Mohamed Yunus, primer ministro interino de Bangladesh, busca que Hasina rinda cuentas ante la justicia por los cargos penales de los que se le acusa.
El primer ministro interino de Bangladesh y Premio Nobel de la Paz en 2006, Mohamed Yunus, ha anunciado que su gobierno pedirá a India la extradición de la ex primera ministra Sheij Hasina, quien escapó del país tras una revuelta popular estudiantil a la que luego se sumó la oposición. En un discurso televisado con motivo de los primeros cien días de su gobierno, ha enfatizado la importancia de hacer justicia por las muertes ocurridas durante la revolución de julio y agosto. Además, ha asegurado que se están realizando gestiones para procesar a los responsables, independientemente de su poder o afiliación política. «Hay en marcha gestiones para procesar a los responsables y vamos a pedir la vuelta de Hasina a India para que rinda cuentas», expresó.
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Yunus ha revelado que una comisión creada tras la salida de Hasina está investigando alrededor de 1.600 casos, aunque advierte que el número total podría superar los 3.500. El primer ministro interino ha instado a las familias de las víctimas a denunciar sin miedo, prometiendo protección y asegurando que «nadie os hará daño». «No importa lo poderosos que sean los acusados o a qué partido pertenezcan. No hay opción de impunidad», siguió. Actualmente, hay más de 200 casos en los tribunales contra Hasina, quien también está siendo investigada junto a otros 46 acusados por el Tribunal de Crímenes Internacionales de Bangladesh.
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En su discurso, Yunus ha destacado que aproximadamente 1.500 personas murieron debido a la represión de las protestas y casi 20 mil resultaron heridas. Los investigadores están trabajando para documentar cada uno de estos casos e iniciar procesos judiciales. «Las familias de muchas víctimas tienen miedo de denunciar», aseguró Yunus. Además, ha hecho un llamado a la unidad, instando a todos a trabajar juntos para reconstruir la nación «devastada por el gobierno autoritario». De igual modo, ha mencionado que las autoridades bangladesíes están en comunicación con el Tribunal Penal Internacional y con la agencia de Derechos Humanos de la ONU en relación con estos casos.
¿Qué ocurrió en Bangladesh?
El Movimiento de Reforma de Cuotas de Bangladés de 2024 comenzó como una serie de protestas pacíficas lideradas por estudiantes universitarios en junio de 2024. El detonante fue la decisión del Tribunal Supremo de restablecer un sistema de cuotas que reservaba el 30% de los empleos públicos para descendientes de los combatientes por la independencia del país. Esta medida, que revertía una abolición previa lograda en 2018 tras protestas similares, desató la indignación de los jóvenes bangladesíes. El motivo fue que este sector enfrentaba un alto desempleo y veía cómo sus oportunidades de acceder a puestos gubernamentales se reducían aún más.
Lo que comenzó como una demanda específica, pronto se convirtió en un movimiento más amplio contra el gobierno de la primera ministra Sheij Hasina, acusado de autoritarismo y corrupción. A medida que las protestas se extendían por todo el país, la respuesta del gobierno se volvió cada vez más violenta. La policía y otras fuerzas de seguridad utilizaron armas letales contra manifestantes desarmados, lo que resultó en cientos de muertes y miles de heridos. Esta brutal represión, lejos de aliviar el movimiento, solo sirvió para avivar las llamas del descontento popular. Los estudiantes, que inicialmente se organizaron bajo el lema «Estudiantes contra la Discriminación», recibieron el apoyo de amplios sectores de la sociedad, incluyendo trabajadores, profesionales y miembros de la oposición política.
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Las protestas alcanzaron su punto álgido a principios de agosto, cuando los manifestantes lograron entrar en el palacio presidencial en Daca. Ante la creciente presión popular y la pérdida de apoyo incluso dentro de su propio partido, Sheij Hasina se vio obligada a dimitir y huir del país el 5 de agosto, buscando refugio en la India. Su salida marcó el fin de 15 años de gobierno autoritario y abrió la puerta a una transición política incierta pero esperanzadora para muchos bangladesíes. En los días siguientes a la huida de Hasina, el ejército tomó el control temporal del país y anunció la formación de un gobierno interino. Tras intensas negociaciones entre diferentes sectores políticos y sociales, se decidió nombrar a Mohamed Yunus, reconocido economista y ganador del Premio Nobel de la Paz, como primer ministro interino.
Yunus, conocido por su trabajo en microfinanzas y su compromiso con la reducción de la pobreza, se enfrentó a la difícil tarea de unir a un país profundamente dividido y sentar las bases para una transición democrática. Entre sus primeras medidas, anunció la liberación de presos políticos, la formación de una comisión para investigar los abusos del régimen anterior y la promesa de celebrar elecciones libres y justas en un plazo de seis meses. Aunque el camino hacia la estabilidad y la democracia en Bangladés sigue siendo largo y complejo, muchos ciudadanos ven en este cambio una oportunidad histórica para reconstruir su nación sobre bases más justas y equitativas.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.