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Runet: el arma de Putin para controlar Internet

Análisis

Paula Laguna
Paula Laguna
Profesional junior de Relaciones Internacionales con conocimiento e interés en Derecho Internacional Público y en Derechos Humanos. Interesada en el escenario geopolítico de Rusia y el espacio postsoviético. Tesis sobre las estrategias de desinformación y manipulación de medios en las nuevas guerras.

Rusia es una de las potencias que más lejos ha llevado su intento de romper con la red universal. Moscú lleva años desarrollando leyes dirigidas a establecer “un Internet soberano”. La última, que entró en vigor a principios de noviembre de 2019, tiene como objetivo principal redirigir el tráfico de datos a servidores estatales supervisados y aprobados por el Gobierno.

Ru.net es el proyecto ruso de crear una red disponible solo en su territorio nacional, algo así como lo que es la intranet privada de algunas instituciones o empresas.

El pretexto para llevar a cabo esta acción sea la necesidad de Rusia de blindar el país frente a amenazas externas que pretenden desestabilizar el país aprovechando la apertura del internet global. Sin embargo, crear una red privada de ámbito nacional capaz de sustituir Internet, otorgaría al Gobierno ruso la capacidad para rastrear e interceptar todo el tráfico de esta red nacional, controlando todo el contenido en línea accesible desde el país. 

La ley, adoptada en 2019, obliga a los proveedores de servicios de internet a instalar equipos especiales que puedan rastrear, filtrar y redirigir el tráfico de internet. Este equipo permite al organismo de control de las telecomunicaciones de Rusia, Roskomnadzor, bloquear de forma independiente y extrajudicial el acceso a contenidos que el gobierno considere una amenaza. Dicha interferencia también puede basarse en el origen del contenido, el tipo de aplicación en la que se transmitió y similares.

“Ahora el gobierno puede censurar directamente el contenido o incluso convertir el Internet de Rusia en un sistema cerrado sin decirle al público qué está haciendo ni por qué”, dijo Rachel Denber, subdirectora para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “Esto pone en peligro el derecho de las personas en Rusia a la libertad de expresión y la libertad de información en línea”.

En esta intranet rusa, gracias a los operadores rusos, todo el tráfico está redirigido a puntos aprobados o controlados por Roskomnazor, el Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones ruso. Una compleja operación que sería imposible sin la estrecha colaboración de los proveedores de servicio.

En 2019, Moscú ya probó durante un experimento que durante varios días podían desconectarse de la red global y los usuarios no notaron ningún cambio. Unos resultados positivos que fueron promocionados por el gobierno de Putin como un éxito tecnológico.

De esta forma, si las autoridades rusas lo consideraran oportuno, se podría aislar a los usuarios de internet del mundo exterior, bloquear información e incluso delimitar el funcionamiento de VPNs ya que al estar en una intranet no podrían conectarse a servidores fuera de RuNet.

Y ahora, Rusia parece estar preparándose para aislarse completamente de Internet global. Las nuevas órdenes a los dueños de páginas prepararían técnicamente el terreno para que las páginas web y apps rusas funcionen en Rusia sin conexión al resto de internet. Las instrucciones de Rusia a operadores de sitios y servicios en internet incluyen:

  • Cambiar sus dominios a servidores DNS ubicados en Rusia
  • Mover dominios a .ru
  • Remover código JS que se cargue desde servidores en el exterior
  • Listar toda su infraestructura de hosting y capacidades

Por su parte, Ucrania ha pedido a la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números) que se eliminen los dominios asignados a Rusia (.ru, por ejemplo) y apague los servidores DNS de ese país, algo que la corporación ha descartado.

De adoptarse esta medida, “nadie en todo el mundo podría acceder a ninguna página web rusa”. Lo explica así de claro Bill Woodcock, director ejecutivo de Packet Clearing House, una organización sin ánimo de lucro que provee seguridad y soporte a las infraestructuras críticas que mantienen la red en línea. Además, añade que si se apagasen los servidores DNS que usan los internautas rusos, los usuarios de ese país tampoco podrían acceder a las páginas del resto del mundo. 

Los expertos siguen preocupados por la tendencia de algunos países a desmantelar Internet: “Lamentablemente, la dirección de viaje rusa es solo otro paso en la creciente fragmentación de Internet”, dijo el profesor Alan Woodward, científico informático de la Universidad de Surrey.

“Cada vez más, los países autoritarios que quieren controlar lo que ven los ciudadanos están mirando lo que Irán y China ya han hecho. Significa que la gente no tendrá acceso al diálogo sobre lo que está pasando en su propio país, se mantendrá dentro de su propia burbuja”.

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