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¿Quiénes son los afrikáners, y por qué Estados Unidos los recibe como refugiados?

Análisis

Victoria Cabrera
Victoria Cabrera
Alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute. A nivel académico, es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica Argentina (UCA) desde 2025. Ha participado en seminarios y congresos sobre política exterior de Estados Unidos, ciencia política y seguridad, incluyendo el Seminario Tormenta Conjunta en el Colegio Militar de la Nación Argentina. A nivel profesional, ha trabajado en el proyecto de extensión universitaria "La Paz: Gestión Solidaria" del Municipio de La Paz (Entre Ríos, Argentina), colaborando en economía social y solidaria para la integración comunitaria. Actualmente, se especializa en la creación de contenido digital y gestión de redes sociales para marcas, combinando comunicación estratégica y creatividad. A nivel profesional, ha trabajado en el proyecto de extensión universitaria "La Paz: Gestión Solidaria" del Municipio de La Paz (Entre Ríos, Argentina), colaborando en economía social y solidaria para la integración comunitaria. Actualmente, se especializa en la creación de contenido digital y gestión de redes sociales para marcas, combinando comunicación estratégica y creatividad.

La visita de Ramaphosa a la Casa Blanca desató polémica tras las acusaciones de Trump sobre un supuesto «genocidio blanco» contra los afrikáners. Estados Unidos abrió un programa especial de refugio solo para ellos. En este artículo, la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Victoria Cabrera, analiza una medida que generó críticas por racismo, arbitrariedad y uso político del asilo.

El pasado mes, se realizó la visita del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa a la Casa Blanca. Esta reunión desató una nueva controversia diplomática entre Sudáfrica y Estados Unidos. En el centro del conflicto está una declaración del presidente Donald Trump.

Él acusó al gobierno de Ramaphosa de llevar adelante una campaña sistemática de hostigamiento y violencia contra los blancos. En especial, contra los «afrikaners», una comunidad descendiente de colonos neerlandeses y franceses. Este grupo ha dominado históricamente sectores clave del país.

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La acusación, sustentada por videos y testimonios, generó una respuesta inmediata de las autoridades sudafricanas. Estas desmintieron los hechos y calificaron las declaraciones como «manipuladoras y desinformadas».

Mientras tanto, la gestión de Trump avanzó con un programa especial de refugio político. Este programa permite la entrada de «afrikaners» a Estados Unidos como víctimas de persecución racial o religiosa. Por ahora, han ingresado unos 59 sudafricanos al territorio estadounidense bajo esta categoría.

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Este hecho fue duramente criticado por organizaciones humanitarias y analistas internacionales. Señalaron problemas en los criterios de selección, el trasfondo político de la medida y su ética. También se cuestionó el trato privilegiado hacia este pequeño grupo, frente a los inmigrantes latinos. Esto ocurre en un contexto donde se suspenden admisiones de refugiados desde países como Haití, Afganistán o Venezuela.

El encuentro entre Trump-Ramaphosa en la Casa Blanca

El 21 de mayo de este año, el presidente Ramaphosa fue recibido oficialmente por Donald Trump en la Casa Blanca. Se hablaron temas sobre cooperación energética, acuerdos bilaterales y comercio. Pero todo se tornó tenso cuando Trump, rodeado de asesores, acusó al gobierno sudafricano de llevar adelante un «genocidio blanco» contra la población afrikaner.

Los medios captaron el momento en que el presidente de Estados Unidos mostró imágenes y videos. Acusó al gobierno de que granjeros blancos estaban siendo asesinados y de que existía una «limpieza racial encubierta» en zonas rurales.

«Es un espectáculo terrible, nunca había visto algo así», comentó Trump mientras se proyectaban las imágenes. Aseguró que «están matando a esta gente» y repitió la palabra «genocidio».

Afirmó que «la gente está huyendo de Sudáfrica por su propia seguridad». También dijo que «sus tierras están siendo confiscadas y, en muchos casos, están siendo asesinados». «Cuando toman la tierra, matan al granjero blanco», aseguró Trump, según la BBC.

Ramaphosa refutó las acusaciones: «Hay criminalidad en nuestro país. Desafortunadamente, quienes mueren por actividades delictivas no son solo personas blancas». Agregó que «la mayoría son personas negras», cuestionando así la idea de Trump de que los blancos están siendo asesinados de manera desproporcionada, según People.

Algunos consideran que la reunión fue una «emboscada» por parte de Trump. Creen que buscaba exponer a Ramaphosa con acusaciones infundadas y sin corroborar sobre «genocidio».

De todas formas, posteriormente Ramaphosa dijo a los periodistas que las reuniones habían ido «muy bien». Añadió que creía que Trump lo había escuchado. «Sí, lo hizo; todo salió muy bien», afirmó, según The Washington Post.

¿Quiénes son los afrikáners?

Los afrikáners son una comunidad descendiente de colonos europeos, principalmente holandeses, franceses y alemanes, que se establecieron en Sudáfrica a partir del siglo XVII. Su lengua, el afrikáans, y su identidad cultural se consolidan bajo el modelo de vida rural, religioso y profundamente marcado por la colonización. Durante el siglo XX, los afrikáners ocuparon el centro del poder político durante el régimen del apartheid (1948-1994).

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Con la posterior caída del régimen y el ascenso del Congreso Nacional Africano (ANC), los afrikáners perdieron su hegemonía institucional. Sin embargo, conservaron influencia en sectores clave como la propiedad de tierras, las finanzas y la industria agroexportadora.

«Los afrikáneres constituyen el grupo blanco más numeroso de Sudáfrica y forman parte de la vida multirracial cotidiana del país. Muchos son exitosos líderes empresariales y algunos ocupan puestos en el gobierno.» según informa WHYY.

En las últimas décadas, parte de esta comunidad ha promovido una narrativa de marginalización. Organizaciones como AfriForum han denunciado una supuesta persecución estatal. Desde ese marco ideológico, se ha construido la idea de que los afrikaners son hoy una minoría perseguida.

¿Por qué Estados Unidos recibe a los afrikáners como refugiados?

Fue en este contexto que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, anunció un programa especial de admisión para un grupo reducido de sudafricanos blancos. La medida, anunciada como una «resolución humanitaria extraordinaria», permitió la entrada de 59 personas de origen afrikaner bajo el marco del “Priority 2 Refugee Admission Program”, una categoría reservada generalmente para casos excepcionales. 

Esta decisión se apoyó en un informe presentado por un comité asesor cercano a Trump, el cual argumentaba que los afrikaner estaban siendo víctimas de una persecución sistemática por motivos étnicos, culturales y políticos en Sudáfrica. El informe fue muy criticado por su falta de evidencia y por apoyarse en testimonios recogidos en redes sociales y medios alternativos. A pesar de ello, el gobierno estadounidense procedió con la aceptación del grupo, bajo el pretexto de «preservar la libertad religiosa y cultural de comunidades amenazadas por regímenes hostiles».

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El caso generó controversia, en los medios de comunicación se señaló que los solicitantes no cumplían con los requisitos establecidos para obtener tal categoría y beneficios como inmigrante. Mientras que se niega la entrada o se expulsa a miles de inmigrantes latinoamericanos, ucranianos o haitianos que huyen de conflictos o crisis humanitarias, se habilita un canal privilegiado para una minoría étnica. Esto pone en tela de juicio la doble vara para ofrecer refugio a personas que lo necesitan, e introduce criterios políticos e ideológicos en el sistema sistema de refugio internacional.

Conclusión

Este caso revela mucho más que una simple política migratoria excepcional, expone a ciertos sectores del poder que utilizan el sistema de asilo como un instrumento ideológico: no para proteger a los más vulnerables, sino para reforzar narrativas que favorecen intereses raciales, geopolíticos o electorales.

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A su vez, el hecho de que Estados Unidos haya utilizado un canal especial de refugio para personas blancas mientras mantiene políticas punitivas y restrictivas hacia miles de migrantes racializados que huyen de conflictos, pobreza extrema o violencia estructural, en especial América Latina, plantea preguntas incómodas: ¿A quienes se les otorga el derecho de ser refugiados? ¿Quiénes merecen esa protección según Estados Unidos?

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