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Medio siglo de crisis humanitarias a través de los ojos de MSF

Análisis

LISA News
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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

Médicos Sin Fronteras cumple hoy medio siglo y aprovecha esta fecha para hacer un repaso a algunas de las grandes crisis humanitarias que el mundo ha sufrido en ese tiempo y cómo la organización las vivió en primera persona.

Médicos Sin Frontera nació, un día como hoy, hace cincuenta años de la mano de un puñado de médicos y periodistas “frustrados” porque el mandato de la organización en la que trabajan les impedía prestar testimonio del genocidio de la etnia Igbo en Biafra (Nigeria).

En plena Guerra Fría, defendieron una acción médica independiente de intereses geopolíticos, que acudiese donde las poblaciones víctimas de situaciones de emergencia lo requirieran para prestar asistencia médica urgente y testimonio.

Según la organización, las razones que motivaron su nacimiento siguen vigentes hoy, aunque, en estas cinco décadas, los conflictos hayan cambiado, los contextos evolucionado y los retos para las organizaciones humanitarias se hayan multiplicado.

“En los últimos años los conflictos han pasado a ser más internos, con guerras proxy que han causado muchos más desplazamientos y, en ocasiones, graves problemas para asistir a la población. En este momento hay más personas desplazadas o refugiadas que en ningún otro momento de la historias”, asegura la directora de Operaciones de MSF en España, Teresa Sancristóval.

Además, aunque los escenarios varían, se agravan situaciones como las de los ataques a misiones médicas y la erosión del espacio humanitario por parte de agentes políticos y militares que controlan la asistencia y la ponen al servicio de sus intereses. Según Sancristóval, hoy “la ayuda humanitaria y sus principios básicos están peor percibidos que hace 50 años”.

Reflejamos las grandes crisis humanitarias que ha vivido el mundo a través de los ojos de Médicos Sin Fronteras.

Desastres naturales en Centroamérica (1972-1974)

Honduras 1974. Fuente: Sipa-Press y Médicos Sin Fronteras.

Las primeras actividades de Médicos Sin Fronteras consistieron en responder a desastres naturales. Sus médicos fueron enviados a Managua, la capital de Nicaragua, después de que un terremoto destruyera la mayor parte de la ciudad y matara a entre 10.000 y 30.000 personas en 1972. En 1974, MSF lanzó un proyecto en Honduras después de que el huracán Fifi causara grandes inundaciones y matara a miles de personas.

Campamentos de refugiados en el Sudeste asiático (1975-1976)

Camboya 1975. Fuente: Hiroji Kubota/Magnum Fotos y Médicos Sin Fronteras.

Para ayudar a los camboyanos y vietnamitas que huían de los regímenes opresivos en sus países, MSF estableció su primer programa médico a gran escala para refugiados en Tailandia. En febrero de 1980, MSF trabaja con otras organizaciones para llevar a cabo la “Marcha por la Supervivencia”, una protesta simbólica en la frontera entre Camboya y Tailandia pidiendo que se distribuya ayuda internacional en Camboya.

Líbano (1976)

Líbano 1982. Fuente: Arnaud Wildenberg y Médicos Sin Fronteras.

Después de que estallara la guerra en el Líbano, MSF lanzó una respuesta médica de emergencia para atender a las personas heridas en combate. Cuando la organización llegó a Beirut las bombas caían y la ciudad ardía y el equipo trató a pacientes heridos por bales, con quemaduras y huesos rotos. Las condiciones fueron excesivamente complicadas, sin acceso a máquinas de rayos X ni ventiladores. Para cumplir con sus principios de neutralidad e imparcialidad, MSF proporcionó ayuda a personas a ambos lados del conflicto en todo el país.

Afganistán (1980)

Afganistán 1986. Fuente: Didier Lefevre y Médicos Sin Fronteras.

Inmediatamente después de que las tropas soviéticas invadieran Afganistán en diciembre de 1979, se enviaron equipos de MSF al país. Estos cruzaron la frontera desde Pakistán, de forma clandestina, para llevar medicamentos y suministros a caballo. El personal viajó cientos de millas para establecer pequeños hospitales en las montañas. Durante 10 años, más de 550 médicos y enfermeros de MSF continuaron trabajando en este terreno accidentado.

Etiopía (1984)

Etiopía 1984. Fuente: Sebastiao Salgado y Médicos Sin Fronteras.

En el apogeo de la grave hambruna del norte de Etiopía en agosto de 1984, unas cincuenta personas morían cada día, mientras miles esperaban la distribución de alimentos. Pasaron meses antes de que el gobierno llamara a la crisis “hambruna”. MSF envió alimentos, medicinas y suministros, además de trabajar en centros de alimentación terapéutica. Cuando el gobierno comenzó a desplazar a personas por la fuerza y desviar la ayuda humanitaria MSF habló. Este hecho resultó en la expulsión de una de las dos secciones de MSF en el país. A día de hoy la organización continúa atendiendo a los etíopes que huyeron y huyen al vecino Sudán.

La coordinadora médica de MSF durante estos años declaraba que no sabía qué estaban haciendo allí si nada cambiaba: “sin comida, el tratamiento no tiene sentido”.

Somalia (1991)

Somalia 1992. Fuente: Chris Steele-Perkins/Magnum Fotos y Médicos Sin Fronteras.

El resultado de la guerra en Somalia fue el de más de 30.000 muertes. A medida que las agencias internacionales de ayuda abandonaron Mogadisco, debido a problemas de seguridad, los equipos de MSF llegaban para abrir centros nutricionales y tratar a los miles de niños que sufrían desnutrición como resultado de una hambruna de meses. Después de enfrentar numerosos secuestros y repetidos incidentes de seguridad, MSF se vio obligado a abandonar el país, pero expuso y llamó la atención sobre la fuerza militar excesiva y las intervenciones militares extranjeras que estaban sucediendo en el país.

“Si la ayuda humanitaria debe estar bajo el control sistemático de los militares o de los gobiernos… será muy preocupante. No quiero perder el alma humanitaria”, decía Patrick Vial, jefe de la misión de MSF en Somalia en 1993.

Genocidio de Ruanda (1994)

Ruanda 1994. Fuente: Roger Job y Médicos Sin Fronteras.

El asesinato del presidente de Ruanda proporcionó un pretexto para desencadenar una campaña para exterminar a personas del grupo étnico tutsi, junto con otros opositores al gobierno. De abril a julio de 1994 la masacre del asesinato de entre 500.000 y un millón de personas se encontró con la indiferencia general de la comunidad internacional. Los equipos de MSF presenciaron la masacre de muchos pacientes ruandeses. Por primera vez, la organización testificó ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y emitió una dura advertencia pidiendo la acción militar para detener los asesinatos. La violencia causó un éxodo masivo de refugiados y MSF también atendió a las personas desplazadas en la vecina Zaire (ahora República Democrática del Congo) y Tanzania.

“Estábamos diciendo están matando gente. La única posición decente era romper la neutralidad humanitaria y pedir una intervención militar contra los autores del genocidio”, aseguraba Jean-Hervé Bradol, coordinador del proyecto MSF en Ruanda en 1994.

Srebrenica (1995)

Bosnia-Herzegovina 1995. Fuente: Olivier Jobard y Médicos Sin Fronteras.

Durante tres años las fuerzas serbias sitiaron el enclave bosnio de Srebrenica. Se impidió tanto la entrada a los convoyes de alimentos como a los trabajadores humanitarios. Cuando las tropas serbias capturaron la ciudad en julio MSF, que era la única organización que continuó trabajando allí, se vio obligada a evacuar. Después de que el personal de mantenimiento de la paz de la Organización de Naciones Unidas (ONU) abandonara Srebrenica, más de 7.000 personas murieron y 40.000 fueron expulsadas a la fuerza. MSF pidió una investigación sobre el fracaso de las tropas de la ONU para prevenir la tragedia.

VIH (1995)

Kenia 2001. Fuente: Dieter Telemans y Médicos Sin Fronteras.

A medida que el VIH/SIDA se propagaba por el mundo, el equipo de MSF eran testigos del alto precio de la pandemia. El coste astronómicamente alto del tratamiento significaba que las personas en los países más afectados carecían de acceso a medicamentos ARV. MSF fue de las primeras organizaciones que se involucraron en la movilización política y social en torno al acceso equitativo a los medicamentos. La campaña se globalizó y se consiguió producir ARV genéricos y bajar los precios.

Kosovo (1999)

Kosovo 1999. Fuente: Cristina García Rodero/Magnum Fotos y Médicos Sin Fronteras.

Mientras el régimen de Milosevic continuaba operando en la ex Yougoslavia, las fuerzas serbias llevaban a cabo una campaña de terror y violencia, deportando por la fuerza a personas de etnia albanesa de Kosovo. MSF proporcionó atención médica a estas personas perseguidas. Por otro lado, la OTAN lanzó en marzo de 1999 una intervención militar, justificando su campaña de bombardeos como una “guerra humanitaria”. MSF se ocupó de todas las personas en los campamentos de refugiados de toda la región mientras continuó pidiendo la protección de los civiles que aún permanecían en Kosovo.

Chechenia (1999)

Federación rusa 2000. Fuente: Eric Bouvet y Médicos Sin Fronteras.

Este año Médicos Sin Fronteras recibió el Premio Nobel de la Paz. El premio fue recogido por el entonces presidente del Consejo Internacional de MSF, James Orbinski. Este utilizó su discurso para denunciar a las fuerzas rusas por los abusos y bombardeos “indiscriminados” de la aldea chechena de Grozny. También llamó la atención sobre el hecho de que la gran mayoría de muertes y sufrimientos de enfermedades en el mundo ocurrían porque los medicamentos y vacunas estaban fuera del alance de la sociedad. “Lo que nosotros, como movimiento de sociedad civil exigimos, es un cambio, no caridad”, dijo Orbinski. Y añadió: “No estamos seguros de que las palabras puedan salvar vidas, pero sabemos que el silencio, ciertamente, puede matar”.

Darfur (2003)

Sudán. Fuente: Paolo Pellegrin/Magnum Fotos y Médicos Sin Fronteras.

Los combates entre las fuerzas del gobierno sudanés y los grupos rebeldes se convierten en guerra. La milicia Janjaweed, respaldada por el gobierno, comenzó a atacar y saquear aldeas. Miles de personas murieron y más de un millón se vieron obligadas a huir. MSF respondió enviando a más de 2.000 empleados para proporcionar atención médica y nutricional a las personas desplazadas en la región de Darfur y a los refugiados del vecino Chad, donde los equipos ya trabajaban en otros proyectos. Según declaraba Jamal Abdalmula, médico de MSF en Sudán en 2020, “gracias a la prensa la gente ya no podía decir que se estaba mintiendo cuando se decía en Jartum lo que estaba sucediendo en Darfur”.

Níger (2005)

En 2005 Níger se vio afectado por una grave crisis humanitaria que resultó en unas tasas de malnutrición sin precedentes. MSF utilizó un alimento terapéutico a base de cacahuetes a gran escala por primera vez. Esto resultó revolucionario debido a las excelentes tasas de recuperación y este tratamiento se convirtió en un protocolo nacional en agosto.

Haití (2010)

Haití 2010. Fuente: Spencer Platt y Médicos Sin Fronteras.

En enero de 2010 Haití sufrió un devastador terremoto de magnitud 7.0. Médicos Sin Fronteras, al llevar trabajando en la isla durante varios años, pudieron comenzar a tratar heridos a pocas horas del desastre. En los meses posteriores, la respuesta a la emergencia tuvo que cambiar para, además, también contener la masiva epidemia de cólera. En diez meses, MSF trató a más de 350.000 personas, la operación más grande de la organización hasta la fecha.

En ese momento, Paul McMaster, cirujano de MSF en Haití en esos meses, se lamentaba de que Haití dejaría de aparecer en las portadas de los periódicos, pero las necesidades de la comunidad, de las personas que lo habían perdido todo, tardarían meses, tal vez años, en desaparecer.

Siria (2011)

Siria 2011. Fuente: Jerome Sessini/Magnum Fotos y Médicos Sin Fronteras.

En el contexto de la Primavera Árabe, los sirios se levantaron con protestas masivas en todo el país. Durante la violenta represión de los manifestantes por parte del gobierno de Bashar al-Assad incluso los trabajadores humanitarios estaban en riesgo. Las redes de profesionales de médicos comenzaron a organizarse en secreto, pero faltaban tanto suministros como equipos. MSF operaba en el país sin autorización oficial proporcionando medicamentos y suministros esenciales a los proveedores de salud locales antes de poder abrir tres hospitales en el norte de Siria. Una década después, la guerra continuaba y MSF seguía atendiendo a las millones de personas desplazadas, tanto en Siria como en los países vecinos.

Ébola (2014)

Guinea 2014. Fuente: Sylvain Cherkaoui/Cosmos y Médicos Sin Fronteras.

En marzo de 2014 se declaraba el mayor brote de ébola de la historia de África occidental. MSF respondió de inmediato estableciendo centros de tratamiento en Guinea, Liberia y Sierra Leona, los tres países más afectados. Al mismo tiempo, criticaba la inacción de la comunidad internacional. La falta de una vacuna y tratamientos resultó en unas tasas de mortalidad extremadamente altas, con más de 11.300 muertes (incluidos 500 trabajadores de la salud) antes de contener la propagación del virus.

Mar Mediterráneo (2015)

Mar Mediterráneo 2015. Fuente: Anna Surinyach y Médicos Sin Fronteras.

Después de cerrarse la ruta migratoria de los Balcanes, el “viaje” a través del Mar Mediterráneo se convirtió en la vía principal de entrada a Europa. A falta de un compromiso de los países europeos para salvar vidas en el mar y un aumento de las muertes, MSF lanzó su operación de búsqueda, rescate y asistencia médica en el Mediterráneo. Durante seis años, las siete embarcaciones con equipos de MSF, en colaboración con otras organizaciones de rescate, han ayudado a más de 81.000 personas. En 2016, MSF anunciaba que dejaba de aceptar ayuda de la Unión Europea en oposición a sus políticas de disuasión migratoria y a los intentos de alejar a personas vulnerables de las costas europeas.

Según el secretario general internacional de MSF, Jerome Oberreit, al anunciar el corte de la financiación, las políticas de disuasión se han vendido al público como “soluciones humanitarias” cuando “han exacerbado el sufrimiento de las personas necesitadas”.

ISIS (2016-2017)

Irak 2017. Fuente: Javier Rius Trigueros y Médicos Sin Fronteras.

El ISIS estuvo en la ciudad de Mosul (Irak) durante casi tres años, hasta que el ejército iraquí y las fuerzas de coalición lideradas por Estados Unidos lanzaron una ofensiva para retomar la ciudad en octubre de 2016. A medida que los residentes intentaban huir a los campos establecidos para personas desplazadas, MSF se convirtió en la única organización que trabajaba en la parte occidental de la ciudad. Bajo fuegos constantes, trataron a personas heridas de guerra y proporcionaron servicios que salvaron vidas.

Refugiados rohingya en Bangladesh (2017)

Bangladesh 2018. Fuente: Robin Hammond y Médicos Sin Fronteras.

En agosto de 2017, los ataques de militantes contra las fuerzas gubernamentales en el estado de Rakhine (Myanmar) desencadenaron una ola de violencia selectiva contra la minoría étnica rohingya del país. Más de 700.000 personas huyeron del país al vecino Bangladesh. Los equipos de MSG ofrecieron asistencia de inmediato en los campamentos masivos y superpoblados del distrito de Cox’s Bazar. Cuatro años después la mayoría de los refugiados seguía viviendo en condiciones “infrahumanas” en los campamentos. MSF amplió sus operaciones con servicios de agua y saneamiento junto a otras actividades médicas necesarias, incluida la atención a largo plazo de enfermedades crónicas.

Pandemia global (2020-Actualidad)

Estados Unidos 2021. Fuente: Christopher Lee y Médicos Sin Fronteras.

El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaraba la pandemia global de COVID-19. Los casos confirmados se multiplicaban rápidamente en el mundo cobrándose casi dos millones de vidas solo en 2020. En medio de los crecientes desafíos MSF continuó trabajando para responder a las necesidades de la pandemia mientras se aseguraban de que los proyectos humanitarios existentes continuaban funcionando. A día de hoy siguen exigiendo un acceso justo y equitativo a las vacunas.

“En tiempos de crisis global la solidaridad no es un hecho. Si no nos movilizamos y estamos unidos, esta pandemia se llevará más que vidas. Nos hará perder nuestra humanidad”, advierte Monica Full, directora de Médicos Sin Fronteras.

Leyes antiterroristas

Además, en este aniversario, Médicos Sin Fronteras recuerda una fecha clave que afectó de manera significativa la ayuda humanitaria: los atentados del 11S.

Según la organización, a raíz del atentado, han proliferado en los últimos años leyes contra el terrorismo a distintos niveles que limitan la asistencia humanitaria en zonas de violencia extrema, precisamente donde más necesaria y urgente resulta. Bajo esas leyes, los Estados designan la totalidad de grandes áreas controladas por grupos terroristas o milicias insurgentes, como hostiles y objetivo militar en su conjunto. Es decir, asimilan la población con el grupo terrorista o milicia que controla esa región.

“Bajo la premisa del ‘todos son terroristas’, vemos coartada nuestra entrada a esas zonas. Ciertamente, parte de la población puede apoyar a dichos grupos, lo vemos en todos los contextos. Pero hay otra gran parte de los civiles que se ve afectada por la violencia. Se ven desplazados y despojados tanto de sus bienes como de sus derechos más básicos. Y es justamente a estas personas a las que dichas leyes no nos permiten llegar ni atender, y de alguna manera son víctimas de ambos lados”, dice nuestra directora de Operaciones de MSF España.

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