La construcción de la Gran Presa del Renacimiento pone en relieve las dinámicas geopolíticas del agua del río Nilo entre Egipto, Etiopía y Sudán del Sur. La afluencia, como un activo económico prioritario y fuente de ingreso vital para el turismo, podría mermar los recursos hídricos de toda una región.
El desarrollo de un país puede medirse por estar influenciado por numerosos factores a su vez y progresar de diferente manera en todos ellos. En el caso de Egipto, su progreso no se entendería sin el río Nilo y su hegemonía sobre sus aguas. Sin embargo, los países río arriba también buscan su desarrollo y recientemente han puesto en jaque este dominio. Por lo tanto, nos planteamos las siguientes preguntas: ¿Qué grado de importancia tiene el Nilo para la economía egipcia? ¿Cómo afecta la construcción de la Presa del Renacimiento a la política de recursos hídricos del Nilo?
La importancia estratégica del Nilo para Egipto
Egipto es un país en el norte de África con gran importancia estratégica, no solo por el Canal de Suez a su paso, sino también por su crecimiento económico y potencial de avance. El país cuenta con aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, además de 102 millones de habitantes, con un crecimiento exponencial de la población.
En cuanto a volumen de PIB, es la economía número 33 del mundo. Pese a los constantes problemas sociales y políticos, la economía es competitiva. Se pueden permitir interferir en los mercados internacionales y condicionarlos en su favor, ofreciendo productos a un menor precio, derivados de salarios muy bajos a sus trabajadores.
Te puede interesar: Los petroestados y la maldición de los recursos.
Pese a ser un país mayoritariamente desértico, la pujanza de Egipto no se entendería sin el río Nilo, que resume la vida de los egipcios. Es la seña de vida, su columna vertebral y su fuente de desarrollo, desde los comienzos de la civilización egipcia hasta la actualidad.
Gracias al río Nilo, los egipcios levantaron una de las mayores civilizaciones de la historia de la humanidad. En el Antiguo Egipto, jugó un papel fundamental en la cultura faraónica. Se le veneraba para que la crecida se diera en el momento más idóneo y seguir aportando agua y alimentos a la población. Además, era considerado sagrado.
Actualmente, el 96% del consumo de agua en Egipto depende del río Nilo y, todos los principales centros turísticos del país están cerca de sus orillas. El afluente divide al país en dos, siendo sus orillas junto con el delta del Nilo, donde vive el 98% de la población. La densidad de población es muy alta en estas zonas; fértiles y de cultivo.
La política hídrica del Nilo
El Nilo es, junto con el Amazonas, el río más largo del mundo, con alrededor de 6.700 kilómetros. Aun así, el río y su cuenca hidrográfica se extienden por otros diez países: Sudán, Sudán del sur, Etiopía, Uganda, Eritrea, Ruanda, Burundi, Tanzania, República Democrática del Congo y Kenia.
Tiene dos afluentes principales: el Nilo Azul y el Nilo Blanco. El Nilo Blanco proviene del sur y atraviesa todos los países anteriormente mencionados, excepto Egipto, Eritrea y Etiopía. Por su parte, el Nilo Azul nace en Etiopía y forma parte del 86% del agua proveniente de este país, junto con el río Atbara. Ambos afluentes confluyen en Sudán, concretamente en su capital, Jartum.
Te puede interesar: El Ártico, un escenario geopolítico emergente
El crecimiento demográfico de los países de su cuenca hidrográfica, sumado a los objetivos de desarrollo económico y agrícola, han aumentado la explotación de este río. En la antigüedad, la civilización egipcia se asentó en el final del curso del río, que eran las zonas navegables, y durante la época colonial, han disfrutado de acuerdos para acceder a un volumen considerable del caudal.
Esta idea ha permanecido en los tiempos recientes, dándose una actitud escéptica o impasible de los países del sur ante el dominio egipcio, sin reclamar los recursos de este. Sin embargo, proyectos como el de la Gran Presa del Renacimiento han puesto en jaque la hegemonía de El Cairo sobre los recursos del mismo. Además, han abierto un contendiente entre los tres actores implicados: Egipto, Sudán y Etiopía.
Te puede interesar: masterclass conflictos geopolíticos
La visión del Nilo desde Egipto, Etiopía y Sudán
La Gran Presa del Renacimiento Etíope comenzó su construcción en 2011, y se alza sobre el río Nilo como un punto de choque importante en el noreste de África. Está situada en Etiopía, cercana a la frontera con Sudán, al curso del Nilo Azul.
Tiene capacidad para almacenar 74.000 millones de metros cúbicos de agua y a su vez crear una planta hidroeléctrica que produzca hasta 6.000 megavatios. Forma parte de un plan ambicioso de Etiopía de modernización de su economía, como parte de un proceso de industrialización, centrándose en la explotación y exploración de los recursos hidráulicos.
Visión del Nilo desde Egipto
Ante esto, la posición de Egipto ha sido contraria a cualquier proyecto que afectara al caudal del río, ya que temen que la presa reduzca el caudal de agua dulce a su disposición. Siempre han desarrollado amenazas militares, diplomáticas y económicas para preservar su hegemonía directa sobre la gestión de las aguas del Nilo.
Es Etiopía la que se muestra como un competidor que hace frente a la tradicional hegemonía egipcia y escepticismo de los países norteños. Existe un gran poder de negociación por parte de Etiopía, ya que como se ha expuesto antes, las aguas del Nilo dependen en gran medida de los ríos provenientes de este país.
Esta falta de entendimiento entre Egipto y Etiopía resulta muy peligrosa y podría generar un conflicto entre el segundo y tercer país más poblados de África. En 1979, el expresidente egipcio, Anwar el-Sadat expuso que “lo único que podría llevar a Egipto otra vez a la guerra es el agua”.
Te puede interesar: ¿Existe relación entre el cambio climático y los conflictos armados?
La estrategia de Egipto también ha suscitado la utilización de argumentos climáticos para defender sus intereses. Precisamente durante la COP27 se puso el asunto de la Gran Presa del Renacimiento en el eje del debate. El Cairo considera que esta cumbre internacional es un escenario ideal para construir una narrativa en torno a la presa basada en la amenaza climática mundial. De esta forma, se busca dar un golpe diplomático a todos niveles y contener a Etiopía en su estrategia unilateral.
Visión del Nilo desde Etiopía
Pese a que la decisión de construir la presa sea unilateral por la parte etíope, también hay cuestionamientos internos que parten de realidades existentes en el país. La presa está siendo construida por una empresa italiana, comisionada por parte del gobierno etíope, a través de un proceso opaco antes incluso de la presentación del proyecto.
A su vez, el coste total del proyecto es de 5.000 millones de dólares. Contando con que hay una gran dificultad para encontrar financiadores, el capital chino constituye el 30% mientras que el gobierno de Etiopía ha tenido que invertir la mayor parte del dinero. Incluso se han solicitado donativos voluntarios a los funcionarios, suponiendo en algunos casos todo su jornal mensual.
Te puede interesar: Diez años después, ¿primavera o invierno árabe?
Precisamente esto es el mayor motivo de polémica interna. Al mismo tiempo que Etiopía realiza este proyecto, algunos etíopes sufren una terrible hambruna. La sociedad demanda una mayor implicación en las decisiones políticas y un modelo de crecimiento económico. La región de Oromía, es un claro ejemplo de inestabilidad y conflictos internos.
Precisamente por ello, el gobierno de Etiopía quiere romper con la imagen de pobreza que arrastra, además de aportar a su población un recurso fundamental como la electricidad a través de una planta hidroeléctrica que produzca hasta 6.000 megavatios.
Visión del Nilo desde Sudán
El tercer actor implicado es Sudán. El país ha experimentado conflictos en su territorio por el agua, especialmente lo relativo a la independencia de Sudán del Sur, que posee tierras más verdes y fértiles. Tras la falta de acuerdos sobre la presa y en torno al futuro del Nilo, el ministro de Irrigación sudanés, Yaser Abbas, resaltó que los datos del gobierno acerca de la presa son más precisos que los que ha presentado el primer ministro etíope, Abiy Ahmed. Jartum apuesta por negociaciones más serias y en el marco de respetar los derechos de todas las partes.
Te puede interesar: Por qué la ONU debe renovar el embargo de armas en Sudán del Sur
¿Hay posibilidad de acuerdo sobre el Nilo?
Todo acuerdo va a generar cesiones en la explotación de los recursos de las aguas del Nilo. Sin embargo, si el camino emprendido por Egipto no prospera, lo más certero sería lograr un gran acuerdo. Asumiendo así que los países río arriba han modificado sus ambiciones económicas en favor de una mayor industrialización.
Egipto vive del Nilo y nunca se había sentido tan amenazada su competencia sobre el mismo. Por lo tanto, su visión sesgada del debate se basa en sus expectativas de crecimiento económico muy elevadas. Pese a que los recursos hídricos son escasos y pueden perjudicar a la economía, mucho más perjudicial sería un conflicto con los países río arriba, en concreto con Etiopía.