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¿Qué papel juega Israel en la guerra de Ucrania?

Análisis

Selena Vázquez Rodríguez
Selena Vázquez Rodríguez
Analista Internacional en prácticas en LISA News. Estudiante de 4° de carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Le apasionan los asuntos sociales y la seguridad internacional. También los medios de comunicación por su vocación y responsabilidad de informar de manera objetiva a toda la población.

Desde el inicio del conflicto en Ucrania, la región de Oriente Medio, con Israel e Irán al frente, está sumida en convulsiones y diferencias. Las retóricas, por una parte, de suministrar apoyo a Rusia, pero por otra, de cuidar la integridad de la población civil en Ucrania, apuntalan a Israel como mediador del conflicto. Su posición, que ha sido parcialmente neutral, ha tomado otro camino tras el nuevo equipo de gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu.

El conflicto de Ucrania está poniendo en una encrucijada a varios Estados del panorama internacional. Las dinámicas internacionales provocan que las alianzas estratégicas entre las potencias sean atractivas para el desenlace de la guerra. La injerencia directa y activa podría aumentar el conflicto en espacio y tiempo.

Hasta la fecha, Israel ha mantenido una posición neutral y ha condenado la invasión rusa, en su apoyo a Ucrania. Aun así, su postura durante este tiempo ha permitido que el país hebreo siga manteniendo relaciones con Rusia, quién controla el espacio aéreo de Siria. Sin embargo, la vuelta de Benjamin Netanyahu como primer ministro, tras su victoria sobre las elecciones del pasado 1 de noviembre de 2022, podría cambiar los planes estratégicos de Israel en el conflicto. El 30 de enero de 2023, Netanyahu apuntó hacia la opción de suministrar apoyo militar a Ucrania y, además, servir como mediador del conflicto cuando la situación así lo requiera.

La influencia del papel de Israel en la región de Oriente Medio

A pesar de no presenciar la implicación directa de países u organismos internacionales en la guerra, sí que distinguimos cierto apoyo militar de potencias extranjeras, tanto al gobierno ruso como al ucraniano. Por su parte, Moscú amenaza con atacar a aquel que brinde apoyo a Kiev. Como consecuencia, ciertas potencias internacionales, así como algunas organizaciones regionales, han tomado partida y enfriado sus relaciones con Rusia, con el objetivo de fomentar un fuerte bloqueo económico y reconsiderar su ataque a Ucrania. 

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Varios países de la Organización del Tratado Atlántico Norte —OTAN— como Alemania, España o Marruecos han decidido además prestar armamento militar, a través de tanques o armas, a Ucrania. Además, la propia organización, aunque ha decidido no intervenir militarmente sí ha reforzado sus tropas en el este de Europa en países como Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia o Hungría.

Por otro lado, Rusia también está buscando apoyo en aliados como China, Turquía, Bielorrusia o la India, además de antiguas naciones exsoviéticas. No obstante, la derrota rusa en el frente de Járkov ha causado dudas en la narrativa de Putin que alejan a sus aliados, posicionándose con ambigüedad e incluso afirmando que la guerra debe concluir.

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Los esfuerzos de Rusia por conseguir aliados no acabarían ahí. El pasado mes de julio, el presidente ruso, Vladímir Putin, viajó a Teherán, capital de Irán, con el fin de fortalecer una alianza entre las dos potencias que, aunque aparentemente opuestas, están unidas por su rivalidad con Occidente. Bajo este pacto, el Estado persa estaría enviando drones a Rusia para el bombardeo de ciudades ucranianas.

Desde la entrada de Irán en la guerra de Ucrania, Israel no tiene un papel fácil y juega con varios frentes abiertos. Con la vuelta de Netanyahu como primer ministro y una coalición que mira a la extrema derecha, podría resultar en una contraposición a los ideales e intereses estadounidenses.

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Por un lado, Israel encontraría un fuerte apoyo en Putin, ya que además de actuar como moderador en la frontera sirio-israelí, un porcentaje considerable de la población judía de origen ruso vive en el país hebreo. Este hecho influencia mucho las políticas rusas a favor de Israel.

Por otro lado, Irán, enemigo regional de Israel, ha tenido influencia en ciertas crisis humanitarias y conflictos armados en el país hebreo. Para Israel es primordial acabar con el avance nuclear iraní para así asegurarse su estabilidad en la frontera. Además, Teherán apoya a numerosas milicias dentro de Siria y Palestina, como Hezbolá o Hamás, en contra de Israel. A cambio, Rusia permite a Israel actuar contra esas milicias en territorio sirio para estabilizar sus relaciones nororientales. 

Cabe destacar también los fuertes lazos culturales con Ucrania y la mayoría de las naciones exsoviéticas, que provocan que Israel no haya, todavía, dado el paso para intervenir directa y militarmente en el conflicto.

Estados Unidos y su injerencia en el conflicto

Por su parte, Estados Unidos ha prometido que no participará de forma directa en el conflicto. No obstante, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, ha asegurado que sus tropas no se desplegarán en ninguna zona del conflicto, pero sí que, en caso de ataque a uno de los miembros de la OTAN, la alianza entera responderá. 

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Si bien es cierto que los únicos actores involucrados directamente en la guerra son Rusia y Ucrania, las alianzas extranjeras son claves para su fin. Desde Kiev, se está presionando a distintas potencias para proporcionar ayuda humanitaria o armamento, entre otros. Estados Unidos es una de las potencias que más negociaciones está promoviendo para que el curso de la guerra sea acorde a sus intereses. Una de estas negociaciones incluye a Israel.

El Estado judío estaría trabajando mano a mano con el Gobierno de Joe Biden para proporcionar artillería a Ucrania. Aunque la primera respuesta de Israel fuera negarse a enviar sus misiles a Ucrania —por motivos de alianzas con Siria e Irán—, actualmente podría haber virado su estrategia.

Las alianzas entre Estados Unidos e Israel en el conflicto Rusia-Ucrania

Israel ha brindado apoyo humanitario a Ucrania a través de la entrega de ambulancias blindadas y sistemas de inteligencia de alerta de misiles y drones. Además, se ha mantenido constante en la postura de no suministrar armamento a las fuerzas ucranianas. Sin embargo, el armamento en territorio israelí pertenece a Estados Unidos, ya que, durante la guerra de Yom Kippur en 1973, la superpotencia norteamericana decidió almacenar su munición en caso de una nueva crisis emergente. De hecho, Israel habría utilizado ese armamento en distintas ocasiones durante la guerra del Líbano en 2006 y también en Gaza en 2014.

La negativa de Israel de suministrar armamento ha tensado relaciones con el gobierno de Volodímir Zelenski, que considera que toda ayuda es poca para combatir a las fuerzas rusas.

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Tras la decisión de Israel, el gobierno de Joe Biden ha mantenido importantes reuniones con el presidente israelí, Isaac Herzog y el primer ministro, Benjamin Netanyahu. Ambos se han puesto de acuerdo para coordinar sus fuerzas y mandar suministros y munición a Ucrania. 

Por su parte, Israel ha confirmado, con la colaboración de la inteligencia estadounidense, que los drones empleados por parte de Rusia son de origen iraní. Herzog, por su parte, ha insistido con frenar la amenaza militar de Irán en el conflicto en Ucrania. No obstante, Israel ha tomado un papel prevenido a la hora de hacer público su apoyo a Ucrania, sobre todo teniendo en cuenta la influencia rusa sobre Siria. 

Israel desmantela a Irán para frenar a Rusia

Durante la medianoche del sábado 28 de enero, Israel atacó, a través de drones, un edificio militar iraní situado en la ciudad de Isfahan, con el objetivo de destruir armamento y munición militar. Las fuerzas iraníes rápido determinaron que el ataque fue orquestado por drones israelíes. Tres fueron los drones que impactaron en las instalaciones iraníes siendo los tres neutralizados por la defensa propia de la base militar. 

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A pesar de que todavía se desconoce el objetivo real detrás de este ataque, todo apunta a que Israel estaría siguiendo una estrategia para atacar a la vez a Rusia y a Irán, sin dañar sus relaciones con Siria ni entrar en un conflicto armado.

¿Qué camino tomará Israel?

Irán culpa a Israel por el ataque con drones a sus instalaciones militares y advierte de que responderá a esos ataques para defender su integridad y seguridad nacional. Por su parte, Rusia también condena los ataques por parte de Israel al igual que cualquier instigación que intente desestabilizar a Irán y a Oriente Medio. En cambio, Estados Unidos no se ha pronunciado al respecto sobre el ataque, ni atribuye su autoría a ningún sujeto, aunque el Pentágono niega que EE.UU haya estado implicado.

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Aun así, Israel debe tomar una postura más firme de cara al conflicto ruso-ucraniano y sopesar qué bando es el que quiere apoyar. Las presiones estadounidense son cada vez son mayores para que Israel tome un carácter activo en el conflicto, proporcionando armamento militar a Ucrania. Si bien es cierto que la situación de Israel es complicada, ya que no solo estaríamos hablando de frentes militares abiertos con Irán y Siria, sino que también se estaría poniendo en peligro a la comunidad judía con residencia en Rusia.

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Todo apunta a que pese las declaraciones del nuevo gobierno de extrema derecha, Israel optará por mediar entre Ucrania y Rusia, asegurando así su seguridad nacional y la seguridad de su comunidad fuera del territorio israelí. Además, la presión de Estados Unidos influirá también en las futuras decisiones del país hebreo.

Editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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