La geopolítica influye decisivamente en la actividad de las empresas en un mundo globalizado como el actual. La invasión de Putin a Ucrania es solo un ejemplo que manifiesta cómo la gestión de riesgos geopolíticos debe ser una parte integral de un plan de empresa.
En un mundo global como el que vivimos, la geopolítica representa un riesgo para los países, empresas y particulares y la gestión de riesgos geopolíticos debe ser una parte integral de un plan de empresa. En estos momentos esta situación se manifiesta claramente en acontecimientos tales como la invasión rusa de Ucrania y cómo impacta el conflicto (y las sanciones impuestas a Rusia) en los países, empresas y particulares.
Cada vez es más obvio que la geopolítica influye decisivamente en la actividad de la empresa y así lo expone el experto Juan Antonio Falcon en este artículo extraído de su último libro “Geopolítica y empresa” publicado este mismo mes de marzo.
La inestabilidad económica global y regional y el progresivo riesgo geopolítico son motivo de constante preocupación para los ejecutivos, pues se consideran las principales amenazas para el crecimiento de las operaciones empresariales nacionales y extranjeras. En consecuencia, la gestión de riesgos geopolíticos debe ser una parte integral de un plan de empresa. Y esto es más evidente si cabe en el marco de actuación de la Unión Europea, por ser un entorno abierto, tanto dentro como fuera del Viejo Continente.
Debido al dinamismo en el panorama geopolítico, los factores de riesgos asociados son de creciente importancia para los empresarios. En el pasado, el riesgo político se consideraba principalmente un factor asociado a todas las denominadas empresas multinacionales con operaciones en los países menos adelantados.
El riesgo geopolítico al que se enfrentan los ejecutivos hoy en día existe tanto en los países desarrollados como en los menos desarrollados. Recordemos, por ejemplo, que casos tan dispares como los atentados de Charlie Hebdo en París, los ataques contra centros de turismo y comercio en Europa, Asia y África, las crisis económicas en Grecia y Puerto Rico, las turbulencias económicas y energéticas… hasta llegar a hoy con la invasión de Rusia a Ucrania.
Estos, entre muchos otros eventos, han demostrado que el riesgo geopolítico representa una amenaza sustancial para todas las empresas multinacionales y empresas nacionales con socios en la cadena de suministro global. Las sanciones impuestas a Estados son también riesgos geopolíticos para las empresas. Recordemos las responsabilidades civiles y penales sobre las empresas que contraten con Irán, Venezuela, Corea del Norte o Rusia principalmente, cuando estos países han sido objeto de tales sanciones impuestas por Estados Unidos y por Europa también.
La enseñanza del riesgo geopolítico puede ayudar no sólo a desarrollar conciencia sobre los eventos globales, sino también a implementar habilidades de pensamiento crítico. No es suficiente conocer la amenaza potencial, las empresas deben estimar la probabilidad y el impacto de cada evento para evaluar el riesgo general y priorizar así las medidas de prevención y contención. Además, también es necesario desarrollar escenarios sobre las posibles consecuencias si las amenazas se llegaran a materializar.
Por lo tanto, es fundamental que los líderes empresariales comprendan dichas amenazas: el entorno de riesgo global tiene implicaciones para las empresas y sus objetivos estratégicos. Es decir, los riesgos globales provocan un impacto significativo en el potencial de ganancias de las actividades comerciales existentes y pueden variar la evaluación sobre las nuevas oportunidades de inversión.
Las mil caras de los riesgos geopolíticos para las empresas
Las amenazas geopolíticas se manifiestan de diversas formas y, a menudo, son impredecibles. Los titulares de las noticias mundiales están llenos de conflictos nacionales, disturbios domésticos y “trastornos” activistas, pero el desafío es mucho más amplio de lo que esta exposición podría sugerir.
Un cambio en el panorama político puede alterar el entorno empresarial en el que operan las organizaciones: la nueva legislación, las regulaciones cambiantes y las fluctuaciones en las relaciones comerciales juegan su papel. Traducir estas circunstancias en indicadores tangibles para la organización no es sencillo.
Dicho de otra forma, una mayor conciencia de las tendencias subyacentes a los riesgos globales puede ayudar a las empresas a prepararse para escenarios adversos y tomar medidas para mitigar su impacto. Y, por otra parte, la evolución de algunos riesgos globales también puede generar oportunidades de crecimiento.
Por lo tanto, el éxito en este panorama de riesgos, que cambia rápidamente, depende de que los directivos de empresa evalúen el impacto de estas contingencias en sus negocios actuales y en las estrategias e inversiones futuras. Así, la gestión de riesgos geopolíticos puede desempeñar un papel importante en la marcha de la empresa.
Visto lo dicho, es constatable que los ejecutivos de las empresas están más convencidos actualmente de que la inestabilidad geopolítica y la política doméstica afectan a los negocios globales y a sus propias empresas.
De hecho, la percepción sobre la inestabilidad geopolítica es un factor de primer orden que, cada vez más, inquieta a las empresas.Gran parte de estos ejecutivos prevén que la inseguridad geopolítica, política y macroeconómica (que denominamos “riesgos geopolíticos“) influirán negativamente sobre los beneficios empresariales.
Sin embargo, la gran mayoría de ellos afirman que sus organizaciones no están tomando todavía acciones para reconducir tales problemas. Igualmente, aseveran que, entre otras tendencias que han crecido en importancia, los avances tecnológicos presentan tanto retos (por ejemplo la ciberseguridad) como oportunidades (tales como el uso del big data y las técnicas de gestión basada en datos).
Sin duda, navegamos en un mundo incierto. Las empresas contemplan una disrupción en la economía global debido a la volatilidad. En un entorno abierto, es mucho más probable esperar que las posibles perturbaciones de la economía sean más serias debido a la aparición de un mundo pluripolar como el que se avecina. Más incluso que a raíz de la crisis financiera mundial iniciada en 2008 (la invasión rusa de Ucrania en 2022 y sus consecuencias son un ejemplo sin parangón).
Podríamos concretar que entre las preocupaciones de las empresas respecto a los riesgos geopolíticos destacan un entorno regulatorio incierto o claramente restrictivo de los servicios financieros, de la alta tecnología y de las telecomunicaciones. Después, la inestabilidad política y social es la segunda preocupación más acuciante.
Como hemos apuntado, a pesar del creciente enfoque en las incertidumbres políticas y geopolíticas, la mayoría de las organizaciones no han hecho mucho para abordar estos riesgos. Y tan sólo la ciberseguridad es la tendencia en la que las empresas están adoptando medidas.
Por el contrario, las técnicas de gestión de macrodatos y basadas en datos presentan una oportunidad mucho más clara para las empresas de todas las regiones y sectores, ya que éste es el campo en el cual las organizaciones más se deben esmerar para contrarrestar riesgos anunciados.
Pero lo cierto es que, así como en otros aspectos de la geopolítica las empresas no terminan de tomar medidas para contrarrestar riesgos; sin embargo, muchas organizaciones ya han tomado esas medidas sobre cada una de estas tendencias tecnológicas.
Materializando el análisis de riesgos geopolíticos
En cualquier caso, mirando hacia el futuro, las empresas deberían actuar, como mínimo, en tres sentidos: anticipándose a los riesgos, abordando las posibilidades de la tecnología y aceptando el factor de impacto del cambio climático.
1. Anticipándose a los riesgos
Si bien los riesgos geoestratégicos son cuestiones complejas, y pueden estar fuera de la zona de confort de muchos ejecutivos, realmente no son problemas comerciales fundamentalmente incognoscibles o inmanejables. Incluso podrían ser una fuente potencial de ventaja competitiva para las empresas que desarrollan mejores capacidades para gestionar estos riesgos.
Entonces, para mantenerse a la vanguardia de la incertidumbre geoestratégica, los ejecutivos podrían seguir los siguientes pasos:
- Identificar tendencias y disrupciones que son específicas de sus organizaciones y mercados.
- Evaluar el impacto potencial de los riesgos en el mercado en una variedad de escenarios, desarrollar iniciativas para mitigar riesgos o capturar oportunidades.
- Establecer un proceso de toma de decisiones que prioriza las iniciativas y asegura que los ejecutivos estén alineados en su implementación.
- Integrar las capacidades para el análisis geoestratégico en los procesos regulares de toma de decisiones y planificación.
- Monitorizar estas tendencias en busca de nuevos desarrollos que requieran una reevaluación de las iniciativas estratégicas.
2. Abordando ambos lados de la moneda de la tecnología
Existen dos vertientes en la creciente recopilación y uso de los datos: por una lado, estaría la fuerza positiva del big data, que está redefiniendo rápidamente las prioridades y oportunidades en todos los sectores y, por el otro, el consabido creciente desafío de la ciberseguridad.
Si bien las implicaciones exactas variarán según la industria, los ejecutivos deben continuar aprovechando el potencial de big data y explorar nuevas formas de adoptar este big data y tecnologías que empoderen al consumidor.
Los efectos de la ciberseguridad también varían entre sectores, pero la seguridad debe ser una mentalidad predeterminada para todos los ejecutivos, independientemente del negocio en el que se encuentren. Mientras que las empresas tienden a proteger su experiencia tecnológica (y sus vulnerabilidades en particular), una forma importante de afrontar el desafío de la ciberseguridad es colaborar con otras empresas, incluso sus competidores, informando sobre infracciones, identificando tendencias comunes y debilidades tecnológicas, y compartiendo las mejores prácticas sobre cómo abordarlas.
3. Aceptando la omnipresencia del medio ambiente y el cambio climático
Cambiando de sector y teniendo en cuenta la perspectiva del clima y el medio ambiente, los factores clave relevantes para una organización pueden provenir del mayor impacto físico de los desastres relacionados con el clima (riesgos agudos) o los riesgos crónicos (por ejemplo, el aumento de las temperaturas promedio), pero también de la nueva legislación ambiental y la contaminación.
El cambio climático está aumentando en la conciencia de las personas, lo que puede tener un impacto en la reputación y acelerar la necesidad de realizar la transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Por ello, los mencionados impulsores podrían resultar en un mayor riesgo de reputación o daño físico. Así, la empresa tendrá que considerar incumplir las nuevas regulaciones o asumir el costo creciente del cumplimiento.
4. Los recursos humanos y el crédito reputacional
Finalmente, a pesar de la revolucionaria transformación digital que la sociedad y las economías están atravesando, las personas y sus comportamientos, sin duda, permanecen en el corazón de las organizaciones y de su éxito. Las organizaciones pueden considerar los riesgos que afectan a su personal (tales como la salud mental y física o la seguridad en el puesto de trabajo) como un factor de atracción, retención del talento y creación de una cultura que prime la productividad y el comportamiento ético.
A su vez, la reputación es un tema amorfo que implica una variedad de conceptos para cada uno de los diferentes actores. Siendo un valor intangible, ha crecido en valía cara a la capitalización del mercado. Las fuerzas que afectan a la reputación están en continuo cambio y han mutado drásticamente en el tiempo.
Evolución de los hábitos demográficos, descenso de la confianza en lo público, crecimiento de la manipulación por parte de las organizaciones estatales y no estatales y el exponencial crecimiento (cualitativo y cuantitativo) de la información llevan a nuevos paradigmas de la reputación.
Desde los ciberataques y el abuso sobre los consumidores hasta los incidentes terroristas y los conflictos bélicos, llevan a que los factores de riesgo geopolíticos que afectan a la gestión, a la reputación y a la marca de una empresa estén en ascenso.
Sin duda, la geopolítica, para bien o para mal, ha pasado a ser médula esencial de la estrategia que las empresas deben realizar para optimizar su actividad y sus resultados.
Este artículo es un fragmento del libro “Geopolítica y empresa” de Juan Antonio Falcón Blasco que puedes comprar aquí.