga y Crimen de las Naciones Unidas son aquellas redes delictivas organizadas y fluidas que hacen negocio con actividades ilegales. Además de gozar de un carácter internacional y anónimo, estos mercados ilegales pueden incluir una gran variedad de delitos como la trata de personas, el tráfico de drogas, mercancías ilícitas y armas, el robo a mano armada, falsificaciones y blanqueo de capitales. Es en la convergencia de estas actividades delictivas, junto a muchas otras, donde surge la «hibridación».

En los foros internacionales, el término «híbrido» se utiliza para el análisis de conflictos y amenazas a la seguridad. La hibridación se entiende como la inseguridad que combina características propias de, al menos, otras dos amenazas. Así, la hibridación del crimen organizado nace cuando un mismo grupo comienza a realizar múltiples actividades criminales con la misma o distinta naturaleza.

En la actualidad, el foco de la hibridación del crimen organizado recae en la concurrencia de las actividades propias de los grupos criminales con grupos rebeldes o terroristas, además de la expansión de ambos grupos hacia la delincuencia online.

Hibridación de terrorismo y crimen organizado

La hibridación entre terrorismo y crimen organizado es un fenómeno complejo que ha ido en aumento, representando una amenaza significativa para la seguridad internacional. A diferencia del crimen organizado, el terrorismo carece de definiciones y estrategias consensuadas a nivel global, lo que lo convierte en un tema polémico.

Aunque ambos grupos comparten una naturaleza delictiva, son sus objetivos los que los distinguen. Mientras que el crimen organizado busca beneficios económicos, el terrorismo persigue metas políticas. Tras atentados como los de París en 2015 y Bruselas en 2016, se ha observado una creciente convergencia entre terrorismo y crimen organizado, desdibujando las fronteras entre ellos.

Académicamente, se diferencian 4 tipos de confluencia entre ambos grupos:

  • Convergencia. Grupos terroristas participan en actividades delictivas para financiar sus operaciones.
  • Nexo. Cooperación entre ambos grupos, como intercambio de drogas por armas
  • Transformación. Se refiere al momento en el que las actividades del crimen organizado pasan a ser actividades terroristas y viceversa. Esto incluye situaciones en las que grupos terroristas minimizan su actividad terrorista y aumentan sus actividades delictivas, o en caso de que un grupo de crimen organizado comience a politizarse.
  • Continúa la delincuencia-terror. Relaciones fluidas entre grupos dependiendo del entorno y la naturaleza de su interacción.

Se han observado una gran variedad de tipologías de conducta delictiva asociadas con grupos terroristas. Tal y como detalla la Resolución 2195 (2014) del Consejo de Seguridad, los terroristas obtienen beneficios del tráfico de armas, personas, drogas, bienes culturales y propiedad intelectual, al igual que secuestros por rescate. Generalmente, los grupos terroristas se involucran en este tipo de actividades por tres razones: fondos, miedo y reclutamiento.

Es sobre todo en el reclutamiento cuando más puede converger el terrorismo y el crimen organizado, dado que muchos grupos terroristas como el Estado Islámico en Iraq y Levante (EIIL), más conocido como Daesh, reclutan a criminales y ex miembros de bandas del crimen organizado. 

La pandemia de la COVID-19 ha beneficiado tanto a los grupos terroristas como a los del crimen organizado, los cuales han tenido que buscar nuevas rutas y adaptarse a la hostilidad de las circunstancias. Esto ha resultado en que ambos grupos hayan expandido su espacio de actuación trasladándose a internet y las redes sociales. Las actuales redes comunicativas les ofrecen la capacidad de delinquir sin fronteras y bajo un sistema legislativo mucho menos desarrollado.

¿Qué es el crimen organizado online?

Para analizar esta problemática se debe hablar de ciberdelincuencia entendida como aquellas actividades delictivas realizadas con ayuda de redes de comunicaciones y sistemas de información electrónicos, o contra tales redes y sistemas. El cibercrimen o ciberdelito abarca desde el delito económico, como el fraude informático, el robo o la falsificación, hasta el computer hacking, el espionaje informático, el sabotaje, la extorsión informática, la piratería comercial, reclutamiento, y otros crímenes y actitudes que atenten contra la moralidad.

En lo que al cibercrimen organizado respecta, los grupos delictivos que participen en él pueden o no dedicarse exclusivamente a realizar sus actividades en el ciberespacio. Estos grupos pueden operar de manera parcial, única, o predominantemente en línea. Sin embargo, varios estudios e investigaciones han demostrado que para muchas de las actividades de cibercrimen organizado, la proximidad geográfica y los contactos fuera de internet siguen jugando un papel clave.

Otra de las verdaderas problemáticas que trae consigo la ciberdelincuencia es el capital virtual. La forma de pago predilecta en las transacciones de ciberdelitos y delitos ciberdependientes es la criptomoneda. Este activo virtual está basado en una red descentralizada que se distribuye en una gran cantidad de computadoras conocidas como «nodos».

Esta estructura descentralizada permite que las criptomonedas operen sin control de los países y autoridades centrales. Así, atraen a los delincuentes debido a su naturaleza pseudo anónima y estructura descentralizada. Los métodos tradicionales de rastreo de transacciones monetarias son ineficaces en este contexto, donde las actividades monetarias pueden ocultarse con relativa facilidad.

Casos actuales de hibridación del crimen organizado

En términos de convergencia de terrorismo y crimen organizado destaca la trata de mujeres yazidíes y menores por parte del Estado Islámico. Tras la toma de la región iraquí de Sinyar en agosto de 2014, la reconocida organización terrorista asesinó y esclavizó a la población yazidí, minoría étnico-religiosa autóctona de Irak. Así, el grupo terrorista desarrolló un gran mercado de esclavas sexuales y niños soldados. Según Amnistía Internacional, mas de 4.000 mujeres y niñas yazidíes han sido víctimas de trata.

El caso de las bandas criminales o BACRIM en Colombia también es un perfecto ejemplo de hibridación. Estos grupos no tienen un carácter paramilitar o político, pero su poder y expansión en el territorio colombiano sí que tienen fuertes repercusiones. Alejándose de los cárteles tradicionales, las BACRIM participan en una gran variedad de actividades delictivas, aparte del narcotráfico, como la trata, extorsión, o contrabando. Estos grupos se han armado hasta conseguir el control territorial de múltiples partes del país. Utilizan la violencia sistemáticamente con tal de asegurar el flujo de sus actividades. La nueva naturaleza de las circunstancias ha generado una nueva denominación para estos grupos, los cuales son reconocidos bajo el término «narcoparamilitares».

¿Cuál es el futuro del crimen organizado híbrido?

Con el avance de las nuevas tecnologías y, como consecuencia, el aumento de la interconectividad entre las personas es inevitable hasta los grupos criminales se encuentren más conectados que nunca. Si las actividades criminales convergen entre ellas es porque tienen un espacio para hacerlo. 

A nivel nacional, la hibridación se da en aquellas circunstancias donde el gobierno carece de poder estatal y se ve desprotegido ante los grupos del crimen organizado. Casos como el de Colombia o México demuestran hasta donde llega el desequilibrio de poderes en estas circunstancias. Importantes consultoras políticas han alertado sobre cómo las elecciones de junio de 2024 en México ya están siendo intervenidas por el crimen organizado mediante agresiones, financiación de campañas, imposición de candidaturas y la movilización o inhibición del voto.

En el ámbito internacional, el foco se encuentra en la persecución efectiva de estas actividades criminales. El carácter descentralizado y transnacional del crimen organizado híbrido lo convierte en una amenaza dependiente de la colaboración interestatal y la voluntad de los Estados para acabar con ella. Existen distintos organismos internacionales como la Interpol o la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Crimen (UNODC) que trabajan para acabar con estas amenazas. Sin embargo, siguen siendo instituciones dependientes de la cooperación entre Estados.

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