El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cumple un año en la Casa Blanca. Hacemos balance de su Gobierno durante este último año marcado sobre todo por la crisis del coronavirus.
Hace ya un año que Biden juró su cargo como el 46º presidente de Estados Unidos.
Con motivo de esto, Joe Biden dio una conferencia de prensa, algo poco común en lo que lleva de legislatura, en la que hablaba de los retos afrontados en este último año y de los que están por venir. “Ha sido un año de desafíos pero también de enormes progresos”.
Durante la conferencia, que duró casi dos horas, el presidente quiso hacer un repaso de su mandato hasta ahora, sobre todo en lo relativo a la pandemia, la economía y la inflación, los proyectos de ley pendientes sobre gasto social y derecho al voto y, por otra parte, sobre de las relaciones con Latinoamérica, Rusia, China, Irán y el Yemen.
En términos generales, Biden admitió haber cometido algunos fallos en su primer año en el poder y por otra parte, pronosticó que Rusia invadirá Ucrania y generó confusión sobre cuál será la respuesta de Occidente.
En lo respectivo a Rusia, insistió en que las consecuencias para Rusia serán desastrosas si decide invadir Ucrania, mensaje amenazante que llevamos escuchando los últimos meses.
Hacemos un repaso sobre las claves principales de la conferencia.
Coronavirus
La pandemia del coronavirus ha sido el desafío dominante obvio en Estados Unidos, como lo ha sido a nivel mundial. Y en este aspecto la gestión se ha visto marcada por éxitos y por fracasos.
“Pasamos de dos millones de personas vacunadas en el momento en el que asumí el cargo, a 210 millones de estadounidenses totalmente vacunados a día de hoy”, explicaba el presidente Biden sobre su gestión de la vacunación en EEUU, país con gran escepticismo en cuanto a las vacunas.
No se puede poner en duda que la situación en el país es mejor a la del año pasado, con el 63% de la población vacunada ante una enfermedad que se ha cobrado la vida de más de 850.000 personas en el país.
Pero en este aspecto, también mencionó algunos errores. Reconoció que su administración podría haber sido más rápida para impulsar las pruebas para detectar el virus. “¿Deberíamos haber hecho más pruebas antes? Sí. Pero ahora estamos haciendo más”, dijo refiriéndose a los test rápidos.
Economía
“Hemos creado 6 millones de nuevos puestos de trabajo, batiendo los récords de número de puestos nuevos de trabajo en un año”, aseguró también Biden.
El desempleo estadounidense está en mínimos histórico, el mercado de valores está arriba, y los salarios están aumentando. Pero la inflación está en un nivel que está perjudicando a la sociedad estadounidense. La tasa de inflación interanual publicada por la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. aumentó un 6,8%, siendo la tasa más alta desde junio de 1982, cuando Ronald Reagan estaba en el cargo.
Los precios de los alimentos y los combustibles también han subido considerablemente, lo que se suma a la presión política sobre el presidente Joe Biden y el banco central de Estados Unidos
Política Exterior
La decisión que más peso ha tenido en términos de política exterior durante la administración Biden ha sido la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Esta medida, tan reclamada por su sociedad, no fue ningún secreto y correspondía a los objetivos que siempre dijo el presidente tener en mente.
Sin embargo, el método caótico de la salida y la velocidad con la que se derrumbó Afganistán tuvo un costo enorme para la popularidad del mandatario. La debacle afgana ha provocado que países de todo el mundo cuestionen los compromisos de Estados Unidos en el extranjero.
A pesar de todo ello y de los indiscutibles avances que ha hecho la gestión Biden, no han conseguido que se perciba así por la sociedad estadounidense, más bien todo lo contrario, subiendo los índices de desaprobación de su gestión hasta el 52,1%.
“Aún así, a pesar de todo este progreso, sé que hay mucha frustración y fatiga en este país”, apuntaba el presidente Biden durante su discurso.
Por otra parte, Biden sigue teniendo que enfrentar una fuerte oposición nacional. Se trata de un Partido Republicano que continúa vendiendo la falsedad de que las elecciones de 2020 le fueron robadas a Donald Trump. A pesar de la investigación y las auditorías exhaustivas en los estados de todo el país, la llamada “gran mentira” es ahora una opinión generalizada en el Partido Republicano.