A raíz del comienzo de la guerra entre Hamás e Israel, los rebeldes hutíes de Yemen prometieron que no se quedarían de brazos cruzados en su apoyo a la milicia palestina y, desde principios de diciembre de 2023, se han atribuido numerosos ataques a barcos occidentales en el mar Rojo poniendo en peligro el tráfico marítimo internacional. En este contexto, a mediados de marzo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, les declaró la guerra. En este artículo te explicamos quiénes son, su origen y qué podemos esperar de ellos.
Las claves
- Rebeldes hutíes, también conocidos como Ansarolá (partidarios de Dios, en árabe).
- Son un grupo político islamista y armado de Yemen.
- Profesan la ideología chií zaidí, una de las minorías del Islam.
- Se oponen al Gobierno suní de Yemen.
- Cuentan con el respaldo militar y económico de Irán.
- Apoyan a Hamás contra Israel.
¿Quiénes son los hutíes?
Los hutíes son un movimiento político y armado chií (una de las dos grandes corrientes del Islam junto con el sunismo) zaidí que se opone al Gobierno suní de Yemen y a Israel. Los suníes, cuyo principal bastión actual es Arabia Saudita, defendieron al suegro de Mahoma como sucesor del profeta. Sin embargo, los chiíes, cuyo principal bastión actual es Irán, optaron por el yerno y primo de Mahoma. Los zaidí son una minoría musulmana chií.
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Los conocidos como hutíes, por su primer líder Huseín al Huti, o Ansarolá (partidarios de Dios, en árabe) surgieron en los años 90 como reacción al creciente poder de Arabia Saudí en la península Arábiga y por las malas condiciones de vida en Yemen. En 2014 establecieron un Gobierno autónomo de facto en Saná, la capital yemení, y desde 2016 controlan el noroeste del país. Se sabe que han sido armados y entrenados por Irán y se teme que sus ataques puedan llevar la guerra de Israel contra Hamás a un conflicto regional más amplio.
¿Cuál es el origen de los hutíes?
Los zaidí gobernaron Yemen durante siglos, pero fueron marginados bajo el régimen sunita que llegó al poder después de la guerra civil de 1962. En ese contexto, Huseín al Huti, fundó un movimiento de resurgimiento religioso denominado la «Juventud Creyente», para representar a los zaidí.
Ali Abdullah Saleh, el primer presidente de Yemen después de la unificación de Yemen del Norte y del Sur en 1990, apoyó a la «Juventud Creyente». Sin embargo, cambió su postura a medida que la popularidad del movimiento creció y la retórica antigubernamental se agudizó. En 2003, cuando Saleh apoyó la invasión estadounidense de Irak, al Huti organizó una serie de manifestaciones masivas. Debido a ello, Saleh emitió una orden de arresto y Al Huti fue asesinado en septiembre de 2004 por las fuerzas yemeníes.
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Con las revueltas árabes en 2011, las protestas en Yemen se organizaron contra la corrupción del Gobierno yemení, exigiendo la dimisión de Salé. Este se ofreció a dimitir, pero se negó en el último momento. Los hutíes atacaron la capital, dando comienzo a la Revolución yemení. Salé acabó transfiriendo el poder a su vicepresidente, Masur al Hadi. En 2014 los hutíes tomaron la capital, disolvieron el Parlamento y en 2015 formaron un Comité Revolucionario para establecer un sistema de gobierno autónomo de facto.
El papel de los hutíes en la guerra en Yemen
Los atentados suicidas del 20 de marzo de 2015 contra dos mezquitas chiíes en Saná, reivindicados por ISIS y que mataron a más de 140 personas, sirvieron de pretexto a los hutíes para emprender una ofensiva militar contra el sur del país con el objetivo principal de conquistar Adén, refugio de Al Hadi y sus partidarios. Al Hadi huyó a Arabia Saudita, que lanzó una guerra contra los hutíes en marzo de 2015, con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
Años después, en 2022, se alcanzó un alto el fuego, que caducó después de seis meses. Desde entonces, los hutíes han consolidado su control sobre la mayor parte del norte de Yemen y han buscado un acuerdo con los saudíes para consolidar su papel como gobernantes del país. Según las Naciones Unidas, la guerra en Yemen ha desembocado en la peor crisis humanitaria del mundo. Según estadísticas de la ONU, casi medio millón de personas han muerto durante el conflicto.
Aliados y enemigos internacionales de los hutíes
Los hutíes cuentan con el apoyo de Irán, que apoya a Hamás en la guerra contra Israel, y son enemigos de Arabia Saudí. No hay que olvidar que Irán y Arabia Saudí son enemigos históricos y ambos compiten por la hegemonía de la región de Oriente Medio.
En relación con el conflicto yemení, Irán es el principal aliado de los hutíes, puesto que su principal ideología es chií. A partir de 2014, el Estado iraní ha proporcionado al grupo armas y tecnología, entre otras cosas, minas marinas, misiles balísticos y de crucero y vehículos aéreos no tripulados (UAV o drones), según un informe de 2021 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. De hecho, los hutíes forman parte del llamado «Eje de Resistencia» de Irán, una alianza de milicias regionales antiisraelíes y antioccidentales liderada por Irán y respaldada por la República Islámica, junto a Hamás y Hezbolá.
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Los hutíes formaban parte de la lista estadounidense de grupos terroristas hasta 2021, cuando la Administración del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió retirar esta categorización para facilitar el acceso de ayuda humanitaria a la población civil de Yemen. En febrero de 2022, la Embajada de Emiratos Árabes Unidos en Washington DC publicó un documento que pedía la inclusión del grupo yemení de nuevo en la lista estadounidense de organizaciones terroristas. En marzo de 2025, Donald Trump declaró la guerra contra los hutíes.
La crisis de los hutíes en el mar Rojo
Se originó en octubre de 2023, cuando este grupo rebelde, respaldado por Irán, comenzó a atacar embarcaciones comerciales y militares en respuesta al conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. Inicialmente, los hutíes dirigieron sus ataques hacia barcos vinculados a Israel, pero pronto ampliaron su objetivo a buques de otras naciones, incluyendo Estados Unidos y Reino Unido. Utilizando drones, misiles y embarcaciones armadas, han llevado a cabo centenares de ataques, afectando el comercio marítimo mundial. En particular, el estrecho de Bab-el-Mandeb, una vía estratégica que conecta el Mar Rojo con el Golfo de Adén y el océano Índico, se ha convertido en un punto crítico debido a las interrupciones provocadas por los hutíes. Estas acciones han obligado a numerosos barcos a tomar rutas más largas alrededor del sur de África, incrementando los costes y los tiempos de transporte.
La respuesta internacional ha sido contundente pero compleja. Estados Unidos lideró la operación «Prosperity Guardian» para proteger la navegación en el Mar Rojo, mientras que países europeos como Francia e Italia lanzaron la misión naval «Aspides», destinada a patrullar las aguas sin atacar preventivamente. A pesar de estos esfuerzos, los hutíes han continuado sus ofensivas y han declarado que cualquier embarcación vinculada a Israel es un objetivo legítimo. Además, su capacidad para atacar indiscriminadamente barcos comerciales ha generado críticas por la seguridad marítima en esta región vital para el comercio. La situación sigue siendo volátil, especialmente dado el apoyo iraní al grupo y su disposición para escalar las hostilidades si perciben amenazas externas o cambios en el conflicto israelí-palestino.
Trump les declara la guerra
El 15 de marzo de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó una serie de ataques aéreos y navales contra los rebeldes hutíes en Yemen. Según Trump, esta operación tiene como objetivo restaurar la seguridad en el Mar Rojo. Los bombardeos buscarán acabar con instalaciones estratégicas como radares, sistemas de defensa aérea y capacidades de misiles y drones, y neutralizar la amenaza que representan para la navegación internacional. Trump justificó la acción como una respuesta a la «piratería, agresión y terrorismo» de los hutíes, que han causado daños económicos y puesto vidas en peligro. Además, el mandatario advirtió a Irán que cesara su apoyo a los hutíes, prometiendo responsabilizar al régimen iraní por cualquier escalada.