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La importancia de la psicología oscura y el lenguaje corporal en la criminología

Análisis

Desislava Pavlova
Desislava Pavlova
Perito Judicial en Criminalística y Ciencias Forenses. Perito Judicial en Criminología Experta en Perfiles Criminológicos. Experta en Lenguaje No Verbal. Alumna del Máster Profesional de Criminología Aplicada y Analista Criminal de LISA Institute.

Comprender el comportamiento delictivo es esencial para prevenir el crimen y proteger a la sociedad. La criminología utiliza herramientas como la Psicología Oscura y el lenguaje no verbal para identificar patrones y motivaciones. En este artículo, Desislava Pavlova, alumna del Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada explica cómo estas disciplinas permiten descifrar la mente criminal.

Para poder identificar el autor de un hecho criminal y su comportamiento, independientemente de su índole, así como la prevención del mismo, ciencias como la criminología, el derecho penal o la psicología son indispensables.

Y para explicar y entender el fenómeno «el comportamiento de un delincuente» es importante conocer bien las ramas y herramientas que se usan en la criminología. Posteriormente abordaremos algunas de ellas.

Primero hay que decir que la criminología es la ciencia empírica e interdisciplinar que se encarga de estudiar el delito, el delincuente, la víctima, el control social, etc… Es imprescindible buscar toda información válida relacionada con el delito y qué factor o factores intervienen en la conducta.

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El estudio del comportamiento criminal es prioritario. Eso ayuda a prevenir el delito ofreciendo a los poderes públicos información suficiente para que estos puedan tomar las medidas necesarias y las estrategias que puedan acabar con el crimen.

Como se ha dicho, la criminología posee un método de estudio empírico e interdisciplinar.

El método empírico toma la experiencia como única base del conocimiento humano. Lo que busca es probabilidad. Un criminólogo busca datos y saca conclusiones. El principio interdisciplinar recoge información de ciencias como la antropología, sociología, psicología entre otras y, a continuación, las integra, las coordina y da soluciones. Así que esto permite que la criminología dé un diagnóstico científico del crimen.

  • Crimen – se suele referir a un delito más grave o violento (afecta a la integridad física o la vida de las personas).
  • Delito – es la acción u omisión que se castiga bajo las leyes penales.

El delito equivale a toda especie delictiva o hecho punible. Según Von Liszt, el delito es: «aquel comportamiento humano, culpable, antijurídico y sancionado con una pena».

Según la definición legal, se localiza en el artículo 10 del CP: «son delitos las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley».

Tal y como se comentó antes, la criminología se apoya en otras disciplinas como la psicología o la medicina legal. Ciencias importantes para analizar factores como el comportamiento criminal.

Desde la antigüedad, se ha querido encontrar los motivos que llevan a cometer delitos y encontrar las causas de esta desviación social. Pasando los años, la labor de la criminología crece en este aspecto ya que la delincuencia avanza imparablemente.

Cuando hablamos de delitos, de crímenes, enseguida se nos viene en mente la «Violencia Vicaría», «Homicidios», «Fraudes», «Blanqueo de dinero», «Trata de Personas», «Contrabando de armas», etc… Y aquí es el momento de añadir que la «Psicología Criminal» se encarga de estudiar las aptitudes, los procesos mentales, la personalidad y la motivación del criminal y de su crimen. El objetivo es determinar el comportamiento antisocial y delictivo. La Psicología Criminal se puede definir como una rama aplicada de la psicología.

A lo largo de la historia, las distintas corrientes de estudio en la criminología han buscado explicar el complejo fenómeno de la criminalidad y cuáles son los motivos de ello.

Según Cesare Lombroso, el padre de la criminología (criminólogo y médico), la criminalidad está ligada a causas físicas y biológicas. Resultado de los impulsos o tendencias innatas de una persona. También dice que se pueden observar ciertos rasgos físicos en los delincuentes (asimetrías craneales, la forma de la mandíbula o de las orejas). Igualmente toma en cuenta el grado de civilización, la posición económica, etc…

Se dice que una persona no nace siendo criminal. Pero existen varios factores biológicos que pueden contribuir a la delincuencia. Existen teorías donde se incluyen la genética, las anormalidades del cerebro y los desequilibrios neuroquímicos.

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Los factores cognitivos, los factores familiares (como actitudes crueles de los padres con los hijos), los factores socioeducativos, todos ellos son relevantes en la conducta delictiva. No hay que olvidar condiciones especiales como el desempleo o la pobreza, que juegan un papel muy importante. Y no por último, el consumo de drogas.

Y volviendo al perfil psicológico del delincuente, de un criminal, destaca la «Triada Oscura». Pero ante todo hablemos de la Psicología Oscura y su aplicación en la criminología.

Sí, su aplicación en la criminología. La Psicología Oscura se aplica para entender el comportamiento criminal, ayuda a comprender las motivaciones, la personalidad y los rasgos de quienes cometen delitos. Se utiliza para crear perfiles psicológicos.

La Psicología Oscura es un campo muy interesante. Complejo pero fascinante. Esta rama de la psicología se enfoca en comprender los aspectos más oscuros y menos visibles de la psicología humana. Trata comportamientos y rasgos de personalidad que pueden ser perjudiciales tanto para el individuo como para quienes lo rodean.

Entre los psicólogos más destacados hablamos de Delroy Paulhus y Kevin Williams. Han desempeñado un papel crucial en la identificación y conceptualización de los fenómenos relacionados con la Psicología Oscura.

En general, la Psicología Oscura hace referencia a las estrategias utilizadas para la manipulación y el control de los demás con el fin de alcanzar objetivos propios.

Estas personas tienen tres rasgos característicos que se definen como oscuros: maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Se les nombra «La Triada Oscura», un concepto propuesto por los psicólogos Delroy Paulhus y Kevin Williams (2002).

Estas tres características, «La Triada Oscura», juntas pueden llegar a definir una persona realmente peligrosa. Estas personas suelen estar atraídas por posiciones de liderazgo (ejemplo: en un grupo empresarial, pero ¿y qué pasa si hablamos de organizaciones criminales como la «Trata de Personas», «Tráfico de drogas»…?). De ahí su importancia a la hora de detectar a tiempo individuos con «La Triada Oscura».

Psicología Oscura – el arte y la ciencia de la manipulación y el control mental

Se enfoca en los tipos de pensamientos y acciones que son de naturaleza depredadora. Examina las tácticas utilizadas por las personas maliciosas para motivar, persuadir, manipular o incluso coaccionar a los demás. Hay personas que no pueden controlar sus impulsos oscuros.

¿Y qué pasaría si añadimos un cuarto perfil?

En el año 2009, Chabrol, Van Leeuwen, Rodgers y Sejourne plantean la existencia de un cuarto elemento: «El Sadismo».

De este modo pasamos de «La Triada Oscura» a «La Tétrada Oscura de la Personalidad».

La forma de comportarse y sus rasgos son muy perjudiciales para todo aquel que les rodea. Son tóxicos y pueden destruir a cualquiera que se relacione con ellas. Suelen ser impulsivos y peligrosos.

Los individuos como ellos, los que tienen el Factor D elevado (Factor D – oscuro de la personalidad), persiguen desesperadamente sus intereses y objetivos. No les importan los intereses de los demás. Son cínicos. Engañan, acosan, abusan y manipulan a los demás.

Podemos observar tal conducta en casos de «Violencia de Género» o «Violencia Vicaría». Suelen ser personas egoístas, con falta de moral, son maquiavélicos. Sádicos: infligen deliberadamente dolor físico, psicológico o incluso sexual a otros por placer propio. A cambio, ante el público, estas personas se muestran como encantadoras y carismáticas. Estos individuos son maestros de la manipulación y la mentira. Agresivos y sin remordimiento. Carecen de honestidad, justicia y presentan avaricia, entre otras.

Un maquiavélico, por ejemplo, es manipulador y muy astuto. Individuos fríos y sin emoción. La mayoría de estas personas, con el «Factor D alto», padecen «Alexitimia» (la incapacidad de sentir emociones). Les importa el poder, el control, el dinero. Utilizan el miedo, la culpa y ciertas tácticas para intimidar a sus víctimas. En casos de «Violencia de Género» suelen utilizar dichas tácticas.

Otra táctica de poder es «Luz de Gas» (Gas Lighting). La persona que usa esta táctica deliberada y estratégica inyecta a su víctima confusión hasta el punto que la misma se cuestiona todo lo que hace y/o dice. Es la táctica de manipulación de narcisistas, maltratadores y dictadores. Ejercen control sobre la víctima (ejemplo: Violencia de Género o Trata de Personas con fines sexuales).

Además, suelen practicar la táctica de «Triangulación» (comunicarse a través de terceros en lugar de hacerlo directamente), en casos de «Violencia Vicaría», que lamentablemente suceden a diario.

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En resumen, estas personas usan la técnica «Luz de Gas» para controlar a sus víctimas —emocional, sexual o económicamente— a través del engaño.

Como todos sabemos, el engaño se caracteriza por mentir, decir medias verdades, ocultar información o incluso minimizar los hechos. Ocultar la verdad u omitir información deliberadamente se considera mentir. Se hace para engañar o confundir a la otra persona.

Hay muchas razones por las que alguien miente para poder engañar: por ocultar un delito, maltrato físico o psicológico sobre otra persona. Suele suceder cuando alguien presta declaración ante los Agentes y Cuerpos de Seguridad, ante los jueces, etc.

Y bien, aquí es donde entra en uso otra herramienta importante en la criminología: «El Lenguaje Corporal».

«El Lenguaje Corporal», o dicho de otra manera, «La Comunicación No Verbal», es el lenguaje en el que se expresa nuestro cuerpo. No es algo que oímos, sino algo que vemos con los ojos.

Utilizamos los gestos para expresar emociones y actitudes. Diversos estudios sobre el lenguaje y el comportamiento han establecido que cuando hablamos con una persona, solo el 7 % se transmite a través de las palabras, el 38 % a través del tono que utilizamos y hasta el 55 % se expresa con el cuerpo a través de gestos, posturas y actitudes.

Observando la mirada, los movimientos oculares, los gestos y la postura de uno, nos proporciona información sobre el carácter, la sinceridad y mucho más de nuestro locutor. Los gestos forman parte de nuestro lenguaje no verbal y son un verdadero sistema de comunicación.

La «Kinésica» (movimiento) es la ciencia del análisis del lenguaje corporal

La postura de una persona nos puede decir más de lo que pensamos, nos permite ver su pasado, su vida y hasta su forma de ser.

Los pies, hasta nuestros zapatos, nos cuentan una historia: la forma de caminar, la forma en la que nos sentamos…

Las expresiones faciales, por ejemplo, muestran los cambios que ocurren en nuestro rostro como respuesta a los estados de las emociones internas. Además de denotar emociones, también son capaces de expresar intención, procesos cognitivos, esfuerzo físico. En este aspecto, las microexpresiones son súper importantes.

Su importancia radica en que nos permiten leer las emociones de la otra persona. Así podemos conocer si nuestro locutor es sincero o no con nosotros. Estas microexpresiones se consideran indicadores fiables porque no se pueden controlar conscientemente. Esa es la razón por la que los científicos del comportamiento humano las consideran importantes para evaluar a una persona en su conjunto.

La sonrisa, la mueca, los movimientos de la cabeza, la mirada, el destello de la ceja, el tono de voz… Todo en conjunto nos habla alto y claro de quién tenemos frente a nosotros. Si es una persona humilde y sincera, si es un psicópata, un narcisista, si dice la verdad o nos miente. Cuando mentimos, los gestos no coinciden con lo que decimos. No concuerdan uno con otro. Las manos tienen una relación especial con nuestro cerebro: son herramienta operativa de la mente, una rama de nuestro cerebro.

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Según lo dicho anteriormente, podemos descifrar cuándo una persona nos miente. ¿Por qué? Porque pone en marcha toda una serie de señales y movimientos que pueden reconocerse en las expresiones faciales, las señales visuales no verbales y en las paraverbales, como el tono de voz, las pausas y los errores gramaticales.

«Decir la verdad no debe producir estados de malestar, ansiedad o impaciencia.»

Los mentirosos tienden a utilizar objetos como barreras, tienden a ocultar su cara o a tocarse con frecuencia.

He aquí la pregunta: «¿Por qué la gente miente?»

Muy sencillo: para evitar ser castigados, obtener algo a lo que difícilmente se tendrá acceso con la verdad, etc.

Según los psicólogos, un 90 % de la información que intercambiamos es de naturaleza no verbal.

Ojos entrecerrados, cambio de postura, morderse los labios, entre otros.

Para poder detectar a un mentiroso, se aplica la técnica del «Botón Rojo». La técnica del «Botón Rojo» es observar, preguntar y comunicación empática. Este botón no es más que un desencadenante del malestar que siente el otro. Este botón es, por tanto, el estímulo que provoca una reacción emocional y transmite señales corporales. La mejor forma de pulsar el botón es el uso de preguntas abiertas, el uso de preguntas cerradas y también la observación.

En el caso de la «Triada Oscura», les gusta llevar diferentes máscaras según la necesidad y la ocasión. Ninguno de sus gestos se mueve por la sinceridad, pero no siempre es fácil pillarlos en el acto, ya que son extremadamente astutos y camaleónicos.

Cuando estas personas mienten, llevan a cabo una serie de comportamientos a los que debemos prestar atención para no caer en sus trampas: mientras hablan, hacen pequeñas muecas, desarrollan una sonrisa falsa que no involucra los músculos de los ojos, entre otros. Los narcisistas y los psicópatas muestran una profunda disonancia entre lo que dicen y lo que hacen a nivel gestual.

Los narcisistas u otros individuos manipuladores son buenos codificando. Pero no olvidemos que es muy difícil engañar a nuestro subconsciente. En caso de que un manipulador se esfuerce por alinear su lenguaje corporal con su comunicación verbal, puedes descifrar sus verdaderos sentimientos e intenciones.

Bueno, analizando lo dicho hasta el momento, podemos afirmar con total tranquilidad la importancia del uso de la «Psicología Oscura» y el «Lenguaje no Verbal» en la Criminología.

Estas herramientas ayudan para evaluar el estado mental de sospechosos o acusados y crear perfiles psicológicos más precisos de los delincuentes, lo que ayuda a los investigadores a anticipar sus comportamientos y a predecir posibles delitos futuros.

Lamentablemente, hay que decir que a diario nos enfrentamos con casos crueles como la Violencia de Género, la Violencia Vicaría, la Trata de Personas con fines de explotación sexual y, no de menos relevancia, los casos de Robos a nivel local, las Organizaciones Criminales que operan en distintos países sin importar la índole del delito o delitos, las deudas de sangre de las mismas.

Un sinfín de delincuencia que no permite a los criminólogos cesar su actividad y labor, y que obliga a seguir desarrollando y aportando conocimientos cada día en la lucha contra la criminalidad.

¡Conocer y aprender cómo funciona la mente criminal es imprescindible!

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