El martes 18 de octubre el grupo cementero francés Lafarge se ha declarado culpable de las acusaciones que apuntaban que la compañía financió con material y recursos al ISIS y al Frente al-Nusrah (ANF).
La cementera aceptó una multa de 778 millones de dólares por apoyar a grupos yihadistas en Siria en un juzgado de Manhattan (Nueva York). La acusación fue presentada por el fiscal federal para el Distrito Este de Nueva York, Breon Peace.
La decisión fue publicada por la ya desaparecida filial Lafarge Cement Syria a través de un comunicado. Según un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU aceptaron declararse culpables del cargo de conspiración para dar apoyo material a organizaciones terroristas desde agosto de 2013 a octubre de 2014, en plena guerra civil.
La compañía quiso recalcar que ni sus empleados ni sus actividades en Estados Unidos están relacionadas con la financiación y ya han anunciado que los ejecutivos implicados ya no están en la empresa o en ninguna de sus filiales. En el comunicado, Lafarge reconoció «la responsabilidad de las acciones de los ejecutivos individuales involucrados, cuyo comportamiento fue una violación flagrante del código de conducta de Lafarge».
La fiscal general adjunta de los Estados Unidos, Lisa Monaco declaró que «Lafarge también ocultó su asociación con estos terroristas a través de una red de contratos falsos, facturas falsificadas, intermediarios corruptos y cuentas de correo electrónico fuera del sistema. (…) En el verano de 2014, el mundo vio con horror cómo ISIS asesinaba a periodistas y trabajadores humanitarios inocentes. Ese mismo verano, Lafarge estaba en el negocio con ISIS asegurando ganancias y participación de mercado y capitalizando la brutalidad del grupo».