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¿Qué es la diplomacia urbana?

Análisis

Carmen Revilla
Carmen Revilla
Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos. Entusiasta de la geopolítica, el análisis de conflictos, el derecho internacional, y los movimientos sociales.

Se conoce como «diplomacia urbana» al fenómeno que implica la participación de las ciudades en relaciones diplomáticas y reconoce su capacidad para influir en la política global. La diplomacia urbana se ha convertido en un componente esencial de la geopolítica moderna, complementando y, en algunos casos, reemplazando, a la diplomacia tradicional de los Estados. 

Origen y desarrollo de la diplomacia urbana

La idea de las ciudades como entidades diplomáticas no es nueva. En la antigüedad, ciudades-estado como Atenas y Esparta ya desempeñaban roles diplomáticos significativos en la región mediterránea. Estas primeras formas de diplomacia urbana fueron fundamentales para la formación de alianzas militares y comerciales, y la resolución de conflictos a través del diálogo en lugar de la guerra.

Durante la Edad Media, las ciudades comerciales italianas como Venecia y Génova desarrollaron extensas redes diplomáticas para proteger y expandir sus intereses económicos. Venecia, en particular, estableció consulados y embajadas en diversos puntos estratégicos a lo largo del Mediterráneo, demostrando cómo una ciudad podía ejercer influencia a través de la diplomacia para asegurar rutas comerciales y alianzas políticas.

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La diplomacia urbana en su forma moderna comenzó a desarrollarse después de la Segunda Guerra Mundial. Todo ello en un contexto de reconstrucción y búsqueda de paz global. Las devastaciones de la guerra y el inicio de la Guerra Fría llevaron a las ciudades a buscar formas de promover la paz y la cooperación internacional.

Una de las iniciativas pioneras en este sentido fue el establecimiento de Sister Cities International en 1956 por el presidente Dwight D. Eisenhower. El objetivo era fomentar la paz mundial y la comprensión mutua mediante la creación de asociaciones entre ciudades de diferentes países. Este movimiento surgió como una respuesta a las tensiones de la Guerra Fría. El movimiento promovía el entendimiento cultural y personal como un medio para reducir las hostilidades y fomentar la cooperación internacional.

En las últimas décadas, la globalización y la urbanización han impulsado el desarrollo de la diplomacia urbana. Las ciudades, como centros de innovación y cultura, han comenzado a tomar un papel más activo en la escena internacional, abordando desafíos globales como el cambio climático, la migración y la seguridad.

Organizaciones como Ciudades y Gobiernos Locales Unidos y la Asociación Internacional de Alcaldes han facilitado esta evolución al proporcionar plataformas para la cooperación y el intercambio de mejores prácticas entre ciudades.

Ciudades hermanas

La diplomacia urbana se manifiesta de diversas maneras, reflejando el papel cada vez más significativo que las ciudades desempeñan en la política global. El concepto de «ciudades hermanas» como se mencionó anteriormente, fue una de las primeras iniciativas de la diplomacia urbana. 

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El hermanamiento entre Madrid y Buenos Aires ha sido fundamental para el intercambio cultural y la cooperación. Sobre todo, en áreas como la innovación tecnológica y el desarrollo urbano. Este vínculo de más de 40 años ha permitido a ambas ciudades compartir experiencias y mejores prácticas en el desarrollo de políticas urbanas y sociales.

Capitales culturales

Las designaciones de capitales culturales son otra manifestación importante de la diplomacia urbana. Títulos como la Capital Europea del Deporte o la Capital Iberoamericana de la Cultura, permiten a las ciudades destacarse en el escenario internacional. Con ello, celebran su patrimonio cultural y promueven el turismo.

El programa de Capital Iberoamericana de la Cultura fue instaurado en 1991 por la Conferencia de Ministras y Ministros de Cultura de Iberoamérica con el objetivo de promover el intercambio cultural y la cooperación entre los países iberoamericanos. La ciudad designada recibe apoyo para organizar eventos culturales y proyectos que reflejen la diversidad y riqueza de la región.

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Ejemplo de ello es La Paz, la cual fue designada Capital Iberoamericana de la Cultura en 2018. Durante su año de mandato, la ciudad organizó una serie de eventos culturales, incluyendo festivales de música, ferias de libros y exposiciones de arte, que atrajeron a visitantes de todo el mundo. Esta designación ayudó a posicionar a La Paz como un centro cultural en la región y fortaleció los lazos culturales entre Bolivia y otros países iberoamericanos.

El turismo como instrumento diplomático

El turismo, cuando se utiliza estratégicamente, se convierte en una poderosa herramienta de diplomacia. No se trata solo de atraer visitantes, sino de utilizar el turismo como un medio para fortalecer relaciones internacionales, promover la cultura y fomentar la cooperación económica y social.

El turismo cultural es un fuerte instrumento de la diplomacia urbana. Al atraer visitantes internacionales, las ciudades pueden compartir su patrimonio cultural, historia y tradiciones, fomentando así el entendimiento y la cooperación global. 

Kyoto es un ejemplo notable de cómo el turismo cultural puede servir como instrumento diplomático. La ciudad, conocida por sus templos históricos, jardines y festivales tradicionales, atrae a millones de turistas cada año. Estos visitantes no solo contribuyen a la economía local, sino que también llevan consigo una mayor apreciación y comprensión de la cultura japonesa, fortaleciendo los lazos entre Japón y el resto del mundo.

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Por otra parte, el turismo de negocios también juega un papel crucial en la diplomacia urbana. Al albergar conferencias, ferias comerciales y eventos internacionales, las ciudades pueden atraer a líderes empresariales y políticos, facilitando así el intercambio de ideas y la creación de redes internacionales.

Singapur se ha consolidado como un centro global para el turismo de negocios. La ciudad-estado organiza numerosos eventos internacionales como la Cumbre de Singapur y el Foro Económico Mundial sobre ASEAN. Estos eventos no solo impulsan la economía local, sino que también posicionan a Singapur como un centro neurálgico de la diplomacia y el comercio global, facilitando encuentros y acuerdos entre líderes de diversas partes del mundo.

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