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Brain hacking o espionaje mental: riesgos y amenazas

Análisis

LISA Institute
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Contenido creado de la mano del equipo docente de LISA Institute.

El brain hacking o espionaje mental presentan múltiples riesgos y amenazas. La neurociencia y la tecnología van avanzando a la par para lograr mejoras y permitir una mayor calidad de vida, pero, como es lógico pensar, estos avances también entrañan riesgos y amenazas potenciales para la ciudadanía.

Lo que antes solo era posible en las películas de ciencia-ficción, cada vez va siendo más viable en la vida real. Las interfaces cerebro-máquina, que conectan ordenadores directamente con la mente, han puesto de manifiesto la gran cantidad de información que pueden obtener de cada uno de nosotros, pudiendo tener cierto acceso a nuestros pensamientos y procesos mentales.

El brain hacking o espionaje mental es la aplicación de técnicas y/o tecnologías para conocer e intervenir en el estado mental, los procesos cognitivos o el nivel de funcionamiento a nivel psicológico de un individuo. El espionaje mental y la manipulación mental siempre han sido objeto de estudio y de deseo, en el mundo de la seguridad y policía, así como en el mundo del neuromarketing y la experiencia de usuario.  

La digitalización masiva y la inteligencia artificial, han permitido innovar en las formas y modos de analizar la conducta y las señales del cerebro, por lo que actualmente existen dispositivos que pueden conocer en términos relativos y analizar lo que podría haber en nuestras mentes, incluyendo parte de nuestras emociones.

Lo primero que preocupa, es en el ámbito de la intimidad y la privacidad, derechos fundamentales del individuo. A día de hoy, por ejemplo, el brain hacking podría inferir si conoces a alguien o no, detectar si eres afín a una ideología o gobierno, cómo te influyen o afectan las fake news, si estás mintiendo o diciendo la verdad, etc. Pero la realidad es que el brain hacking tiene múltiples usos y aplicaciones, más o menos legítimos, como son el juego y el entretenimiento, la educación, el marketing, salud mental, neurología, deporte, etc.

Otra de sus funciones es mejorar la función cognitiva y optimizar la eficacia y el bienestar de la persona. Por ello, estas técnicas pueden ser aplicadas intencionalmente por el individuo como una herramienta para su desarrollo personal o por una empresa como una iniciativa para favorecer el bienestar y la productividad de los empleados.

A su vez, también puede ser utilizado por profesionales del marketing o diseñadores de productos o App, para conocer las preferencias de una persona, sus procesos cognitivos y de influencia para poder modificar así en el comportamiento individual. Aquí puedes informarte sobre los sesgos cognitivos.

Por ello, como puede suponerse, también los criminales y los cibercriminales pueden sentirse atraídos hacia las técnicas de brain hacking, ya que a través del análisis del funcionamiento del cerebro y los procesos cognitivos del individuo, pueden llevar a cabo más fácilmente ciberataques por medio de la ingeniería social así como ataques de desinformación.

De esta forma, conociendo y manipulando los procesos psicológicos de los individuos se pueden realizar adoctrinamientos e incluso la radicalizaciones violentasmediante la manipulación y “secuestro” de nuestros cerebros.

¿Cómo funciona el brain hacking?

El brain hacking busca analizar e interferir en los procesos del cerebro humano para extraer información sensible como datos y recuerdos. Por ello, al igual que cualquier otro “dispositivo” con información, nuestro cerebro puede ser vulnerable a los ataques de piratería, pues los avances de la tecnología permiten ya identificar y detectar los pensamientos de las personas.

Recientemente, en una conferencia de Usenix Security varios expertos de las universidades de Oxford, Ginebra y Berkeley han alertado de que es posible realizar ataques zero-day gracias a las vulnerabilidades de nuestros cerebros encontrado fallos y errores de sistemas críticos en servicios, aplicaciones o Infraestructuras críticas.

En relación con la ciberseguridad, los cibercriminales podrían utilizar estas técnicas neurocientíficas para extraer de la mente de sus víctimas información relevante como el PIN de la tarjeta de crédito o tu dirección. ¿Cómo consigue este objetivo el brain hacking? Primero identificando y analizando las ondas electromagnéticas del cerebro para, a continuación, tratar de establecer patrones que den respuestas a los comportamientos, pensamientos, gustos e, incluso, recuerdos de las personas.

Por ejemplo, la conocida onda P300 es un potencial evocado que puede analizarse a través de un electroencefalograma (EEG). Esta onda tiene un patrón de activación característico en los procesos de toma de decisiones y de categorización de estímulos y ante eventos significativos o frecuentes para el individuo (el trayecto hasta su casa, los números que teclea en el cajero automático o los productos que más llaman su atención en un supermercado, si reconoce como testigo al autor o a la víctima de un delito, por ejemplo).

En el siguiente gráfico se muestran los resultados obtenidos en un electroencefalograma para dos estímulos comparados con la onda P300. Este patrón observable relacionado con el brain hacking es explicado en el artículo “Brain hacking, it’s time to protect our mind from hackers” de Pierluigi Paganini. Meter gráfico.

En resumen, el objetivo del brain hacking es obtener información privada sobre nosotros, ya sea para mejorar nuestros propios procesos cognitivos en el entorno laboral, para utilizarla por publicistas o para ser explotada por cibercriminales que deseen atacarnos. Esto hace posible desde la suplantación de identidad hasta la modificación de nuestras cogniciones o de nuestro estado mental o psicológico.

Riesgos y amenazas 

Los datos generados por tu historial de navegación en Internet, por la ubicación geográfica, los formularios completados online o por los keyloggers pueden delatar información privada, como tu orientación sexual, tu estilo de vida o tu intención de voto. Por ello, las interfaces cerebro-máquina, que conectan ordenadores directamente con la mente, han puesto de manifiesto la gran cantidad de información que pueden obtener de cada uno de nosotros consiguiendo cierto acceso a nuestros pensamientos y procesos mentales.

Ya se han desarrollado dispositivos capaces de leer en cierta forma nuestras mentes, registrando nuestra actividad cerebral. Por ejemplo, las diademas de electroencefalografía sirven para detectar ondas cerebrales producidas por los impulsos neuronales y se están utilizando ya en estudios de marketing avanzados.

Los ciberriesgos y ciberamenazas relativos al brain hacking forman parte de los cada vez más peligrosos neurorriesgos. Aunque los problemas de seguridad asociados a la neurotecnología no son nuevos (podían ser utilizados en casos de ciberacoso, crimen organizado, ciberterrorismodata brokers, etc.), la naturaleza de los datos que se pueden obtener ha variado, pudiendo realizar un perfil mucho más exacto sobre cada individuo.

Varios profesionales de la ciberseguridad han demostrado que es posible implantar spyware (programas de espionaje) en una interfaz cerebral comercial —por ejemplo, una diseñada para controlar un videojuego con la mente— para robar información del usuario. Insertando imágenes subliminales en un videojuego de este tipo, los cibercriminales pueden analizar la reacción inconsciente de la mente del jugador ante estímulos concretos para obtener información privada sobre él. En el peor de los casos, una interfaz bidireccional (una que no solo lee señales del cerebro sino que también las envía, como las de una prótesis o un marcapasos) se podría piratear para hacer daño físico al usuario o a otras personas.

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Actualidad

1 comentario

  1. El Brain Hacking, está más claro que existe, tecnología espacial, utilizada hasta ahorita por los ciberdelincuentes principalmente para, manipular las mentes de las personas pertenecientes a la autoridad policiaca y, mantenerse totalmente libres. Manipulando masivamente, mentes de una población para cometer delitos graves contra sus víctimas, agregando a esto, estar en constante amenaza. Fuente de prueba: vídeos. Gracias, un saludo.

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