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Trump designa a los hutíes como terroristas

Análisis

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Contenido creado por el Equipo de Redacción de LISA News con el apoyo del equipo docente de LISA Institute.

El gobierno de Trump clasifica a los hutíes como «terroristas extranjeros», alegando su vínculo con Irán y los ataques contra aliados. La medida endurece la postura estadounidense, marcando un giro respecto a la administración Biden y buscando frenar su influencia en Oriente Medio.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decretado la designación de «organización terrorista extranjera» al movimiento Ansar Allah, conocido comúnmente como los rebeldes hutíes de Yemen. Esta medida se fundamenta en la percepción de que las actividades de los hutíes representan una amenaza para la seguridad de los civiles y el personal estadounidense en Oriente Próximo, así como para la estabilidad del comercio marítimo internacional. La Casa Blanca ha emitido una orden ejecutiva que detalla los motivos de esta designación, señalando el apoyo armamentístico y de entrenamiento que los hutíes reciben de la Guardia Revolucionaria de Irán y los numerosos ataques que han llevado a cabo contra barcos de guerra estadounidenses desde 2023, «poniendo en peligro a los uniformados».

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La administración Trump ha proporcionado un extenso historial de las acciones hostiles de los hutíes para justificar esta designación. «Desde que tomaron el control de la mayoría de los centros de población yemeníes en 2014-2015, los hutíes han lanzado ataques contra infraestructura civil» en varios países de la región, «incluyendo aeropuertos en Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos», reza un comunicado. Además, se les atribuye el «lanzamiento de más de 300 proyectiles contra Israel desde octubre de 2023» y «más de cien ataques contra buques comerciales en el estrecho de Bab al Mandeb», resultando en la muerte de al menos cuatro marineros civiles y «obligando a desviar parte del tráfico marítimo del Mar Rojo, lo que ha contribuido a la inflación global».

Critica la «débil política» de Biden

Esta decisión marca un cambio significativo respecto a la política de la administración Biden, que había revertido una designación similar hecha por Trump en enero de 2021 a pocos días de terminar su primera presidencia. El actual presidente considera que la «débil política» de su predecesor ha permitido que los hutíes intensifiquen sus ataques contra intereses estadounidenses y de sus aliados. Como parte de esta nueva política, Trump ha ordenado una revisión de las entidades que operan en Yemen, incluyendo socios de la ONU, ONG y empresas, con la intención de «poner fin a las relaciones con aquellas que hayan realizado pagos a los hutíes o se hayan opuesto a los esfuerzos internacionales para contrarrestarlos, haciendo la vista gorda ante el terrorismo y los abusos». Esta medida busca privar a los hutíes de recursos y poner fin a sus ataques para eliminar sus capacidades y operaciones.

¿Quiénes son los hutíes?

Los hutíes, también conocidos como el movimiento Ansar Allah, son una organización político-militar chiita zaidí que surgió en Yemen a finales de la década de 1990. Inicialmente, este grupo nació como un movimiento sociopolítico y religioso liderado por Hussein Badreddin al-Houthi, centrado en la preservación de la identidad cultural y religiosa de los zaidíes, una rama del islam chiita que históricamente había sido marginada en Yemen. A medida que las tensiones internas en el país se intensificaron, especialmente debido a la percepción de exclusión política y la influencia extranjera en los asuntos yemeníes, los hutíes evolucionaron hacia un movimiento insurgente armado. Tras la muerte de Hussein al-Houthi en 2004, el liderazgo pasó a su hermano Abdul-Malik al-Houthi, quien consolidó al grupo como una fuerza clave en el escenario político y militar del país.

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Durante el conflicto yemení que estalló en 2014, los hutíes tomaron el control de la capital, Saná, y derrocaron al gobierno reconocido internacionalmente, encabezado por Abd-Rabbu Mansour Hadi. Esto provocó una intervención militar liderada por Arabia Saudita en 2015, con el objetivo de restablecer al gobierno de Hadi y contrarrestar la influencia regional de Irán, quien apoya a los hutíes política, económica y militarmente. Desde entonces, los hutíes han jugado un papel central en un conflicto que ha degenerado en una de las peores crisis humanitarias del mundo, marcado por bloqueos, bombardeos y enfrentamientos. A nivel regional, los hutíes son vistos como un actor clave en la rivalidad entre Arabia Saudita e Irán, mientras que internamente se les percibe tanto como defensores de los intereses zaidíes como un grupo que busca consolidar su propio poder político a través de tácticas agresivas.

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