El actual conflicto ucraniano está poniendo a prueba décadas de teoría militar en práctica. Lejos de caer en la subjetividad de uno y otro bando, los Estados y sus ejércitos deberían mirar por los aciertos y errores cometidos en la guerra.
La guerra en Ucrania ha sido el primer conflicto de alta intensidad entre dos Estados en suelo europeo desde el fin de la segunda guerra mundial. Las características de este conflicto están sirviendo para poner a prueba doctrinas y conceptos que nunca se habían aplicado en un conflicto armado. Es por ello una fuente única de información que permite rediseñar conceptos y mejorar las capacidades y doctrinas de los países a fin de evitar errores cometidos por los bandos en el conflicto.
El ejército ruso, considerado uno de los más grandes y con mayores capacidades ofensivas del mundo, se ha enfrentado a un ejército ucraniano que desde 2014 ha llevado a cabo una reforma de sus fuerzas armadas con una tendencia a la doctrina OTAN.
El conflicto ucraniano es el primero en el que se entremezclan diferentes conceptos antiguos (trincheras y fortificaciones, superioridad área o economía de guerra, etc.) con conceptos más recientes como el de la guerra electrónica (EW), uso masivo de drones y misiles balísticos o la ciberguerra.
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La intensidad de los combates hace vislumbrar una serie de lecciones que deben ser aprendidas por los ejércitos a fin de estar preparados y que no supongan una debilidad en caso de conflicto.
5 lecciones aprendidas del conflicto en Ucrania
Industria militar potente (o aliados que la tengan)
La primera lección que se puede extraer del conflicto en Ucrania es la necesaria capacidad de un Estado de producir y mantener su industria militar de municiones, o bien que tenga socios fiables que tengan dicha capacidad.
Durante la ofensiva del Donbás por parte de Rusia este verano, la superioridad en el dominio de fuegos de artillería permitió al ejército ruso la toma de Sievierodonetsk y Lisychansk. Al día, la cantidad de proyectiles lanzados por Rusia era de 20.000 proyectiles diarios, llegando a alcanzar la cifra de 32.000, mientras que Ucrania no alcanzaba los 6.000 proyectiles diarios.
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Hasta la llegada de los HIMARS americanos al conflicto y sus efectos en los suministros rusos, la superioridad de fuegos ruso le permitió mantener una ofensiva con éxitos. Esto implica la obligada necesidad de que los ejércitos cuenten con un alto número de reservas de municiones o bien una industria que le sea capaz de suministrar una elevada cantidad de estas.
Tecnología e Inteligencia Humana (HUMINT)
La segunda lección radica en que los nuevos sistemas de armas balísticos y guía por satélite impiden la existencia de un punto 100% seguro en el territorio. Si algo ha quedado claro en el conflicto de Ucrania es que pese a la existencia de defensas antiaéreas, ambos bandos han sido capaces de atacar en profundidad el territorio enemigo, causando daños y bajas en zonas que antes se consideraban seguras. Esto se debe a la mejora de la tecnología de guiado de los misiles y la capacidad de los satélites de detectar puntos neurálgicos.
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Con relación al punto anterior es importante reseñar el papel del agente HUMINT. Las nuevas tecnologías permiten que el agente HUMINT no requiera de un elevado entrenamiento al poseer de una serie de herramientas de uso diario para informar de movimientos enemigos.
En el conflicto ucraniano se ha puesto de relieve que la población civil invadida ha aportado una información muy valiosa a los centros de mando que permite una mejor toma de decisiones y uso de fuegos.
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Fuerza militar activa: ejércitos especializados y reservistas
La siguiente lección está relacionada con el valor que tienen el personal especializado y la necesidad de contar con reservistas desplegables en un periodo corto de tiempo. Con respecto al personal especializado, los países deben fomentar que el personal especializado se mantenga dentro del ejército ante la dificultad, coste y tiempo que requiere su entrenamiento.
Actualmente, ambos ejércitos han sufrido las consecuencias de las pérdidas de personal especializado en transmisiones, artillería antiaérea y diferentes puestos que requieren de un entrenamiento más extenso. El valor humano sigue siendo actualmente uno de los principales puntos de un ejército moderno y cuidar y mantener a su personal debería ser uno de los puntos principales.
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Por otro lado, debido a los elevados costes que implican los grandes ejércitos y la imposibilidad de muchos países de mantener los mismos, disponer de fuerzas reservistas con entrenamiento y una rápida disponibilidad es fundamental.
Los ejércitos deberían contar con una fuerza militar activa lo suficientemente alta como para mantenerse en un conflicto de alta intensidad hasta la movilización de los reservistas. El actual ejército ucraniano está conformado por miles de reservistas que tuvieron no solo entrenamiento sino también experiencia previa en el Donbás aportando un valor muy alto en el actual conflicto.
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La resistencia inicial del ejército ucraniano permitió la movilización de estos reservistas, produciendo un fortalecimiento de este que se ha traducido en las ofensivas ucranianas de septiembre, octubre y noviembre.
Capacidad aérea y uso de drones
La guerra está adquiriendo un bajo coste en relación con algunos sistemas. La economía es crucial en todo conflicto armado, la relación balance de costes en algunos sectores dificulta no solo la actuación sino su rentabilidad.
Claro ejemplo de ello son sistemas como los MANPADS capaces de derribar aviones y helicópteros. El uso de sistemas antiaéreos avanzados en Ucrania está obligando a los pilotos a volar baja cota, facilitando que estos sistemas portátiles tengan más oportunidades de acertar. También los sistemas antitanque portátiles y ATGMS están ofreciendo también una alta rentabilidad con respecto a los blancos que son capaces de destruir.
Pero, sin lugar a duda, el sistema que más resultados está obteniendo en relación coste-beneficio son los UAV en todas sus variantes. Los drones están adquiriendo un papel fundamental en el conflicto ucraniano, desde los bombardeos por parte de drones suicidas iraníes sobre ciudades ucranianas, hasta el uso de drones comerciales por parte unidades de infantería con misiones de reconocimiento y guía de disparo. El problema principal radica en que su derribo por parte de sistemas antiaéreos o cazas no asume los costes de riesgos y económicos.
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Gestión de la información
Por último, el planeamiento y conducción a nivel operacional está asumiendo un papel clave en los conflictos armados. Los centros de mando y control tienen la difícil tarea de asumir un elevado grado de información entrante y saliente, combinar el uso de fuegos de las diferentes ramas de un ejército y reajustar las operaciones en caso de que sea necesario.
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Los fallos de planeamiento y conducción, la baja flexibilidad del mando y la mala gestión de fuegos rusos al inicio de la invasión fueron claves para que el ejército ucraniano pudiera rechazar la ofensiva sobre Kiev. Los ejércitos modernos con diferentes ramas deberían centrar sus esfuerzos en centros de control y mando conjuntos, así como organigramas de gestión de la información más eficaces que permitan una mejor visión vertical de la situación en el campo de batalla.
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El actual conflicto ucraniano está poniendo a prueba décadas de teoría militar en práctica, lejos de caer en la subjetividad de uno y otro bando, los Estados y sus ejércitos deberían mirar por los aciertos y errores cometidos por estos en la guerra.
Por desgracia los conflictos humanos siguen acompañando al hombre y la posibilidad de sufrir una agresión ilícita por parte de otro actor internacional sigue presente, preparar a las fuerzas armadas consigue un papel de disuasión que en muchos casos ha conseguido evitar conflictos armados.