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China refuerza sus fronteras, tanto las terrestres como las digitales

Análisis

Javier Valencia
Javier Valencia
Doctor en investigación y desarrollo en Geotecnologías por la Universidad de Salamanca y Máster en Ciberseguridad (Universidad Camilo José Cela) con más de 20 años de experiencia profesional. Los últimos 10 años ha dedicado su trabajo desde Cras Vigilans Group SL a formar y asesorar a Administraciones públicas, Centros de Investigación y empresas en materia de Geointeligencia y Ciberinteligencia.

Un análisis sobre los avances que está desarrollando China en su afianzamiento de las fronteras, tanto las correspondientes a las físicas con terceros países, como las referentes a las digitales, aumentando su independencia digital.

*Este análisis del experto en Geotecnologías y Ciberseguridad, Javier Valencia, fue previamente publicado en su perfil de LinkedIn.

Fronteras terrestres y toponimia

En lo que a las fronteras terrestres se refiere, en los últimos años cabe destacar dos acciones interesantes, que aunque no son originales, si que muestran claramente sus objetivos de expansión.

La primera de ellas se corresponde con el desarrollo de nueva toponimia en las zonas límites con terceros países, fundamentalmente India. Se trata de ir creando doctrina en materia de referencias cartográficas, fuentes comunmente consultadas, a la hora de mediar en litigios entre países colindantes.

El Ministerio de Asuntos Civiles de China anunció el miércoles 29 de diciembre que había “estandarizado” los nombres de 15 lugares en Arunachal Pradesh, actuando de acuerdo con las regulaciones sobre nombres geográficos emitidas por el Consejo de Estado, el equivalente del Gabinete chino. Como respuesta, India contestó oficialmente que Arunachal Pradesh siempre ha sido y será, una parte integral de la India. 

China reclama unos 90.000 km2 de Arunachal Pradesh como su territorio. Llama al área “Zangnan” en el idioma chino y hace repetidas referencias al “sur del Tíbet”. Los mapas chinos muestran a Arunachal Pradesh como parte de China y, a veces, se refieren a ella entre paréntesis como “el llamado Arunachal Pradesh”. 

Anteriormente desarrolló esta estrategia en la región del sur del Tíbet de China. Desarrolla toponimia y la marca oficialmente con latitud y longitud. ¿Qué busca ganar China con estas declaraciones? Es parte de la estrategia china para hacer valer sus reclamos territoriales sobre el territorio indio. 

El “primer lote” de cambios de nombre en 2017 se produjo días después de que el Dalai Lama visitara Arunachal Pradesh, contra la cual Beijing había presentado una fuerte protesta. Lo que se busca es la consolidación en fuentes cartográficas de lo que supuestamente eran nombres utilizados en el “sur del Tíbet”, heredados de boca en boca durante generaciones por grupos étnicos minoritarios. De esa forma, el reclamo de soberanía de la región del sur del Tíbet tiene una base histórica, cultural, administrativa y jurisdiccional prominente. 

China refuerza sus fronteras, tanto las terrestres como la digitales

Como ha llegado a escribirse, se trata de hacer reclamos agresivos sobre territorios sobre la base de supuestas injusticias históricas cometidas contra China, parte del manual de política exterior de Beijing.

Esta línea va totalmente paralela al desarrollo de los Fake Maps que, como en otros muchos casos en la historia de la humanidad, tratan de crear un precedente histórico en base a las “archiutilizadas” fuentes cartográficas para dirimir conflictos internacionales.

Fronteras terrestres y desarrollo de nuevas infraestructuras

Desde hace unos años, las nuevas aldeas construidas por el gobierno chino en la frontera con los países vecinos, o simplemente al otro lado de la frontera, o en territorios en los que China disputa, han sido avistados y reportados con una frecuencia cada vez mayor.

En general, cualquier servicio de Inteligencia Geoespacial las ha detectado y/o analizado, pero también mediante plataformas GIS o IMINT de código abierto.

En este sentido, China parece haber desarrollado un modus-operandi en el que niegan el desarrollo de “tierras de nadie”, neutrales, entre las fuerzas en cualquier frontera designada. Su acción ha sido clara, acercarse directamente a la frontera o línea de demarcación y registrar su presencia ya sea con un final de camino de pucca, o un edificio con un muro o trincheras que sirven como defensas fronterizas militares.

Incluso donde no hay ningún edificio, el extremo de la carretera siempre es adecuado para el patrullaje vehicular, como se puede observar en muchas áreas donde el extremo ciego de una carretera en la frontera termina en un “bucle” que permite que un vehículo retroceda. 

¿Por qué los chinos construirían aldeas en lugar de colocar destacamentos de fuerzas armadas en la zona? La explicación que ha aparecido en algunos medios es que al construir una aldea, los chinos pueden afirmar que la zona es una “zona poblada” y no se puede disputar. Esta línea argumental, junto con lo anteriormente citado en la primera publicación sobre afianzamiento de fronteras con toponimia, conforma un modus-operandi claro sobre las líneas límite del Gigante Asiático.

China tiene claro el concepto de enfoque estricto en la realidad de la gestión territorial, proponiendo construir buenas carreteras aptas para vehículos para conectar todos los rincones de las áreas en las que se asentaron. También lo están haciendo en África. Construyeron carreteras con precisión hasta lo que percibían como una frontera y se detuvieron allí, a veces con un final ciego a una carretera con un bucle para que los vehículos retrocedan.

China refuerza sus fronteras, tanto las terrestres como la digitales

Con el control del territorio que han desarrollado a través de una potentísima acción de desarrollo de infraestructura de Inteligencia Geoespacial esto ya no tendría sentido, pero demuestra su necesidad de demostrar la propiedad de la tierra.

China ahora está tratando de poner a las poblaciones de su lado en áreas que estaban despobladas en el pasado. Al hacerlo, está preparando tanto infraestructura como desarrollo cultural y demográfico en zonas que pueden estar en continuo litigio. De esta manera la balanza se podría ver compensada hacia su estrategia geopolítica.

Fronteras digitales

China continúa consolidando su estrategia de “independencia digital” a través de sus últimas medidas adoptadas. En anteriores ocasiones ya comentamos las acciones que el Gigante Asiático estaba tomando en relación con grandes compañías de gestión de RR.SS. y de servicios de Internet al intentar operar en su territorio. O claudicaban ante sus exigencias o se veían fuera del enorme nicho de mercado que supone este país.

Ahora nos encontramos ante otra tesitura, el uso que agencias gubernamentales chinas están haciendo de software “sofisticado” para monitorizar RR.SS., incluidas Twitter y Facebook, y recopilar información sobre funcionarios y periodistas occidentales, según una investigación reciente de The Washington Post.

En ese informe se cita la revisión de 300 documentos de adquisiciones para proyectos gubernamentales que datan de 2020 y que, según se informa, incluían la adquisición de software de vigilancia. 

El gobierno chino está intensificando sus esfuerzos entre sus programas existentes y aprovechando nuevo software para monitorizar la disidencia extranjera. Pero no sólo eso. Se citan medios estatales chinos, departamentos de propaganda, ciberreguladores, policía y agencias militares buscando un software de 320.000$ que explota Twitter y Facebook para crear una base de datos de periodistas y académicos extranjeros.

También se cita un proyecto de Beijing, una especie de programa de inteligencia policial que supuestamente asciende a 216.000$ y analiza la comunicación dentro de las naciones occidentales sobre temas como Hong Kong y Taiwán, foco de las manifestaciones a favor de la democracia.

El gobierno chino, a través de un centro cibernético en Xinjiang, también está catalogando “el contenido lingüístico de los grupos minoritarios principalmente musulmanes en el extranjero”, orientado a musulmanes uigures, nativos del noroeste de China. También se citan bases de datos extraídas de la Dark Web para identificar a los autores de contenido marcado por el Partido Comunista Chino. 

Algunos expertos en seguridad enfatizan que la información así extraída puede ser muy útil para espionaje tanto en el sector privado, donde compiten con otros países, como en el sector público o potenciales influenciadores políticos. 

Estos desarrollos de vigilancia de RR.SS. se producen cuando las empresas de tecnología detectan los esfuerzos de piratería informática respaldados por el estado chino. La semana pasada, CrowdStrike informó que la APT vinculada a China, AQUATIC PANDA, intentó aprovechar la falla de la biblioteca de registro de Apache Log4j en el servicio de servidor web Horizon Tomcat de VMware.

A su vez, la unidad de búsqueda de amenazas de la empresa, Falcon OverWatch, informa de un intento de ataque a “una gran institución académica”. Así, China afianza sus fronteras digitales y extrae información “externa”.

*Este análisis del experto en Geotecnologías y Ciberseguridad, Javier Valencia, fue previamente publicado en su perfil de LinkedIn.

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