Aunque a día de hoy nada se puede afirmar con certeza, para Jose Iserte Bou, experto en explosivos, misiles y armamento y profesor de LISA Institute, las probabilidades de que se desencadene una guerra nuclear son “bastante reducidas”. En este artículo te explicamos por qué.
Como te hemos contado en LISA News, a comienzos de agosto han vuelto los temores sobre un desastre nuclear en el contexto de la guerra en Ucrania tras los ataques a la central nuclear de Zaporiyiade. Ucrania y Rusia se culpan mutuamente de los ataques y el jefe de OIEA, Rafael Mariano Grossi, subrayó el riesgo “muy real de un desastre nuclear”.
Un riesgo que ahora se vuelve a palpar tras el último comunicado de Putin en el que menciona el poder nuclear de Rusia.
“Cualquier ataque a una planta nuclear es una misión suicida” dijo Guterres desde Japón durante su discurso con motivo del 77º aniversario del primer bombardeo atómico de la historia. En este discurso Guterres también alertó que se está acerando una nueva carrera armamentística en el mundo y que las crisis con “graves matices nucleares” se están extendiendo rápidamente, desde Oriente Medio hasta la península de Corea pasando por Ucrania.
En relación al ataque sobre la central nuclear de Zaporiyiade, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski recordaba lo sucedido en 1986 en Chernóbil relacionándolo con el peligro actual. “El mundo no debe olvidar Chernóbil y el hecho de que Zaporiyia es la mayor central de Europa. La catástrofe de Chernóbil fue por la explosión de un reactor, y la central de Zaporiyia tiene seis”, dijo.
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El pasado 28 de febrero el ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigu, anunciaba que había comunicado a los centro de mando las órdenes del presidente ruso, Vladimir Putin, de poner a las “fuerzas nucleares del Ejército ruso en alerta especial de combate”. Hoy, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, decía que la “única alternativa a las sanciones contra Rusia era la tercera guerra mundial” y que ésta sería “nuclear y devastadora”.
Estas últimas declaraciones se realizaban tras el anuncio de la predisposición del Kremlin a retomar las negociaciones con Ucrania, sin cesar los bombardeos en el país. Desde que comenzó a escalar el conflicto en Ucrania, el mismo Putin también ha insinuado en diferentes ocasiones el potencial nuclear ruso.
Más allá de que no se pueda afirmar nada con certeza, para el experto en en explosivos, misiles y armamento y profesor de LISA Institute, Jose Iserte Bou, las probabilidades de que se desencadene una guerra nuclear son “bastante reducidas”.
“Si Putin ordenase el empleo de armas nucleares en Ucrania, desencadenaría un proceso en el que él también saldría perdiendo. La réplica de los otros países no se dejaría esperar y Rusia no volvería a recuperarse”, afirma el experto. En este sentido destaca que “no hay que olvidar que la disuasión nuclear también puede ser esgrimida por la OTAN”.
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El experto recuerda cómo la amenaza de guerra nuclear ya se planteó sobre la humanidad al menos en dos ocasiones: durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962 y en el conflicto indo-paquistaní en el año 2000. Así, insiste en el papel del “acuerdo tácito” entre potencias nucleares según el que la nuclear “es un arma que se emplea para la disuasión y no para realizar ataques”. “Se esgrime y se amenaza con su uso, pero no se emplea”, asegura.
Así lo firmaron las principales potencias nucleares (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia) en un comunicado conjunto el pasado mes de enero en el que subrayaban que las guerras nucleares “no pueden ganarse y no deben librarse”.
En relación a la estrategia de Putin sobre la amenaza nuclear, según el experto, el presidente ruso podría haber esperado una “guerra relámpago”, pero se ha encontrado con una “férrea resistencia ucraniana y una comunidad internacional unida”. “Sintiéndose frustrado y en un movimiento de huida hacia delante, para evitar un fracaso que podría constarle caro, estaría jugando su última carta: la amenaza del empleo de armamento nuclear”, afirma.
Rusia y Estados Unidos poseen alrededor del 90% de los arsenales nucleares mundiales
Si bienes cierto que los datos sobre las reservas nucleares varía de una fuente a otra y que todas las cifras son estimaciones (no todos los sistemas de armas con capacidad nuclear llevan de por sí ojivas nucleares), los informes parecen coincidir en que Rusia y Estados Unidos poseen conjuntamente alrededor del 90% de los arsenales nucleares mundiales y que, por poco, el poder nuclear ruso es superior al estadounidense. Realizando una media entre los distintos informes, Rusia poseería alrededor de 6.000 cabezas nucleares y Estados Unidos sobre 5.000.
Según las estimaciones del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2021 los nueve países con armamento nuclear (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte), poseían conjuntamente unas 13.080 armas nucleares. Una cifra que representa una disminución respecto de las 13.400 que el SIPRI calculó que tenían a comienzos de 2020.
Sin embargo, a pesar de esta reducción reducción general, el número estimado de armas nucleares desplegadas actualmente en fuerzas operativas creció hasta las 3.825, desde las 3.720 del año pasado. De estas, alrededor de 2.000 —casi todas de Rusia o Estados Unidos— se mantuvieron en un estado de “alerta operativa alta”.
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En este sentido, en junio de 2021, el miembro asociado senior del Programa de Desarme Nuclear, Control de Armas y No-Proliferación del SIPRI y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos (FAS), Hans M. Kristense, declaraba que éste era un “indicador preocupante de que la tendencia a la baja que ha caracterizado los arsenales nucleares globales desde el fin de la guerra fría se ha estancado”. “Parece que tanto Rusia como Estados Unidos están dando más importancia a las armas nucleares en sus estrategias nacionales de seguridad”, afirmaba Kristensen.
El Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) es la base de los esfuerzos globales por reducir las armas nucleares en el mundo: entró en vigor en 1970 y cuenta con la firma de 191 países, entre ellos Estados Unidos y Rusia. También se han adoptado otros esfuerzos como el Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), considerado el primer instrumento de Derecho Internacional Humanitario para mitigar las consecuencias humanitarias catastróficas de derivadas del uso y el ensayo de armamento atómico.
Por su parte, el nuevo START limita a cada país en 1.550 ojivas estratégicas desplegadas y atribuye una ojiva desplegada por bombardero pesado desplegado, sin importar cuántas ojivas lleve cada bombardero. Las ojivas en los misiles balísticos intercontinentales y SLBM desplegados se cuentan por el número de vehículos de reentrada en el misil. Cada vehículo de reentrada puede llevar una ojiva.
Según SIPRI, Rusia poseería el mayor número de ojivas nucleares a nivel global, pero Estados Unidos tendría más ojivas “desplegadas o inmediatamente utilizables”. Tanto Rusia como China también poseen un número menor de ojivas nucleares no estratégicas (también conocidas como tácticas), que no están sujetas a ningún límite del tratado.
La frustración de la ONU ante el desarme nuclear
Tras el anuncio de Rusia de poner en alerta máxima sus fuerzas nucleares, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró durante una sesión especial de emergencia sobre Ucrania que el mayor órgano deliberativo celebra por disposición del Consejo de Seguridad que era “escalofriante” y que “la mera idea de un conflicto nuclear es simplemente inconcebible”. “Nada puede justificar el uso de armas nucleares” añadía Guterres.
Lograr el desarme nuclear a nivel mundial es uno de los objetivos más antiguos de las Naciones Unidas. De hecho, fue el tema de la primera resolución aprobada por la Asamblea General, en 1946, y ha formado parte de su agenda desde 1959, junto con el desarme general completo.
Según la ONU, El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), firmado hace medio siglo, impidió que el arma atómica se extendiera por el mundo, pero su éxito está amenazado por el deseo de las grandes potencias de conservarla y por la salida de Estados Unidos en 2015 del acuerdo nuclear con Irán que actualmente se está renegociando. Ahora se suma también la crisis en Ucrania y las amenazas de Putin.
El TNP tampoco logró impedir la emergencia de nuevas potencias atómicas. Cuatro Estados se han dotado del arma nuclear desde el nacimiento del tratado: India, Pakistán e Israel, que nunca firmaron el texto, y Corea del Norte, que abandonó el TNP en 2003.
Las armas nucleares solo se han utilizado en dos ocasiones, ambas por Estados Unidos. El 6 de agosto de 1945 en Hiroshima matando a aproximadamente 140.000 personas y, tres días después, en Nagasaki donde murieron alrededor de 74.000 personas.