spot_img

¿Por qué Burkina Faso ya no quiere a Francia?

Análisis

Soraya Aybar Laafou
Soraya Aybar Laafou
Editora y analista en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

Las autoridades de Burkina Faso siguieron a finales de enero los pasos de Mali y exigen a Francia retirar a sus tropas del país privilegiando sus lazos con Moscú para luchar contra el yihadismo. En este análisis te explicamos cómo y por qué Uagadugú ha decidido romper con una relación de más de 30 años de historia con París.

En los últimos años, la estrategia militar de Francia sobre el Sahel, y más recientemente en Burkina Faso y Mali, ha tomado otro rumbo. La proliferación de los golpes militares, sumado al incremento de la insurgencia yihadista y a la necesidad de cubrir un espacio vital para la seguridad y estabilidad de la región, ha invitado a nuevos actores como Rusia y cerrado la puerta a Francia, el histórico aliado. En este análisis hablaremos sobre la última decisión de Burkina Faso, de las razones que han llevado a romper una relación de más de 30 años de historia y de las soluciones que llegan desde París. 

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

El pasado 22 de enero, el Gobierno de Burkina Faso exigió al Ejecutivo francés que pusiera fin a la presencia de sus tropas en el país africano en un plazo máximo de 30 días. Desde 2018, alrededor de 400 efectivos de las Fuerzas Especiales francesas operan en la base militar de Kambaoisin. Desde que el actual régimen militar de Ibrahim Traoré tomó el poder a finales de 2022, deponiendo al presidente interino Paul-Henri Sandaogo Madiba, las prioridades desde Bamako están cambiando y las consecuencias están salpicando a Francia. Sobre ello, los servicios del Kremlin se han alzado como la mejor alternativa en el nuevo epicentro del yihadismo en el Sahel Occidental. En 2021, Burkina Faso registró 732 muertes por ataques terroristas. 

Te puede interesar: Los intereses de Rusia en África según la Inteligencia británica

Desde 2015, Burkina Faso está envuelta en una grave situación de inseguridad que ha transformado al país en un escenario para las luchas internas entre los grupos yihadistas por el control territorial. Actualmente, más de la mitad de Burkina Faso está controlada por los insurgentes, con especial atención a la zona norte y este. Un panorama social que ha provocado un dominó de culpabilidad. 

Por un lado, la imparable sucesión de golpes militares ha desembocado en un escenario de inestabilidad política. Algunos de los nuevos y jóvenes perfiles como el del general Ibrahim Traoré apuntó a la falta de efectividad de los previos gobiernos. El general excusó que era necesario tomar el poder para acabar con el despotismo político. Desde que Traoré y su equipo tomaron el Ejecutivo de Burkina Faso, la culpa por la fragilidad del país ha pasado a manos francesas.  

Te puede interesar: Masterclass | Cómo contribuye la Inteligencia al Análisis Geopolítico | LISA Institute

Ahora, los líderes políticos y la sociedad civil han gestado un rencor y una desconfianza sobre la vieja potencia colonial tras no cumplir con sus promesas: evitar el avance del terrorismo y salvaguardar la seguridad nacional y del Sahel. Durante el golpe de Estado del pasado mes de septiembre, multitud de manifestantes atacaron diversos organismos e instituciones francesas en Uagadugú. Como por ejemplo, la embajada de Francia después de que el nuevo líder golpista acusara al país galo de albergar al presidente interino derrocado, algo que París negó más tarde. 

Como moneda de cambio, los burkineses demandaron a Traoré un cambio de socio estratégico. Pocos meses después, un contingente de 200 efectivos del grupo de mercenarios rusos Wagner aterrizó en el aeropuerto de la capital. Rusia había desplazado oficialmente a Francia. 

Te puede interesar: Por qué el Sahel debería preocupar a Europa

Mali abrió el camino

Aun así, la decisión desde Burkina Faso no es una novedad para la región del Sahel. A principios de noviembre de 2022, el presidente francés, Emmanuel Macron, oficializó el fin de la Operación Barkhane en Mali. Por primera vez desde el fin de la guerra de Argelia en 1962, Francia ponía punto final a un grueso de su cooperación con el continente africano. La decisión estuvo motivada, no solo por un desgaste entre las prioridades entre ambos actores, sino también por la inestabilidad política en Mali. El país del Sahel sufrió dos golpes de Estados en menos de un año, en agosto de 2020 y en junio de 2021. 

Te puede interesar: La estrategia de desinformación de Rusia en Mali

A la salida militar, se unió una batalla de recriminaciones. Poco después de la toma del poder en junio de 2021, el ministro de Exteriores maliense, Abdoulaye Diop, acusó a París de financiar y proveer de inteligencia a grupos terroristas en la zona del Sahel. Un año atrás, el gobierno militar de Asimi Goïta detectó hasta 50 violaciones del espacio aéreo de Mali por parte de Francia. 

¿Qué esperar por parte de Francia?

Tras el batacazo sobre la política exterior francesa y la entrada con fuerza de la alternativa rusa, París pone sus ojos y centra sus esfuerzos en otras zonas del Sahel. 

En Níger, el actual presidente Mohamed Bazoum ha respaldado el traslado de las tropas francesas, obligadas a salir de Mali tras el fin de la Operación Barkhane y ahora, de Burkina Faso, a su país. El nuevo acuerdo de seguridad entre Niamey y París es un punto de inflexión crucial para las operaciones militares francesas. Aun así, aunque Emmanuel Macron trabaja por estrechar lazos con el presidente nigerino, Francia llega en un momento cargado de retos y amenazas. Quizás demasiado tarde.

Te puede interesar: Fin de la Operación Barkhane en África ¿Cuál será el futuro estratégico en el continente?

Aunque Níger parece ser, por ahora, el único país de esta zona del Sahel que tolera la presencia francesa a pesar de las crecientes críticas, el sentimiento antifrancés se ha disparado en otros países. En septiembre de 2022, cientos de nigerianos tomaron las calles de la capital en protesta contra la presencia de las tropas francesas. Durante el acto, organizado por grupos de la sociedad civil que operan bajo el paraguas del movimiento M62, corearon eslóganes a favor de la colaboración con Rusia, como sus vecinos Mali y Burkina Faso.

A pesar de las manifestaciones, el Elíseo puede aprovecharse de la estabilidad política del país, que a diferencia del resto de exsocios franceses no ha vivido golpes militares, para asentar sus estrategias militares y complacer a la sociedad civil.

Por su parte, como te contamos en el boletín semanal de LISA News de la última semana de enero, Rusia ha estado de gira por África. La pérdida de influencia francesa abre las puertas a nuevos actores geopolíticos en el continente africano, rico en recursos naturales y oportunidades económicas. El presidente de Exteriores, Sergei Lavrov, ha visitado Angola, Esuatini y Sudáfrica, donde ha denunciado las “presiones” de Occidente sobre países de África, Latinoamérica y Asia. Por su parte, Rusia junto a China, han anunciado la celebración de ejercicios militar en conjunto en Sudáfrica.  

Te puede interesar:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_imgspot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img