El Sahel, región clave para Europa, enfrenta graves desafíos como el terrorismo y el cambio climático. España juega un papel activo en su estabilidad, combinando seguridad y cooperación al desarrollo. En este artículo, realizaremos un breve recorrido por las principales áreas de colaboración de España en el Sahel.
El Sahel se ha convertido en una región de gran importancia, no solo a nivel mundial, sino también para España. Esta vasta franja de África, que va desde Senegal hasta Sudán, representa una de las fronteras más vulnerables y estratégicas para Europa.
Esto se debe a varios desafíos:
- El auge del terrorismo yihadista.
- El crimen organizado.
- El impacto del cambio climático.
- La inestabilidad política, económica y social.
- Los flujos migratorios hacia el norte.
Para España, la cercanía geográfica y su posición como puerta de entrada a Europa hacen del Sahel un punto clave en la protección de sus intereses nacionales. Por todo ello, España ha asumido un papel activo en esta región, articulando un enfoque integral que combina el combate al terrorismo con el desarrollo socioeconómico y la gestión de flujos migratorios. Este plan tiene como objetivo buscar construir una relación sólida que priorice la seguridad, el desarrollo y la estabilidad a largo plazo.
El compromiso de España en la lucha contra el terrorismo yihadista en Sahel
La región del Sahel se ha convertido en el epicentro del terrorismo yihadista en África. Grupos como Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) o el Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS) han expandido su influencia, aprovechando la inestabilidad de la región. Esta amenaza no solo desestabiliza la región, sino que también afecta directamente a España, debido a su proximidad geográfica.
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España ha definido al Sahel como «una de las principales prioridades en la lucha contra el terrorismo a nivel internacional». Participa activamente en la lucha contra el terrorismo en el Sahel a través de misiones de entrenamiento y asesoramiento militar.
Por ejemplo, España participó activamente en la Misión de Entrenamiento de la Unión Europea en Malí (EUTM Malí) desde 2013 hasta 2024. Su contribución se centró en la formación de tropas locales para la lucha contra los grupos yihadistas.
Esta misión, que ha entrenado a más de 20.000 soldados malienses, buscaba, principalmente, mejorar la operatividad del ejército local para enfrentar las amenazas.
Además, España ha implementado, junto a Italia, Francia y Portugal, proyectos como el GAR-SI Sahel (Grupos de Acción Rápida, Vigilancia e Intervención en el Sahel), liderado por la Guardia Civil, para ayudar a garantizar la seguridad. Este proyecto tiene como objetivo la creación, formación y equipamiento de unidades de acción rápida en Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso, Chad y Senegal. Estas unidades están diseñadas para mejorar el control territorial y la respuesta ante amenazas terroristas.
España ha promovido la creación de canales de información y cooperación en inteligencia para fortalecer la lucha contra el terrorismo en el Sahel. Estas iniciativas tienen como objetivo mejorar la capacidad de los países de la región para recopilar, analizar y compartir información crítica sobre actividades terroristas. De esta manera, se facilita una respuesta más coordinada y efectiva.
Un ejemplo es el proyecto Blue Sahel, que contribuye tanto a la creación de patrullas transfronterizas como a la cooperación en temas de inteligencia. Aunque España no es el actor principal de la región, su papel activo en la lucha contra las amenazas existentes ha sido clave. Las iniciativas españolas en materia de seguridad son bien percibidas y apoyadas.
Gestión de la migración irregular
España ha establecido una red de acuerdos bilaterales con países del Sahel, especialmente con Mauritania, Senegal y Gambia, para fortalecer la seguridad fronteriza y reducir la migración irregular. Estos convenios incluyen medidas de cooperación en seguridad, control migratorio y desarrollo socioeconómico para abordar las causas de la emigración.
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El reciente viaje del presidente Pedro Sánchez a Senegal en 2024 reafirmó el compromiso de España con la lucha contra la inmigración irregular. Durante su visita, se firmaron nuevos acuerdos para reforzar la cooperación en control fronterizo. Esto incluye el fortalecimiento de los centros de coordinación de operaciones marítimas en Dakar. Asimismo, España ha invertido en tecnología de vigilancia avanzada, como drones y sistemas de monitoreo satelital, para mejorar la detección temprana de flujos migratorios.
También incluye programas de retorno y reintegración de migrantes en sus países de origen. Desde la firma del Acuerdo con Mauritania en 2003 sobre inmigración, España ha implementado un mecanismo para la devolución rápida de migrantes irregulares interceptados en las costas españolas. Este acuerdo establece que Mauritania acepta la readmisión de migrantes, aunque no sean ciudadanos mauritanos, siempre que hayan utilizado su territorio como punto de tránsito.
España también ha desarrollado programas de retorno voluntario, en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Estos programas ofrecen asistencia gratuita a los migrantes que desean regresar a sus países de origen. Estos programas incluyen, entre otras cosas, ayuda económica y apoyo psicológico para facilitar la reintegración en sus comunidades.
A nivel europeo, España ha promovido el uso del Fondo Fiduciario de Emergencia para África. Este fondo destina recursos a proyectos de desarrollo en el Sahel con el fin de reducir la presión migratoria. Dentro de estos programas, se han financiado iniciativas como la creación de empleo juvenil, ayuda alimentaria y asistencia y protección para las personas víctimas de la migración forzosa.
La cooperación de España para el desarrollo en el Sahel
La estrategia de España en el Sahel no se limita a la seguridad y el control migratorio. También incluye una importante dimensión de cooperación al desarrollo. A través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y en colaboración con la Unión Europea y otros organismos internacionales, España participa en proyectos destinados a mejorar la estabilidad socioeconómica de la región.
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España considera que el desarrollo sostenible es clave para reducir la pobreza, mitigar las causas de la migración irregular y prevenir la radicalización. En este sentido, la AECID ha consolidado su presencia en el Sahel mediante diversos programas. Estos programas se enfocan en áreas como el acceso al agua, la seguridad alimentaria y la educación. Un ejemplo concreto es la iniciativa de agricultura sostenible en Níger. Esta iniciativa busca mejorar la productividad agrícola y la seguridad alimentaria en comunidades afectadas por la desertificación y el cambio climático.
A través de la Alianza Sahel, España ha contribuido a la mediación en conflictos locales, impulsando el diálogo entre comunidades y gobiernos. En la reciente Quinta Asamblea General de la Alianza Sahel en Berlín, España reafirmó su compromiso con la región al destinar recursos para proyectos que fomenten el empleo, la educación, la seguridad alimentaria, la protección social y el acceso a servicios básicos.
Futuro de la relación de España con el Sahel
Como hemos podido ver, España juega un papel estratégico en el Sahel, combinando medidas de seguridad, cooperación y desarrollo para garantizar la estabilidad regional.
Sin embargo, la región enfrenta grandes desafíos. Entre ellos se encuentran la inestabilidad política en Malí, Burkina Faso y Níger, tras los golpes de Estado. También el avance de grupos terroristas en la región y el impacto del cambio climático, que ha provocado el desplazamiento de poblaciones.
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A pesar de los desafíos, la implicación de España sigue siendo clave para su propia seguridad y la de Europa. El Sahel necesita la ayuda de España para su estabilidad. España depende del Sahel para evitar crisis migratorias y de seguridad. La colaboración con el Sahel no solo previene amenazas, sino que también refuerza el papel de España como actor global en la política internacional.
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