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¿Cuál es la disputa sobre los Altos del Golán?

Análisis

David García Pesquera
David García Pesquera
Graduado en Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Sus principales intereses son la geopolítica, el análisis de conflictos y la seguridad internacional, especialmente en Europa del Este, Oriente Próximo y el Norte de África.

Aunque el término «Altos del Golán» pueda parecer técnico, su relevancia geopolítica en el actual contexto de Oriente Medio es innegable. Este enclave se ha convertido en un punto crítico en los conflictos árabe-israelíes y en la guerra que estalló tras los atentados del 7 de octubre. La situación en esta meseta, marcada tanto por tensiones históricas como por recientes ataques, influye directamente en el frente norte que Israel mantiene con Hezbolá. En este artículo, el alumni del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, David García Pesquera, profundiza en la historia, la importancia estratégica y el papel actual de los Altos del Golán en la geopolítica de la región.

Los Altos del Golán es el nombre que recibe la meseta situada en la frontera entre Israel, Siria, Líbano y Jordania. Se trata de un enclave de gran importancia geopolítica, ya que se encuentra en el epicentro de Oriente Medio. A lo largo del último siglo, su historia viene marcada por los conflictos árabe-israelíes de la zona y el foco de tensión que supone su control efectivo.

Además de su recorrido histórico y su importancia estratégica, es necesario establecer la posición que la zona sostiene durante la guerra actual. Una guerra que se ha desencadenado tras los atentados del 7 de octubre. Especialmente con su influencia en el frente norte que Israel mantiene con el Líbano y Hezbolá.

Historia de los Altos del Golán

Tras la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, con el fin del protectorado británico en Palestina, se abren los capítulos conflictivos árabe-israelís. En primer lugar, la llamada Guerra de Independencia según los judíos o Guerra Santa por Palestina desde la visión árabe. El conflicto tuvo lugar entre el propio 14 de mayo de 1948 y el 20 de julio de 1949 y su resultado fue la victoria de Israel y su asentamiento oficial como Estado soberano en el Mediterráneo oriental.

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Durante estos primeros años de conflicto, los Altos del Golán pertenecían a Siria, uno de los países que contribuyó a la ofensiva contra la creación del Estado de Israel (junto con Egipto, Arabia Saudí, Iraq, Yemen, Jordania y Líbano). Más adelante, nuevos enfrentamientos entre ambas partes vieron las fronteras de la región modificadas.

Durante la guerra de los Seis Días en 1967, conflicto en el que los sirios también participaron en el bloque ofensivo árabe, Israel vuelve a vencer y toma nuevos territorios, entre ellos los Altos del Golán. A partir de entonces, la «ocupación» israelí de los Altos del Golán hace efectiva la tensión en este enclave y las disputas que encarna, con vigilancia extrema por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, con el consecuente abandono de la práctica totalidad de la población siria árabe de la zona.

La guerra de 1967 se originó como respuesta a las acciones del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. Este exigió el retiro de la fuerza multinacional de la ONU de la península del Sinaí. Este hecho fue significativo, dado que dichas tropas habían sido desplegadas en 1956 durante la Guerra de Suez, un conflicto entre Egipto e Israel. Las represalias de Israel a las provocaciones de Nasser durante ese año fueron el catalizador para el estallido del conflicto.

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El ataque de Israel y su posterior victoria trajeron mayores cotas de poder tanto militar como territorial en la zona. Más adelante, se estableció una línea de armisticio en la zona con dicho terreno bajo control de las fuerzas israelíes. Sin embargo, la comunidad internacional no ha reconocido la soberanía hebrea sobre este enclave, algo extendible a la población mayoritariamente drusa que habitaba la zona.

Durante la Guerra de Yom Kipur, Siria intentó recuperar el territorio perdido en los Altos del Golán junto con Egipto. Aun así, una nueva victoria israelí impidió tal propósito. Desde entonces el dominio fue más claro, aunque no contara con un marco legal. En 1981, la Ley de Anexión establece unilateralmente la soberanía de Israel sobre estos territorios. Los territorios se incorpran a su Distrito Norte en su organización territorial. Todo ello, bajo la desaprobación de la comunidad internacional.

Ese mismo año, el Consejo de Seguridad realizó las siguientes afirmaciones:

  • «La decisión israelí de imponer sus leyes, su jurisdicción y su administración al territorio sirio ocupado de las Alturas del Golán, fue nula y sin valor y no tiene efecto alguno desde el punto de vista del derecho internacional, exige a Israel, la potencia ocupante, revoque su decisión de inmediato».
  • A ello se suma resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con motivo de la guerra de los Seis Días. Esta establece que los Altos del Golán forman parte de un «territorio ocupado» mientras que la defensa de Israel sostiene que se trata de un terreno en disputa.

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El reconocimiento del control israelí sobre los Altos del Golán ha sido nulo hasta que en 2019 Estados Unidos, bajo la administración Trump, reconoció su soberanía, tratándose de un nuevo capítulo en la amistad y alianza entre estos dos países que ya se sumó al reconocimiento de Jerusalén como capital del país. También constituye un impulso a Israel en su batalla por el poder regional contra su mayor enemigo en la zona, Irán.

La importancia estratégica de los Altos del Golán

Se trata de una meseta de apenas 1.800 kilómetros cuadrados cuya población se reduce a 39.000 habitantes, de los cuales 21.000 son descendientes de la población originaria de la región. Los drusos representan cerca de la mitad de la población, 19.000 habitantes, mientras que los judíos israelís ascienden a 16.500. La mayor parte de la población conserva la nacionalidad siria en rechazo a la israelí, quienes ejercen el control efectivo.

La extensión como hemos expuesto es escasa, apenas 71 kilómetros de norte a sur y 43 de este a oeste. Sin embargo, y pese a su pequeña extensión y escasa densidad de población, es un lugar clave para los marcos conflictivos en la zona.  El control de los Altos del Golán ofrece una ventaja estratégica dada su posición geográfica y su condición de meseta, la cual permite vigilar y ejercer un mayor control sobre las tierras más bajas de Israel próximas al mar Mediterráneo. 

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A su vez, al estar a apenas 30 kilómetros de la capital siria Damasco, la altitud de la meseta permite controlar las llanuras desérticas que se abren paso hacia Siria e Iraq, dos países enemigos de Israel. Por lo tanto, es un punto de control que a ambos lados actúa como posición elevada. Además, se trata de una tierra muy fértil para cultivos como la vid y cuenta con importantes reservas hídricas, fundamentales en una región tan seca.

Situación de este enclave en la guerra actual

El pasado 27 de julio de 2024, el poblado druso de Majdal Shams, situado en los Altos del Golán, sufrió un ataque terrorista. El impacto de un cohete lanzado por Hezbolá desde el Líbano que asesinó a 12 niños que se encontraban jugando al fútbol. Se trata de la zona norte del Golán, la más próxima al Líbano, donde las alarmas antiaéreas suenan con frecuencia desde el 7 de octubre de 2023.

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Dichos atentados desencadenaron una ofensiva sin precedentes de las fuerzas israelíes contra la Franja de Gaza con el propósito de destruir al grupo terrorista Hamás. Sin embargo, entre los miles de personas muertas en el conflicto hay numerosos civiles que se encuentran hacinados en la zona sin escapatoria. Todo ello, sumado a los rehenes israelíes que permanecen secuestrados por parte de Hamás. Esta es la situación en el frente sur. Pero, el norte de Israel también se enfrenta al terrorismo yihadista, en este caso de Hezbolá. Hezbolá es un actor clave a la hora de entender la situación de los Altos del Golán en la actualidad.

Si bien las autoridades de Israel controlan prácticamente la totalidad de la zona, sus directrices marcan el destino de la población y el transcurso en los pasos fronterizos. Milicias pro-iraníes se asientan en los límites orientales de la meseta, ya en territorio sirio. Al igual que los asentamientos de Hezbolá, que hacen frontera a escasos kilómetros en Líbano. En el contexto de guerra actual, estas milicias terroristas chiítas representan una amenaza para el estatus que Israel quiere preservar en la zona.

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Dentro de toda esta situación hay que recordar que Siria permanece en estado de guerra civil desde hace más de 13 años. Además de Líbano, que vive una grave crisis económica sumada a la inestabilidad social y religiosa. Los enfrentamientos con Israel no aparecen como un hecho histórico único. Ya se han disputado conflictos directos a tal magnitud, destacando la guerra entre ambos países durante el verano de 2006.

Si bien la población local que conserva su nacionalidad siria no ha supuesto un problema de seguridad para las Fuerzas de Defensa de Israel entendido como las intifadas vividas en Cisjordania, el recrudecimiento de la seguridad en el frente norte con el fuego cruzado con Hezbolá cambia el tablero geopolítico en la zona.

Por lo tanto, y de cara a un futuro, los Altos del Golán seguirán constituyendo una zona en disputa, ya sea porque el Derecho Internacional ha negado la soberanía de Israel sobre este territorio o por el transcurso de la guerra y el deseo de Siria de recuperar su control. Esta última pretensión puede manifestarse tanto a través del cambio de fronteras en posibles acuerdos de paz, cosa altamente improbable o como punto de apoyo a una ofensiva de las fuerzas chiítas que atacan la zona, tanto desde Líbano (Hezbolá) como desde Siria, todas ellas apoyadas por el régimen troncal del antisemitismo en Oriente Próximo, Irán.

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