una crónica en relación con el VI Congreso Internacional «Desafíos a la Seguridad Global» sobre la presencia de Rusia y China en los países latinoamericanos.
El lunes 18 de abril de 2023, el viceministro de Relaciones Exteriores chino, Le Yucheng, se reunió con el Embajador de Rusia en China, Andrey Ivanovich Denisov, según un comunicado del Ministerio de Exteriores Chino.
Tras este encuentro, el Gobierno de China afirmó que «fortalecerá» su «coordinación estratégica» con Rusia, independientemente de la «situación internacional», con la vista puesta en «salvaguardar los intereses comunes de ambas partes».
Le Yucheng declaró que entre Rusia y China «la amistad no tiene frontera» y reiteró que entre los dos países existe «una asociación estratégica global» y una «cooperación para una nueva era de alto nivel.»
Giuseppe de Donno, Ex Coronel de Carabinieri y Analista de Inteligencia, expone que con esta muestra de apoyo de China a Rusia, se «solemniza el valor estratégico del acuerdo que fue firmado el 4 de febrero entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente chino Xi Jinping por la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín.»
Este acuerdo, que surge tras el encuentro entre los dos presidentes en la sesión inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín, pone de manifiesto el acercamiento entre los dos países en cuestiones como el rechazo a la expansión de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Con razón a este acercamiento, De Donno asegura que «el escenario [geopolítico] cambia muy rápidamente» y que «seguramente impacte con lo que China y Rusia hacen alrededor del mundo.»
Una visión general sobre la presencia de Rusia en los países latinoamericanos
Actualmente, Rusia trata de restablecer su hegemonía geopolítica en el espacio post soviético -dichos Estados que fueron dominados por la influencia soviética- como parte de su estrategia de seguridad y para reducir la influencia occidental en el continente.
En América, la expansión rusa se remonta a la Guerra Fría. De Donno recuerda la conquista de Alaska por parte de Rusia en el siglo XVIII y la posterior compra del territorio por Estados Unidos en 1867. También hace referencia al intento ruso de colocar misiles balísticos en Cuba durante la Guerra Fría y el respaldo ruso a las fuerzas de izquierda de los países de Centroamérica en la década de 1930.
Con el final de la Guerra Fría, Rusia se alejó del territorio latinoamericano. Sin embargo, en la actualidad ha vuelto a estar presente. El ponente expone que la llegada de Rusia a los países de América Latina ha sido «permitida» y reforzada por cuatro factores.
En primer lugar, por la ausencia de Estados Unidos en América Latina desde principios del siglo XXI. El segundo de los factores ha sido la aparición en los países latinoamericanos de gobiernos autoritarios de izquierdas que han promovido políticas nacionalistas contrarias a los intereses de Estados Unidos.
Por otro lado, nos encontramos también con la presencia de Estados Unidos en las llamadas «Revoluciones de color», las grandes movilizaciones populares que tuvieron lugar a principio del S.XXI en antiguas repúblicas soviéticas.
El objetivo principal de estas protestas era impulsar la democracia en regímenes autoritarios a través de actividades pacíficas. Estas protestas adoptaban el nombre de un color en cada país, como la Revolución Naranja en Ucrania del año 2004.
El último factor hace referencia a la actual expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que «suscitó una fuerte reacción de Moscú» y ha reaccionado ampliando su presencia geopolítica en los países de América Latina.
¿Cuáles son los Estados más importantes para Rusia y China en América Latina?
Giuseppe de Donno declaró que el país sobre el que Rusia mantiene el mayor interés es Cuba. Tras el colapso de la Unión Soviética, el país se encontró en una situación económica desfavorecida. Por este motivo, Cuba ha mostrado inclinación por modernizar sus fuerzas armadas y mejorar la situación económica. En el año 2013, Rusia canceló el 90% de la deuda cubana en un acuerdo que, según el ponente, «nunca ha sido divulgado».
Este acto permitió que muchas empresas rusas pudieran participar en Cuba, en la explotación de recursos naturales; en concreto la explotación del petróleo y níquel. Este intercambio permitió a La Habana ampliar su protagonismo en el exterior y obtener mayor implicación en materia diplomática.
Por otro lado, nos encontramos con Venezuela. Después del gobierno de Hugo Chávez, Venezuela forjó relaciones con Rusia y países latinoamericanos que compartían un sentimiento anti estadounidense, como Nicaragua.
De esta forma, Venezuela se convirtió en un aliado estratégico de Rusia, país sobre el que De Donno afirma «que ha hecho todo lo posible para evitar la caída del gobierno venezolano, encabezado por [Nicolás] Maduro.» Además, afirma que Venezuela es comprador de armas que provienen de Rusia.
«La entrega de equipos militares aumentó el poder en Venezuela, desánimo una revuelta disidente, desalentó la intervención militar extranjera e incluso equilibró la presencia de las fuerzas estadounidense en Colombia» declaró el ponente.
También declara que algunos medios de comunicación confirman la presencia de mercenarios del Grupo Wagner -entidad militar privada con sede en Rusia- en Venezuela. Su actividad está relacionada con la seguridad del ejecutivo venezolano y de los altos cargos del régimen.
Además, la presencia rusa en Venezuela está vinculada a la extracción de recursos naturales por parte de empresas rusas. A través de las prestaciones Moscú a Venezuela, las empresas rusas obtienen participación en el país para la explotación de recursos como el petróleo o el oro.
De Donno, también destaca la influencia de Rusia en Nicaragua. La presencia rusa en el país comenzó, cuando la Unión Soviética comenzó a apoyar a gobiernos izquierda instaurados por los militares sandinistas en la conocida como Revolución Sandinista, que puso fin a la dictadura de Somoza a finales de los años 70.
Esta revolución enfrentó a los partidarios del Frente Sandinista de Liberación (FSNL) que contaban con un amplio respaldo popular, con los defensores del Régimen de Somoza, apoyados por Estados Unidos. El apoyo soviético a los militares sandinistas incluyó la asistencia militar, diplomática, política y económica.
El fin de la Guerra Fría y la expulsión electoral de los sandinistas también mitigó la presencia de Rusia en Nicaragua. Sin embargo, la llegada al poder de Daniel Ortega en 2007 -líder actual del FSNL- cambió la orientación estratégica del país. Nicaragua y Rusia volvieron a establecer una relación bilateral, motivada por el rechazo a Estados Unidos.
Managua ha favorecido los intereses políticos de Moscú en el extranjero, mostrando su apoyo a la anexión de Crimea en 2014 y con su respaldo a la invasión de Ucrania.
A su vez, Rusia ha apoyado el régimen de Daniel Ortega, a través de las prestaciones monetarias y armamentísticas. Por otro lado, Moscú se ha implicado en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad nicaragüenses, y ha utilizado el territorio del país para realizar actos simbólicos, militares y navales.
Hugo San Martín, ex Ministro de Gobierno y ex Ministro de Trabajo en Bolivia, destaca también la presencia rusa en el país. Rusia ha utilizado una estrategia similar a la que ha empleado en Occidente con el fin de ampliar su hegemonía geopolítica. A través de «la guerra híbrida, los procesos de desinformación, las operaciones especiales, que socavan la confianza de los ciudadanos en la democracia, fomentan las fracturas políticas y erosionan la confianza entre ciudadanos y representantes políticos» ha asegurado el ponente.
Especialmente, en Bolivia, la presencia rusa está relacionada con los proyectos de energía nuclear, tales como la explotación del litio, pues Bolivia es el país que posee la mayor reserva de este mineral a nivel mundial. Bolivia, por su parte, ha respaldado los intereses diplomáticos de Rusia, posicionándose a favor de esta última en las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Sin embargo, San Martín insiste en que la invasión de Ucrania ha establecido un «antes y un después» para Rusia. A pesar de que muchos analistas internacionales hubieran creído que Rusia fuera el segundo país poseedor del mayor ejército mundial -después de Estados Unidos-, la guerra en Ucrania, asegura el ponente, «ha puesto en entredicho que sea una potencia regional en la actualidad.»
Considera que Rusia queda en una posición muy «delicada». Por ello, los países que veían a Rusia como una nación que volvería a reconfigurar el orden mundial, cambiarán su perspectiva. También asegura que a partir de este momento disminuirá también la influencia rusa en los países donde actualmente la ejerce.
Raul Silva Albán, General del Ejército Peruano y segundo comandante general de la Región Militar del Norte, subraya la presencia china y rusa en Perú y hace referencia al Foro de São Paulo, para explicar el apoyo que brindan Rusia y China a los partidos de izquierda en el país. El Foro de São Paolo es una organización de partidos y grupos de izquierda latinoamericanos fundada en 1990 tras la caída del Muro de Berlín para combatir la influencia del neoliberalismo en América Latina. En Perú actualmente partidos y movimientos de izquierdas también forman parte del Foro.
Sobre la posición de estos partidos, Silva declara que «aún no se han dado cuenta de que tanto Rusia como China han abandonado el marxismo inicial y ahora están orientados hacia el autoritarismo.»
Por otro lado, considera que China «necesita el soporte ideológico de los países en Latinoamérica, para seguir fomentado la estrategia en su país a través de un discurso neo marxismo y maoísta.» Sin embargo, también asegura que esta política se aleja de los términos marxistas porque se desarrolla en una economía de mercado.
Perú mantiene relaciones comerciales con China y depende de la economía de este último, por el comercio de minerales, en particular de oro y cobre. Este país es un gran productor de estos dos recursos y China es el comprador principal de cobre en Perú.
Sin embargo, con relación a la extracción de estos minerales, Silva declara que «actualmente Perú está viendo paralizadas sus inversiones nacionales, así como la gestión de las grandes mineras que [ahora] cuentan con acciones chinas de hasta un 80%.» Lo mismo sucede con la explotación del gas.
Ramiro Miguel Mantilla, ex Comandante General de la Policía Nacional de Ecuador, declara que la alianza entre Estados Unidos y Ecuador se materializaba con la firma de un pacto de defensa mutua, conocido como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en el año 1949.
Sin embargo, Mantilla expone que en el año 2007, con la llegada del presidente Rafael Correa al gobierno, las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos disminuyen. De hecho, en 2009 Correa finalizó el convenio con Estados Unidos que permitía la presencia de una base norteamericana en Manta, ciudad costera del Ecuador, con el objetivo de controlar la red de narcotráfico.
Este acuerdo fue firmado por el presidente Jamil Mahuad en el año 1999. Con la eliminación de esta base se incrementan los índices de narcotráfico, los decomisos de droga -hasta un 1000%- y los delitos asociados al narcotráfico. En el año 2018 la tasa de homicidios era de 5,9 por 100.000 habitantes. En el año 2021, llega a los 14 homicidios por cada 100.000 habitantes.
A partir de la finalización de este acuerdo, comienzan a establecerse vínculos entre Ecuador, China y Rusia, a través de la firma de convenios de asesoramiento y cooperación militar gratuita con ambos países, aunque no llega a consolidarse.
Por otro lado, Mantilla declara que en Ecuador la influencia de China es la «más visible» que la de Rusia, pues el primer país ha tenido una presencia muy importante en el gobierno de Rafael Correa.
China adquirió parte de la deuda ecuatoriana a cambio de la concesión de petróleo de Ecuador y la participación de las empresas chinas en la economía ecuatoriana. Sin embargo, estas compañías han infringido los reglamentos ecuatorianos en materia de producción y construcción.
Por último, el ponente declara que con la llegada al gobierno de Guillermo Lasso en 2021, actual presidente de la República de Ecuador, las relaciones con China han quedado mermadas. Ecuador trata de revertir la deuda, y restablecer la cooperación con Estados Unidos en materia de seguridad.
La presencia China también destaca en Colombia, donde ha intervenido en el asesoramiento a las fuerzas armadas colombianas en materia de seguridad y crimen internacional.