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Qué es la Fuerza Quds de Irán y cómo opera

Análisis

Rubén Asenjo
Rubén Asenjo
Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.

Descubre como la Fuerza Quds, unidad de élite de la Guardia Revolucionaria especializada en operaciones extraterritoriales, ejecuta operaciones encubiertas y extiende la influencia de Teherán a través de alianzas estratégicas proxy mediante la guerra asimétrica en todo Oriente Medio.

La Fuerza Quds de Irán representa una de las unidades militares más influyentes y temidas de Oriente Medio. Esta división especializada de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) ha sido el brazo ejecutor de la política exterior iraní durante más de cuatro décadas, operando en las sombras para expandir la influencia de Teherán más allá de sus fronteras. Su nombre significa «Jerusalén» en árabe y persa, y su ambición geopolítica pasa por la liberación de tierras musulmanas, especialmente Al-Quds, nombre árabe para Jerusalén.

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A diferencia de las fuerzas armadas convencionales, la Fuerza Quds se especializa en la llamada guerra asimétrica. Esto se refiere a las operaciones de inteligencia militar y el apoyo a actores no estatales en algunos países. Esta estrategia le ha permitido a Irán proyectar su poder regional sin enfrentarse directamente a adversarios más poderosos. Además, ha creado una red de aliados y milicias proxy que actúan según los intereses iraníes.

Origen e historia de la Fuerza Quds

La Fuerza Quds de Irán surgió como consecuencia directa de la Revolución Islámica de 1979, aunque su formalización como unidad específica ocurrió años después. Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica se establecieron el 5 de mayo de 1979 por orden del ayatolá Ruhollah Jomeini, con la misión inicial de proteger el nuevo sistema político islámico.

Durante la guerra Irán-Irak (1980-1988), la necesidad de operaciones especiales fuera del territorio nacional se hizo evidente. Por ello, según algunas fuentes, la Fuerza Quds se creó formalmente en 1990. Sin embargo, algunas referencias indican que su gestación comenzó durante la década de 1980. No obstante, la unidad nació con la misión específica de «liberar las tierras musulmanas» y exportar los ideales de la revolución islámica.

Primeras operaciones en Líbano y Afganistán

Las primeras operaciones significativas de la Fuerza Quds se desarrollaron en Líbano en 1982, durante la invasión israelí. Los miembros de esta unidad llegaron al país en el contexto de la guerra civil libanesa con el objetivo de capacitar a una resistencia islámica antiisraelí. Posteriormente, se convertiría en Hezbolá. Esta experiencia forjó a los mandos de la Guardia Revolucionaria en tácticas terroristas y desarrolló su capacidad para ejecutar operaciones de gran complejidad.

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En Afganistán, la Fuerza Quds también estableció tempranamente su presencia, aprovechando la proximidad geográfica y los vínculos religiosos con comunidades chiitas afganas. Durante la invasión soviética de Afganistán (1979-1989) y posteriormente durante la era de los talibanes, Irán mantuvo relaciones complejas con varios actores afganos. Esto le permitió utilizar su capacidad de influencia para proteger intereses estratégicos.

Estructura y cadena de mando

Dependencia directa del Líder Supremo

La Fuerza Quds opera bajo una estructura de comando única dentro del sistema militar iraní. A diferencia de otras unidades militares que dependen del Ministerio de Defensa o del presidente, esta división responde directamente al Líder Supremo de Irán, actualmente el ayatolá Ali Jamenei. Esta relación directa otorga a la Fuerza Quds una autonomía operacional excepcional y refleja su importancia estratégica en la política exterior iraní.

Esta cadena de mando directa permite que las operaciones de la Fuerza Quds de Irán se ejecuten con mayor rapidez y discreción. Así, se evitan las burocracias ministeriales tradicionales. De igual modo, el Líder Supremo puede autorizar operaciones sensibles sin pasar por canales diplomáticos convencionales. Esto resulta fundamental para el éxito de muchas de sus misiones encubiertas.

Tamaño y liderazgo histórico

La Fuerza Quds mantiene un tamaño relativamente pequeño pero altamente especializado, con estimaciones que oscilan entre 5.000 y 10.000 efectivos. Esta cifra modesta en comparación con ejércitos convencionales refleja su naturaleza de fuerza de élite, donde la calidad y especialización priman sobre la cantidad.

El liderazgo más emblemático de esta unidad fue el del general Qasem Soleimani. Él comandó la Fuerza Quds desde 1998 hasta su muerte en enero de 2020. Además, se convirtió en una figura legendaria tanto dentro como fuera de Irán, siendo considerado el arquitecto de la política exterior iraní en las últimas décadas. Su asesinato por parte de Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad marcó un punto de inflexión en las tensiones regionales.

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Tras la muerte de Soleimani, el general Ismail Ghaani asumió el liderazgo de la Fuerza Quds de Irán. Ghaani, quien anteriormente se desempeñaba como segundo al mando, continuó las políticas establecidas por su predecesor, aunque según analistas carecía del carisma y las conexiones internacionales que caracterizaron a Soleimani. No obstante, este sucesor fue asesinado por Israel el 13 de junio de 2025 en la operación León Creciente.

División en unidades especializadas

La Fuerza Quds se organiza en unidades especializadas que abordan diferentes aspectos de sus operaciones. Entre las más conocidas se encuentra la Unidad 700, una división logística encubierta responsable del contrabando de armas y equipos militares a los aliados iraníes. Esta unidad opera en estrecha coordinación con otras secciones, como la Unidad 190, formando una red integral para la distribución de armamento.

La Unidad 700 ha sido particularmente activa en el suministro de armas a Hezbolá en Líbano y diversas milicias en Siria. Su modus operandi incluye el uso de cobertura humanitaria para enmascarar operaciones de contrabando, como se evidenció tras el terremoto de 2023 en el norte de Siria, cuando supuestamente utilizó la entrega de ayuda humanitaria para introducir armas y personal militar.

Modus operandi y áreas de influencia

Apoyo a milicias proxy regionales

El modelo operativo de la Fuerza Quds se basa fundamentalmente en el apoyo a organizaciones aliadas o «milicias proxy» que actúan según los intereses iraníes. Esta estrategia permite a Irán proyectar su influencia regional sin exponer directamente a sus fuerzas armadas, manteniendo una «distancia diplomática».

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Entre los principales beneficiarios del apoyo de la Fuerza Quds de Irán se encuentran Hezbolá, en Líbano, considerado su aliado más importante y antiguo. También proporciona apoyo significativo a Hamás y la Yihad Islámica en Palestina, a los rebeldes hutíes en Yemen, y las Fuerzas de Movilización Popular (PMF) en Irak. Cada una de estas relaciones responde a objetivos geopolíticos específicos dentro de la estrategia regional iraní.

Guerra asimétrica como estrategia central

La guerra asimétrica constituye el núcleo de la doctrina operacional de la Fuerza Quds. Esta aproximación reconoce las limitaciones de Irán frente a adversarios tecnológicamente superiores como Estados Unidos e Israel, compensando estas desventajas a través de tácticas no convencionales. La guerra asimétrica incluye operaciones de inteligencia, sabotaje, entrenamiento de insurgentes y coordinación de ataques indirectos.

La formación y capacitación constituyen elementos centrales de esta estrategia. La Fuerza Quds opera campos de entrenamiento no solo en territorio iraní, sino también en países como Líbano y Sudán, donde instruye a combatientes de varias nacionalidades en técnicas de combate urbano, fabricación de explosivos improvisados y tácticas guerrilleras. Este modelo de «multiplicador de fuerza» permite que un número relativamente pequeño de instructores iraníes genere capacidades militares significativas en múltiples teatros de operaciones.

Rutas logísticas y transporte encubierto

Su capacidad logística representa uno de sus aspectos más sofisticados. La organización ha desarrollado redes complejas de transporte que incluyen rutas terrestres, marítimas y aéreas para el suministro de armamento y equipos a sus aliados. Estas operaciones requieren de coordinación con algunas empresas, muchas de las cuales han recibido sanciones internacionales por su participación en estas actividades.

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Las rutas marítimas han cobrado particular importancia debido al incremento de la vigilancia en rutas terrestres. La Fuerza Quds utiliza puertos como Beirut para facilitar la transferencia de armamento a Hezbolá, aprovechando las debilidades en los controles aduaneros y la influencia política de sus aliados. También se ha documentado el uso de cobertura comercial legítima para enmascarar envíos militares, incluyendo el uso de aerolíneas como Mahan Air para transportar equipos y personal militar.

Impacto regional

Rol en conflictos de Siria, Irak, Líbano y Yemen

Esta unidad militar ha desempeñado roles centrales en los principales conflictos de Oriente Medio durante las últimas décadas. En Siria, la unidad proporcionó apoyo esencial al régimen de Bashar al-Assad durante la guerra civil que comenzó en 2011. Los comandantes de la Fuerza Quds coordinaron no solo el apoyo logístico, sino también la presencia de milicias chiítas procedentes de diferentes países para combatir junto a las fuerzas gubernamentales sirias.

En Irak, la influencia de la Fuerza Quds se cristalizó a través de su apoyo a las Fuerzas de Movilización Popular (PMF), una organización paraguas que agrupa algunas facciones armadas, principalmente chiítas. Estas milicias jugaron un papel importante en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS), pero también han recibido críticas por promover la violencia sectaria y por su lealtad hacia Irán por encima del gobierno iraquí.

En Líbano, la Fuerza Quds mantiene su relación más antigua y desarrollada a través de Hezbolá. Esta organización se ha convertido en una fuerza militar que supera las capacidades del ejército libanés oficial, controlando efectivamente el sur del país y manteniendo un arsenal de misiles que representa una amenaza estratégica para Israel. En Yemen, el apoyo a los rebeldes hutíes ha permitido a Irán abrir un frente adicional contra Arabia Saudita y sus aliados.

Influencia dentro del «eje de resistencia»

El concepto del «eje de resistencia» representa la materialización de la estrategia regional de la Fuerza Quds. Esta alianza informal incluye a Irán, Siria (hasta la caída de Assad), Hezbolá, y algunos grupos palestinos, unidos por su oposición común a Israel y Estados Unidos. Durante más de una década, este eje logró reformular el balance estratégico en Oriente Medio.

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Sin embargo, diferentes eventos recientes han debilitado esta red de alianzas. Por ejemplo, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha privado a la Fuerza Quds de un aliado estratégico crucial, interrumpiendo las rutas logísticas hacia Hezbolá y reduciendo la presencia iraní en el Levante. Simultáneamente, la guerra entre Israel y Hezbolá ha provocado bajas significativas para la milicia libanesa, incluyendo la muerte de su líder Hassan Nasrallah en septiembre de 2024.

Debates y consideraciones internacionales

  • Designación como organización terrorista. Estados Unidos designó a toda la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), incluyendo la Fuerza Quds, como organización terrorista. A esta designación también se han sumado aliados estadounidenses como Baréin y Arabia Saudita. La Unión Europea, además, ha impuesto sanciones específicas contra unidades de la Fuerza Quds, incluyendo a la Unidad 700, citando su involucramiento en «actividades destinadas a desestabilizar otros países». Estas sanciones incluyen congelación de activos y restricciones en transacciones comerciales, buscando limitar la capacidad operacional de la organización.
  • Debate sobre su papel estratégico. El papel de la Fuerza Quds genera debates intensos. Sus defensores argumentan que la organización representa una respuesta racional a las amenazas percibidas por Irán, particularmente el aislamiento internacional y la presencia militar estadounidense en la región. Desde esta perspectiva, la guerra asimétrica practicada por la Fuerza Quds constituye una estrategia de supervivencia nacional. Sin embargo, los críticos creen que sus operaciones contribuyen a la inestabilidad de Oriente Medio. Además, argumentan que el apoyo a milicias proxy ha alimentado conflictos sectarios y ha impedido la consolidación de estados funcionales en países como Irak, Siria y Líbano.

Por todo ello, la Fuerza Quds supone un fenómeno único en las relaciones internacionales contemporáneas: una organización militar estatal que opera primariamente a través de actores no estatales para proyectar influencia regional. Desde su fundación, esta unidad de élite ha sido el instrumento principal de la política exterior iraní, utilizando la guerra asimétrica y el apoyo a milicias proxy para compensar las limitaciones materiales de Irán frente a adversarios más poderosos.

La evolución de la Fuerza Quds desde sus orígenes en la Revolución Islámica hasta convertirse en una red regional de influencia ilustra la adaptabilidad de las estrategias de poder en el sistema internacional moderno. Sin embargo, los desafíos actuales que enfrenta plantea que su modelo de influencia regional puede estar llegando a sus límites. La pérdida de aliados clave, el debilitamiento del «eje de resistencia» y el aumento de la presión internacional plantean interrogantes sobre la sostenibilidad de su estrategia a largo plazo.

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