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El nexo entre la delincuencia organizada y los delitos por contaminación

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

Un nuevo informe de Interpol analiza el papel de los grupos del crimen organizado en los delitos por contaminación a nivel mundial.

Según Interpol, la contaminación ilegal es un delito tan rentable como grave, con consecuencias “devastadoras” para las comunidades, el medio ambiente, las empresas legítimas y el Estado de derecho.

En los casos detectados por Interpol se estima que las ganancias derivadas de los delitos de contaminación osciló entre 175.000 y 58 millones de dólares, lo que corresponde a un promedio de 19,6 millones de dólares para cada caso.

Según la información derivada del examen en profundidad de Interpol sobre 27 casos de delitos de contaminación, las ganancias de los grupos criminales ascienden a 500 millones de dólares. Igualmente alarmantes son los costes de limpieza y descontaminación de los sitios donde ocurren los delitos de contaminación ilegal, que oscilaron entre 6 y 37 millones de dólares (15,6 millones de dólares en promedio).

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Si bien la mayoría de los casos provienen de países europeos, las investigaciones de Interpol demuestran que el nexo entre la delincuencia organizada y la contaminación es un fenómeno global, que involucra a una amplia variedad de perpetradores y estructuras organizativas.

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Para facilitar los delitos de contaminación, los autores cometen sistemáticamente una serie de fraudes documentales y delitos financieros, como la evasión fiscal y el blanqueo de dinero. En algunos casos que requieren la complicidad de funcionarios públicos, los autores también recurren al soborno, la extorsión y el fraude.

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Las redes transnacionales suelen ser clave en los delitos de contaminación. En uno de los casos expuestos por Interpol, los grupos de delincuencia organizada exportaron ilegalmente residuos municipales desde el Reino Unido y los vertieron en Polonia, afirmando fraudulentamente que se deshacían de los residuos en lugares legítimos con sede en el Reino Unido, como se les pagaba. El vertido ilegal provocó unos 30-40 incendios de residuos en Polonia.

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En España, una empresa importaba neumáticos usados de otros países europeos y los revendía como neumáticos de segunda mano a países de África, el Caribe y América Latina. Todo ello a pesar de que los neumáticos estaban mal almacenados en condiciones peligrosas y no cumplían las normas. La empresa no declaraba la importación de los neumáticos para evitar impuestos y blanqueaba sus beneficios a través de bienes inmuebles, vehículos, joyas y monedas virtuales.

El modus operandi en los delitos de contaminación

Los delitos de contaminación, según se concluye en el informe de Interpol, son a menudo una delincuencia organizada, llevada a cabo con métodos innovadores, adaptables y sofisticados, pero no siempre adoptan la forma que cabría esperar.

“Aunque en algunos casos están implicados grupos criminales centralizados de tipo mafioso o pandillero, la gran mayoría de los sospechosos eran hombres y mujeres de negocios que operaban bajo la cobertura de una empresa legítima, o como una red de intermediarios individuales”, aseguran desde Interpol.

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Esta estructura descentralizada reflejaría el modo en que se realizan gran parte de los negocios transfronterizos, que implican cadenas de valor globales en las que los servicios se subcontratan regularmente a través de una red en gran medida “horizontal” de actores económicos.

Además, algunas de las empresas legítimas de estas redes se decantan por prácticas comerciales ilegales y cometen delitos de contaminación para aumentar sus márgenes de beneficio, con o sin el conocimiento de otras empresas vinculadas a ellas.

El panorama que surge es uno en el que las diferentes formas de delitos de contaminación suelen coexistir y mezclarse con los operadores legítimos. Sin embargo, esto no hace que el delito sea menos organizado ni menos dañino.

Hacer de la contaminación un delito de “alto riesgo”

La mayoría de los casos examinados por el informe de Interpol eran transfronterizos, lo que pone de manifiesto la importancia de la cooperación policial internacional para combatir los delitos de contaminación.

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Los delitos de contaminación se han caracterizado a veces como de alta rentabilidad y bajo riesgo, en parte debido a los numerosos problemas que plantea la vigilancia de estos delitos y a los escasos procesamientos registrados hasta la fecha.

Entre los retos comunes para la aplicación de la ley se encuentran las lagunas de cooperación entre la policía y las autoridades reguladoras del medio ambiente, la falta de formación especializada, la escasa prioridad que se da a la aplicación de la ley sobre la contaminación en muchos países y los obstáculos jurídicos cuando el delito de contaminación no es uno de los delitos subyacentes, o “graves”, que pueden perseguirse en virtud de las leyes sobre la delincuencia organizada.

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