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¿Qué leyes gobiernan el espacio?

Análisis

Nerea de Pedro Baena
Nerea de Pedro Baena
Manager de LISA Comunidad. Periodista especializada en política social, comunicación psicológica y salud mental.

En los últimos años, y sobre todo desde 2021, los avances tecnológicos y científicos han permitido hablar del comienzo de una segunda carrera espacial. Sin embargo, ahora no se trata de una competición entre dos potencias, sino que más países han desarrollado la capacidad suficiente como para participar en la lucha por el espacio. En este artículo te explicamos qué leyes están vigentes en el espacio, qué países deben acogerse a ellas y hasta que punto las empresas privadas pueden explorar los cuerpos celestes.

¿Qué leyes gobiernan el espacio?

A partir de 1957, y a raíz del comienzo de la carrera espacial, surgió la necesidad de regular legislativamente el uso y las misiones que los países llevaban a cabo en el espacio. Las dos potencias principalmente implicadas, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, comenzaron a desarrollar un régimen jurídico internacional aplicable al sector espacial. El papel de La Organización de las Naciones Unidas fue clave en el desarrollo de este marco legal, hoy conocido como Derecho del espacio ultraterrestre.

Inicialmente, se aprobaron algunas resoluciones a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas que hacían referencia a las misiones de exploración y explotación del espacio que se estaban llevando a cabo. Con el paso de los años y un avance de la capacidad espacial del resto de países, estas resoluciones se desarrollaron en tratados internacionales.

En la actualidad el Derecho del Espacio está constituido por cinco tratados principales y otros documentos internacionales. Estos cinco convenios son:

El Tratado del Espacio de 1967

Cuando se hace referencia a las leyes que regulan el espacio, uno de los Tratados más importantes por la cantidad de países que participan es El Tratado del espacio de 1967. Hasta la fecha, 133 países han firmado el tratado, de los cuales, 110 lo han ratificado. El punto clave alrededor del cual gira todo el acuerdo es el aprovechamiento del espacio ultraterrestre para el bien común.

Entre sus artículos, el Tratado estipula que todas las actividades que se lleven a cabo en el espacio deben buscar el beneficio de todos los países. En este sentido, se destaca que debe realizarse sin importar su capacidad económica o científica, y fomentando la cooperación, paz, seguridad y comprensión. Es decir, todos los países adheridos deben tener acceso a cualquier misión o investigación que se desarrolle en el mismo y se comprometen a no colocar armas nucleares o de destrucción masiva en órbita.

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En cuanto a la propiedad del espacio y cuerpos satelitales, ni el espacio ni ningún cuerpo celeste puede ser propiedad de un país o institución. De la misma forma, según estipula el tratado, los astronautas que viajen fuera de nuestro planeta Celestes serán considerados enviados de la humanidad, por lo que todas las actividades que lleven a cabo deberán compartirse con todos los países firmantes.

No obstante, cada Estado es responsable de las acciones que lleve a cabo en el espacio ultraterrestre y debe responder por ellas. El acuerdo reconoce además que los objetos enviados al espacio sí pertenecen a los países u organismos que los hayan enviado.

Leyes del Espacio: ¿Podría privatizarse el espacio?

En los últimos años, han surgido empresas privadas como Space X, Blue Origin, Virgin Galactic, Space Adventur u Orion Span que han intentado participar en la carrera espacial e incluso obtener beneficio económico de la realización de viajes espaciales. Sin embargo, ¿permiten las leyes del espacio que compañías privadas accedan y se beneficien de la materia prima ultraterrestre?

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Como dejan claro todos los tratados aprobados respecto al espacio, ningún Estado puede reclamar la soberanía de la materia o cuerpos espaciales y todas las actividades que se lleven a cabo en el entorno deben buscar el desarrollo de todos los países.

No obstante, como establece el Tratado del Espacio de 1967, los países e instituciones sí ejercen su control y jurisdicción sobre los objetos enviados al espacio. Esto permite a empresas privadas realizar vuelos espaciales dentro del marco legal, siempre y cuando se registren previamente.

Además, en los últimos años, agencias espaciales como la NASA han recurrido a los recursos de empresas privadas como Space X. La existencia de compañías espaciales de inversión privada ha permitido a la NASA contratar sus servicios para misiones de lanzamiento en numerosas ocasiones.

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¿Y la Luna?

Dentro del Derecho Espacial existe un acuerdo ratificado por tan solo 17 países, entre los cuales no se encuentran las potencias con mayor capacidad espacial. Se trata del Tratado de la Luna, que establece que las actividades que se lleven a cabo en el satélite deben basarse también en los principios del Derecho internacional. Además, en el artículo 11, se constituye que los recursos lunares son patrimonio común de la humanidad y no pueden ser apropiados.

No es casualidad que empresas privadas, como las antes mencionadas, hayan centrado su actividad mayoritariamente en la Luna, aprovechando que no se encuentran bajo esta regulación jurídica. Space X anunció hace algunos años su intención de realizar viajes privados a la Luna, lo que conllevaría la explotación comercial del satélite.

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En 2020, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva por la que fortalecía la intención de Estados Unidos y las empresas espaciales del país de explotar los recursos del espacio. En esta Executive Order del 6 de abril de 2020, Trump subrayó el compromiso de EEUU con el Tratado del espacio de 1967, pero afirmó que no conciben el espacio como un bien común global.

No solo Estados Unidos está participando en la carrera por volver a la Luna. Desde hace algunos años, China se ha convertido en el máximo competidor de la potencia estadounidense. Como ya te contamos en LISA News, la posibilidad de una base lunar china parece cada vez más real. También, Rusia o Emiratos Árabes Unidos han acelerado el desarrollo de tecnología que les permita investigar el espacio.

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